La interacción social en los nuevos espacios de la biblioteca y su función de comunicación

Print Friendly, PDF & Email

No. 149 / Enero-junio 2022 / Ensayo

José Luis Vázquez Luna

UNIVERSIDAD ANÁHUAC

Resumen: el objetivo de este ensayo es analizar, desde las premisas de la teoría del interaccionismo simbólico, cómo se ha modificado la interacción entre la sociedad y la biblioteca, y cómo han sido modificadas las actividades y servicios ofrecidos a través del tiempo. Describe los espacios de trabajo y convivencia en las bibliotecas, que deben ser creados para hacer frente a los requerimientos actuales de los usuarios, de los cuales se desprende el nuevo rol que está desempeñando la biblioteca en la sociedad y que modifica su papel de medio de comunicación.

Abstract: The main aim of this essay is to analyze, from the premises of the theory of symbolic interactionism, how the interaction between society and the library has changed and how the activities and services offered over time have been modified, describes the work and workspaces in the libraries, which must be created to meet the current requirements of users and from which the new role that the library plays in society emerges, changing its role as a media.


Introducción: bibliotecas, cambios y nueva función social

La biblioteca, desde sus orígenes, ha sido un medio de comunicación inserto en una complicada red en la que ha desempeñado diferentes papeles o representaciones que le han sido asignados por la sociedad según la función que convenga. En diferentes momentos de la historia, pasó de ser un ente encargado de la conservación del material a un lugar de educación donde se preparaba a los hijos de personajes importantes; más tarde, fue un espacio de autoaprendizaje donde las personas obtenían nuevos conocimientos que les permitieran conseguir un nuevo o mejor empleo; después fungió como un promotor de la lectura. Cada una de estas funciones generaba una diferente interacción entre los actores que participaban en la relación (Shera, 1990).

Cada uno de los roles mencionados puede ser entendido desde la teoría del interaccionismo simbólico, considerando las tres principales premisas establecidas por Herbert Blumer (citado por Rizo García, 2003): las personas atribuyen a los objetos y situaciones un significado, y, con base en éste, interactúan con las cosas; por otra parte, el significado atribuido a las cosas se deriva de la interacción social de las personas y el consenso al que llegan para identificarlas; y, finalmente, el significado asignado se utiliza para establecer la relación con los objetos Por lo que se puede mencionar que las acciones del ser humano van más allá de los hábitos y las conductas que forman parte de la representación que se hace de la realidad social que se está viviendo en el momento (Guzmán Martínez, s.f.).

La representación que se tuvo por muchos años de la biblioteca fue la de ser la principal fuente de información a la que todas las personas tenían que asistir para obtener algún dato o documento; sin embargo, en los últimos años, con el uso de las tecnologías de información, la biblioteca ha ido perdiendo esa función y ha tenido que compartir los usuarios con servicios como Google o internet en los que se puede localizar información más rápidamente y sin tener que desplazarse de su casa o lugar de trabajo hacia la biblioteca; es decir, la interacción entre la biblioteca y los usuarios ha cambiado y la función social se ha visto alterada (González Fernández-Villavicencio, 2009). Si a esto le agregamos la competencia que representan para las bibliotecas, las cafeterías, parques y centros comerciales, que ofrecen espacios cómodos y con conexión de internet, entonces debemos analizar y preguntarnos: ¿cuál es la función social que debe cumplir la biblioteca en este momento histórico?, ¿cuál debe ser la estructura que debe adoptar a fin de seguir viva en el ecosistema cultural y educativo?, y, ¿cuál es la interacción que debe haber con los usuarios?

Esta situación de cambio se puede constatar con los datos obtenidos en estudios realizados en diferentes países. Tal es el caso de las estadísticas de 2015 a 2019 del Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno Español (2019) en las que establece que hubo una disminución considerable en el número de visitas (2 millones 793 mil 38) y de préstamo de material (6 millones 244 mil 812 menos en el periodo estudiado) a pesar del incremento en el número de bibliotecas (17 más, respecto a 2015, para un total de 4 mil 623), el incremento en el número de documentos (4 millones 758 mil 478), el incremento en actividades culturales (44 mil 899) y la contratación de un mayor número de trabajadores permanentes.

Por otra parte, en un estudio sobre el número de usuarios de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas en México, de 2013 a 2018 se observa que 2014 fue el año que más visitantes acudieron con 33.01 millones de usuarios. A partir de ese año, el número de usuarios fue disminuyendo y, en 2018, contabilizaron sólo 23.72 millones de usuarios (Navarro, 2021).

También, el informe The Freckle Report 2021 advierte de una fuerte disminución en el uso de los servicios en las bibliotecas públicas en Estados Unidos pues se observa una caída de 31 % respecto a los años previos a 2018. Australia ha tenido una caída de 22 % en 10 años y Reino Unido un sorprendente 70% desde el año 2000 (Albanese, 2021).

