Perspectivas teóricas sobre estudios de apropiación del espacio desde el enfoque de la comunicación

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No. 148 / Julio-Diciembre 2021 / Ensayo

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Mónica Vilchis Arroyo

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Resumen: actualmente, los estudios sobre apropiación del espacio desde el enfoque de la comunicación posibilitan la investigación social dentro de los escenarios cotidianos, con la finalidad de explorar diversas interacciones y apropiaciones que los sujetos realizan a partir de las atribuciones simbólicas que le otorgan a los espacios públicos y privados de la época contemporánea. Asimismo, viabilizan lugares poco explorados que manifiestan la cultura de los individuos. Las diferentes visiones y teorías que proponen las y los autores de los estudios de apropiación del espacio permiten establecer un análisis sobre las tendencias que generan sus investigaciones. En ese sentido, este ensayo esboza una breve revisión de perspectivas relacionadas con la construcción de aproximaciones teóricas en estudios de apropiación del espacio.

Abstract: Nowadays, studies on the appropriation of space from the communication approach enable social research within everyday settings, in order to explore various interactions and appropriations that subjects carry out based on the symbolic attributions that they grant to public spaces and deprived of contemporary times, they also make viable little-explored places that manifest the culture of individuals. The different visions and theories proposed by the authors of the studies of appropriation of the space allow to establish an analysis on the tendencies in which their investigations are generated, in that sense, this essay outlines a brief review of perspectives related to the construction of Theoretical approaches in studies of appropriation of space.


En la actualidad, los diferentes organismos de educación, tanto particular, como los estatales, federalizados y otros autónomos, tienen necesidad de desarrollar programas sobre investigaciones sociales que permitan la vinculación, el acercamiento, así como la divulgación de la actividad científica. Los estudios sobre la apropiación del espacio posibilitan la investigación social dentro del ámbito cotidiano ya que sus categorías de análisis acercan al científico social al conjunto de explicaciones sobre las dinámicas sociales de hoy desde la exploración de las diversas interacciones que permean en los escenarios de vida colectiva

Estudios culturales europeos

Las presentes líneas muestran un panorama teórico respecto a las investigaciones previas que se han realizado acerca de los estudios de apropiación del espacio. Este trabajo bosqueja la emergencia de los estudios socioculturales en Europa y, posteriormente, en Latinoamérica para contextualizar las propuestas teóricas acerca de los estudios de apropiación del espacio.

La idea principal de los estudios culturales, de acuerdo con Mattelart (1998), surge por la necesidad de buscar una nueva mirada que permitiese renovar la forma del pensamiento crítico para la que es preciso puntualizar el contexto en el cual emergen los estudios culturales, al situarse en el marco de la posguerra que generó importantes cambios políticos, económicos y sociales producidos por el estado de bienestar en Inglaterra.

Los estudios culturales en un principio no vislumbraban ninguna legitimidad por el hecho de que no se realizaban investigaciones de corte cultural porque eran consideradas indignas del trabajo científico debido a la desconfianza que mostraban los sociólogos e, incluso, los humanistas. Éstos, a pesar de no pertenecer propiamente al campo de las ciencias sociales, eran escépticos ante un área destinada a los trabajos sobre cultura. Además, era la primera vez que se experimentaba en ese ámbito de investigación lo que generó varias inconformidades fuera y dentro del centro de estudios.

Otro aspecto fundamental es el recorrido de los diferentes autores que configuraron y legitimaron el rumbo de los estudios culturales europeos a través de las investigaciones que hicieron y que consolidaron los trabajos sobre cultura. Dentro de los principales autores se encuentran Richard Hogart, Raymond Williams, E.P. Thompson y Stuart Hall. Este último perfilaba sus investigaciones hacia un marxismo matizado; es decir, readaptó la teoría marxista mostrando interés por evidenciar la realidad existente dentro de las prácticas culturales.

Asimismo, Hall mostraba una particular inquietud por institucionalizar la teoría dentro del centro de investigación, lo cual produjo significativas aportaciones que enriquecieron el trabajo de los científicos. La prioridad de los investigadores era legitimar académicamente una rama original dedicada a la cultura. Los estudios que se realizaban dentro del centro de investigación se encontraban influenciados por la izquierda marxista de Hall debido a la formación que tuvo en la universidad de Oxford. De modo que la importancia de voltear la mirada a estos estudios era la preocupación por teorizar en temáticas urbanas como las representaciones de la vida cotidiana existentes dentro de la clase trabajadora, las subculturas, la etnografía, la expansión de la cultura de masas, la estructura de organización de la sociedad y la apropiación de los espacios (plazas, jardines, calles).

