¿Abdicar o eximir? Un análisis semiótico del mensaje del Rey de España Juan Carlos I

  • La Dra. Evelyn Norma Castro, especialista mexicana en análisis de discursos de actores sociales y políticos, nos presenta un estudio puntual sobre las estrategias discursivas que utilizó del Rey Juan Carlos de España al anunciar su abdicación y tratar de mejorar la imagen de la Corona.
  • El 80% del mensaje del Rey sirvió para que hablara de sí mismo, diera explicaciones, agradeciera, se despidiera y justificar sus decisiones y su actuación, según arroja el estudio.
Gráfica del mensaje ofrecido por el Rey Juan Carlos al anunciar su abdicación.

Gráfica del mensaje ofrecido por el Rey Juan Carlos al anunciar su abdicación.

Por  Evelyn Norma Castro Méndez

El Rey Juan Carlos I de España anunció el 2 de junio su decisión de abdicar al trono a través de un mensaje televisivo.

Su hijo, Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, asumirá el cargo el próximo 19 de junio, rodeado de una convulsionada situación económica, política y social, que amenaza no sólo a la permanencia del sistema monárquico, sino a la estabilidad y unidad del reinado español.

La determinación del Rey de 76 años y con 39 años de reinado, fue dada a conocer en un mensaje que duró seis minutos y 27 segundos.

La Casa Real de España publicó en su portal electrónico (1) el video y la versión íntegra del comunicado. Ante la relevancia de este acontecimiento, consideramos pertinente analizar dicho mensaje desde una perspectiva semiótica.

 

La recreación de la escena

El espacio laboral fue el lugar elegido para dar conocer la noticia. Se trató del despacho del Rey Juan Carlos, quien apareció sentado frente a su escritorio. Del lado derecho se colocaron dos fotografías, en una aparecían Juan Carlos I, el Príncipe Felipe y su hija Leonor (2).

En la segunda foto, el monarca español estaba junto a su padre Juan de Borbón. En el ala izquierda, permanecieron las banderas de España y de la Unión Europea. El fondo fue una pared de madera, donde no había ningún adorno adicional, pese a que es sabido que se encuentra colgado un cuadro con la imagen de Fernando de Borbón.

El escaso manejo de cámaras que tuvo la transmisión, mediante una toma fija de medium shot, aunado al mal fondo y los errores de iluminación (3), hicieron que la escena enunciativa fuera poco atractiva para el nivel de envergadura que exigía dicho acontecimiento.

En el terreno simbólico, el uso de la bandera española sirvió para reforzar el nacionalismo que el Rey infundó en su discurso. Mientras que la insignia de la Unión Europea tenía relación con los señalamientos que Juan Carlos I expresó con relación a que durante su mandato se logró la plena integración de España a Europa.

Destaca que las fotos son de tres miembros clave de su familia, al ser sucesores de la Corona. Juan de Borbón, el Príncipe de Asturias y la Infanta Leonor.

En su mensaje se presentó una confluencia del pasado, el presente y el futuro del sistema monárquico, que concordó con el paralelismo que manejó el comunicado, respecto a que Juan Carlos I y Felipe asumían el cargo en condiciones similares, por ello eran impulsores del cambio que el país necesitaba.

Sobresale que las infantas Elena y Cristina fueron totalmente silenciadas del discurso visual y verbal, en función de que ésta última y su esposo Iñaki Urdangarin, son los mayormente involucrados en escándalos de corrupción.

Por su parte, la princesa Letizia y la reina Sofía son mencionadas en el texto, pero no forman parte del mensaje visual. Se deduce que no aparecen por no figurar en la línea de ascensión al trono.

La vestimenta del monarca fue sobria: un saco y camisa gris claro y una corbata verde. En la semántica del color, se considera que el gris es el color de todas las miserias que acaban con la alegría de vivir; representa lo horrible, cruel e inhumano. Es el reflejo de una personalidad cerrada e introvertida. Expresa depresión y soledad y es el tono de la vejez. Paradójicamente, también es el color de la teoría y la reflexión (4). En términos de proyección pública, parece que este color no fue la mejor elección para la aparición mediática del Rey.

