Consumos de los sistemas de televisión

Fotografía: "Televisión lado A" por Ángel Raúl Ravelo @ Flickr

Por Mariano Cebrián Herreros

La  expansión  de  la  TV  por  sus  diversos  sistemas  de  difusión  ha  sido  diferente  en  cada  continente  y  en  cada  país.  La  televisión  de  ondas  hertzianas  ha  sido  la  más  extendida  por  todos  los  países.  La  lucha  se  ha  planteado  en  torno  al  cable  y  al  satélite.  La  televisión  por  cable  tuvo  un  extenso  desarrollo  en  Estados  Unidos  y  en  algunos  países  de  América  Latina.  En  Europa  sólo  logró  implantarse  en  los  Países  Bajos  y  otros  del  centro.  La  llegada  del  satélite  tuvo  una  aceptación  muy  amplia  en  los  países  donde  no  había  TV  por  cable.  Sin  embargo,  en  los países  donde  ya  estaba  instalado  éste,  el  satélite  topó  con  grandes  resistencias  y  todavía  en la  actualidad  su  penetración  suele  ir  por  detrás  del  cable.

En Europa, el satélite ya está llegando a más hogares que el cable. Ha penetrado en unos 77 millones de hogares mientras que el cable alcanza 71 millones. Las ondas terrestres siguen con mayor asentamiento hasta lograr poco más de 86 millones, aunque en este caso sólo 48% son digitales y el resto sigue siendo analógico. Son cifras que marcan el orden de implantación.

A pesar de las diferencias hay que resaltar también cierta aproximación. Se ha pasado de unas diferencias amplias, casi insalvables, a otras menores. Esto pone de relieve el cambio en los consumos domésticos durante los últimos años. La competitividad no se establece sólo entre canales hertzianos como ha sido tradicional en Europa, sino también entre los sistemas de difusión a los hogares.

La digitalización avanza por todos los sistemas. En Europa, el satélite digital llega a 71 millones de hogares y el cable alcanza los 24 millones. Sin embargo, no pueden ser considerados como sistemas opuestos en su totalidad, sino que hay que considerar también las posibles combinaciones entre ambos. Es frecuente que el satélite se emplee para cubrir extensos espacios y que lleve las señales a las cabeceras del cable para que desde éstas la señal penetre en los hogares. De los 125 millones de hogares que cubre el consorcio de satélites Astra, 68 millones reciben sus ofertas en Europa y Norte de África por alguna cabecera de cable.

Dos innovaciones recientes están acelerando más el proceso de ampliación de la televisión. Se trata del desarrollo de la televisión digital terrestre (TDT) y de la organización de plataformas dentro de cada uno de los tres sistemas, así como algunas variantes y perfeccionamientos de las ofertas.

La Unión Europea ha establecido 2012 como el año en que toda la TV hertziana debe transmitir por la vía digital y que se produzca el apagón analógico. Algunos países ya han logrado realizarlo con varios años de antelación.  España, a partir del 3 de abril de este año, ya ha dado el salto definitivo a la TDT en todo el país y ha dejado de emitir en analógico. Ello ha supuesto un enorme incremento de canales hasta llegar a unas 30 ofertas entre los de cobertura estatal, regional y local para cada cualquier punto del país. En un momento de crisis económica esto tensa más el mercado. El Gobierno ha tenido que eliminar la publicidad de la televisión pública estatal para que la inversión publicitaria vaya a los canales privados.  Asimismo ha permitido que se creen canales digitales terrestres de pago y ha autorizado la fusión de canales siempre que entre los que se unan no superen 27% de la cuota de pantalla del total del país. Son transformaciones técnicas y administrativas que llevarán inexorablemente a las modificaciones de los contenidos que es donde se sitúan los intereses de la audiencia para entregarse a unos canales u otros y a unos sistemas u otros.

Junto a este cambio se observa el desarrollo de las plataformas como grandes organizaciones de canales dentro de una o varias ofertas por cada uno de los sistemas de difusión. Hasta ahora esta concepción de plataforma la han explotado los sistemas de cable y de satélite con ofertas de varias decenas de canales de televisión, además de radiodifusoras y retransmisión de otras emisoras del  mismo o de otros países. Son ofertas abundantes con diversas modalidades de pago según los deseos de consumo de cada usuario.