De igual forma, se problematizó sobre el análisis de la resistencia a los mensajes dentro de los medios, especialmente la televisión, por lo que más tarde estos estudios tomaron fuerza alrededor del mundo. Hubo un proceso de internacionalización de investigaciones culturales que tuvo auge en diversas universidades de Norteamérica en colaboración con autores latinoamericanos, por lo que en los años setenta se propició la formación del centro Latin American Cultural Studies (Estudios Culturales Latinoamericanos).

Es a partir del concepto de resistencia que se encuentra el punto de mediación entre las posturas radicales que formulaban los críticos de la escuela de Frankfurt en las cuales exponían el fracaso de un mundo encaminado a la barbarie. Fue con los estudios culturales que se vislumbraron dispositivos que generan la obstinación del sujeto ante el consumo y por el que las personas dejan de ser simples consumidores irracionales sin capacidad de elección.

Una vez que se planteó la estructura del individuo a través de la resistencia, se enfocó la diferencia con los postulados marxistas sobre el obrero sublevado como fuerza de rebelión; pero esta analogía se transformó a partir de estos estudios ya que el obrero cambia y disfruta de lo que consume. Esto sucede, claro, en función de las prestaciones que adquiere el proletario en la empresa que ya no es vista más como un espacio de explotación a los trabajadores que utópicamente aspiran a una vida mejor. Esto extermina la fuerza de sublevación. Otro elemento fundamental es precisar que el nacimiento de los estudios culturales se fincó a partir “del rechazo del legitimismo de las jerarquías académicas de objetos nobles e innobles” (Mattelart y Neveu, 1998: 60).

Los estudios que se hacían estaban alejados de estas investigaciones acerca de los productos culturales, o de los elementos que se producen en las urbes desde el espacio geográfico, así como de los efectos que resultan en los individuos al ver un programa televisivo. Es justo en este punto en que se observa la importancia de conocer las mediaciones como un elemento que permite al individuo apropiarse de un objeto, idea, e, incluso, un espacio para hacerlo suyo.

Por otro lado, resulta preciso mencionar que los estudios culturales también dejaban ver la inclinación feminista de autoras como Charlotte Brundson y Dorothy Hobson ya que comenzaron a realizar investigaciones sobre género. Bajo este esquema es innegable la aportación de estas autoras al tematizar perspectivas en este campo analítico.

Los estudios culturales plantean el abordaje del concepto de identidad como la construcción y la apropiación de significados que percibe el individuo de manera que crea y se recrea una identidad, por lo que el sujeto ya no actúa como un ente social incapaz de poner resistencia ante los productos culturales. Es ahora quien pone dificultades a los sistemas rigurosos de dominación. El sujeto resiste a través de sus mediaciones como la iglesia, la escuela, la televisión o los grupos sociales de interacción cotidiana. Este elemento expresa una ambivalencia cuando advierte que las subculturas no son ni simple afirmación, ni rechazo, ni explotación comercial, ni auténtica revuelta. Se trata, a la vez de una declaración de independencia, de alteridad, de intención de cambio, de rechazo al anonimato y de estatus subordinado.

Las subculturas no son más un objeto de dominación ya que las mediaciones de su entorno le permiten matizar la radical postura de opresión sin una víspera para la búsqueda del cambio. Es por ello que existe una rebelión de las subculturas que simplemente construyen su identidad apropiándose de lo que les convenga de los productos culturales o de los espacios físicos e ideológicos que representan las iglesias, las escuelas, las fábricas, los cines, los parques, entre otros lugares.

Es fundamental resaltar la importancia de los estudios culturales. Surgen a partir de nuevos paradigmas de la época. Esto permitió dar un matiz a las posturas radicales además de mostrar una diversificación al proponer estudios sobre cultura que permitieron la visualización de diferentes enfoques con el fin de analizar y reflexionar en torno del objeto de estudio de investigaciones que se efectúan desde lo cotidiano, así como de las prácticas sociales y de las apropiaciones de los espacios vistos a través de las resistencias en función de las mediaciones de los sujetos.

