No. 153-154 / enero-diciembre 2024 / ensayo
Balvanero Balderrama García
UNIVERSIDAD DE COLIMA
Resumen: Todas las personas somos audiencias. Los derechos de las audiencias tienen su anclaje en los derechos humanos; de ahí la importancia de difundirlos, promoverlos y, en su caso, defenderlos. Las Defensorías de las Audiencias se han constituido, de manera legal, como la institución responsable de mediar entre las audiencias y los medios de comunicación, atendiendo y dando respuesta a sus quejas, comentarios o sugerencias. En México y América Latina hay una profunda reflexión y vinculación respecto a estos temas; en ella participan, de manera destacada, mujeres que impulsan y promueven el derecho humano a la comunicación, los derechos de las audiencias, desde las propias defensorías, la academia y la investigación.
Abstract: We are all audiences. The rights of audiences are anchored in human rights, hence the importance of disseminating, promoting and, where appropriate, defending them. The Ombudsmen’s Offices have been legally constituted as the institution responsible for mediating between the hearings and the media, attending to and responding to their complaints, comments or suggestions. In Mexico and Latin America there is a deep reflection and connection with these issues; Women who promote the human right to communication, the rights of audiences, from the Ombudsmen’s Offices, academia and research participate in it in a prominent way.
Construir un Estado garante de los derechos es difícil; más fácil y rápido es lo contrario: negarlos, retrasar su observancia. En materia de derechos —a la información, a la comunicación, a los derechos de las audiencias— esta construcción va acompañada de un proceso deconstructivo y reconstructivo. Hay que desmontar prácticas añejas, reaprender a mirar, reducarnos en la forma de vernos y significarnos. Esta nueva construcción de sentido requiere solidaridad, empatía, complicidades, valentía, sentido de la indignación, mirada crítica, inclusión, sentido de pertenencia y de lo colectivo.
En esta deconstrucción-reconstrucción de los derechos humanos en general, del derecho humano a la comunicación y de los derechos de las audiencias son notorios los aportes que hacen al proceso mujeres destacadas, precisamente, por su claridad en la mirada crítica que analiza, interpela y convoca a realizar acciones que permitan, desde la colectividad, ir cambiando los enfoques tan arraigados que niegan el acceso democrático a los medios de comunicación.
No es posible pensar en que los contenidos que comparten los medios hegemónicos reflejan la pluralidad de nuestra sociedad latinoamericana. Hay grupos de personas que no se ven representados, como es el caso de infancias, personas con discapacidad, pueblos originarios, comunidad LGBTQ, así como diversas manifestaciones culturales que no entran en la lógica del mercantilismo, y que desde esas categorías quedan fuera de toda posibilidad de tener espacios que les permitan contar quiénes son, qué hacen, qué es importante para ellas y ellos.
Un grupo históricamente vulnerado son las mujeres. Pese a ser la mayoría de la población —en México representan 51.2 % (INEGI, 2020)— son excluidas de los espacios de decisión y se siguen representando de manera estereotipada en los medios de comunicación.
En este contexto, este trabajo llama a la reflexión en torno a la importancia de las contribuciones realizadas por mujeres defensoras de los derechos de las audiencias en América Latina. Estas aportaciones se comparten desde sus perspectivas y trayectorias, las cuales se han vivido y relatado en clave femenina en un ámbito mediático que, hasta hace poco tiempo, ha estado dominado predominantemente por voces masculinas.
La lucha por los derechos de las audiencias
Los derechos de las audiencias tienen su anclaje en el derecho humano a la comunicación y, por lo tanto, en los derechos humanos. Son un conjunto de normas y principios que buscan una relación equilibrada ante los medios de comunicación que garantice un acceso a información plural, veraz y de calidad, y que además tenga en cuenta la diversidad cultural. El reconocimiento y ejercicio de estos derechos no ha sido fácil. Ha representado una serie de luchas jurídicas en América Latina con la experiencia en común de la oposición de los medios de comunicación privados.
