Número 145: Comunicación de la ciencia y periodismo del conocimiento

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No. 145 / enero-junio 2020 / editorial

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Sin lugar a dudas, la pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha generado la emergencia sanitaria mundial de mayor impacto después de un siglo, luego de la pandemia de la “Gripe Española” en 1918. La COVID-19 ha infectado a millones y ha causado la muerte de cientos de miles de personas en todo el planeta, pero su alcance rebasa el ámbito de los sistemas de salud de todos los países.

Sus efectos económicos han sido más desastrosos que los ocasionados por las Guerras Mundiales y las consecuencias sociales y culturales apenas se vislumbran. Sin embargo, dos campos han destacado como las mejores herramientas con las que cuenta la humanidad para enfrentar esta enfermedad emergente: la ciencia y la tecnología.

A pesar de que la comunidad científica internacional aún no tiene numerosas respuestas frente a la complejidad de la enfermedad, sólo con la ciencia y la tecnología es posible obtener los tratamientos, medicamentos y vacunas indispensables para combatirla. Gracias a ellas se pueden adoptar las medidas más adecuadas de prevención, control y mitigación de sus efectos en todos los ámbitos de la sociedad.

En este contexto, en el que la humanidad depende del conocimiento científico y tecnológico, es que la Revista Mexicana de Comunicación se ha centrado en un sector de vital trascendencia para que la sociedad acceda a ese conocimiento y comprenda sus implicaciones sin necesidad de ser especialistas: la comunicación de la ciencia y el periodismo científico.

Hoy más que nunca se requiere de estas disciplinas y de sus profesionales para informar qué tanto individuos como quienes toman decisiones en el ámbito político, económico y sanitario comprenden las múltiples implicaciones e implementan las medidas adecuadas de prevención y seguridad contra la pandemia.

Este es uno de los objetivos primordiales de la comunicación del conocimiento científico y tecnológico, pero entre sus derivas también han surgido problemas nuevos y específicos, fundamentalmente gracias a la era digital y desde los espacios informativos, sobre los que resulta esencial reflexionar.

Ejemplo de ello son tanto las coberturas profesionales sobre la contingencia sanitaria como la propagación de informaciones falsas o imprecisas, que fueron dos de las constantes que afectaron la comunicación científica desarrollada en este contexto, como sugirió Aleida Rueda, en entrevista para este medio. La presidenta de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia considera que el periodismo de ciencia no debió conformarse con documentar las cifras de la pandemia, sino que debió procurar comprender y explicar “implicaciones globales, sociales, económicas y culturales” de la crisis sanitaria mundial.

El propósito de este número es acercarse a la comunicación pública de la ciencia como concepto y como práctica en el contexto actual y en otros, donde es sustancial documentar las prácticas comunicacionales en escenarios específicos como los fenómenos hidrometereológicos, los sismos, las erupciones volcánicas o las coyunturas administrativo-políticas donde la comunicación científica puede incidir directamente.

Como señalamos en nuestra convocatoria, en la mayor parte del planeta se depende más de los avances científicos y se consumen más los productos tecnológicos, pero a la vez se ignora lo que es el conocimiento científico, sus implicaciones y la manera en cómo contribuye a entender, interpretar y transformar la realidad. Se ha generado una desigualdad en el acceso a los beneficios del conocimiento científico. De ahí la importancia de impulsar la comunicación y divulgación del conocimiento como una actividad indispensable en las sociedades democráticas. A partir de esta reflexión, propusimos abordar experiencias derivadas del uso de nuevas tecnologías en espacios como museos y plataformas digitales, y reflexionar las dinámicas originadas en los espacios de investigación o en aquellos que desarrollan políticas y programas gubernamentales.

El resultado fue un número que reúne ensayos monográficos y reflexivos que se aproximan de manera muy diversa a la comunicación pública de la ciencia pues abarca coyunturas histórico-políticas específicas en México, manifestaciones de las nuevas tecnologías en museos y centros de ciencia, ejemplos concretos de las posibilidades de los proyectos transmedia, dinámicas de búsqueda y consumo de contenidos científicos en internet y reflexiones teóricas que reúnen fundamentos del campo de la comunicación con problemas de la antropología y la filosofía.

El texto inicial del dosier es la colaboración invitada de Susana Herrera Lima, intitulada “Comunicación pública de la ciencia y problemáticas sociales. El comunicador de la ciencia en el trabajo transdisciplinario con grupos vulnerables”. La investigadora del ITESO indaga la función de la Comunicación Pública de la Ciencia frente a las desigualdades que resultan de distintas problemáticas sociales y aporta una tipología de los roles que puede desempeñar el comunicador de la ciencia. Para ello, presenta el caso de los pueblos de la región del Lago de Chapala donde un problema de salud derivado de agua contaminada llevó el caso hasta el Tribunal Latinoamericano del Agua en 2018.