Latinoamérica y los estudios culturales

Para establecer el proceso de internacionalización que sufrieron los estudios culturales ingleses es preciso recuperar el texto Introducción a los Estudios Culturales en Comunicación (1998). Allí, Mattelart y Neveu exponen la transición de los estudios culturales ingleses y la llegada de dichas investigaciones a Estados Unidos y Latinoamérica.

Los estudios latinoamericanos se institucionalizaron en los años ochenta gracias a las múltiples aportaciones de diversos autores como el investigador argentino Néstor García Canclini quien, a través de su texto Consumo cultural en México (1993), cuestiona por qué el consumo cultural es uno de los temas poco estudiados en América Latina. Asimismo, propone diferentes modelos para estudiar el consumo cultural.

En este sentido, en su libro Culturas híbridas (1990), García Canclini reflexiona en torno a la diversidad cultural como un marco de acercamiento a distintos puntos de vista ya que la globalización y la cultura occidentalizadas ha dado continuidad al pensamiento homogeneizado. Este autor establece, junto a Rosana Reguillo, el malestar actual de los estudios culturales debido al desinterés de estudiar sobre clases y culturas. En ese tenor se observa una problemática latente en los estudios culturales ya que en los últimos años se han incrementado artículos, libros, revistas y conferencias acerca de los estudios culturales; sin embargo, gran parte de estas propuestas científicas no dispone de una reflexión epistémica que permita dar cuenta de las trasformaciones sociales y culturales que actualmente ocurren a través de los procesos de globalización y transculturización de la sociedad global actual.

En relación al punto anterior se menciona un desligamiento de los investigadores sociales por abordar temáticas de cultura y clases debido al creciente interés por la globalización y las nuevas tecnologías, así como la virtualización. Dentro de los primeros estudios sobre la recepción de las series norteamericanas, así como las telenovelas, destaca la labor del investigador Guillermo Orozco (2000) quien, en un trabajo conjunto con Cecilia Cervantes Barba (2000) intitulado Lo viejo y lo nuevo: Investigar la comunicación en el siglo XXI, establecen un análisis en relación a la interacción que entablan los medios con las audiencias.

Todos estos autores se mostraban influenciados en sus investigaciones por diversos pensadores de la cultura europea como Antonio Gramsci, Pierre Bourdieu, Alberto Cirese, Roger Bastide y Marcel Mauss, así como los trabajos realizados por los teóricos de la escuela de Birmingham y, tardíamente, varios de ellos centraron sus estudios en los textos del antropólogo francés Michel de Certeau.

Los estudios culturales se establecieron bajo un contexto complicado para desarrollar sus investigaciones ya que, por un lado, no se había dedicado una rama de estudios especializada en la cultura, lo que condujo a que estas investigaciones carecieran de legitimidad en el área científica; por otra parte, la situación que estaba padeciendo Latinoamérica se tornaba difícil debido a las secuelas que habían dejado las represiones por las dictaduras, hecho que produjo un caos al interior de las comunidades científicas que generó la desaparición y el refugio en el exilio de un gran número de investigadores.

De acuerdo con Carlos del Valle Rojas (2000), el término mediacentrismo se entiende como un discurso y una práctica funcional a objetivos sociopolíticos y económicos. La disertación de los grupos científicos propició una abstracción sobre las temáticas políticas, por lo que resultaba factible ocuparse sobre los estudios de consumo cultural y no problematizar en los hechos políticos y sociales que derivaron de las dictaduras.

Mattelart (1998) explica que se produjo un desligamiento del compromiso científico por parte de los investigadores al rechazar el abordaje de temáticas referentes a la economía, la política, y la sociedad. Por ello se propone visualizar la realidad de los estudios culturales y no caer en la errónea idea de concebir a la sociedad en su conjunto como homogénea. En ese sentido, el autor sugiere observar la creciente curiosidad de los investigadores sociales como un aspecto fundamental para enriquecer los estudios culturales y de esta forma recuperar elementos económicos, políticos y sociales de la sociedad contemporánea en sus investigaciones.

