La programación musical y la defensoría de las audiencias

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Entrevista con Laura Martínez, Lucero Baquerie y Eduardo González, programadores musicales de UAM Radio 94.1

No. 153-154 / enero-diciembre 2024 / entrevista

Ian Baruch Soto García

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA, UNIDAD CUAJIMALPA


La “promoción activa de la audiencia” es importante para Lucero Baquerie porque es la manera en que el público puede participar en la parte creativa de la programación radiofónica, así como un modo de promover diferentes géneros y estilos que reflejen un ambiente inclusivo. Por su parte, Laura Martínez destaca que, al formar parte de la radio universitaria, es necesario incorporar al contenido los temas abordados en las aulas: crítica, construcción del tejido social y reflexión sobre aquello que pasa en la actualidad. Eduardo González coincide con sus colegas y agrega que, en la programación, al ser una actividad profesional, es fundamental hacer investigación y brindar comentarios que estén fundamentados para que no resulten de ocurrencias. Esto destacan tres programadores de UAM Radio 94.1 al pensar sobre el rol de su profesión en la defensa de los derechos de las audiencias.

Eduardo González es programador en UAM Radio desde 2011 y es uno de los fundadores de la estación. Llegó debido a que, durante su formación en la UAM Xochimilco, era conocido por su afición a la música.

—También había colaborado en un espacio que había en la universidad que se llamaba Cueyatl Radio en el que algunos estudiantes hacíamos radio desde el edificio de comunicación. Lo que hacíamos era agarrar una bocinita, caminar hasta la cafetería, dejarla ahí, regresar al edificio de comunicación y empezar a transmitir.

Eduardo cuenta que este proyecto le impulsó a entrar a la radio ya que ahí comenzó a aprender cómo se hace un programa: preproducción, producción, entre otras cosas. Actualmente, Eduardo participa como locutor en UAM Radio de lunes a viernes, a las cuatro de la tarde, en Conektor. Aborda distintas temáticas musicales.

Lucero Baquerie conduce Hola futuro de lunes a viernes a la una de la tarde. Habla sobre temas de ciencia y tecnología, y tendencias musicales. También ha participado en distintas producciones junto a sus compañeros del departamento de continuidad y enlace: This is, la cual ofrece una selección musical de estrenos para llevar “una propuesta diferente a los escuchas”; Radar, que realiza cápsulas con artistas que tienen un nuevo sencillo o álbum, o que realizarán alguna presentación; finalmente, ¿Y por qué por qué?, un espacio que presenta entrevistas con artistas infantiles a lo largo de la semana dentro de la barra destinada a las infancias.

—Como te podrás dar cuenta, tenemos muchas producciones relacionadas con la música que nos ayudan. La selección musical es algo importante para nosotros. Además, nos ayuda a nutrir la música que se escucha todos los días.

Laura Martínez es egresada de la carrera de Comunicación Social por la UAM Xochimilco. Antes de llegar a UAM Radio participó en un proyecto de internet llamado Frecuencia UAM y en el Departamento de Acopio y Comunicación electrónica de Rectoría General. Allí aprendió actividades propias de una estación de radio. Por ejemplo, para programar utilizaba un software, llamado “ZaraRadio”, que recomienda y considera valioso para quienes desean incursionar en este medio. Después recibió una invitación para incorporarse a la frecuencia 94.1 y ahora participa en un equipo en el que considera que todas y todos toman decisiones:

―Es algo que me gusta; que exista el diálogo de cómo se va a construir este discurso de contenidos musicales. Lo hacemos como un trabajo en conjunto […]. Creemos que la música y todas las artes tienen un impacto social.

Como ejemplo, Laura menciona el espacio que conduce, nombrado Ser es humano, que se transmite de lunes a viernes a las 11 de la mañana. Éste aborda temas de género y diversidad sexual que acompaña con una selección musical que la locutora denomina “música con propósito y causa”. Se refiere a una playlist en la cual hay artistas, solistas o proyectos que se autodefinen como “artivistas” y que buscan provocar conciencia, impactos positivos o reflexión sobre distintos temas.

Como integrantes del Departamento de Continuidad y Enlace, Lucero, Laura y Eduardo también se encargan de contactar con instituciones y personas, supervisan que la programación salga conforme el plan y gestionan todo lo relacionado con pautas legales, promocionales, identificaciones, contenido hablado y musical. Además, realizan la programación 24 horas del día los 7 días de la semana.

