Encuentros
La tarde de Sinergia en el Centro Nacional de las Artes

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No. 153-154 / enero-diciembre 2024 / crónica

Paolo Sánchez Castañeda

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


Sinergia. Festival de Radios Universitarias
Red de Radios Universitarias de México (RRUM)
Centro Nacional de las Artes, Ciudad de México, octubre de 2023.

Fotografías: Alejandro Juárez Gallardo, Dirección de Comunicación Social


Hay encuentros que sólo acontecen con motivo de confluencias.

7 de octubre de 2023. (CENART). Los jardines inconsecuentes del Centro Nacional de las Artes, donde entre metros y metros andados se levantan montañas de tierra y pasto, lucen habituales. Más allá, en la marejada, Río Churubusco concitó el rumor perpetuo de los motores que se han vuelto ya, a golpe de rutina de las 8 de la mañana, la banda sonora del lugar.

Por ahora, lo único que dejó verse es una promesa: apenas un escenario vacío.

En unas horas tendría lugar Sinergia, el primer Festival de Radios Universitarias. Para el CENART, sede del encuentro, la celebración significó una oportunidad para abrir sus puertas a la diversidad. Así lo dijo su director, Antonio Zúñiga Chaparro, en conferencia de prensa: “El Centro Nacional de las Artes está buscando abrirse. Está buscando abrir las puertas y abrir las consonancias con todas y todos los espectadores y espectadoras de la ciudad y del país. Requerimos que este espacio se convierta de un, ahora sí que búnker neoliberal, en un búnker abierto a toda la comunidad y a toda la sociedad”.

La realización del festival fue un esfuerzo de la Red de Radios Universitarias de México (RRUM), asociación fundada el 1 de junio de 2015 tras la desaparición del Sistema Nacional de Productoras y Radiodifusoras de las Instituciones de Educación Superior (SINPRIES), con el objetivo de integrar las frecuencias universitarias en contenidos y producciones de calidad enfocadas a la cultura.

Al pasar los minutos, trepados en la tarima, los titulares de varias de las radiodifusoras asociadas a la RUUM tomaron la palabra para convenir que Sinergia es mucho más que un simple festival de música. Así lo destacó Sandra Fernández Alanís, responsable del Programa Universitario UAM Radio y presidenta de la RRUM: “El significado va más allá: es la unión de medios de servicio público. Es la unión, la hermandad, la radio de servicio público, la radio universitaria. No competimos; al contrario, nos fortalecemos”.

En principio, pocas orejas deambulaban por los pastos del CENART cuyos accesos estaban resguardados por barricadas metálicas. El encuentro, en todo caso, no ocurrió sólo allí, a la orilla de estrepitosas avenidas, sino también por medio de las radiofrecuencias. El festival fue transmitido a través de las estaciones de Radio IPN, Radio UNAM, UAM Radio, Ibero 90.9, Radio Anáhuac, Reactor 105, Radio Educación, Altavoz Radio, Código 21, así como en Canal Once, 22 y 23.

Los boletos para asistir fueron entregados en campus universitarios y mediante dinámicas y activaciones establecidas por las radiodifusoras participantes.

De ahí en adelante, la tarde en el CENART transcurriría entre sonidos desemejantes. El primero de ellos es el de FU-ZË, agrupación potosina ganadora del primer lugar en la convocatoria Nómada por la categoría mejor pieza musical. El reconocimiento fue entregado, de acuerdo con el propio concurso, “para promover la participación de las y los estudiantes en la radio universitaria en diferentes campos creativos y contribuir a la comunicación pública entre el público juvenil y universitario”.

Para César Ruiz, guitarrista de FU-ZË, entre cuyos ritmos destacan el funk rock, el rhythm and blues y los vaivenes electrónicos, Sinergia es un espacio valioso para propagar nuevos conceptos musicales: “Es súper importante para la difusión de artistas emergentes y de otros estados que muchas veces no logramos el alcance que deseamos”.

Pero Sinergia no trató solamente sobre nuevas melodías. Ya desde su arranque Plan 16 hacía corear a los presentes viejas y disímiles canciones conocidas como “Besos en Guerra”, “El ataque de las Chicas Cocodrilo” u “Ojos Marrones”.

Del otro lado, quienes se agolpaban en las barricadas conjuntas al escenario animándose a dar los primeros pasos de baile eran en su mayoría universitarios que obtuvieron su boleto con anterioridad. No obstante, algunas excepciones se sumaron al paisaje como dos niños que, con entusiasmo, ensayaban bajo los ritmos urbanos, surf y ska de Vainilla Industrial, saltos, volteretas y compases más provenientes del afecto que de la convención que tales melodías demandan.


De los saltos y volteretas del ska, que se convertiría en uno de los ingredientes reiterados de la tarde, los sonidos que ahogaban el rumor automovilístico de las afueras, se transformaron con las horas en el ruido garage y psicodélico de Mengers, el soul y el jazz de Sátiros, los asomos de reggae y rocksteady de Girls Go Ska, y las armonías pop y tropicales de Disco Bahía. La clausura estuvo a cargo de La Tremenda Korte, reputada agrupación del ska nacional nacida en la década de 1990: coyuntura cenital para la incrustación del género en la identidad musical del país.

En medio de su presentación, entre distorsiones instrumentales, Carlos Calderón, vocalista y guitarrista de Mengers, agradeció a todas las radios universitarias: “Gracias a todas las Radios por unirse, por hacer un festival. Está chingón. Está bonito el CNA. Si pueden vayan a la Cineteca, está aquí al lado, al rato cuando termine el festival. Viva la Cineteca”.

Es difícil saber si algún asistente atendió la recomendación de Calderón. Probablemente no. Sucede, en todo caso, el efecto contrario. Con el transcurrir de los acordes, Sinergia se plagó de asistentes incautos. Personas que consiguieron su boleto de improviso, a las afueras de la mentada Cineteca o a un costado del auditorio Blas Galindo. Oídos llamados por resonancias inesperadas.

Así, la conversación recurrente, para matar el tiempo en lo que se espera al grupo siguiente, versó sobre lo desconocido: “Venía pasando y me llamó la atención”; “No conozco a nadie”; “Vengo más en la onda de descubrir”; “En realidad venimos a cotorrear”.


En poco rato, Sinergia alcanzó a viejas y nuevas audiencias de universitarios, aventureros, curiosos y radioescuchas. Al final de la jornada, al son de Príncipe León, cientos de concurrentes (6000 a lo largo del día) saltaron chorreantes, arremolinándose en slams y cantos compartidos

El sábado 7 de octubre, el cobijo de los jardines inconsecuentes y sus renovadas bandas sonoras dejó el siempre grato sabor de la convergencia. El promisorio resultado que da cuenta de la experiencia colectiva encausada por la colaboración radial.

Quince medios, 8 bandas, 6 radios universitarias. Hay encuentros que sólo ocurren con motivo de sinergias.