El eventual

El Financiero, 3 de septiembre de 2007

Botica

 

Con precisión, El Financiero documentó cómo la promesa fundamental de Felipe Calderón en su campaña electoral, el empleo sobre todo a los jóvenes, fracasó, acaso durante todo el sexenio. Y eso porque en un discurso ante los chavos que obtuvieron reconocimientos por sus contribuciones en todos los órdenes, Calderón señaló que para desarrollarnos necesitamos mucha inversión, sobre todo extranjera. Algo que será difícil por el mazacote de miscelánea fiscal que próximamente se aprobará y debido a la crisis a nivel mundial que estamos padeciendo. Por si algo faltara en el negro panorama, México ya no es opción importante de los capitales exteriores, no obstante su mano de obra barata, porque ahí están China y Brasil, entre otros. El futuro, se ha dicho hace tiempo, es lo más incierto que hay. Aunque cuando no hay proyectos de fondo lo único posible es emigrar; el nomadismo que nos habla Michel Maffesoli es la opción. El horizonte, entonces, en cultura, es desolador. Un presidente del CONACULTA, Sergio Vela, que nos sorprende en la Guelaguetza al lado del “honorable” Ulises Ruiz y se queda petrificado ante los horrores que surgen a cada paso en la Megabiblioteca. Una señora que dice estar a cargo del INBA y presenta su músculo político ante la posibilidad de una obra capitalina faraónica y enmudece ante las decenas de copias falsas de obra pictóricas. Y así podríamos continuar analizando parte del bien pagado sector cultural y veremos que la eventualidad es lo característico. En los medios de difusión públicos hay infinidad de rumores sobre lo que van a hacer, pero en realidad la discusión soterrada impide que haya cosas nuevas en serio, sólo pequeñas apariciones de algunos, repitiendo viejos esquemas. La iniciativa privada, como desde hace veinte años, es ahora la supuesta promotora de la vida artística, aunque ya sabemos que siempre cobra muy bien su participación. Foros como el de Nuevo León que viene próximamente, son lo aparatoso, atosigante, impresionante pero fuegos de artificio. Como sucede con el empleo, este sexenio será de los eventuales.

Otra vez

No es nuevo, más bien una práctica añeja que muestra como el ritual de la censura no fallece. Cortar el discurso de Ruth Zavaleta y decir que fueron problemas técnicos, es algo ya visto. Luego la secretaría de Gobernación se excusa, las televisoras– algunas– pasarán el mensaje de la perredista con el objeto de mostrar que la libertad es su divisa y presidencia de la República –que maneja Cepropie– calla. Telenovela repetida más que El derecho de nacer, ¿algún día emergerá el respeto al público, al adversario? Difícil en un país donde no obstante lo que se diga, los fastos presidenciales, a pesar de su decadencia, continúan sobre todo impulsados por unos medios audiovisuales que saben: el jefe en turno les puede dar cuello, o cuando menos rebajarles al mínimo la publicidad gubernamental –este año más de mil 200 millones de pesos– y ponerlos contra las cuerdas. Ejemplos tenemos varios. Elija el suyo.

Aplausos de las televisoras

La reforma político –electoral que viene tiene algunas ventajas– menos jornadas comiciales, baja en el tiempo y costo de las campañas, alianzas más claras, y un largo etcétera, pero no avanza en otros asuntos candidaturas ciudadanas, libertad para agruparse y, sobre todo, deja que la televisión, aunque sea a través del IFE, continúe con la spotitis. Es necesario insistir que la propaganda partidista debe proyectarse únicamente en los tiempos oficiales, y no comprando espacios, lo cual degenera en apoyos subrepticios a unos y ataques despiadados a otros. Es conocido que diferentes cadenas ofrecen precios bajos y ayudas en informativos, entrevistas aparentemente serias y hasta mensajes subliminales en programas desde musicales hasta los del chisme de artistas. Quien logró doblarles la mano a muchos legisladores se llama Emilio Gamboa Patrón, el gran amigo de las televisoras y Kamel Nacif. ¿No, Papá?

Inconcebible

Todavía subsiste la polémica si hubo o no una gran manipulación comicial en las elecciones presidenciales del 2006, pero de lo que no hay duda es que el gran fraude de esta época de llama Luis Carlos Ugalde. El arrogante “Maguito” que se cree académico, no sólo buscó entrevistas a modo sino erogó, seguramente, cantidades importantes de dinero del IFE para salir en los medios durante varios días, repetir sus vacuidades y luego envalentonarse. En la última etapa se lanzó contra todos. Incluso llamó a la honestidad intelectual al ejecutivo y el legislativo. Calderón sintió la rebelión de un sujeto que no tiene el respeto de la mayoría, incluidos algunos de los integrantes del Tribunal Electoral. Eso de que si corren a Ugalde es que se demostrará el fraude de este siglo, es de antología. “Me apoyan o habló”, algo que repite la escena de otros actores: Carlos Ahumada, Zhenli Ye Gon, etc. Por cierto, sentar a Flavio Galván, quien dejó el Tribunal por problemas de salud, aunque se le veía muy repuesto, junto a Ugalde fue una muestra que unos mueren por mustios y otros por bocones.

Heroína

Resultó curioso, por decir lo menos, que una buena cantidad de emisoras radiofónicas le dedicaran cerca de una hora a los diez años del fallecimiento de Diana, la ex princesa inglesa. Nadie discutiría su valor y virtudes, desde hacer conciencia por el Sida, abrir los ojos al peligro que viven los niños en tiempos de guerra y entrevistarse con Teresa de Calcuta –la cual también falleció hace una década y poco se le evocó–, pero ya sabemos que desviar la atención de problemas es parte de una estrategia.

 

Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe de citar el artículo anterior:

Meléndez Preciado, Jorge, «El eventual», en El Financiero,
3 -IX- 2007, Cultura.

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