Crear un discurso a través de la programación

—¿Cómo realizan esta actividad desde el ámbito profesional?

—Uno podría decir que cualquier persona lo puede hacer. Y sí. Solamente que, para empezar esta actividad, se requiere del manejo de un software. Eduardo cuenta que en UAM Radio usan Dalet. Es un programa de computadora que permite mantener en orden la parrilla de contenidos diaria de la estación. Considera que dedicarse a lo que le gusta es un privilegio. Sin embargo, esto no quita que sea una actividad que requiera de ciertos conocimientos y formación. Además, para programar y para definir el orden de las canciones Eduardo trata de verse como un DJ.

― La idea es hacer que todos esos géneros puedan confluir en un segmento de tiempo […]. Es importante pensar que no estás programando para ti, sino que estás programando para alguien más, para la gente que te va a escuchar, para la gente que sigue la estación, para la gente que descubre la estación.

Para lograr todo esto, destaca lo que llama “la creación de un discurso”. Esto permite definir un orden en la programación musical para que “no suene solamente a que escogiste una opción aleatoria de canciones”. Si no existe una lógica o estructura, las audiencias pueden desinteresarse. Agrega que la atención de las personas es fugaz mientras usan sus dispositivos por lo que hay pocas oportunidades para que formen parte de tu público.

Lucero Baquerie señala que, para definir un discurso musical, hicieron un estudio con el alumnado de la UAM mediante encuestas, buscaron saber lo que las personas querían escuchar y qué edades tenían. El estudio arrojó que el rango de edad de las personas que más participaron en la encuesta era de entre 25 y 35 años; sin embargo, esto no deja de lado a las otras audiencias pues buscan promover la diversidad e inclusión en la estación. Por otra parte, los géneros musicales seleccionados fueron electrónica, rock, urbana y hip hop.

También hay otro factor que toman en cuenta en la programación musical y es la difusión de la participación de las “audiencias creativas”:

—Cada dos meses —explica Lucero— se hace una selección de 10 sencillos y cada dos meses se van rotando en nuestra programación de lunes a viernes, tienen tres impactos diarios estos artistas y creo que es una muy buena alternativa porque en ocasiones cuando tú eres un artista que apenas estás saliendo y no tienes el apoyo […] que una estación de radio toque tu música te abre la oportunidad para que otras personas también escuchen lo que estás haciendo.

Laura Martínez coincide y menciona que, una de las cosas interesantes de este cambio en la programación, consiste en que se comenzó a considerar la opinión de las audiencias “para saber qué es lo que querían escuchar no solamente como comunidad universitaria, sino como un medio de comunicación al servicio público”. Saber qué quieren escuchar las audiencias da opciones para profundizar y conocer una diversidad de géneros musicales.

—Por ejemplo, no todo el reggaetón es Bad Bunny. Hay reggaetón transfeminista; hay punk electrónico que hacen mujeres; está el punk riot; hay un montón de cosas que están muy apegadas a lo que se menciona desde las universidades: la crítica, la construcción de tejido social, el análisis de qué es lo que está pasando actualmente. Tenemos varias mujeres exponentes que se dedican a hacer música que retrata lo que está viviendo el país: violencia de género feminicidios, emancipación de los cuerpos, del estado, de la iglesia, de las casas, de la escuela, de todo.

Laura menciona que su catálogo de música busca un balance entre interpretes hombres, mujeres y de la comunidad LGBT+ para seguir fomentando la apertura y participación en estos espacios: “Los tres no juzgamos a los géneros musicales, sino que los escuchamos y dialogamos del por qué si van”.

Heterogeneidad dentro de esta homogeneidad

Lucero Baquerie explica que, luego de dividir las carpetas musicales en géneros, es más fácil realizar la selección diaria. Toma en cuenta el horario pues es diferente la oferta de las 6 que la de las 11 o las 17 horas. Lucero y Laura coinciden en que también toman en cuenta el top 10 de la estación ya que son canciones que se repiten diariamente.

—A mí me gusta programar por ejemplo en torno al top 10 —comenta Laura—. Me da pauta para saber qué es lo que voy a programar. Puedo elegir una canción que inicie un bloque […]. De ahí voy siguiendo, digamos, el ritmo y también los temas […]. Hay lineamientos y reglas que deben seguirse para que exista este sonido homogéneo por llamarlo así. ¿Por qué homogéneo? Me refiero a que no tenga cambios drásticos de ritmos, de géneros, de etapas de temporales.

Eduardo González agrega que siempre hay que considerar que hay horarios para transmitir cierto tipo de contenidos, tomando en cuenta que puede haber infancias o personas sensibles a ciertos temas. Siempre hay que preguntarse quién lo va a escuchar. Añade que “a pesar de tener el mismo acervo de canciones, tenemos distintos caminos para llegar a una programación”. Buscan que cada día suene diferente.

—¿Qué me va a guiar? A lo mejor te guía en algún momento lo que decían Laura y Lucero del top 10 y, a lo mejor, una canción te está hablando de alguna temática feminista y, por ejemplo, a lo mejor dices: “esta media hora la voy a cobijar con esa misma temática con diferentes géneros o con diferentes proyectos de diferentes épocas, pero que tienen una idea conceptual como una canción de empoderamiento, o una canción que está reflejando una época de cómo es que vivía la mujer”. Hay una infinidad de opciones para poder programar. Depende de cómo lo hagamos cada cual. La idea es que haya una heterogeneidad dentro de esta homogeneidad; es decir, tienes ciertos elementos que puedes utilizar, pero no los vas a usar en la misma secuencia ni en los mismos horarios.

Enriquecer a las audiencias

—¿Qué identidad buscan reflejar de la estación con el contenido musical?

—Yo creo que buscamos varias cosas, —señala Lucero Baquerie—: ofrecer una programación musical variada que refleje diferentes géneros, estilos y culturas para que las personas tengan acceso a una gama amplia de expresiones artísticas […]. Procuramos que sea algo inclusivo. Seleccionamos música de hombres, de mujeres, de la comunidad LGBT+. Es importante que tomemos en cuenta las preferencias y también las necesidades de nuestros oyentes.

A pesar de que su público objetivo es de personas de 25 a 35 años, esto no significa que dejen de lado a otros públicos. Por ejemplo, las infancias cuentan con un espacio todas las mañanas con canciones nuevas para su edad. Destacan que la programación está en internet y que las audiencias allí son distintas del FM. Hacen contenido para brindar comodidad y respetar los derechos de distintos radioescuchas.

—¿Qué hacen para que distintos grupos de personas se identifiquen con la música que sintonizan?

—Lo más satisfactorio de este trabajo —considera Eduardo— es el hecho de presentarle a alguien algo que no conoce; dar esas novedades o esos estrenos más allá de si le gusta o no; es ese hecho de dar al público esa oportunidad de decidir si les gusta o no […]. Si te están escuchando, es porque ya descartaron un montón de opciones y opciones que tienen más presencia o que tienen más presupuesto. ¿Qué es lo que nosotros podemos dar desde nuestra pequeña trinchera? Esa novedad.

—¿Qué papel consideras que juega la programación musical de la radio pública para los derechos de las audiencias?

—Hemos crecido bajo todos los cambios que han sufrido las comunicaciones en nuestro país y considero que antes las audiencias no eran tan escuchadas —reflexiona Laura—. El único reclamo social que podíamos ejercer ante propuestas con las que no estábamos de acuerdo era dejar de consumir sus medios. Creo que algo muy interesante con las tecnologías de la información y de la comunicación es que se castiga a los medios.

Laura considera que el diálogo entre estaciones hermanas es esencial especialmente en la programación. Si bien coinciden en algunos objetivos también tienen grandes diferencias; pero, a pesar de ello, todas deberían de tomar en cuenta que es importante defender los derechos de las audiencias

—Respecto a estas responsabilidades con los derechos de las audiencias dentro de los espacios de las radios públicas y universitarias —continúa—, es que tratamos de ser esos espacios que las radios comerciales, o las radios al servicio de instituciones privadas o de particulares, no se han tomado la molestia de escuchar. ¿Qué es lo que el público quiere? ¿Qué es lo que realmente está buscando? ¿Qué es lo que quiere consumir? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Qué es la música que quiere descubrir?

