No. 146-147 / Invierno 2020-2021 / Reseña
Jessica Fernanda Conejo Muñoz
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Cine hecho por mujeres en Japón
Clase Magistral por Talía Vidal y Jimena Mora
I Encuentro Internacional de Cultura Japonesa Online
Jueves 19 de noviembre de 2020
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En noviembre de 2020 se llevó a cabo el I Encuentro Internacional de Cultura Japonesa Online, organizado por la Asociación Cultural SATORI, formada por especialistas e investigadores de diferentes países latinoamericanos dedicados a los Estudios Japoneses. Como parte de las actividades, las investigadoras peruanas Talía Vidal y Jimena Mora dictaron una Clase Magistral intitulada Cine hecho por mujeres en Japón. Talía y Jimena dirigen Futari proyectos, una organización integrada por mujeres que se especializa en el estudio y divulgación del trabajo de cineastas asiáticas.
El tema de la Clase Magistral resulta de vital importancia en un contexto en el que los movimientos feministas internacionales están encabezando, cada vez con más intensidad, luchas que no pueden comprenderse sin voltear la mirada hacia personalidades pioneras que desde hace muchas décadas exigen una reivindicación; es decir, un reclamo de algo a lo que se cree tener derecho. Es por ello que organizaciones como Futari, e investigadoras como Hikari Hori, Xinyi Zhao, Reiko Ikegawa, Keiko McDonald, Etsuko Onishi, y algunas periodistas como Ren Scateni (Hyperallergic), han buscado rescatar los nombres femeninos que, al menos hasta el cambio de siglo, habían estado relegados del relato histórico canónico del cine japonés.
La Conferencia Magistral abordó el trabajo de 10 cineastas mujeres con base en una periodización tripartita: 1) El período de preguerra (años 30-40); 2) La posguerra (a partir de 1945); y 3) El período contemporáneo (años noventa en adelante). Describiremos brevemente los aspectos más importantes de la filmografía de algunas de las directoras, sin dejar de indicar que la obra de muchas de ellas implicaría un estudio particular por su carácter prolífico y polifacético.
Tazuko Sakane
Sakane fue principalmente una documentalista en activo durante la década de los cuarenta, cuando fue enviada a filmar a Manchuria, China (1942-46). Su debut en 1936 la conviertió en la primera directora japonesa de la historia. Las conferencistas señalaron que Sakane formó parte de un programa propagandístico que buscaba exaltar el nacionalismo japonés en la época colonialista de la primera mitad del siglo XX. Desafortunadamente, puede interpretarse que los documentales de propaganda constituyeron, en su momento, la única vía para mantenerse en el medio fílmico sin ser víctima de la censura, o bien, de la discriminación de género.
Esta cineasta filmó 14 cintas, entre las cuales podemos mencionar Children’s Manchuria (1942), Working Women (1942) y Healthy Little Citizens (1942). Como ocurre con gran parte del cine japonés de este período, la obra de Sakane se ha perdido casi por completo; únicamente se conserva su trabajo Brides of the Frontier, de 1943. También se conserva la cinta del periodo silente, The Water Magician (Kenji Mizoguchi, 1933), primera película editada por Sakane, así como otras obras dirigidas por Mizoguchi y que también fueron editadas por ella, como Osaka Elegy (1936) y Sisters of the Gion (1936).
Atsugi Taka
Haga Matsue (su nombre original) estuvo relacionada con el movimiento “Prokino Kinema” (Liga Cinematográfica Proletaria de Japón), por lo cual tuvo que adquirir un seudónimo ya que este tipo de colectivos eran perseguidos por la policía y censurados. La Clase Magistral destacó que, por el carácter subversivo de muchas de las producciones en que Atsugi Taka estuvo involucrada, no pueden conocerse con certeza los créditos correspondientes a los roles de trabajo. Está documentado que Atsugi Taka fue guionista de numerosos filmes, así como productora, crítica cinematográfica y traductora de libros sobre documental.
Después de la Segunda Guerra Mundial se adhirió a movimientos de mujeres y sindicatos de trabajadores. Su trabajo tuvo un fuerte compromiso con las reivindicaciones de género. Siempre se destacó por su trayectoria rebelde y de izquierda, su cercanía con el Partido Comunista Japonés y el Prokino Kinema. Debido a la censura anterior a la guerra y durante la misma, los créditos de muchas producciones fueron eliminados. No obstante, se conoce su participación en Record of a Nursery (Aru hobo no kiroku , 1942), We are Working So So Hard (Watashitachi wa konna ni hataraite iru, 1945), cuyo título original fue cambiado por los censores, y We Keep Watching – Nuclear Base in Yokosuka (1975, primer material fílmico que registró un barco de guerra estadounidense que portaba armas nucleares).
Las conferencistas subrayaron que Atsugi Taka, de forma implícita, discutía con Tazuko Sakane, quien nunca se pronunció en contra de las invasiones japonesas.