El tono de voz del monarca fue lento, pausado y plano. Su rostro lució inexpresivo, cansado y acartonado. Una imagen contraria a la gallardía, el uniforme militar y mirada firme que proyectó en su entronización de 1975 (5).

Destaca que la mayor parte del tiempo, Juan Carlos tuvo las manos entrelazadas, gesto que sirve para mostrar un grado de autoridad, aunque también proyecta una actitud hostil, negativa, ansiedad y frustración (6).

En términos generales, el discurso visual no sirvió para cumplir con el cometido que se propuso el Rey en su mensaje: “me acercó […] para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión”.

 

El orden del discurso

El texto del monarca consta de 25 párrafos, que incluyeron un total de 27 oraciones (7). Los párrafos más cortos (8%) nos ubican en la escena enunciativa, el emisor (Su Majestad el Rey), el receptor (los españoles), el lugar y la fecha (Palacio de La Zarzuela. Madrid, 02.06.2014).

En tanto que los más extensos sirvieron para explicar su nivel de compromiso con las aspiraciones y sufrimientos de los españoles; la presentación del Príncipe de Asturias como candidato a jefe de Estado y la decisión de Juan Carlos I de poner fin a su reinado.

El tema de la abdicación se manejó con cierto escepticismo, pues el título del comunicado fue escueto y no daba mayores datos (Mensaje de Su Majestad el Rey a los españoles).

Daniel Prieto señala que el orden del discurso no es casual. Por ello, el análisis sintagmático nos permite reconocer la manera en que se organiza un texto para atraer, dosificar u ocultar un tema (8).

Este tipo de análisis arrojó que el 80% de los párrafos sirvió para que el Rey hablara de sí mismo, diera explicaciones, agradeciera, se despidiera y justificar sus decisiones y su actuación.

El texto comienza por mencionar que se va a dar a conocer una decisión importante y las razones que la sustentan, aunque se mantiene el misterio de a qué se refiere.

Es hasta el párrafo 21, casi al final del mensaje, cuando el Rey anuncia su abdicación. El discurso concluye con una frase de carácter nacionalista y altamente emotiva: “guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón”.

La inclusión del tema del relevo casi al concluir el mensaje, refleja lo difícil que fue tomar y hablar de esta decisión, pues implicaba reunir una gran cantidad de elementos discursivos que la sustentaran, sin provocar daños colaterales a la imagen pública de la Corona como institución.

De los párrafos 2 al 14, es decir casi el 52% del texto, el soberano se enfoca en explicar lo que fue su reinado, la forma en que lo asumió, agradecimientos y compromisos cumplidos, así como en la crisis económica y la nueva generación que reclama el papel protagonista de la historia.

En el párrafo 15 se da un avance de la abdicación, con la frase “hoy merece pasar a la primera línea a una generación más joven”, pero antes (9) apunta que desea el bienestar de España y que lo que va a anunciar lo pensó en su cumpleaños 76.

La abdicación se maneja como una determinación bien planeada, no producto de una presión coyuntural.

En el párrafo 21 se dan a conocer las virtudes del Príncipe de Asturias para ser jefe de Estado, y los dos párrafos siguientes se anuncia la abdicación, tema que sólo ocupó el 12% del discurso, por lo que no fue el más dominante, además de que para llegar a éste, hubo que recorrer una ruta de justificación y aclaraciones.

Los tres párrafos (12%) siguientes fueron aprovechados en la misma proporción para agradecer a sus colaboradores y despedirse de los españoles.

Gráfico elaborado por Evelyn Castro.

Gráfico elaborado por Evelyn Castro.

 

Al ubicar en cada una de las 27 oraciones el tema dominante, encontramos que el cumplimiento de los compromisos fue lo más destacó, seguido de los agradecimientos, la abdicación y la esperanza de un mejor futuro.

 

Los tópicos escabrosos como la crisis y la ”nueva generación” que está en las calles exigiendo reformas, fue de lo menos referido, al igual que las dos figuras femeninas de la realeza que mejor posicionamiento tienen en la opinión pública: la Reina Sofía y la Princesa Letizia.

 

El legado del Rey

Tomando como marco teórico el modelo de las funciones del lenguaje (10) del lingüista ruso Roman Jakobson, en el análisis semiótico se encontró que la función emotiva fue dominante en el discurso, misma que responde a dos interrogantes ¿quién es el emisor y qué dice de sí mismo?, seguida de la referencial, centrada en la dimensión contextual de lo que se habla.