Y añade: “tratamos de saber qué es lo que quieren las audiencias jóvenes porque, al final, si tú no cultivas el amor por la radio, te vas a quedar sin públicos que te escuchen en un futuro. Las audiencias infantiles son esenciales para los medios de comunicación. Es importante ofrecer a las infancias y adolescencias también otro tipo de ofertas que enriquezcan y que no vulneren sus derechos.

Cuidar a las audiencias con investigación

Ante la pregunta de cómo ponen en práctica la defensoría de las audiencias desde la programación musical, Laura Martínez menciona un ejemplo: cuando ellos contactan con las audiencias creativas y escuchan el material que envían para que suene en la estación “si atenta contra los derechos humanos o hace apología a la violencia, este no es un espacio.” Cuida a las audiencias desde la búsqueda de contenido. Además, buscan que haya inclusión:

—Cerrar estas brechas de género también está dentro de los lineamientos desde la defensoría de los derechos de las audiencias y que están enmarcado en las leyes de nuestro país. Fomentan una vida libre de violencia hacia las mujeres, niñas y adolescentes.

En la programación musical de UAM Radio tienen una carpeta en la cual reproducen música de todo el mundo y de México. Canciones de comunidades indígenas de nuestro país, por ejemplo: “Tratamos de dar cabida a todas las personas. Es complicado, pero se trabaja en ello”.

Lucero Baquerie explica que ella pone en práctica la defensoría fomentando “la participación activa de las audiencias”. Considera que es importante que las personas sean parte de lo que se crea en la estación:

—Por ejemplo, cuando hacemos el top 10, a través de redes sociodigitales hacemos que las personas participen para ver qué es lo que quieren escuchar […]. Si bien nosotros seleccionamos la música, también estamos atentos a lo que ellos nos compartan.

Lucero considera que en su contacto con las audiencias es importante trabajar en un contenido diverso para que distintos grupos de personas puedan sentirse identificados y se apropien de la estación.

Para Eduardo, la pre-producción de cada programa es muy importante. Desde ahí se realiza la búsqueda del contenido. Destaca que la información siempre debe estar sustentada: “no solamente tiene que ser tu opinión, sino que debe tener argumentos; tiene que existir esta parte de investigación”. Si se toma en cuenta esto, las audiencias reciben contenido preparado y de calidad:

—Cuando escuchas la estación, no es que va a sonar algo que a alguien se le ocurrió solamente, sino que hay todo un trabajo detrás ya sea para los contenidos o para la música […]. Es importante preguntarse qué contenido le estás dando a la gente. ¿Solamente es tu opinión?, ¿solamente es un chisme?, ¿solamente es lo que encontraste en las redes?, ¿lo que encontraste en el periódico? ¿O realmente estás entregando algo donde hay investigación, hay sustento, hay argumentos? Donde no es mi opinión, sino que es un trabajo en el cual se presentan diferentes visiones. Y esto no solamente en la parte de los contenidos; también en la parte musical.

Para encontrar música nueva, Eduardo busca discos y sencillos, y también se actualiza en foros, revistas y sitios de internet que considera confiables.

Buscar el diálogo ante los cuestionamientos

—¿Se han encontrado con algún conflicto o dificultad en el Departamento de Continuidad y Enlace en materia de defensoría de las audiencias?

—Creo que no hemos tenido ningún problema por parte de la defensoría de las audiencias —responde Laura— Tengo entendido que no nos ha llegado ningún oficio o ninguna recomendación.

Si bien no han tenido ninguna recomendación, cuenta que han llegado comentarios de las audiencias por redes sociodigitales con preguntas así: “¿Cómo es que determinado artista está dentro de la programación musical?”. Las ocasiones que han recibido ese tipo de cuestionamientos, dialogan con el jefe de departamento, Carlos Urbano, y con la jefa del proyecto de la estación: Sandra Fernández Alanís. Revisan por qué se puso cierta canción y dan una respuesta a la audiencia que hizo la consulta.

—Las personas que más ponen atención a los contenidos que se programan son de la barra infantil. Hay canciones, por ejemplo, de bandas mexicanas que tienen varios años haciendo música para niños y que tenían palabras que ahora ya no se usan. En ciertos contextos, podrían ser ofensivas o podrían vulnerar derechos. Entonces, nosotros escuchamos los contenidos y decidimos si van o no.

