La prensa española busca el quién de la antiglobalización
Manifestantes, radicales y anarquistas
Samuel Toledano Buendía
Periodista y Doctorando en Periodismo
en la Universidad de La Lugana, España
Cualquier persona que se acerque por primera vez al estudio de las Ciencias de la Información se encontrará inmediatamente con la «Fórmula de las 5W’s», mediante la cual se pretende explicar de forma sencilla el contenido básico que debe tener toda información que aspire a responder los interrogantes que se pueda plantear el destinatario de una noticia.
Se entiende que estas cinco W´s, referentes a los quién, qué, por qué, cuándo y dónde -who, what, why, when y where en su origen inglés- pueden tener un orden de «importancia relativa» que situaría al quién por delante del resto de interrogantes a contestar.1
Es obvio que cualquier información que contenga estos elementos proporcionará a su receptor unos conocimientos de la actualidad que de otra forma no podría obtener por el simple hecho de la imposibilidad de cualquier persona para abarcar toda la realidad.
Asimismo, esta información y el modo de darla influirá de manera decisiva en la opinión que el receptor tenga de esta realidad y de los quiénes que la conforman, lo que convierte a los medios de comunicación en uno de los elementos educativos y formativos de mayor trascendencia en la conformación de los rasgos que definan una sociedad determinada.
Inmerso en esa realidad de la que los medios deben informar está el reciente fenómeno de la globalización así como el de la antiglobalización. Ambos términos han ocupado durante la década de los noventa del pasado siglo uno de los principales enfrentamientos ideológicos sin que, hasta el momento, se haya logrado trasladar a los ciudadanos una concepción definitiva de los quiénes de ambos fenómenos ni, menos aún, de las posturas reales de ambas partes y de las consecuencias que éstas tienen en la vida del planeta.
Los medios de comunicación, en base a esa labor informativa y educativa, tienen la enorme responsabilidad de hacer comprender al ciudadano la implicación de ambas posturas, por lo que es exigible que los profesionales de la información huyan de estereotipos, afinidades ideológicas o económicas y abandonen toda tentación o imposición de tomar partido en este enfrentamiento, para lograr así que el ciudadano saque su propia conclusión.
Sin embargo, el primer obstáculo al que se enfrentan los profesionales de la información en esta tarea es definir los sujetos protagonistas de los movimientos contrarios y partidarios de la globalización, pese a que consideramos que esta simplificación de ambas partes obvia la complejidad de la propia palabra globalización, que aún no parece quedar del todo claro y que pensadores como Noam Chomsky definen como la «última versión del capitalismo» que ha conseguido aprovechar todas las oportunidades que la globalización conlleva.2
El mayor problema en este aspecto lo plantea el movimiento antiglobalización, donde se incluye tácitamente a los «detractores» de la globalización, al no tener éstos una estructura estable de organizaciones y personas, sino que es más bien una ideología o un conjunto de propuestas que, como apunta el historiador Eric Hobsbawm, critican la «aspiración de la globalización a un acceso igualitario de los productos en un mundo que por naturaleza es distinto y variado».3
El origen de este movimiento, sin embargo, puede remontarse incluso a la década de los sesenta del siglo pasado, cuando los movimientos estudiantiles escenificaron la ruptura entre la sociedad del bienestar y buena parte de los supuestamente favorecidos por ese sistema. Desde ese momento numerosos grupos, con sustentos ideológicos heterogéneos, se alzaron de diversas formas contra el establishment económico, político y social, que actúa como portador y representante de una serie de valores liberales4 y que recientemente han tenido su mayor ejemplo en las cumbres de la Organización Mundial del Comercio en Seattle; el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Praga y el G-8 en Génova.
Estas cumbres, además, constituyen una de las pocas ocasiones para estudiar cómo los medios seleccionados —ABC, El Mundo y El País— cubren unos eventos se consolidan como verdaderos acontecimientos informativos que superan lo económico y lo social hasta convertirse en crónicas más propias de revueltas urbanas y donde la confrontación entre partidarios y detractores de la globalización se hace visible.