Pareciera ser que no basta la ley para la vivencia plena de los derechos. También se hace necesaria la voluntad política de aplicarla y cuando esta no es decisiva, o es contraria, se hacen necesarias acciones que reivindiquen esos derechos, en este caso, los derechos de las audiencias.
En México, el Diario Oficial de la Federación publicó la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (2024), pero, desde su inicio, los medios comerciales cuestionaron la misma en lo referente, precisamente, a los Derechos de las Audiencias. Fue tal esta oposición, con acciones legislativas y mediáticas, que derivó en lo que se conoce como “contrarreforma”, estableciendo un retroceso:
De esta forma, mediante la aprobación de dicha contrarreforma comunicativa se ejerció una fuerte violencia jurídico-política de Estado hacia las audiencias, permitiendo que garantías comunicativas fundamentales de los receptores reconocidas expresamente en el corazón de la Constitución Política mexicana después de muchas décadas, fueran anuladas para favorecer los intereses económicos, políticos y culturales de los oligopolios de la televisión en México (Esteinou Madrid, 2017: 137).
Esto propició que miembros activos de la Asociación Mexicana de las Defensorías de las Audiencias (AMDA) interpusieran un amparo, el cual fue resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (2022), pero con ambigüedades respecto a los pasos a seguir como la vigencia de los derechos de las audiencias, por mencionar alguna.
Otro ejemplo es lo que sucede actualmente en Argentina, dado que el gobierno recientemente electo pretende desaparecer medios públicos y limitar derechos en vigencia. Así lo señala Terrazas:
Los intentos y amenazas de transferir a intereses no públicos la radio y la televisión de un país resultan una afrenta a los derechos humanos, al derecho a la información, a los derechos de las audiencias, a tener acceso a contenidos diversos, respetuosos, “nutritivos”, producidos con parámetros éticos, con responsabilidad social (2023).
Esta pretendida regresión en derechos, la negativa al reconocimiento por parte de los medios hegemónicos, así como la falta de aplicación de las legislaciones vigentes, son algunos de los retos que se presentan en el presente y futuro de los Derechos de las Audiencias en América Latina.
Se hace necesaria la reflexión, la investigación y las propuestas que vayan clarificando para las audiencias el alcance de sus propios derechos, a fin de que los exijan y ejerzan. En este contexto, los aportes de mujeres defensoras han sido fundamentales.
A nivel latinoamericano tenemos a la Asociación Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias (OID), formalizada en el 2014; y, en México, la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias (AMDA), dada a conocer en el 2015 (Ortega Ramírez, 2020).
Entre estas asociaciones hermanas, no sólo por el vínculo geográfico, sino por las profundas convicciones compartidas sobre la comunicación como derecho, hay una continua vinculación, un ida y vuelta de propuestas, acciones, reflexiones, pronunciamientos, discusiones que enriquecen y fortalecen las acciones que, en cada área de influencia, llevan a cabo. Estas dos asociaciones, actualmente, están coordinadas por mujeres: Hilda Saray Gómez González en AMDA y Cynthia Ottaviano en OID.
En esta lucha por primero tener legislaciones en la materia y luego que éstas sean efectivas, la presencia e impulso de las mujeres ha sido y es relevante. Lo anterior se refleja en el liderazgo femenino ejercido en y desde organismos que han tenido su génesis, precisamente, en torno a los derechos de las audiencias.
Mujeres impulsoras de los derechos de las audiencias
Reflexionar sobre lo que en esta materia de los derechos de las audiencias han y están aportando las mujeres es una línea de investigación necesaria y pertinente. Debido a que es necesario, primero, reconocer la gran labor realizada, anterior a que las legislaciones nacionales en la materia fueran una realidad; también, por el compromiso en el ejercicio como defensoras y la difusión de las acciones realizadas y por la mirada crítica sobre cómo se han vivido los derechos de las audiencias y sus propuestas sobre lo que falta por realizar.
La siguiente no es una exhaustiva y abarcadora visión de estas contribuciones, sino algunos apuntes, una línea de investigación sugerida en la que se podría abundar en el futuro. Las mujeres, decididamente, son impulsoras y promotoras de causas sociales. Problemáticas sentidas y reales, tiene el abrigo de su solidaridad, de su empatía, de su sororidad.
Dos casos ilustrativos. En México, podemos citar a los distintos colectivos articulados, desde su impotencia y dolor desesperado, para la búsqueda de personas desaparecidas. Toman distintos nombres; pero, en esencia, las principales impulsoras de este movimiento son madres, hermanas, esposas: mujeres. Hay instituciones que se solidarizan con estos colectivos y crean iniciativas como acompañamiento; es el caso de la iniciativa Spotlight (Coll-Guzmán & Spataro-Tron, 2022).
En el extremo sur de América Latina —Argentina—, surgió un movimiento que es reconocido en América y el mundo por sus aportes “en la construcción de la memoria histórica y la defensa de los derechos humanos que ha significado su trayectoria, desde aquel día de 1977” (CNDH, 2020). Es el movimiento conocido como las Madres de la Plaza de Mayo.
De esta manera, podríamos referir ejemplos en cada país latinoamericano. Sin embargo, lo anterior es sólo para dimensionar la importancia de las mujeres en movimientos sociales que requieren de una gran decisión, valentía y trayectoria de largo aliento.
En lo que se refiere a la promoción e impulso a los derechos de las audiencias en América Latina, también hay una presencia importante de mujeres. En México, Beatriz Solís Leree escribió en el 2009 —cinco años antes del nacimiento legal de las defensorías de las audiencias—:
Los defensores de las audiencias deben ser espacios plurales de un pequeño grupo de amplia y reconocida trayectoria, que de cara a las audiencias pueda estimular el ejercicio de la recepción crítica, debatir y ejercer la defensoría transparentando los criterios de valoración de las opiniones ciudadanas (2009: 32).
En el cono sur, la primera Defensora del Público de Argentina, Cynthia Ottaviano, señala de manera clara y contundente: “con la llegada de la delegación de la Defensoría del Público se dejó de hablar del derecho a la tierra, a la educación y a la salud y se empezó a hablar de otro derecho humano fundamental e inalienable, el derecho a la comunicación” (2014: 3).
Solís y Ottaviano son dos referentes, fundadoras e integrantes activas de instituciones icónicas en la defensa y promoción de los derechos de las audiencias, con significativa representación de mujeres.
Para efectos de tener una visión en clave femenina, realicé preguntas a cinco defensoras, integrantes de OID y de AMDA, con reconocida trayectoria en el novel campo de los Derechos de las Audiencias, pero con sólida y productiva trayectoria en la comunicación, la academia, la investigación, la militancia. Las preguntas, sencillas en origen, fueron profundizadas y ampliadas por lo compartido. Estas versaron sobre las motivaciones para iniciar y continuar trabajando en favor de las audiencias y sus derechos, y la segunda sobre los retos que se advierten en este trayecto y el rol de las mujeres.
No fueron sesiones para abundar sobre lo compartido —lo cual sería interesante y necesario en un futuro cercano—, sino la pregunta de manera directa, concreta, con respuestas asincrónicas, algunas en audio y otras en texto.
Sobre las motivaciones, dieron su generosa respuesta Beatriz Solís Leree (AMDA México), Joseti Marques (OID Brasil) y Flavia Pauwels (OID Argentina). Acerca de los retos y aporte de las mujeres, compartieron Cynthia Ottaviano (OID Argentina) y Adriana Solórzano (AMDA México).
Motivaciones para trabajar a favor del derecho de las audiencias
Aquí se pretende indagar, profundizar en lo que les motiva para seguir activas en favor de las audiencias, en busca de una comunicación que tenga en cuenta sus derechos.
Beatriz Solís Leree es impulsora de distintas asociaciones relacionadas, vinculadas, a la comunicación porque como ella misma se define “soy una militante de la comunicación” (B. Solís Leree, comunicación personal, el 2 de marzo de 2024). Asimismo, es una reconocida académica, investigadora, impulsora de los Derechos de las Audiencias, en México y Latinoamérica. Inició este periplo desde los años setenta en México: “me empecé a involucrar en el tema del derecho a la información, como un derecho amplio, un derecho grande”, indicó en la entrevista.
Desde entonces a la fecha, ha sido asesora legislativa, fundadora de instituciones, también empresaria, formadora, convocante de la sociedad, entre otros roles; pero todos ellos relacionados con la comunicación y los derechos, porque, precisa: “mi trabajo en la universidad como profesora-investigadora, me llevaba al análisis y a la sensación de que las audiencias eran las que menos importaban en todo el proceso de comunicación, sólo de manera cuantitativa, nada más”.
Si se habla de Derechos de las Audiencias, de sus orígenes en México y el sur de América, referencia obligada es Beatriz Solís Leree quien, a más de 40 años de distancia de esos inicios en la década de 1970, sigue adelante porque esto le da vitalidad, porque hay mucho por hacer y porque, de acuerdo a sus palabras, no sabe, ni quiere, trabajar sola, sino en colectivo. Porque su idea es que se cree un campo académico profesional, con vinculación en la investigación y con el cotidiano hacer. El cansancio, y su problema visual, pasa a segundo plano en esta labor que ha asumido, de manera personal y profesional, para seguir sembrando, construyendo.
Desde Brasil, Joseti Marques se ha vinculado con defensoras y defensores latinoamericanos para, precisamente, dar a conocer los derechos de las audiencias y exigir su cumplimiento. En marzo del 2024, entregó su responsabilidad como presidenta de la OID, de la cual es fundadora. Inició como periodista a los 19 años, en el Jornal do Brasil, en donde “realmente aprendí a mirar la sociedad a través de la lente de los derechos humanos en todas sus dimensiones” (J. Marques, comunicación personal, el 2 de marzo de 2024).
En este recorrido, también Joseti Marques ejerce como académica y tiene una trayectoria en los medios que la llevó a ser Ouvidora —lo que en México se conoce como defensora— de la cadena pública TVBrasil. En el ejercicio de esta responsabilidad, comenta que se dio cuenta que “el periodismo que yo consideraba necesario y correcto sólo podía hacerse en un medio de comunicación público”. Después de tres años en esa responsabilidad, fue nombrada Ouvidora General.
Reflexiona Marques que, en esta actividad de defensoría de las audiencias, se percató de que “defendiendo la comunicación pública, estaría defendiendo también el derecho de las personas a recibir una información de calidad, correcta, ética y respetuosa con todos los segmentos de la sociedad, especialmente con los más vulnerables”.
Desde la academia, que al parecer es un punto en común con quienes compartieron sus opiniones, Flavia Pauwels tuvo un interesante acercamiento a los derechos de las audiencias. Al decantar su tema de investigación para el posgrado por las defensorías, rastreó algunos antecedentes sobre este tema en su país, Argentina. Descubrió experiencias desde la autorregulación (por decisión del medio sin normatividad vigente al respecto); pero, al profundizar en la búsqueda, a nivel de investigación no había antecedentes en las universidades “por lo cual tuve que empezar desde cero, buscando en bibliotecas y hemerotecas públicas y privadas las revistas y diarios en papel que me permitieran reconstruir las publicaciones que hicieron esas Defensorías” (F. Pauwels, comunicación personal, el 6 de marzo de 2024).
Su proceso investigativo la llevó a indagar no sólo en Argentina, sino con sus pares en otros países, lo cual la hizo una experta en el tema; de modo que, cuando se formalizó (2012) la Defensoría del Público en Argentina, fue invitada a tomar la responsabilidad de Relaciones Internacionales. Desde esa actividad, señala Pauwels, “tuve la gran oportunidad de llevar a la práctica aquello que había estudiado”.
Después de muchos años en la Defensoría del Público, con avances —aunque lentos— y logros como el reconocimiento de sus audiencias, el estado actual de cosas en la Argentina, con los medios públicos bajo amenaza, en la cual los derechos están en capilla, con una regresión en los mismos, enfatiza Pauwels que “es de vital importancia que las Defensorías de Audiencias puedan seguir ejerciendo esa función pedagógica y mediadora”.
El compromiso por los derechos es evidente en muchas mujeres y también es una vivencia en común. Desde Argentina, Brasil y México destacadas defensoras comparten cómo se fue gestando e interiorizando ese interés desde la militancia, el ejercicio profesional y la investigación. Todas convergen en la necesidad de continuar con esta promoción de los derechos de las audiencias.
Principales retos
El diálogo con las destacadas defensoras y promotoras de los derechos de las audiencias, Cynthia Ottaviano y Adriana Solórzano, versó sobre los retos que se advierten en este ejercicio y el rol que las mujeres han desempeñado.
Desde Argentina, Cynthia Ottaviano se ha ido constituyendo en un referente en el derecho humano a la comunicación y, por ende, en los derechos de las audiencias. Cuenta con una sólida trayectoria académica y como funcionaria pública, siempre en torno a los temas de promoción y defensa de derechos.
Ante la pregunta de los principales retos que enfrentan los Derechos de las Audiencias, Ottaviano enuncia cinco. El primero, lo refiere al embate permanente de parte de los medios hegemónicos, licenciatarias (se refiere, en el contexto de México, a lo que se denomina concesionarios de los medios de comunicación), porque “pretenden establecer las propias reglas del juego sin reconocer a las audiencias como sujetos de derecho” (C. Ottaviano, comunicación personal, el 20 de marzo de 2024).
El segundo reto lo ubica en los gobiernos reaccionarios y libertarios que pretenden negar los derechos al considerar “que la mejor ley de medios es la que no existe; por ende, la mejor ley sobre los Derechos de las Audiencias es la que no existe, y por ende los mejores defensores de las audiencias serán aquellos que no existen”, indica Ottaviano.
El tercer reto, lo contextualiza en el desconocimiento que las audiencias tienen sobre sus propios derechos. Al no tener conocimiento de su existencia, enfatiza Ottaviano, no podrán “desnaturalizar las vulneraciones al derecho humano a la comunicación y no pueden reconocer cuáles son esos derechos, no van a poder ejercerlos, y vivenciarlos, gozarlos en su plenitud”.
La no existencia de instituciones ni figuras de responsabilidad mediática es el cuarto reto; es decir, que las audiencias no tengan quien las represente, medie por ellas, no tener quien las defienda: ni defensores, defensoras, editoras de género, ouvidorias, defensor del televidente. Precisa Ottaviano, esta ausencia significa “que no haya instituciones especializadas en derecho humano a la comunicación, en la comprensión de que la comunicación es un derecho humano, e inscriba dentro del campo de los derechos humanos los derechos de las audiencias”.
Y el quinto reto tiene que ver con el área jurídica. El desconocimiento en la materia de legisladoras, legisladores, los Congresos, el poder legislativo; también incluye, Ottaviano, al poder judicial. Lo anterior se refleja en que “lamentablemente no sean lo robusto que deban ser los Derechos de las Audiencias, no estén lo suficientemente protegidos, no estén lo suficientemente constituidos, de manera de formar parte constitutiva de las democracias”.
Adriana Solórzano es una académica mexicana, con amplia trayectoria en la defensoría de las audiencias, incluso antes de que éstas fueran reconocidas legalmente en el país. Entre otras responsabilidades, fue la primera presidenta de la AMDA.
En el desconocimiento de lo que son los Derechos de las Audiencias, ubica Adriana Solórzano el principal reto, ya que “está vinculado con la falta de precisión respecto a lo que significan y el que sean malentendidos como censura y no como ensanchamiento de la libertad de expresión” (A. Solórzano, comunicación personal, el 2 de marzo de 2024).
Lo anterior implica que, al ser concebidos como límites y no como ensanchamiento de derechos, se da el malentendido, en algunas ocasiones dolosamente inducido, de que pueden afectar el derecho a la libertad de expresión. Sobre este derecho, abunda Solórzano al señalar que incluye una “dimensión colectiva que tiene relación con todas esas personas que se pueden quedar sin la información a la que podrían acceder cuando pueden, precisamente, tener contacto con información difundida por periodistas”.
Precisa Adriana Solórzano que al hablar de Derechos de las Audiencias se refiere a personas que no tienen acceso directo a los medios de comunicación, pero que son sujetos de derechos. Por lo mismo, “tienen derecho a una representación sin discriminación, a información no sesgada, a información sólida, tendrían derecho de réplica en determinado momento”, precisa Adriana Solórzano.
El embate de los medios hegemónicos, la negación de los derechos por algunos gobiernos, el desconocimiento de sus derechos por parte de las audiencias, son algunos de los retos señalados. Sin duda, es un paso importante el identificarlos y describirlos en el proceso de que tengan vigencia y ejercicio pleno.
Las mujeres y los derechos de las audiencias
Ya se comentó, líneas arriba, el rol fundamental de las mujeres en el ámbito de las luchas sociales. Estas luchas transitan y fortalecen muchos derechos, apoyan en la deconstrucción-reconstrucción, en su visibilización y reconocimiento.
En este sentido, señala Cynthia Ottaviano que las mujeres “han sido los primeros colectivos en constituirse como sujetos de derecho, reconocer la violencia simbólica, la violencia mediática, en catalogarla, es decir, en ponerle no solo nombre y apellido sino en clasificarla en definirla, en limitarla, en legislar al respecto” (C. Ottaviano, comunicación personal, el 20 de marzo de 2024).
Por si eso no fuera suficiente —reconocimiento, conceptualización, promoción de legislación—, también se refleja en impulsar la creación de instituciones que lleven a la práctica, hagan vida, todos los aspectos señalados.
Por su parte, Adriana Solórzano distingue que, por ser las mujeres un colectivo históricamente vulnerado, entienden mejor los Derechos de las Audiencias, dado que “los contenidos mediáticos, por ejemplo, sexualizan a las mujeres, las presentan como mercancía; se estereotipan los contenidos y se les trata dentro de estos estereotipos como ciudadanas de segunda” (A. Solórzano, comunicación personal, el 2 de marzo de 2024).
Por ello, Solórzano afirma que las mujeres “entienden mucho mejor el asunto de defender el derecho a ser dignamente representadas”, al referirse a las Defensorías de las Audiencias, como un elemento que entra dentro de este contexto que puede contribuir a hacer efectivos sus derechos y a liberarlas del confinamiento, que los medios replican, a la vida doméstica.
En referencia en específico al feminismo, Adriana Solórzano lo señala como la gran revolución de finales del siglo pasado y lo que va del presente, pues impulsa la igualdad de derechos, que es la base de cualquier democracia. Esta igualdad, lejana en su concretización, está siendo impulsada decididamente por las luchas feministas, “hacia una igualdad de derechos en cuanto a los géneros, y eso es importante, porque estamos hablando del 50 por ciento de la población”. Y agrega que merecen mención especial académicas y activistas “que específicamente han trabajado en favor de una representación más digna de las mujeres en los medios de comunicación y en toda comunicación masiva”.
En este sentido, en la lucha de avances y retrocesos, es de destacar la posición de gobiernos de derecha que pretenden normar la lengua, y con ello invisibilizar a la mayoría de la población de nuestros países latinoamericanos, donde muchas personas no han logrado percibir que “eso es una posición política, no gramatical, como lo es la misma posición política de los gobiernos de derecha al prohibir su uso, son posicionamientos políticos en torno a la visibilidad, en torno a la presencia en la esfera pública”, enfatiza Adriana Solórzano.
Las mujeres van ganando posiciones, en este proceso de lucha, y así se aprecia con mayor presencia, en México, de mujeres legisladoras, gobernadoras, en puestos de toma de decisiones. Persiste, en los medios, los estereotipos, la mercantilización de la figura femenina, sin embargo, abunda Solórzano, “las vemos ya mucho más presentes en los noticiarios, como especialistas, como comentaristas, en los programas de debate, ya las vemos más presentes en los contenidos que tienen relación con la vida política, social y cultural del país”.
Las mujeres aportan, a las luchas sociales en general y a la defensa de los derechos de las audiencias en lo particular, lo que ya señalamos líneas arriba: solidaridad, empatía, complicidades, valentía, sentido de la indignación, mirada crítica, inclusión, sentido de pertenencia y de lo colectivo.
Académicas y defensoras frente a medios e ideologías hegemónicos
Es innegable la importancia de la participación de las mujeres en la defensa, promoción y observancia de los derechos de las audiencias. Estas miradas, que derivan necesariamente en la acción, promueven el trabajo en colectivo, lo que se refleja en la conformación de distintos organismos, y promueven leyes acordes a una visión de comunicación como derecho humano. Con una mirada crítica observan, analizan y proponen en clave femenina. Sus aportes se manifiestan en liderazgos ejercidos desde el impulso del marco normativo y la promoción y liderazgo de instituciones en defensa y promoción de los derechos de las audiencias.
Hay que tener en cuenta que las ideologías que guían el rumbo de las naciones influyen en todos los niveles de autoridad. Los medios de comunicación son particularmente relevantes debido a su proximidad con la población y sus diversas audiencias. Estas disputas de poder entre las distintas visiones sobre su ejercicio suelen marginar a la población.
La volatilidad política en los países de la región impacta directamente en la evolución de la percepción de los medios de comunicación y, por ende, en cómo estos perciben a sus audiencias. Además, existe una creciente polarización que ha generado la difusión de mensajes de odio hacia aquellos que no comparten la misma perspectiva acerca de la democracia.
Esta tensión se traslada al ámbito de los medios, que se articulan como el espacio público donde se debaten diferentes posturas. Es importante destacar que los grandes medios tienden a alinearse con los principios del libre mercado, lo cual, junto con la falta de regulación estatal, que actuaría como garante del ejercicio imparcial de los medios predominantes, contribuye a agravar las desigualdades sociales al restringir los derechos de las audiencias.
Es aquí, con este contexto, en donde la aportación de las académicas, defensoras de las audiencias y colectivos feministas, no exclusivamente, pero sí de manera destacada, va estableciendo rutas de acción que permitan defender los derechos ante diversas actitudes de los gobiernos locales, los medios hegemónicos y el desconocimiento de estos por parte de las audiencias.
Los retos, aunque no son los únicos, están claramente definidos: desconocimiento de los derechos, oposición de los medios hegemónicos, retraso en la aplicación de leyes. También se han construido líneas de acción y frentes consolidados en esta promoción y defensa de los derechos. Porque para ejercer los derechos primero hay que conocerlos, y por ello y para ello están las Defensorías de las Audiencias.
Fuentes
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- Coll-Guzmán, E., & Spataro-Tron, M. (2022, julio 21). Hasta encontrarles: La lucha incansable de las madres buscadoras. ONU Mujeres – México. https://mexico.unwomen.org/es/stories/noticia/2022/07/centro-de-estudios-ecumenicos
- Congreso de la Unión. (2024). Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFTR.pdf
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- INEGI. (2020). Censo de Población y Vivienda 2020. https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/
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- Ottaviano, C. (2024, marzo 20). Retos en los derechos de las audiencias y el rol de las mujeres (B. Balderrama García) [Entrevista].
- Pauwels, F. (2024, marzo 6). Motivos para participar en la lucha por los derechos de las audiencias (B. Balderrama García) [Entrevista].
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