Una ocasión pusieron una canción que hablaba sobre el “cigarro” antes de que se cambiara la legislación y que indicara que los medios de comunicación “no podían tener a personas consumiendo tabaco” o haciendo referencia a ello. Les llamaron la atención, volvieron a escuchar la canción, la retiraron y enviaron un mensaje a la audiencia que presentó la sugerencia.

—Creo que hemos entendido lo que quieren las audiencias y tratamos de entablar este diálogo respecto a las canciones que se meten en la programación —dice Laura. Eduardo destaca el siguiente:

—Ponemos música no solamente de este país, sino de toda Latinoamérica. Hay conceptos o palabras que se ocupan en otros países y que no está mal decirlo. Pero si uno lo aterriza a este país, inmediatamente esa palabra es como si uno dijera un insulto. Muchas veces, ese tipo de situaciones nos ponen a pensar quién decide ese tipo de definiciones. ¿Está mal que en un país le digan a una parte del cuerpo de una manera?

Es por esto, aconseja, que siempre hay que ser conscientes de quien nos está escuchando. A veces, las personas pueden llegar a no estar de acuerdo con tu contenido por posturas ideológicas:

—Alguna vez quise hacer un programa de Chalino Sánchez. Lo primero que me dijeron ni siquiera fue “¿por qué lo quieres hacer?“, sino simplemente fue un no. Chalino es asociado con los narcocorridos, pero su música no solamente se queda en ese lugar. Tiene canciones de diferentes matices tanto de amor, desamor […]. Por ejemplo, apenas hice un programa en cual puse una canción suya que habla de Emiliano Zapata.

—¿Qué es lo que uno puede hacer ante este tipo de situaciones?

Eduardo sugiere que es importante buscar un diálogo con las personas que podrían estar en desacuerdo y exponer los distintos puntos de vista: “lo más sencillo es aceptar ese no o ver cómo lo haces, cómo lo cambias, cómo lo modificas para que eso no le genere problemas a la estación”.

La alternativa que pudo encontrar fue hacer el programa con temática de los corridos, pero con el apoyo de un especialista en la materia ya que, técnicamente, la historia de los corridos en México es muy grande y se remonta desde la Revolución, en la cual recurrían a la forma de expresión del cantar de gesta y a la composición poética épica (género que narraba las hazañas de un héroe en la Edad Media).

—El experto nos fue contextualizando toda esa historia y, aparte, nos dio perspectiva de cómo es que ahora se entienden los corridos tumbados; que no solamente está la parte del narcotráfico, sino que incluso lo puedes ver desde otro lado radicalmente diferente: cómo es que las mujeres se representan dentro de ese mismo género; lo hacen de una manera diametralmente diferente a como la hacen los hombres. Más allá de eso, afortunadamente no hemos tenido ninguna situación muy grave de alguna falta hacia los escuchas.

Los derechos en el lenguaje sonoro

—¿Alguna canción que nos recomienden a las audiencias que nos recuerden nuestros derechos humanos o como ciudadanos?

—Busquen proyectos de mujeres. Ahí es donde realmente se va a ver que ese movimiento de mujeres es más importante que los corridos tumbados, que el reggaetón, que el trap.

Lucero Baquerie cierra su participación con la recomendación de una “audiencia creativa”: la artista Ximbo. Anteriormente, participó en una convocatoria de UAM Radio cuyo proyecto se enfoca en temas feministas, de violencia de género y derechos humanos. También nos recomienda el sello discográfico “jueves” en el cual participan puras artistas mujeres que ayudan a visibilizar distintas problemáticas desde su música.

Laura Martínez nos sugirió una pequeña lista de canciones que incluye temas como “Derecho de nacimiento”, de Natalia Lafourcade. Dicha canción estuvo envuelta en el movimiento “Yo soy 132”. Para las infancias, propone las canciones “Stop” o “No me toques” de La granja del tío Bob. También destaca “Mississippi Goddamn”, de Nina Simone, “Respect”, Aretha Franklin, o la artista Mare advertencia lirika.

“Si algún día me toca a mí”, de Karen Méndez, es la opción de Eduardo pues “esa canción habla de cómo es que la mujer entiende su día a día, de que a veces el simple hecho de escuchar unos pasos detrás de ella en la tarde o en la noche eso ya para ella significa que deben de preocuparse”.