En “Una mirada crítica a la propuesta de Howard Gardner para el diseño museográfico interactivo”, María del Carmen Sánchez-Mora y Blanca María Cárdenas Carrión abordan el desarrollo de los museos y centros de ciencia (MCC) para sintetizar y reflexionar la concepción constructivista de Howard Gardner y sus aportes en el caso de los espacios de exhibición que recurren a nuevas tecnologías. Si bien las autoras observan que las tecnologías digitales implican riesgos, actualmente su uso en los MCC es fundamental si se considera que están orientados a complementar espacios pensados para múltiples inteligencias.

Silvia Domínguez Gutiérrez documenta y reflexiona una serie de estudios que revelan que internet es el medio preferido para la consulta de información científica más allá de que la televisión todavía conserva una posición relevante en la comunicación de la ciencia. “Consumo de información científica en televisión e internet” aporta numerosos datos para comprender el proceso por el que los temas de la ciencia han transitado desde un medio tradicional hacia las nuevas tecnologías y cuáles son las dinámicas de búsqueda que lo han caracterizado.

A partir de las tesis suscritas por Roger Bartra en Chamanes y robots, Eder E. Cuevas López formula una serie de cuestionamientos a partir de los problemas de circularidad, el concepto de metafísica y algunas ideas de Heinz Von Foerster y John Searle para ampliar el debate sobre la comprensión de la conciencia y su relación con la comunicación. “La conciencia y la comunicación: reflexiones sobre Chamanes y robots” aporta una síntesis asequible del más reciente libro de Bartra, así como nuevas cuestiones en torno al estudio de las propiedades y causalidades de la conciencia.

“La ciencia avanza, proyectando hacia adelante su luz…. La prensa científica en la Ciudad de México a finales del siglo XIX (1890-1899)” contextualiza el papel del positivismo, las sociedades científicas y los medios de comunicación y transporte en el establecimiento de la prensa científica a finales del siglo XIX. Este ensayo de Iñigo Fernández Fernández sugiere las circunstancias por las que grupos políticos y científicos de aquella época tuvieron una posición similar, sin proponérselo de antemano, sobre el papel que la ciencia para alcanzar lo que entendían como progreso.

Finalmente, nuestra sección de ensayo temático cierra con “Horizonte tecnológico para la comunicación de la ciencia. De lo análogo a lo digital y la posibilidad transmedia”, un texto monográfico de Mitzi Villegas Carmona que sugiere algunos escenarios de las narrativas transmedia (o transmedia storytelling) en la comunicación de la ciencia a partir de las propiedades esenciales de este tipo de relatos y de ejemplos como el Ágora Digital de la Universitat Jaume I.

Algunos de los materiales del dosier abordan la pandemia por la enfermedad COVID-19 o hacen referencia a ella como es el caso de las entrevistas con Juan Tonda Mazón y Aleida Rueda, representantes de dos generaciones distintas de la divulgación científica y el periodismo de ciencia. Asimismo, incluimos una serie de cuatro reseñas sobre las mesas del Foro Virtual e Hispanoamericano de Periodismo Científico, Edición Covid 2020, que tuvo lugar en el mes de marzo.

En este número, el lector también podrá hallar contenidos de nuestra convocatoria permanente. En la sección de ensayo, Kevin Zapata Celestino presenta “Fake news y redes sociodigitales: cuando la libertad de expresión amenaza la democracia”. Este trabajo propone una reflexión sobre los límites de la libertad de expresión en un contexto caracterizado por la irrupción de fenómenos como la tiranía de la mayoría y la espiral del silencio. Además, incluye un fragmento de Visualidad totalizante, libro coordinado por Jacob Bañuelos y Armín Gómez, así como reseñas de Políticas y producción audiovisual en la era digital en América Latina y Agenda sociodigital de la campaña presidencial de 2018, preparadas respectivamente por David González Hernández y Melissa Saldaña José.

Para cerrar, nos complace señalar que la RMC ha iniciado formalmente una sección dedicada a difundir discursos visuales con un ensayo fotográfico de Ramón Ángel Acevedo Arce, cronista y fotógrafo documental. “La cenicienta invisible. Escritores trotamundos en un México inocente” explora distintas fisonomías de la vida cotidiana de Ensenada, Baja California, para dialogar visualmente con las viñetas del escritor Lawrence Ferlinghetti del libro La noche mexicana (The Mexican Night, 1970).

Arturo Barba Navarrete
Editor invitado