Periodismo regional en tiempos de violencia

Reseña de Violencia y periodismo regional en México

Violencia y periodismo regional en México

Por José Reveles

Esfuerzo loable, generoso, incluyente, plural, ambicioso en la geografía y en la temática, circula ya el libro Violencia y periodismo regional en México. Fue elaborado por una pléyade de autores de una docena de estados de la república coordinados por la doctora Celia del Palacio desde la Universidad Veracruzana, con un proyecto que patrocinó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Desde un texto introductorio de la doctora Mireya Márquez, egresada de la UAM Xochimilco y profesora e investigadora de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana, se describe la vulnerabilidad del periodismo regional en México y cómo se registra el impacto de la violencia criminal en la que ella describe como “cultura periodística post-autoritaria”.

Rutilio García Pereyra y Salvador Salazar Gutiérrez se adentran en hurgar dentro de un periodismo, como el de Ciudad Juárez, que ha de ejercerse en medio de una zona de conflictos, agravados al extremo con la llegada de las fuerzas armadas y las policías federales.

Pocos voltean a ver el oficio periodístico tan cuesta arriba que se practica en Aguascalientes (aquí lo analizan Salvador de León Vázquez y Emma del Rocío Hernández Tapia); en Chiapas donde hace tiempo no se asesina a periodistas, pero es normal descalificar a profesionales de prensa, radio y televisión para restarles credibilidad, relata Sarelly Martínez Mendoza.

El retorno del PRI está marcado en Guadalajara por la contención informativa, por la vuelta a viejas prácticas de control de los medios, subrayan las expertas Gabriela Gómez Rodríguez, Yamiris Méndez Pupo y Montserrat Cortés Serrano.

Si cualquiera desea enterarse de cómo se torna difícil ejercer el periodismo en estados fronterizos, que lea a Jeannine E. Relly y a Celeste González de Bustamante. Autocensura, exilio, búsqueda de asilo son ya patrones “normales” para reporteros, fotógrafos y camarógrafos.

“En Veracruz se aprende a vivir con miedo”, escribe la propia Celia del Palacio en torno a la entidad donde hay más riesgos para los periodistas.

Sonora no es, ni de lejos, la entidad más pacífica del país, como pregonaban sus gobernantes del PRI o del PAN indistintamente. Sinaloa, cuya del Cártel de la droga más importante en la república, mantiene en alerta permanente y a la expectativa de no ser arrollados por la violencia, a sus informadores y analistas.

Hay en este libro indispensable medio millar de páginas llenas de información, datos duros, análisis y reflexiones sobre la práctica regional del oficio más bello… y ahora más peligroso del mundo.

Del Palacio, C. (2015). Violencia y periodismo regional en México. México, D.F., México: Juan Pablos Editor.

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