De la información analizada observamos que esta variedad es utilizada a veces para destacar el carácter festivo y variopinto de las manifestaciones, y en otras ocasiones sirve para desprestigiar el movimiento criticando la falta de propuestas -cuando en realidad nos encontramos ante una variedad de iniciativas-, como es el caso del periodista de ABC, que en la cumbre Seattle retrata un movimiento poco serio, ya que, pese a que utiliza el término manifestantes, pronto añade algunos como alborotadores, que le vendrán a juego para hablar de un «paisaje urbano dominado por grupos de violentos encapuchados más interesados en destruir y robar que en salvar a las ballenas o liberar el Tíbet» y trasladar al lector una imagen de «violenta anarquía orquestada contra la cumbre ministerial», y que ésta sólo pudo avanzar «gracias» a la policía.
Comparándolo con la información de la que hablan los periodistas de El País y El Mundo parece que el de ABC asiste a una manifestación completamente distinta, ya que los primeros hablan de «Feroz reacción policial a la protesta en las calles», de «exceso de celo policial» o «policía acorazada que tuvo que hacer frente a la ira de sus propios vecinos, indignados por la brutalidad de sus métodos».
Asimismo, observamos que éstos hablan de «manifestantes» que ejercen su derecho a manifestarse y dentro de los cuales, ocasionalmente, hay «grupos» que, por ejemplo, «arremeten contra una joyería cercana». El periodista de ABC, sin embargo, además de utilizar con asiduidad términos ya mencionados como «violencia callejera», «violentos altercados», «violenta anarquía», intenta deslegitimar a los manifestantes calificándolos de porreros con dos frases que repite en dos días distintos y en las que revela claramente sus posicionamientos personales: «nubes de gas lacrimógeno mezclado con el humo de los ‘porros’ consumidos generosamente por los manifestantes» y «Dentro de esta fiesta jubilosa y ácrata de la calle, con su correspondiente consumo muy generoso de ‘porros'».
Este pretendido intento de desacreditar a los manifestantes encuentra en el periodista de El País desplazado a la cumbre de Praga su perfecto continuador, con su generalización de la «multitud» que pedía la liberación de los presos políticos, los cuales, a su juicio, no eran más que «alborotadores con pelos de colores y máscaras de gas, radicales porque sí, sin más fundamento ideológico que estrellar lunas y coches de lujo, y punks con el pene anillado que orinaban en las calles».
A estas líneas tan desafortunadas del periodista de El País hay que añadirles otro grave desliz al introducir el término «radicales», sustantivando un adjetivo y encima utilizándolo para referirse a personas que simplemente se concentraron frente a un edificio y que, según la descripción que dio el propio periodista, no realizaron ningún tipo de acción más allá de la concentración.
Diferencia notable si lo comparamos con el periodista de ABC en esta cumbre de Praga, que sólo utiliza el término «radicales» entre comillas y siempre en referencia a lo dicho por la policía checa en referencia concretamente a «radicales vascos» y que el propio periodista, en un intento por contrarrestar la información, afirma que los únicos vascos con los que se había encontrado eran «amables».
El periodista de El Mundo también hace un tratamiento más que correcto que el de El País, al utilizar el término «radical» para referirse a las propuestas de los «manifestantes» o «activistas» para acabar con la pobreza, mientras que sus descripciones de los enfrentamientos son mencionados específicamente, sin generalizarlos a todo el movimiento.
Detalle a destacar que tanto en El Mundo como en ABC los términos «radicales» que se ven en títulos y portadas hayan sido puestos en las redacciones centrales cuando en las noticias sus respectivos corresponsales no los utilizan.
Sin embargo, El País vuelve en la cumbre de Génova a hacer un tratamiento muy correcto de la información donde, al igual que los otros dos medios, parece que los anarquistas -que ya se manifestaban en Seattle y Praga- son los causantes de la violencia que se produce -los temidos anarquistas con su furia vandálica de la que habla ABC-, aunque se insiste desde todos los medios en informar claramente de la variedad de grupos que hay dentro, lo que llevado al extremo del caso del periodista de El Mundo permite hablar de buenos y malos. Aún más extraña es la obsesión que tiene este ultimo periodista por hablar del papel que juegan los «radicales vascos» en este movimiento, hablando en reiteradas ocasiones de «abertzales vascos», «vascos de corte abertzale» y de «la inestimable cooperación de los grupos ultranacionalistas vascos». Extraña aún más cuando el mismo grupo «Hemen eta Munduan» fue calificado en la anterior cumbre de Praga por el periodista de ABC como de «amable grupo humanitario».
Y es que tras el análisis de estas tres cumbres encontramos elementos que no aportan nada, como es el caso del «consumo generoso de porros», «los pelos de colores» o los «penes anillados» que, además, son utilizados para generalizar a un conjunto de manifestantes, creando en el lector una reacción intencionada que no es otra que deslegitimar a un movimiento que, por otra parte, juega un papel importante en el desarrollo de la sociedad.
Se comprende que el periodista que tiene que cubrir todo el evento informativo dé prioridad a la que sale de los organismos oficiales, especialmente en lo referido a tomar declaraciones de sus protagonistas y que, por lo tanto, la información relativa al movimiento antiglobalización pase a un segundo plano. Sin embargo, esto no excluye que algunos de los periodistas que cubren solos toda la información sean capaces de profundizar en este movimiento, pese a que, como es obvio, la prioridad informativa reside, en principio, en lo que ocurre en el seno de las organizaciones.
Asimismo, es necesario recordar que la línea editorial del periódico marca en parte la forma en la que se informa del movimiento antiglobalización, como demuestran la utilización en las redacciones centrales de términos que no son utilizados por los corresponsales. Pese a eso, creemos que es definitivamente el periodista, el que con la utilización de determinados términos y expresiones, ofrece al lector una visión determinada de este movimiento.
Basta con recordar cómo en la cumbre de Seattle los «manifestantes» a los que se refiere El País y El Mundo son para ABC «activistas», «alborotadores» o «agitadores» inmersos en acciones de «violencia callejera» y cuya actividad más importante parece ser el «generoso consumo de porros». De la misma forma podríamos hablar de las cumbres de Praga y Génova, donde respectivamente el periodista de El País acude al término «radicales» en repetidas ocasiones sin tener justificación y el de El Mundo parece tener una obsesión por demostrar el protagonismo internacional de «abertzales vascos».
Pero como habíamos mencionado anteriormente, es la imagen de violencia del movimiento antiglobalización, la que ocupa un lugar privilegiado en la cobertura informativa de las cumbres y que desplaza a un segundo plano no sólo a expresiones más pacíficas que se producen en las manifestaciones, sino incluso a los mensajes lanzados por las ONG y por los propios organismos organizadores de las cumbres.
Esta imagen de violencia, como bien apuntaba el periodista de ABC en la cumbre de Praga, se debe en gran parte a la propia necesidad que tienen las manifestaciones de buscar la mayor relevancia posible en los medios de comunicación y a la tendencia que tienen éstos de buscar imágenes y escenas impactantes con las que puedan captar la atención de los televidentes, o, como en este caso, de los lectores.
El lector, sin embargo, a diferencia del televidente, tiene la oportunidad de profundizar mucho más que el televidente o el oyente, pero para eso es necesario que el periodista que escriba la información trate de abordar y explicar el fenómeno de la antiglobalización siendo consciente de la heterogeneidad que existe en su seno y evitando en todo momento hacer generalizaciones que terminen por crear una imagen negativa de este movimiento.