La novedad viene actualmente propiciada por la organización en miniplataformas de la televisión digital terrestre. La señal analógica tradicional se transforma en un múltiplex con cuatro o más canales en cada uno de ellos. Resulta frecuente que a las empresas que antes disponían de un canal analógico, ahora se les otorgue un múltiplex de cuatro canales. Esto permite, por un lado, trasladar la oferta del canal analógico tradicional a un canal digital y, por otro, disponer de otros tres canales para la diversificación de contenidos. Existe una tendencia a emplear al menos uno de esos canales a incorporar contenidos especializados como los deportivos, cinematográficos, infantiles, etcétera, de pago.

La autorización de las fusiones lleva consigo que las empresas nacientes de la alianza pasen a contar con ocho o más canales, lo cual les da un sentido mayor de plataforma para combinar diversas opciones temáticas. Sin embargo, tal enriquecimiento y variedad de canales está creando otros problemas en el mercado. Si ya existían dificultades en el sistema analógico con menos canales, ahora las incertidumbres aumentan y no se aprecia una salida clara. El cambio deberá ser drástico. Ya no sirven los modelos de negocio ni de servicio actuales y, por tanto, habrá que crear otros modelos. Para ello hay que volver al punto inicial de siempre: la imaginación y creatividad para ofrecer otros contenidos, otras formas narrativas, otros servicios.

La innovación técnica introduce en los tres sistemas la alta definición. Es una mejora de la calidad televisiva. Ya se lleva algunos años con ofertas en los sistemas de cable y de satélite. Según el Informe Satellite Monitor de la empresa satelital europea ASTRA de finales de 2009, la difusión de ésta en alta definición llega a seis millones de telespectadores y tiene una oferta de 140 canales de emisión permanente.

Hoy se da el salto también a su presencia en la TDT. Pero este cambio también requiere modificaciones en los televisores y, en consecuencia, es otro reto para los fabricantes y, sobre todo, para los usuarios que observan que cada una de esas innovaciones le obligan a cambiar de televisor o introducir los correspondientes adaptadores con los costos que ello supone. Además implica la necesidad de  aprender a manejar y combinar cada uno de los mandos a distancia para atinar con el sistema, el canal o el programa que en cada momento se quiera seguir. Desde 2005 en Europa se han vendido 125 millones de televisores de la modalidad HD Ready.

Otros sistemas emergentes son el del cable telefónico con ADSL y la televisión en Internet o IPTV. La TV por líneas telefónicas con ADSL está explotada por las operadoras telefónicas. Es plenamente digital y cuenta con una penetración de nueve millones de hogares en Europa. Ha entrado en una lucha competitiva muy intensa con el sistema de cable tradicional para conseguir incrementar el número de abonados ya que junto al servicio de televisión ofrece el de telefonía de voz y el acceso a Internet, conocidos como el triple play. Es un negocio más. Al disponer de opciones de más canales, amplía sus ofertas a la carta con unos videocatálogos amplios.

La televisión en Internet se halla todavía en sus primeros pasos y no se dispone de datos fiables sobre su consumo. Es un sistema que por su potencial competitivo llevará a otro reajuste de los consumos televisivos entre los sistemas de difusión.

Más reciente es la oferta de la televisión por telefonía móvil. Ya se está pasando de las experimentaciones a las consolidaciones de algunos canales. Pero tampoco en este caso se dispone de datos precisos, aunque la medición para las operadoras del móvil es constatable ya que cuentan con el registro propio de los tiempos, lugares y demás datos de las conexiones. Además de esta información que posee cada operadora, interesan los datos de todas para compararlos, pero no existen todavía sistemas de medición rigurosa para ello.

En el horizonte aparece otra novedad de gran innovación: la televisión en 3D, un formato que en el cine está dando unos resultados excelentes y que trata de llevarse a la televisión. Ya existe la oferta de algunos programas en fase experimental, pero falta la adaptación de los televisores que supondrá otro gran cambio para los consumidores.

Se incrementan los sistemas de difusión-recepción, se amplían las plataformas por los mismos y se multiplican los canales. Constituye un crecimiento exponencial que transforma totalmente el panorama de la TV y que obliga a delimitar en todo momento de qué variante televisiva se quiere hablar para evitar cualquier confusión.

Cada sistema tiene su singularidad. La comparación de datos sobre la penetración del conjunto y de cada sistema en particular propicia un conocimiento sobre el permanente reajuste de los mismos según los cambios que se van produciendo en los consumos de los usuarios. Esto es sólo el comienzo de una nueva etapa calificada en su conjunto como digital y desconocemos cuál será la evolución dentro de unos años. La investigación tiene que hacer el seguimiento en pleno cambio y, por tanto, sus avances sobre el consumo siempre serán provisionales.

 

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico: marceb@ccinf.ucm.es

2 comentarios a este texto
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