Kinuyo Tanaka
Fue la actriz más popular del período silente en Japón y protagonizó, en 1931, la primera película sonora en su país: The Neighbor’s Wife and Mine, de Heinosuke Gosho. Trabajó con los tres grandes directores del cine clásico: Yasujiro Ozu, Kenji Miziguchi y Akira Kurosawa. Filmó 6 películas de 1953 a 1962, entre las cuales las conferencistas recomendaron Carta de amor (Koibumi, 1955), que relata la situación sentimental entre mujeres japonesas y soldados extranjeros.
Tras la guerra, y en el marco de la ocupación estadounidense hasta 1952, los derechos de las mujeres comenzaron a abrirse paso en Japón gracias a la constitución impuesta por Estados Unidos, que establecía la equidad de género. Para Tanaka, estos cambios fueron muy importantes porque la impulsaron a dirigir películas, lo cual era una actividad prácticamente exclusiva de los hombres. Esta cineasta representa un cambio generacional que dio paso, también, a que más mujeres se convirtieran en cineastas más adelante.
Kinuyo Tanaka en Jinsei no onimotsu (Heinosuke Gosho, 1935)
Naomi Kawase
Sin duda, es la cineasta japonesa más reconocida internacionalmente. Nació en Nara en 1969 y fue criada por su tía abuela, quien se convirtió en uno de los personajes más importantes de su extensa obra documental. Fue la primera en ganar premios internacionales como directora. En 1997, con Suzaku, se convirtió en la cineasta más joven en ganar la Caméra d’or en el Festival de Cannes.
La obra de Naomi Kawase se nutre tanto de ficciones como de documentales, es autobiográfica y se caracteriza por su poesía visual enfocada en ella misma y en la naturaleza. En la Clase Magistral se destacó la importancia del surgimiento del “Cine privado” para que pudieran despegar artistas como Kawase, quienes resaltaron por su mirada introspectiva e íntima. Fueron mencionados varios trabajos de la cineasta como Nacimiento/Madre (Tarachime, 2006), en la que filma su propio parto, y Embracing (Ni Tsutsumarete, 1992), la cual narra la búsqueda de su padre biológico.
Kawase estudió fotografía en Osaka y, a decir de las conferencistas, esto sirvió como antecedente para que en sus películas haya una constante exploración sobre las relaciones entre la imagen fija y la imagen en movimiento, así como entre las imágenes y los sonidos, los cuales trabaja con un sentido táctil en que la cámara es una extensión efectiva y afectiva de la propia cineasta.
Naomi Kawase, Embracing, 1992.
Naoko Ogigami
Estudió cine en la Universidad de California del Sur, lo cual se ve reflejado en su concepción ligeramente “comercial” del medio. Su cinta La barbería Yoshino (Barber Yoshino, 2003) se estrenó en el Festival de Berlín. Recientemente, destacó por incluir entre los personajes de su filmografía a una mujer transexual en Close-Knit (2017). Esto es sintomático de un cambio de esquemas en la vida cotidiana y el vínculo con las tradiciones japonesas más arraigadas, lo cual desemboca en una dialéctica entre cierta nostalgia y la vida común de las familias contemporáneas.
Miwa Nishikawa
Entre sus primeras colaboraciones fílmicas se encuentra la cinta Afterlife (Wandafuru raifu, 1998), dirigida por Hirokazu Koreeda. Otras de sus primeras producciones se caracterizaron por explorar la oscuridad interna de las personas como algo “universal”. Si bien sus colaboradores hablan de la sensibilidad de Nishikawa como “masculina”, (“sea lo que sea que eso signifique”, a decir de Jimena Mora), no puede negarse su importancia en el despunte del cine hecho por mujeres en el país asiático.
Las otras cineastas que fueron mencionadas son Momoko Ando, Yoka Yamanaka, Yuki Tanada y Sayoko Kinoshita. Esta última se distingue por trabajar con animación en el marco del llamado “Cine de autor”.
En la sesión de Q&A se enfatizaron algunos aspectos tratados durante la Clase Magistral como las implicaciones políticas de “ser mujer en Japón” y, naturalmente, “ser mujer cineasta”. Se destacó que las inflexiones en la historia del cine hecho por mujeres han dialogado con cambios importantes a nivel social, político y cultural en la historia de Japón.
Particularmente, se debatió el impulso que dio la ocupación estadounidense al cambio en los derechos de las mujeres, y las consecuencias que trajo este proceso de posguerra a la liberación femenina y a la diversidad de ideas e ideales en un mundo político predominantemente masculino. Sin embargo, también se realizó una reflexión crítica sobre la situación real de las mujeres en el Japón contemporáneo, su poca presencia en las decisiones políticas nacionales y las brechas de género vigentes en la industria audiovisual.
Algunas cineastas que no fueron mencionadas en la Clase Magistral, pero que también están abriendo camino al equilibro de género en las curadurías fílmicas son Naoko Yamada, Mika Ninagawa y Yui Kiyohara. Más información sobre el papel de las mujeres en el cine puede encontrarse en el sitio web Japanese Women Behind the Scenes.
La Clase Magistral de Talía Vidal y Jimena Mora está disponible en el Facebook de SATORI Asociación Cultural.