30 años de RTV

La política en tacones


Pilar Ramírez

El pasado seis de enero, Radiotelevisión de Veracruz (RTV) festejó 30 años de vida, lo cual en sí mismo es un gran logro para un medio público porque significa que ha podido sortear muchas situaciones, cómodas algunas, difíciles las más y penosas otras.

RTV transitó, al igual que la mayor parte de los medios públicos del país, por un largo proceso de aprendizaje para encontrar un perfil cultural que toma en cuenta los hábitos de consumo de medios de espectadores y radioescuchas a fin de lograr una comunicación eficiente con mensajes y materiales mediáticos distintos de los utilizados por los medios comerciales.

Durante mucho tiempo los programas culturales de este país fueron un fardo difícil de cargar incluso para los interesados en la cultura, debido entre otras cosas, a que no se había hecho escuela en la producción cultural, con horizontes amplios y abiertos a las propuestas, además de –razón perenne- recursos financieros siempre escasos e insuficientes.

Por años, los productores culturales consideraban sacrílego parecerse a las producciones comerciales, o intentar “competir”. El resultado lógico eran programas insufribles, faltos de imaginación, con un lenguaje audiovisual complejo y de difícil decodificación o simplemente mal hechos y aburridos. En el medio cultural, quizá muchos recuerdan un chascarrillo amargo en el que se afirmaba que frente a las cámaras de Canal 11 se podía cometer el crimen perfecto… porque nadie lo vería. A medida que los equipos de producción de los medios –tanto públicos como privados- se fueron profesionalizando y que las producciones culturales se convirtieron en objeto de análisis y de estudio, las tendencias de producción se fueron modernizando y lograron productos más atractivos y cada vez más vistos.

El caso de RTV es significativo no sólo para Veracruz sino para el país entero porque fue el primer medio público regional y por ello es también más meritoria su permanencia. También, como la mayoría de los medios públicos, RTV ha oscilado al compás de los vaivenes políticos, creada con entusiasmo y sostenida en muchos momentos con precariedad, pero casi siempre albergando gente entusiasta dispuesta a hacer programas culturales con los recursos disponibles.

En Veracruz, las dos últimas administraciones han reconocido el valor social de los medios públicos y le han brindado a Radiotelevisión de Veracruz el apoyo para lograr lo que es hoy: un medio que ha encontrado un lenguaje que lo identifica como cultural, de servicio social y con un inconfundible sello veracruzano, con el atractivo suficiente para ganar público. En el sexenio anterior, bajo la dirección de Miguel Ángel Sánchez de Armas, RTV tuvo un impulso sin precedente para el mejoramiento de su infraestructura y equipamiento; sus instalaciones amplias, modernas y funcionales le dan a este sistema de comunicación público un sitio relevante en el escenario nacional. En los últimos cinco años se ha puesto énfasis en acercar la producción cultural a audiencias más amplias con el sustento de proyectos que exploren de manera cada vez más eficiente el lenguaje radiofónico y televisivo para hacer llegar los mensajes educativos y culturales. El reto que tiene David Cuevas en este renglón no es menor. Su acierto ha sido dar cabida a una gran cantidad de proyectos. Algunos permanecen y otros se van, pero hay búsqueda.

Ningún medio particular cubre con la amplitud y el interés que lo hace la televisión de RTV, por ejemplo, la Cumbre Tajín, el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan, los eventos deportivos estatales y las muchas manifestaciones artísticas de las regiones del estado. Destaca asimismo su sistema de información que ofrece un panorama estatal –y no sólo capitalino- con una red amplia de corresponsales.

Radio Más también se ha convertido en una de las frecuencias más escuchadas, con programación que atiende a distintos segmentos de la población, como Encuentro de jaraneros y Como suena la clave, emisiones pioneras de Radio Más que están a punto de cumplir diez años y son distintivas de las tradiciones musicales de Veracruz; La esencia, programa en lenguas indígenas que no tiene un enfoque instruccional sino de entretenimiento e información para los diferentes grupos étnicos de la entidad; el divertido programa Como veo doy -que todavía se recuerda- en el que abordaba la problemática femenina con un tono desenfadado y coloquial o La chicharra, programa infantil con buen enfoque y factura como para lograr atraer a su público objetivo. Destacan también en Radio Más los abundantes e ingeniosos mensajes dirigidos a realzar la identidad veracruzana, obra de la creatividad de Rafael Campos, autor también de la pieza musical conmemorativa de los treinta años de RTV que tiene una calidad para dejarse oír.

El debate sobre los medios públicos y su función social se ha relegado en los últimos años pero no está de ningún modo agotado, el aniversario de RTV es un buen momento para retomarlo. Ciertamente Radiotelevisión de Veracruz todavía tiene mucho camino por explorar pero es preciso recordar que el viaje creativo sólo es posible con recursos, que el apoyo financiero no es el único, pero es factor indispensable para mantener una programación de buena factura técnica y de producción. No deja de ser alentador que el gobernador Fidel Herrera haya afirmado que RTV no es un gasto sino una inversión. Habrá que tomarle la palabra de inmediato para que se invierta en producciones de cada vez mayor calidad.

Celebro este aniversario con un entusiasmo más desbordado porque Radiotelevisión de Veracruz es mi casa desde hace once años, aunque la cercanía no me resta objetividad para destacar la relevancia que tiene para los veracruzanos. Enhorabuena.


Periodista y colaboradora de la RMC

El artículo anterior se debe de citar de la siguiente forma:

Ramírez, Pilar, «30 años de RTV» en Revista Mexicana de Comunicación en línea,
Num. 119, México, enero. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/politica.htm
Fecha de consulta 14 de enero de 2010.

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