Caminos de Guanajuato

La política en tacones

Pilar Ramírez

Hace pocos meses vimos cerca de nuestra casa a una pareja de adolescentes trenzada en un beso impetuoso. Rafael anotó divertido, pero sin esconder cierta envidia por esa energía que, a querer o no, merman los años: «¿qué le sucederá a esa muchacha?, debe ser algo grave porque están teniendo que darle respiración de boca a boca». Desde entonces, cada cierto tiempo vemos a los jóvenes en el mismo lugar y dedicados a las mismas lides.

Esa imagen, que se repite en muchas calles, parques y jardines, y que –por humana– forma parte de la vida de casi cualquier lugar estuvo a punto de ser borrada de la ciudad de Guanajuato por el bando municipal que prohibía, entre otras cosas, los besos apasionados y las groserías, con multas que alcanzaban hasta mil 500 pesos y/o 36 horas de arresto.

El regidor panista Marco Antonio Figueroa explicó que la medida tenía la intención de prevenir los embarazos entre adolescentes; resulta muy probable que en la clase de anatomía a la que faltaron el presidente municipal, también de extracción panista, Eduardo Romero Hicks y el regidor fue donde explicaron que besarse no provoca embarazos. Ni al alcalde ni a los 10 regidores blanquiazules que aprobaron el bando se les ocurrió siquiera que tales embarazos son el resultado de la carencia de buenos programas de educación sexual con la correspondiente disponibilidad de métodos de anticoncepción.

El presidente municipal, por su parte, en un despliegue de elocuencia argumentó que es necesario castigar esas conductas «porque si no lo prohíbes, si no lo contemplas, la gente lo va a hacer». Si un alma caritativa pudiera hacer el favor de dirigirse a Guanajuato para informarle a Eduardo Romero que aunque «lo contemples y lo prohíbas» la gente de todos modos lo va a hacer.

Varios medios, especialmente los noticiarios de mayor audiencia de Televisa, dieron a conocer la resolución del ayuntamiento; el tema era no sólo invitación sino abierta provocación a la sorna ante estos intentos por imponer una idea trasnochada de recato y moral y así fue tratado en numerosas notas. Pronto estaban en youtube videos de comentaristas dando la información y hasta la cumbia «Ahí viene el mudo» con una adaptación en la letra (Ay viene Eduardo) que describe el intento de censura e incluye imágenes que dejan muy mal parados a los funcionarios del ayuntamiento, marcadamente al alcalde. Estos sitios señalan cientos de reproducciones.

Medios nacionales, estatales e internacionales, como la mismísima BBC de Londres, divulgaron la pifia guanajuatense, en los blogs las disposiciones fueron tomadas a chunga, hubo comentarios indignados y rechazo general al bando. Eduardo Figueroa, el intrépido secundariano, se perfilaba rápidamente como reo de cuerda si se le ocurría pasar por Guanajuato, como merecen ser tratados, según las autoridades municipales de ese lugar, a quienes dicen «güey». Hubiese aplicado, como dice la canción, ir rodeando veredas.

Reporteros de medios electrónicos e impresos buscaron la reacción de figuras públicas, con especial interés en los partidos políticos. En el edificio de Ángel Urraza (sede del PAN en el Distrito Federal) seguramente apareció la imagen de votos de los que brotaban alas para volar hacia otros partidos, lo cual hizo que el propio dirigente nacional del partido, Germán Martínez, exigiera a Romero Hicks frenar la aplicación de dicha prohibición. El dirigente panista en Guanajuato amenazó incluso con expulsarlo del partido si publicaba en la gaceta oficial el polémico bando y hasta el mismo secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, criticó a su correligionario.

Con tal desaprobación, el presidente municipal se vio obligado a recular; primero ofreció una conferencia de prensa en el famoso callejón del Beso, donde afloró su propia confusión, al asegurar que no se castigarían los besos sino los «besos olímpicos» o «tocamientos obscenos»; arreciaron las críticas y no tuvo más remedio que anunciar que el Bando de policía y buen gobierno sería devuelto a la Comisión Legislativa para su revisión y para integrar las propuestas ciudadanas.

Sin duda los medios jugaron un papel fundamental para evitar este atropello de la moral panista. Como correspondía, la iniciativa del alcalde guanajuatense recibió respuestas duras y otras muy ingeniosas. Maricela Contreras, presidenta de la Comisión de Equidad y Género anunció que convocaría a un maratón del beso, a ver si a todos los llevaban a la cárcel. Rafael Figueroa consideró que el bando representaba una afrenta en particular para el pueblo veracruzano y aun cuando la medida se hubiese echado atrás, él, por su parte, estaba dispuesto a organizar una delegación que acudiera a Guanajuato a hacer gala del jarocho lenguaje florido, con invitación especial a los representantes alvaradeños.

Periodista y colaboradora de la RMC

El artículo anterior se debe de citar de la siguiente forma:

Ramírez, Pilar, «Caminos de Guanajuato», en Revista Mexicana de Comunicación en línea,
Num. 114, México, enero. Disponible en: Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/politica.htm
Fecha de consulta: 22 de enero de 2009.

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