El establecimiento de los estudios latinoamericanos efectuó una transformación ya que se les denominó como Latin American Cultural Studies. Existe una concepción errónea respecto a esta denominación debido a diversos aspectos. Inicialmente, se determinó el nombre de estos estudios a partir de un término anglosajón y, por otro lado, las investigaciones que se estaban gestando sobre cultura no se llevaban a cabo propiamente en Latinoamérica, sino en otras naciones. Por lo anterior, hablaban en general de los países latinoamericanos, así como de ciertas concepciones sobre la circularidad de la cultura. Esta situación llevó a varios investigadores a refugiarse en Estados Unidos en los años noventa. Este hecho se traduce como “la obtención de la cohesión de un piso en los rascacielos de los estudios culturales anglófonos, los trabajos latinoamericanos son invitados a reinventarse a una genealogía situada en el 11 tiempo corto de esta corriente a costa de sacrificar sus raíces y su singularidad” (Lull, en Jacks y Tuftr, 1998).

El argumento anterior refiere a la imprecisión de las investigaciones que se derivan del planteamiento de un objeto de estudio delegado desde los orígenes ante una realidad en la cual se establecen los estudios latinoamericanos. Dentro de dicha problematización, se generó una descontextualización de las investigaciones ya que se realizaban traducciones del español al inglés lo que propició una noción equívoca de los estudios culturales latinoamericanos.

Investigaciones sobre la cultura en el contexto latinoamericano

En relación con las investigaciones sobre cultura, así como las diferentes perspectivas que se han gestado en el contexto latinoamericano, resulta importante señalar a la escritora Ana María Zubieta. En su texto Cultura popular y cultura de masas (2000) retoma a diversos autores como Ángel Rama, Leandro Gutiérrez, Luis Alberto Romero, Jesús Martín-Barbero y Néstor García Canclini con la finalidad de explicar las propuestas teóricas en las se sitúan los estudios sobre la cultura, así como sus elementos en América Latina.

Zubieta denota los conceptos de dominación, resistencia, negociación y cambio cultural. Expresa que “es imposible hacer una separación entre las culturas y los nuevos cambios que ha traído consigo la modernidad” (Zubieta, 2000: 214). Indica que es difícil discernir los dispositivos que ha traído consigo los procesos de civilización ya que existen nuevos paradigmas sobre la construcción de la cultura, como es el caso de las comunidades LGBT, los diversos espacios emergentes de socialización virtual, los nuevos actores y movimientos sociales; todo ello en función de los cambios que representa el proyecto de la modernidad.

El proceso de transculturización proporciona importantes elementos para entender y repensar a la cultura en la actualidad ya que la propia dominación de la misma genera un grado de resistencia en los individuos. Sin embargo, ninguna cultura permanece igual o pura pues se manifiesta rasgos fundamentales de diversas sociedades en el mundo a través del intercambio no sólo de mercancías por el modo de producción capitalista, sino de ideologías.

En función de las perspectivas que puntualiza Zubieta, recupera la construcción del mito como una parte esencial de la cultura. La autora revaloriza al mito como una extracción generacional que, en gran parte, opera como un símbolo de resistencia desde la posibilidad de resistencia de los individuos al encontrar en el mito una forma de mantener su cultura en los procesos de transculturación para reforzar su nueva identidad cultural.

Perspectivas teóricas sobre los estudios de la apropiación del espacio

Como un acercamiento hacia las diferentes perspectivas teóricas de los estudios sobre la apropiación del espacio es fundamental recuperar la noción de carnaval de Bajtín (1968) en la cual marca una diferencia entre lo que llama cultura no oficial (cultura popular) y cultura oficial (cultura letrada). La primera hace referencia a las prácticas que se generan en el carnaval dentro del cual se propician elementos referentes al humor, lo cómico y las diversas dinámicas que se dan en las plazas públicas. En dichos escenarios los sujetos se recrean y se apropian del espacio. La segunda determinación hace referencia a una clase en tono serio, religioso y feudal. Dentro de dicha clasificación, Bajtín refiere también a la clase popular como una posibilidad de resistencia al hacer prácticas fuera del régimen social que les permite deslegitimar las reglas morales, ya que el autor no concibe esta cultura como religiosa.