Como se puede ver, la interacción que tiene la sociedad con las bibliotecas no es la misma de años anteriores. Ante esta situación podemos preguntarnos cuáles son los elementos que consideran ahora los usuarios para visitar las bibliotecas y utilizar sus instalaciones y servicios. Probablemente, las colecciones impresas han dejado de tener relevancia para la recuperación de información y han sido sustituidas por internet o por los recursos electrónicos que ofrecen las bibliotecas.

Bibliotecas como espacios performativos

Para entender el cambio de paradigma de las bibliotecas en la sociedad, debemos mencionar las teorías del interaccionismo simbólico y de la interacción social que sugieren que las personas dan significado a las cosas y, posteriormente, al sostener contacto con otros, crean la realidad clasificando al mundo y estableciendo la forma en que el individuo debe comportarse. Lo anterior bajo uno de los principios básicos del interaccionismo simbólico cuando dice que “las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la situación” (Olivera Rivera, 2006: 4) (Rizo García, 2003).

Es decir, uno de los principales objetivos de la biblioteca ha cambiado. Anteriormente, se buscaba que los usuarios tuvieran acceso e hicieran uso del acervo bibliográfico. Ahora, se promueve el aprendizaje y el soporte a la enseñanza y la investigación. Con esto, las colecciones impresas ya no tienen el peso y la importancia de hace algunos años por lo que han tenido la necesidad de retirar libros y revistas para ocupar esos espacios con salas de estudio colaborativo (espacios de coworking, fablabs, makerspaces) definidos por algunos autores como espacios de co-creación. Así, las bibliotecas se han transformado de sitios donde se consumía información a espacios donde se hacen y crean cosas (Herrera Morillas, 2019).

Los cambios mencionados están sustentados en dos propuestas. La primera ofrecida por la empresa Steelcase, especializada en diseño de espacios y mobiliario. Sus especialistas recomiendan que la biblioteca se divida en cuatro partes, como se puede ver en la Figura 1.


Figura 1. Espacios físicos en las bibliotecas.
Fuente: Elaboración propia con información de SteelCase (2017)

La primera parte (privado / solo) estará dedicada al trabajo individual; es decir, los usuarios estarán separados uno de otro. En la segunda (público / solo), las personas estarán rodeadas de otras personas; aunque cada una estará trabajando de forma individual. Esto se hace normalmente en los cafés y restaurantes, donde se puede permanecer en la barra acompañado de personas sin interactuar con ellas. En el tercer espacio (privado / juntos) puedes trabajar en grupos pequeños rodeados de otras personas o grupos; pero sin tener una interacción con ellos. Finalmente, el cuarto espacio (público / juntos), donde todos los asistentes trabajan sin incomodarse por la plática o el ruido de las demás personas. De esta forma, se ofrecen espacios para todos los visitantes que satisfacen sus necesidades de trabajo.

Por otra parte, un modelo más elaborado propuesto por Dorte Skot-Hansen y otros dos bibliotecarios, que también considera el mismo número de áreas, sugiere dividir la biblioteca en cuatro espacios denominados según el esquema Danés: espacio de inspiración, espacio de aprendizaje, espacio de reunión y el espacio performativo. Todos estarían encaminados a lograr los siguientes objetivos: experiencia, intervención, empoderamiento e innovación (Figura 2).


Figura 2. Modelo Danés, Los cuatro espacios en las bibliotecas
Fuente: Laerkes, 2016.

En el espacio de inspiración, se busca que haya una interacción de las personas con la narración de historias y otras expresiones artísticas que modifiquen la idea que se tienede las cosas y que propicien nuevas ideas pudiendo llegar a lo irracional, lo emocional o lo caótico.

En el espacio el público tendrá acceso a la información y conocimiento sin restricción. Se busca aumentar las habilidades y competencias que permitan el empoderamiento de los asistentes respecto al espacio de encuentro. Es un lugar abierto donde interactúan personas con intereses distintos, donde una sociedad segmentada tendrá la oportunidad de amalgamarse y conocer personas de otras disciplinas y otros conocimientos que desafíen a los demás con el debate sobre la base de temas de interés público o específico de las personas. Estos encuentros se pueden llevar a cabo de forma presencial o en línea.