A continuación, figuró la función metalingüística, que tiene como propósito aclarar el sentido de una palabra o idea, y la conativa, centrada en lo que se le pide hacer al receptor.

La función poética, de carácter estilístico estuvo ausente, ya que no interesaba resaltar la estética del discurso.

 

Sobresale que cada uno de los planteamientos positivos (49 menciones) en torno al Rey, se construyeron a partir de la primera persona del singular y en el 28% de estas aseveraciones se empleó el nosotros inclusivo (13 veces), una estrategia discursiva que sirve para establecer con el receptor una relación de empatía.

 

De esta forma, el monarca comparte con el pueblo, logros y sufrimientos, incluyendo a la crisis económica, lo que le permite también ser víctima de los “difíciles años”, como el Rey le llamó a este periodo.

Gráfico elaborado por Evelyn Castro.

Gráfico elaborado por Evelyn Castro.

 

Él apunta que lo que se ha conseguido como nación ha sido un esfuerzo conjunto, y por ende la crisis ha sido producto de “nuestros errores y nuestras limitaciones como sociedad”, con lo que aclara que no es responsabilidad ni de su gestión ni de los abusos de la familia Real. Incluso, intenta ser optimista al afirmar que los “difíciles años” también han servido para sacar a la luz la conciencia y orgullo español.

Si bien no hace alusión directa a los escándalos de corrupción de su familia, se deslinda de estas acusaciones al referir que “mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles”.

Discursivamente, el monarca se autoasigna atributos que lo hacen ver como un líder reformista, emprendedor, cercano a la gente, trabajador, visionario, comprometido, responsable, fiel, respetuoso del legado histórico, precursor de la democracia en su país, realista, agradecido, amante de España, cumplidor de sus funciones y en un tono paternalista dice: “he querido ser Rey de todos los españoles”.

Resalta que en ningún momento, incluye a la honestidad como uno de sus valores

Con relación a su sucesor, el Príncipe Felipe tiene menos de la mitad de menciones (20) que las que tuvo el Rey. Todo lo que se dice de él, apuntala a que es la persona idónea para asumir la Jefatura del Estado. Se le considera el representante de una generación nueva y joven; con nuevas energías, decidido, determinante, emprendedor, reformista, flexible, valiente, renovado, maduro, preparado, responsable, garante de la estabilidad, precursor de la esperanza, y quien siempre tendrá el apoyo de la Princesa Letizia.

Es la identidad encarnada de la institución monárquica, heredero de la Corona e hijo de Juan Carlos I.

 

Conclusiones

El análisis semiótico nos permite identificar que el Rey aprovechó el anuncio de su abdicación, para mejorar su imagen pública y acotar su responsabilidad en la crisis económica de España, ello con el fin de allanar el terreno para el ascenso de su hijo al trono y contrarrestar las voces que demandan la desaparición del sistema monárquico.

La réplica oral que el soberano quiso transmitir “con singular emoción”, no sintonizó con la comunicación no verbal, ya que se detectaron varios errores que hicieron que lo dicho, perdiera fuerza y acabara en despedida gris del impulsor de la democracia en España.

El Rey hizo hincapié en su legado para hacer de España una moderna y gran nación, y presentar los argumentos positivos que sustentaron su decisión, en función de que evaluó su edad y la necesidad de dar paso a una nueva generación, que responda a lo que reclama la nueva generación de españoles y no a presiones externas.

 

Resumen curricular

Evelyn Norma Castro es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas (FCPyS) de la UNAM.  Se ha especializado en el análisis de discursos de actores sociales y políticos, así como en los estudios de género, comunicación político-electoral y Medio Oriente.

Actualmente, desarrolla una estancia postdoctoral en el Centro de Estudios de Asia y África del Colegio de México. Contacto: evelyn1309@yahoo.com.mx. Twitter: @EvelynnaCastro

 

Bibliografía

 

 

  • Fuster, Fernando. Comunicación estratégica I, 2007, 144 pp.

 

  • Jakobson, Roman. Ensayos de lingüística general. Seix Barral, Barcelona, 1981, 406 pp.