A partir de la propuesta de Bajtin, el carnaval se vislumbra como un espacio de manifestaciones públicas, estimulador de la circulación de ideas que se producen y difunden valores cosmopolitas de nuevos centros de producción cultural. El autor expone a la clase popular como natural, primitiva y sensitiva, ligada a lo corporal y lo concreto. Es en este punto en que existe una dualidad entre ambas culturas (letrada y popular) a través de una influencia recíproca. Otro elemento primordial en el texto es la parodia ya que exterioriza a ésta como la principal forma de apropiación de los individuos, entendida como imitación.

En La invención de lo cotidiano: artes de hacer (1990), Michel de Certeau explica la dinámica que se establece en el barrio, definiendo este espacio como “una organización colectiva de trayectorias individuales; es la distribución, para sus usuarios, de lugares, de proximidad en los cuales se encuentran necesariamente para satisfacer sus necesidades cotidianas” (De Certeau,1990: 13). De Certeau menciona que los sujetos que actúan dentro del barrio comparten códigos de similitud entendidos por todos. Así expresan un punto de neutralidad para extraer las diferencias de comportamientos individuales. Ello manifesta la integración y la apropiación de los sujetos en los espacios a partir de las diversas prácticas de reconocimiento que realizan en este escenario de la vida cotidiana.

Para este autor el barrio es una “escena diurna” donde cada sujeto es identificable y reconocible fácilmente. Cada uno de estos actores se pone una máscara para obtener beneficios simbólicos y cumplir con un rol específico como la madre, el hijo, el sacerdote, el joven, el doctor, el jubilado; es decir, durante el día cada miembro del barrio realiza las actividades que le corresponden para ser socialmente aceptado.

Es fundamental precisar los puntos de coincidencia en relación con la propuesta de Bajtin sobre el carnaval, así como las prácticas del barrio de acuerdo a Michel de Certeau. Ambos autores consideran que existen escenarios donde los sujetos se recrean y se apropian del espacio con una posibilidad de resistencia ante la opresión del sistema. Para Bajtin, las fiestas carnavalescas se realizan en un entorno de humor, refiriéndose a los aspectos cómicos, así como una desinhibición de los sujetos a través de las prácticas culturales que se sitúan dentro de las plazas públicas, que, a pesar de ser espacios públicos generados por los sistemas de las culturas dominantes, los individuos hacen suyos los espacios.

Para Michel de Certeau, las prácticas que se generan dentro del barrio son una organización colectiva en las que los individuos satisfacen sus necesidades apropiándose del espacio. A la vez, se encargan de constituir lugares donde se sitúan las interacciones sociales a través de la colectividad y los vínculos que establecen con otros sujetos. Asimismo, expresa al igual que Bajtin, una posibilidad de resistencia ante los sistemas de dominación, así como un espacio propicio para la identificación de los sujetos con diversos elementos existentes en su entorno.

Las perspectivas sobre la apropiación del espacio representan un importante elemento teórico retomado en Latinoamérica. Específicamente, se visualiza dentro de la investigación Apropiación del espacio por medio de actividades recreativas y de educación ambiental: el caso de joya de nieves, sierra de Guadalupe en el Distrito Federal (2009), propuesta por las autoras Larisa Ivette Alcérreca Molina, Susana Pilar Susana Burgueño y Aisha Rodríguez Romero. Este estudio expone los vínculos de apropiación que las personas establecen con los espacios. Conduce a la reflexión sobre el objeto de estudio visto desde múltiples perspectivas. El apego al lugar, la identidad de lugar, la identidad social urbana o el espacio simbólico urbano son algunos de los principales conceptos con que se abordan procesos que dan cuenta de la interacción de las personas con los entornos y sus principales efectos. Dentro de este aspecto, el estudio fundamenta la relevancia sobre la apropiación de los espacios que se constituyen dentro de los escenarios urbanos que reflejan los procesos de urbanización de los cuales los sujetos hacen uso.

Al realizar un abordaje sobre las perspectivas teóricas en relación a la apropiación del espacio, es preciso hablar sobre la virtualización de los espacios, así como la existencia de los no lugares. Para ello resulta fundamental retomar a Marc Auge (1980), quien reflexiona en torno a los nuevos escenarios de interacción como consecuencia de la modernidad a través de tecnologías, como las redes sociodigitales, en las que pareciera que lo virtual se integra a la realidad hasta crear una línea desdibujada de la realidad y la virtualidad en la cual el sujeto construye su identidad a partir de los elementos tecnológicos. Auge destaca la invención de los “no lugares” como espacios consecuencia de los procesos desacelerados de la modernidad donde no se produce interacción alguna entre los sujetos, y solo se utiliza estos lugares como espacios de transición para llegar a otro lugar al pasar desapercibido.