Finalmente, el espacio performativo permite la interacción para la participación y la innovación. Aquí las personas se pueden inspirar para crear nuevas expresiones artísticas, utilizando herramientas como sonido, video, lectura y escritura con apoyo de diseñadores, desarrolladores, artistas o escritores

Apunte final: espacios activos más allá de los libros

Las tendencias actuales, impulsadas por el uso de la tecnología, marcan un cambio importante en los modelos comunicacionales en todas las áreas del conocimiento y en todas las actividades desarrolladas por la sociedad. Los datos expuestos en este documento permiten ver que la teoría del interaccionismo simbólico sigue siendo vigente pues la sociedad, al enfrentar nuevos elementos de innovación, les va asignando un significado y los va incorporando a su vida diaria hasta incrementar o modificar su relación con sus iguales.

En el caso de la biblioteca, se debe considerar un nuevo esquema de comunicación. Debe transitar de una entidad pasiva, que esperaba la visita de usuarios a los cuales ayudaba a satisfacer necesidades de información con base en colecciones impresas, a un ente activo que sale al encuentro de la sociedad para ofrecer nuevos servicios y espacios que hacen que la gente visite y utilice su infraestructura no sólo con el fin de obtener información, sino ahora también de generarla y convertirse en un prosumidor. También debe brindar la posibilidad de establecer relaciones sociales que contribuyan al desarrollo y tanto de la persona como también de grupos de personas.

Los actores que participan en el ecosistema de las bibliotecas deben analizar a profundidad qué papel se le asignará ya que el paradigma tradicional ha cambiado. Aunque conviven los servicios tradicionales con los nuevos, es innegable que se ha modificado la asignación de funciones y la visión que tienen los usuarios de estos espacios. Ahora se busca ampliar el alcance de las bibliotecas al establecer actividades de colaboración que desarrollen propuestas interdisciplinarias para que el conocimiento conviva en los salones de clase con los alumnos y profesores.

Probablemente, los libros impresos no desaparecerán; pero si dejarán de ser la parte principal de las bibliotecas. Por ello, lo que se tendrá que establecer a través de la interacción simbólica es la nueva función y el alcance de las bibliotecas.


Fuentes

  • Albanese, A. (Mayo 6, 2021). “Report urges Library Leaders to Address Decline in Public Library Usage Stats”. En Publishers weekly. Recuperdo de: https://www.publishersweekly.com/pw/by-topic/industry-news/libraries/article/86256-report-urges-library-leaders-to-address-decline-in-public-library-usage.html
  • Comunidad Baratz (14 julio 2021). “25 datos a tener en cuenta sobre las estadísticas de las bibliotecas públicas en España”. Recuperado de https://www.comunidadbaratz.com/blog/25-datos-a-tener-en-cuenta-sobre-las-bibliotecas-publicas-espanolas/
  • Herrera Morillas, J. L. (2019). “Los espacios ofertados como servicio bibliotecario. Los casos de las bibliotecas universitarias de Madrid y Cataluña”. En Información, cultura y sociedad: revista del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas, núm. 41, págs.13-24, DOI: https://doi.org/10.34096/ics.i41.6467
  • Informe ALA sobre la Situación de las bibliotecas en Estados Unidos 2020. Recuperado de https://universoabierto.org/2020/04/21/informe-ala-sobre-la-situacion-de-las-bibliotecas-en-estados-unidos-2020/
  • González Fernández-Villavicencio, N. (2009). ”Bibliotecas y marketing en red”. En Bid, 23. España: Universidad de Barcelona. Recuperado de http://eprints.rclis.org/14143/1/Bibliotecas_y_marketing_en_red.pdf
  • Guzmán Martínez, G., (s.f.) “Interaccionismo simbólico: qué es, desarrollo histórico y autores. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/interaccionismo-simbolico
  • Laerkes, J. G. (29 marzo, 2016). “The four spaces of the public library”. IFLA Public Library. Section Blog. Recuperado de https://blogs.ifla.org/public-libraries/2016/03/29/the-four-spaces-of-the-public-library/
  • Navarro, J. G., (2021). “Mexico: number of library users 2013-2018”. Statista. Recuperado de https://www.statista.com.statistics/1029663/mexico-number-library-users/
  • Gobierno de España (2021). “Bibliotecas públicas españolas en cifras. Ministerio de Cultura y Deporte. Recuperdo de: https://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/bibliotecas/mc/ebp/portada.html
  • Olivera Rivera, E., (2006). “La escuela pública como representación simbólica popular: una lectura interpretativa desde el interaccionismo simbólico en Iberoamérica”. En Revista Iberoamericana de Educación, 40, OEA. Recuperado de https://rieoei.org/historico/deloslectores/1527Olivera.pdf
  • Rizo García, M. (2003). “Comunicología e interacción: el concepto de comunicación en el Interaccionismo Simbólico y la Escuela de Palo Alto”. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/27393424_Comunicologia_e_interaccion_El_concepto_de_comunicacion_en_el_Interaccionismo_Simbolico_y_la_Escuela_de_Palo_Alto
  • Shera, J. H. (1990). Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM.