Entrevista con Graciela Martínez Matías
no. 143 / enero-junio 2019 / entrevista
Vasti Ramírez López
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
“La radio no va a tener un fin. El ser humano tiene la necesidad de comunicarse oralmente; es una necesidad inherente a él, por lo tanto, hay una transformación y la radio va a seguir transformada; no va a ser la misma”, afirma Graciela Martínez Matías en entrevista con la Revista Mexicana de Comunicación a propósito de la publicación de ¡Viva la radio! Mutaciones culturales de lo sonoro (Ediciones CIESPAL, 2019), libro en el que participó como coordinadora en conjunto con Tito Ballesteros.
Desde su nacimiento hace aproximadamente 100 años, la radio ha experimentado cambios que van de la mano del desarrollo tecnológico y de las modificaciones en las prácticas sociales. De ello da cuenta el desuso actual de los discos de acetato, la desaparición de las horas en que toda una familia esperaba el sonido de las campanas (xilófono) que anunciaban programas de la “XEW La voz de la América Latina desde México”, la incredulidad en la novela que, narrada por un locutor de voz serena, hablaba de extraterrestres a punto de invadir la tierra, y un sinfín de prácticas que sólo la radiodifusión de antaño era capaz de ofrecer. Sin embargo, la radio no ha desaparecido, ni ha dejado de ser. La radio vive.
“En las últimas Bienales Internacionales de la radio, oíamos decir que ésta ya estaba muerta, que estaba ya casi en extinción, casi la estábamos velando”, menciona Graciela Martínez con un gesto que sugiere extrañeza antes de asegurar que este medio no desaparecerá ante la presencia de nuevas tecnologías.
Especialista en el campo del arte sonoro, Graciela Martínez Matías es doctora por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución en la que se desempeña como profesora, y es investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). De 2015 a 2018 fue integrante de la Defensoría del radioescucha en Radio Educación. En los últimos años ha desarrollado investigaciones sobre las radiodifusoras comunitarias e indígenas.
La experta en producción afirma que, un siglo después de su irrupción, la radio se yergue, toma una nueva fuerza y se está volviendo en un actor principal dentro de los cambios sociales. En los últimos años del primer cuarto del siglo XXI, la principal transformación que este medio de comunicación ha sufrido es la migración al mundo de internet. Sin embargo, este proceso no propiciará el desgaste o la extinción de la radio, sino que, más bien, la transforma y muta.
“La migración de la radio al internet es un complemento. La radio tradicional sigue y continuará funcionando porque, lamentablemente, hay una brecha digital que se suma a una brecha social. No toda la gente tiene acceso a internet, y el objetivo es llegar a la gente de la comunidad. Este es el caso de las radios comunitarias; Radio Teocelo, por ejemplo. Sin embargo, por el tipo de contenido y el impacto que tiene en la parte nacional y global, es importante estar en internet porque de alguna manera permite visibilizar las situaciones en que se vive” tanto en México como en otros continentes.
Y continúa: “Las transformaciones [de la radio] se visualizan desde el punto de vista técnico, literario, de personal, en el proceso de producción de guión, la parte técnica, el uso de la voz y algo muy importante, las audiencias”.
Graciela Martínez afirma que las audiencias han cambiado con el paso de los años y, junto con ellas, también las interrelaciones que tienen con la radio. La intermediación entre el sujeto y el medio ahora es más tecnológica, pero también subjetiva, emotiva y emocional. Así mismo, las narrativas han sufrido modificaciones. Por ello se pregunta: "¿qué se contaba antes?, ¿qué necesidades tenía y tiene ahora la sociedad?"
—Si la radio se ha transformado, mutado y modificado, ¿en qué consiste su esencia?
—La esencia de la radio es el sonido. Y cuando hablamos de sonido, hablamos de un concepto complejo que se resume en cuatro elementos: la palabra, los efectos, el silencio y la música. Pero, al profundizar en ellos, vamos a ver el poder que tiene la radio. De esto se habla desde que nació en 1921. Sin embargo, todo esto va a tener una resignificación: ¿qué significa el silencio en términos de la reflexión?, ¿cuál es su impacto?, ¿por qué son tan importantes los sonidos, los efectos y la música? Los sonidos utilizados cuando hago el montaje van a ser susceptibles de volverse arte.
Sobre todas estas cosas nos habla el libro ¡Viva la radio! Mutaciones culturales de lo sonoro, en donde participaron diez autores de distintas partes de Iberoamérica: Nair Prata, Sonia Pessoa y Débora López de Brasil; Chusé Fernández y Luis Miguel Pedrero de España; Hernán Yaguana de Ecuador; Francisco Godínez de Argentina; Graciela Martínez de México; Omar Rincón y Tito Ballesteros de Colombia. Todos y todas expertos en radiodifusión.
“Fue un año de trabajo diario. Fue llamarnos dos o tres horas a través de WhatsApp para revisar los textos; cada frase, cada punto; para que de alguna manera el estilo se volviera homogéneo. Fue fascinante, ¡de verdad fascinante!”. La coordinadora del proyecto señala que la edición también fue agotadora porque los colaboradores no se conocían y todo el trabajo fue realizado “a través de la tecnología, correos, chats. Nos dimos cuenta de las posibilidades que [la tecnología] otorga para realizar proyectos”.
¡Viva la radio! es un trabajo conjunto de personas que están interesadas en los cambios de dicho medio, así como en compartir con los lectores sus miradas respecto a cómo se concibe en sus países. El libro es una extensión de Manifiesto. Transformaciones de la radio (2017), texto colectivo realizado hace dos años que cuenta con su propio blog, pero que sólo introdujo los temas en los que la nueva entrega profundiza.
La temática del nuevo volumen abarca desde las condiciones técnicas y sociales, en capítulos como “La emisión y la recepción”, “Instalaciones, espacios físicos y economía” o “Lo tecnológico”, hasta la cultura que ha desarrollado en aspectos como “Locución y producción”, “Géneros y formatos” o “Participación y formación”. El prólogo, a cargo de Isidro Martín Gutiérrez, señala algunos escenarios futuros del medio como las ambientaciones y el radioteatro.
Sobre el subtítulo Mutaciones culturales de lo sonoro, Graciela Martínez comenta que se refiere al contexto y afirma que habrá “una serie de cambios dentro de la cultura local, nacional e internacional” que generarán un impacto que será visible en la radio como “una serie de mutaciones culturales que se van a reflejar en la manera de hacerla”.
—¿A quién va dirigido el libro?
—En primer lugar, a profesores. Para que conozcan las miradas con las que se está viendo la radio y así puedan darle una lectura que les ayude en su labor. También para productores, hacedores de la radio, guionistas, directivos de medios de comunicación e, incluso, a sociólogos interesados en el tema. Antaño, a la radio se le consideraba un medio menor, ahora se le está dando una importancia no sólo tecnológica y de comunicación, sino de un impacto sociológico y cultural. Para mí, esto es una maravilla”.
¡Viva la radio! Mutaciones culturales de lo sonoro se encuentra en línea para su descarga gratuita y de forma física en la librería del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL). La doctora Martínez Matías espera poder realizar la presentación del texto, tanto en la UNAM como en la UAM, para difundir un documento de gran valor. Considera que su lectura logra desempolvar un pasado de la radio en cierta forma olvidado y, a la vez, participar en su presente como el medio de comunicación que, por un siglo, ha acompañado a familias enteras en su paso por el mundo de lo sonoro. A lo largo de las generaciones, la radio fue, es y será el medio por excelencia que facilita la comunicación oral entre personas. La radio vive.
Publicado: 24/7/2019