Auge rescata los elementos emergentes de la modernidad que han propiciado la interacción de nuevos espacios que se configuran en función de los dispositivos tecnológicos que genera el sistema capitalista y que crean la ilusión de libertad en los individuos. En relación al punto anterior es importante establecer los conceptos sobre el proceso que se realiza de lo local a lo global y viceversa, ya que, en una era que se denomina como digitalizada, es preciso exponer los aspectos de coincidencia que poseen ambos conceptos pues no podemos hablar de lo local sin mencionar una perspectiva sobre lo global. Por ello existe una relación de dicotomía entre los términos.

La dicotomía puede visualizarse en la configuración de las sociedades contemporáneas ya que una comunidad puede estructurarse a partir de la globalización, adoptando las consecuencias que este hecho implica como convertirse en menos local, para dar paso a diferentes procesos de socialización entre los sujetos y dejar de lado la proximidad de los individuos dentro de los espacios físicos. Cono esto se de paso a una realidad virtual en la cual interactúan las personas a través de la utilización de las nuevas tecnologías.

El término “global” hace referencia a la lucha que se establece entre los intereses locales y los globales. A través de la globalización, se busca la internacionalización de productos existentes en la industria cultural con la producción en serie de elementos tales como el cine, la televisión, las obras literarias, las canciones, lo cual evidencia una enorme brecha entre las naciones globalizadas que no llevan a cabo producciones en inglés.

Con ello entonces se existe un punto de equilibrio entre el proceso “global” y el “local” ya que el primero se enuncia bajo una lógica de consumo en la industria del capital en la que pareciera que los sujetos se conducen hacia un pensamiento unidireccional y a la reproducción en serie de los bienes con el fin de establecer parámetros sobre las tendencias que los individuos están sujetos a consumir. En contra parte, lo “local” contrarresta los modelos de globalización y los ideales que demanda. Con este elemento busca mantener el pluralismo ya que no se puede entender a las culturas como un todo homogéneo en el que no existe la transculturación.

Las diferentes perspectivas expuestas vislumbran diversas posibilidades de apropiación de los espacios que llevan a cabo los sujetos. Asimismo, se habla sobre una reconfiguración de la sociedad ante los procesos de globalización en la era moderna que conducen al uso de las nuevas tecnologías. Sin embrago, resulta preciso no perder de vista los elementos en que emergen nuevos escenarios dentro de los cuales los individuos se recrean y se apropian del espacio.

Problematización de la investigación social en relación a la cultura y los estudios de apropiación del espacio

Al hablar de la problematización de la investigación social, es importante retomar a Néstor García Canclini quien intentó explicar la inhabilitación que sufre la investigación social, así como el objeto de estudio lo cual se debe a diversos elementos de índole académica, económica, social y política. Canclini lo percibe cómo “el estancamiento en la aplicación rutinaria de una metodología poco dispuesta a cuestionar teóricamente su práctica” (1997: 2).

Canclini reflexiona en torno a los estudios de los procesos culturales y los cambios que devienen de estos en los últimos años en los que la problemática se genera en función de la búsqueda de investigaciones actuales que permitan dar cuenta de las transformaciones sociales. Menciona que los estudios que se realizan sobre la cultura no se encuentran acompañados por una reflexión teórica y epistemológica, y dejan las investigaciones inconclusas y débiles teóricamente.

El autor aborda los conceptos de la circularidad, consumo y construcción de estereotipos culturales que se dieron en el último siglo específicamente con el tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, y por el que no sólo se puede hablar de un intercambio económico a través de la apertura de mercados pues es inevitable mencionar la mezcla cultural que se da a partir de estos procesos.

Dentro de este punto, Canclini exterioriza el beneficio del intercambio sociocultural, el cual se visualiza a través de los procesos de apertura de mercados en función de la globalización, y manifiesta actividades que antes no se llevaban a cabo. Ahora las empresas realizan convenios en canales de televisión, editoriales, programas educativos, universidades. Esto representa una nueva reconstrucción sobre la tendencia ideológica de los países, así como un importante cambio en los estilos de vida de cada nación.