 

 

  • Meyenberg, Yolanda y José Antonio Lugo, Palabra y poder. Manual del discurso político. Grijalbo, México, 2011, 155 pp.

 

  • Prieto, Daniel. La Fiesta del Lenguaje. Ediciones Coyoacán, México, 2000, 246 pp.

 

  • Salgado, Eva. El discurso del poder, informes presidenciales en México (1917-1946). Porrúa-CIESAS, México, 2003, 563 pp.

 

 

Notas al pie de página

 

1    Disponible en la siguiente dirección electrónica: http://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle.aspdata=5345

2    Fue una fotografía que se usó cuando se estrenó la nueva página web de la Casa Real. AFP. “Gobierno de España aprueba la abdicación del rey”, en http://www.nacion.com/mundo/Gobierno-Espana-aprueba-abdicacion-rey_0_1418458218.html

3    Mohorte, A. “La derrota del Rey: la triste comunicación no verbal de una abdicación”, en  http://www.valenciaplaza.com/ver/132530/oratoria-rey-juan-carlos-abdicacion-comunicacion-no-verbal-derrota-triste.html

4    Lezama, Gabriela. Color gris, investigación en color gris, p. 4-5, enhttp://www.uniweb.cl/gabriela.lezana/gris.pdf

5    Mohorte, A. Idem.

6    Fernando Fuster. Comunicación estratégica I, p. 767

7    Tres párrafos son de siete líneas, ocho de tres, cinco de cuatro, cinco de dos, y dos por una, uno por cinco y uno por seis.

8    Prieto, Daniel. La fiesta del lenguaje, p. 167-168

9    Párrafos 16 al 19 que representan 16% del comunicado.

10  Señala que cada participante en el ciclo de la comunicación ejerce una función. El emisor tiene la función emotiva, el perceptor, la conativa, el código la metalingüística, el mensaje la poética y el contexto la referencial

 

2 comentarios a este texto
  1. Evelin Norma, dices que: Una con­vul­sio­nada situa­ción eco­nó­mica, polí­tica y social, que ame­naza no sólo a la per­ma­nen­cia del sis­tema monár­quico, sino a la esta­bi­li­dad y uni­dad del reinado español. Te convendría enterarte mejor de las cosas cuando haces este tipo de exposiciones, porque el simple echo de ser analista política y socióloga, no te otorga ningún conocimiento en especial donde tus verdades sean razones… Primer error que cometes: Los españoles en una mayoría de más de un 80 % somos monárquicos, con lo cual se cae uno de tus argumentos de peligrosidad a que caiga la corona. Segundo error; por la libertad se lucha en tu país, aquí tenemos hace mucho tiempo una de las mayores libertades del Mundo… Y por último, en España, se trabaja por ejemplo, para tener como mínimo, dos casas dos coches… etc, etc… y no por la supervivencia para poder comer todos los días…. De 45.000.000 de habitantes 5.000.000, lo pasan mal… y 40.000.000 viven bien… cuando quieras hacer una acción comparativa, no olvides que en tu país, viven bien 5.000.000 y el resto sobreviven…. ¿QUE QUIERES DECIR CON ESTA EXPOSICIÓN QUE HACES? Un cordial saludo.

  2. Me parece importante resaltar que la mayoría de los argumentos del Rey Juan Carlos tienen como base ciertos precostruidos culturales y sociales propios de una nación en donde coexisten las formas de gobierno democráticas con las del reinado, aunque este precisamente no tenga hoy día facultades en su totalidad para gobernar. Se trata entonces de un discurso persuasivo que intenta compartir ciertos valores socioculturales como es el lugar y valor que ocupa el reinado históricamente en el pueblo español. Ello se hace patente en efecto con argumentos emocionales que intentan evocar la nostalgia por ese reinado que pretende renovarse, «rejuvenecerse». De esa manera habla a un colectivo de identificación que tácitamente excluye a los detractores del monarca. Pero lo hace mediante el recurso estilístico y retórico de los eufemismos para afirmarse y, con ello, mostrarse afable. El discurso producido del Rey queda en el escenario de los efectos posibles para influir en una España que si bien admira a su rey, también se debate por transitar hacia formas democráticas de organización de la vida social.

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