Prisa sin Polanco
La rueda de la fortuna
Prisa sin Polanco
Francisco Vidal Bonifaz
Economista y periodista. Analista de medios y
consultor en estrategias de comunicación.
Falleció Jesús de Polanco, el principal accionista y animador del consorcio español Promotora de Informaciones (PRISA).
Polanco heredó una robusta institución que el año pasado se convirtió en el principal grupo de medios de habla hispana, desplazando a un segundo lugar a la mexicana Televisa. Llegó a la corona de lo que la propia PRISA ha bautizado como «la industria del español».
El año pasado, el consorcio que tiene su sede en Madrid, logró alcanzar una facturación equivalente a tres mil 531 millones de dólares (dos mil 812 millones de euros), todavía muy lejos de las cotas de los grandes trasatlánticos mediáticos como Time Warner, Viacom-CBS, Bertelsmann, News y Disney, acostumbrados a facturar más de 20 mil millones de dólares al año, pero sí se ha ganado un lugar de privilegio dentro del mercado de información y entretenimiento en español.
PRISA y Polanco basaron buena parte de su éxito en algunas divisas cada día más escasas en el mundo de los medios contemporáneos: credibilidad y confianza. Estos son los atributos que todavía mantiene —pese a ciertos devaneos— el diario El País, sin lugar a dudas el buque insignia de la agrupación.
El segundo elemento de éxito de Polanco fue diversificar poco a poco —y más recién, aceleradamente— el portafolio de las inversiones del grupo.
Si bien su incursión en los negocios se inició con la editorial Santillana, dio un gran paso adelante cuando se convirtió en uno de los principales animadores del diario El País, fundado en 1976 y que abriría una nueva época en el periodismo en español.
La expansión PRISA la llevó a convertirse en una compleja agrupación partida en seis divisiones, entre las que desataca el área audiovisual, que reporta 45.2 por ciento de los ingresos anuales del grupo y el segmento de prensa que aporta 20.1 por ciento de la factura anual.
Así, al negocio tradicional de los medios impresos, se ha sumado el de la televisión —o producción audiovisual, en su sentido más estricto—, una cadena de más de mil 200 emisoras de radio, una división de productos digitales (portales de internet, entre otros), y el perímetro de influencia de PRISA se completa con negocios de publicidad, mercadotecnia y de impresiones.
La diversificación no es sólo entre diversas actividades, sino que se expresa también en la presencia del consorcio en 40 países de habla hispana y portuguesa, México incluido. Así, los negocios más allá de las fronteras españolas aportaron 15 por ciento de sus ingresos anuales en 2006.
Polanco también supo ganarse un lugar dentro de la élite española, reconociéndosele un lugar de primer orden en el proceso de transición a la democracia, que se plasmó, paso a paso, en las páginas de El País.
Incluso sentó las bases para el proceso de sucesión generacional en PRISA, pues desde el pasado lunes su hijo, Ignacio Polanco, tomó las riendas de la dirección del grupo, gracias a que su familia y la de Francisco Pérez González, controlan directa e indirectamente cerca de 60 por ciento del capital de la agrupación.
Y por último, pero no menos importante, Polanco deja una fortuna personal que la revista Forbes valúa en tres mil millones de dólares, un monto que no es precisamente de los más altos dentro de los millonarios
españoles.
Ahora, sólo el tiempo podrá dejarnos ver si PRISA continúa siendo fiel a sus principios de credibilidad y profesionalismo que la caracterizaron durante la gestión de Jesús de Polanco.
El anterior artículo debe citarse de la siguiente manera:
Vidal Bonifaz, Francisco,»Prisa sin Polanco», en Excelsior,
México 25-VII- 2007, Dinero