El intercambio cultural que se da según Canclini interviene una serie de elementos que día a día se están reconfigurando. Difícilmente, los estudios que se realizan retoman un enfoque cotidiano. No abordan un paradigma consistente para poder explicar los nuevos fenómenos que se generan en función de los cambios que conlleva el intercambio cultural desde los aspectos políticos, económicos y sociales sin perder de vista la perspectiva para estudiar las nuevas etapas.

Canclini destaca en su texto dos narrativas sobre los procesos de intercambio cultural. La primera se denomina inconmensurabilidad ideológica. Aparecen debates sobre libre comercio que toman en cuenta los sistemas comunicacionales, así como los económicos. No obstante, existe una dualidad mencionada por el autor ya que Estados Unidos y Canadá no convergen en su integración cultural con México. Persisten procesos de desigualdad, así como diferencias en sus estructuras sociales y religiosas.

Ante este panorama no se puede negar la hibridación cultural que se produce entre las culturas; es inevitable. Pero es cierto que hay importantes diferencias a destacar, desde los elementos económicos hasta los socioculturales, que en primer plano posicionan el rol de poder de una cultura sobre otra. No podemos dejar de ver la desigualdad que existe entre estos países. Dentro de la investigación social permea una gran brecha sobre los estudios que se generan ya que muchos de los investigadores latinoamericanos se ven en la necesidad de irse a Norteamérica para conseguir prestigio académico y poder realizar diferentes estudios que no pueden llevar a cabo en su país.

Los cambios favorables que produce el fenómeno de la globalización son importantes a partir del libre mercado, pero también es fundamental mencionar que la apertura de fronteras entre los países no se lleva a cabo de la misma manera. Algunos se ven mayoritariamente beneficiados que otros. De igual forma funciona con los intercambios culturales como los procesos migratorios en los últimos años.

El segundo punto de la narrativa que expone Canclini se denomina la americanización de América Latina y la latinización de Estados Unidos de América. La americanización dentro de los países latinoamericanos no se comenzó a dar a partir del libre tratado de comercio ya que este proceso se dio años atrás. Sostiene que, a pesar de la dependencia tecnológica y económica en Latinoamérica, no se pierde el uso de la lengua por más palabras de origen americano que se introduzcan. Lo mismo sucede con las tradiciones y costumbres sin perder de vista que si existe un importante cambio en las culturas en función de los intercambios de creencias.

Por otro lado, Canclini habla de la inconformidad que representan los hispanos en Norteamérica ya que los procesos de migración cada vez son más frecuentes y provocan cambios en las políticas de estados como California, Arizona y Texas. Es complicado pensar en una trascendencia de la cultura latina en los Estados Unidos debido al sometimiento y la discriminación de la cual son parte estos grupos. El autor afirma que no se puede negar que hay varios esfuerzos por propiciar nuevos enfoques en el modo de estudiar a la cultura, pero remarca “ante los avances conceptuales y empíricos, no puede afirmarse que los estudios culturales constituyan ya un paradigma coherente y consistente” (García Canclini,1997: 6).

García Canclini también reflexiona en torno a las contradicciones que los estudios culturales intentan contrarrestar “entre lo local, lo nacional y lo global, entre el multiculturalismo hegemónico y el de las minorías en Estados Unidos, entre las concepciones oficiales de la pluriculturalidad en América Latina y las posiciones de los sectores que no se sienten representados por ellas” (García Canclini,1997: 7).

En este punto podemos entender la legitimación que se busca ante los procesos dependientes de la política y la economía que responde a los intereses de otros grupos. Por ello, se intenta vislumbrar hacia una nueva mirada emprendida por los estudios culturales en Latinoamérica, con una interlocución en Norteamérica, que constituye una narrativa más crítica. Sin embargo, para la investigación social resulta inconsistente ya que se encuentran sujetos de los proyectos socioculturales y políticos.

El autor hace una precisión al hablar del nuevo trabajo en conjunto que debe concentrarse en las inconsistencias para la construcción de paradigmas que no tienen validez universal. Asimismo, propone una dimensión real de cada cultura que permita acercarse una a la otra sin caer en la complacencia posmoderna; es decir, fundamentar un estudio teórico-empírico que muestre el dinamismo para no retomar a los estudios como aplicables siempre a todas las sociedades.

