Lo indecible del discurso: emoción, afecto y deseo
Luis Jaime Estrada Castro | Ensayo
Desde Aristóteles, el carácter lógico del discurso ha acompañado a la definición del ser humano como un animal social. Todo aquello que no se relacionaba al uso lógico de la palabra fue expulsado de lo humanamente racional: emoción, afecto y deseo se convirtieron en la dimensión negada y prelógica del ser humano. Sin embargo, son estas potencias indecibles del discurso las que le dotan de fuerza creativa sobre la vida y la existencia. Emoción, afecto y deseo advienen al mundo para que, junto con el discurso, permitan al ser humano dar cuenta de sí mismo y del mundo en una complejidad de significados en muchas ocasiones indecibles.