García Canclini menciona la redefinición del objeto de estudio a partir de la identidad a la heterogeneidad y la hibridación multiculturales ya que no se puede entender a las culturas como un todo homogéneo en el que no existe la transculturación. Hoy el enfoque de estudio es diverso al intentar entender a las diversas culturas con la apropiación de los mensajes que cada sociedad adopta en función de sus elementos contextuales para explicar los procesos de hibridación.

En América Latina los procesos de pluralismo y transculturación son diferentes a como se conceptualizan en Estados Unidos. La discrepancia se afirma ante la fecundidad que expresan los estudios culturales en Latinoamérica: “analizan las injusticias en las políticas de representación, pero en vez de enfrentarlas mediante el separatismo de la acción afirmativa, ubican las demandas insatisfechas como parte de la necesaria reforma del Estado-nación” (García Canclini,1997:9). La desigualdad se acentúa mucho más, además de la absurda creencia de un patrimonio cultural puro, ya que esta construcción es una valoración que deviene de la cultura de élite para formar una identidad cultural en función de sus intereses.

Finalmente, Canclini enuncia la importancia de la búsqueda de múltiples enfoques que terminan con la totalidad de las investigaciones unidireccionales que, en conclusión, se basan en tendencias efímeras sobre la construcción de irrealidades teóricas y empíricas para establecer nuevos objetos de estudio. El análisis de las perspectivas teóricas en torno a los estudios de apropiación muestra una importante observación en torno a una discusión que se ha gestado en relación con las sociedades latinoamericanas en el sentido reduccionista de las sociedades regionales y particulares, hecho que resulta funcional para reflexionar respecto a la pertinencia, los alcances y las limitantes que tiene la aplicación de una teoría y una macroteoría en las ciencias sociales.

Derivado de las determinaciones efectuadas en la estructura del panorama expuesto sobre la definición de los estudios de apropiación del espacio, aunado a la relación que adquieren con estudios socioculturales en Latinoamérica con el trabajo de autores como Néstor García Canclini, Martín Barbero y Guillermo Orozco, se detectaron las posibilidades que propician los estudios de apropiación del espacio los cuales se abordan desde diversos enfoques en ciencias sociales y naturales apoyándose de disciplinas como comunicación, ciencia política, sociología, psicología, antropología e, incluso, de la biología. Se efectúan de manera multidisciplinaria ya que aborda diferentes elementos de cada disciplina a través de un trabajo colegiado.

Es preciso destacar las aportaciones esenciales que propicia esta investigación en el área de la comunicación dentro de las estancias académicas. Principalmente, las instituciones relacionadas con las ciencias sociales posibilitan la investigación social dentro de los espacios cotidianos con la finalidad de explorar las diversas interacciones y las apropiaciones que los sujetos realizan a partir de las atribuciones simbólicas que dan a los espacios de la época contemporánea. Además, viabilizan lugares poco explorados que manifiestan la cultura de los individuos.

Resulta preciso mencionar la relevancia que adquieren los estudios de apropiación del espacio al generar diversas líneas de investigación en la disciplina de la comunicación. Dicha importancia se acentúa dentro de las estancias académicas. Esto servirá como un panorama para desarrollar programas sobre investigaciones sociales que permitan la vinculación y el acercamiento de los estudiantes a los espacios de investigación, así como la expansión de los trabajos de apropiación de los espacios dentro de los institutos de investigación social.

Los estudios de apropiación del espacio posibilitan establecer un marco de aportaciones en la investigación social. Este enfoque teórico evidencia una creciente preocupación por teorizar temáticas urbanas a partir de los nuevos paradigmas derivados de los procesos de globalización y de las nuevas tecnologías, así como de la virtualización de los espacios. Aquí se visualizan los elementos emergentes de la modernidad que han propiciado la interacción de nuevos espacios que se configuran en función de los dispositivos tecnológicos que genera el sistema capitalista.

Los estudios de apropiación del espacio evidencian aportaciones en la disciplina de la comunicación ya que en esta área no se ha trabajado lo suficiente respecto a este tipo de enfoques, lo cuales visualizan un panorama integral sobre los espacios públicos y privados vistos desde las prácticas rutinarias de los sujetos y la cotidianidad para comprender la apropiación y el uso que los individuos hacen de los lugares.


Fuentes

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