Sin embargo, pese a la posible imagen de violencia que se haya instaurado en la sociedad y, puede incluso que quizás gracias a los enfrentamientos que se producen en estas cumbres, ahora se habla de pobreza y de democracia en el seno de estas organizaciones internacionales en lo que, evidentemente, es una metamorfosis, al menos de cara a la opinión pública, del FMI, BM, OMC o el G-8.
Titulares como «El FMI se compromete a que la globalización ‘beneficie a la mayoría y no sólo a unos pocos'» 5, «‘Hemos subestimado la capacidad de protesta de las ONG'»6 o frases como «La metamorfosis que haya sufrido ambas instituciones durante este evento» con una mayoría de los debates que giran en torno a la pobreza7 nos corroboran que el poder ha reaccionado a las críticas y comentarios peyorativos o simplemente noticias aparecidas en prensa, cuando éstas le afectan.8
En estos casos se pone de manifiesto un claro síndrome de Buckingham9 en el que el movimiento antiglobalización y el conjunto de las ONG tratan de criticar a los gobiernos e instituciones internacionales por no solucionar los graves problemas que padece el mundo.
Se trata, como dijo el director de Amnistía Internacional, Pierre Sané, de utilizar los medios de comunicación como una «herramienta para avergonzar públicamente» a los poderes que se «comportan de un modo inmoral».10
Quizás, tal y como recoge el periódico ABC, «Los antiglobalización se consolidan como el movimiento revolucionario del siglo XXI»11 sin necesidad de realizar ningún tipo de insurrección armada pero con la justa dosis de enfrentamiento con los representantes del sistema, que no son otros que las fuerzas del orden y los comercios y establecimientos de multinacionales.
Si esto es así, nos encontramos ante un movimiento que ha sabido adaptarse a una sociedad del espectáculo, donde las representaciones mediáticas de los enfrentamientos son casi o más importantes que el debate de conceptos y propuestas.
De esa forma, este movimiento no sería más que la «variable revolucionaria eterna» que apunta el director de ABC, José Antonio Zarzalejos, y que «enfrenta a la riqueza con la pobreza; el orden y la anarquía; el poder y la marginación; la propiedad y la comuna».
Porque lo que viene ocurriendo con el movimiento antiglobalización es la materialización de una incipiente revolución de izquierdas que si perdió en 1989 su referencia mural, busca en las calles una ingenua y nueva catarsis de un mundo que nunca dejará de ser injusto.12
Puede que el director de ABC esté en lo cierto en augurar una nueva revolución de izquierdas pero parece, sin embargo, que se equivoca en calificar como ingenuo este intento de purificar el mundo cuando, hasta el momento, es evidente que se ha conseguido agrupar bajo un mismo movimiento a cientos de tendencias políticas que, por una vez, han ido un paso por delante del sistema y han utilizado con éxito a los medios de comunicación -parte del sistema-, los cuales, además, con su arbitrario uso del «manifestante», «radical» y «anarquista», parece que ni siquiera tienen claro quién es el quién de la antiglobalización.
NOTAS
1) Martínez Albertos, 2001: 224-225.
2) Fox, 2001: 23.
3) Hobsbawm, 2000: 65.
4) Hobsbawm, 1998: 297-304.
5) El País, 27-09-0, p. 74.
6) El País, 25-09-00 p. 76.
7) El Mundo, 24-9-00, p. 39.
8) De Pablos, 2001: 141-143.
9) El síndrome de Buckingham hace referencia a la presión que ejercieron los medios de comunicación británicos para que la familia real británica diera mayor relieve al funeral de lady Di (De Pablos, 2001: 149).
10) De Pablos, 2001: 142.
11) ABC, 22-07-01, p. 1.
12) ABC, 22-07-01, p. 5.
BIBLIOGRAFÍA
– Baylis, John and Smith, Steve. The Globalization of World Politics. Oxford University Press. New York. 2001.
– De Pablos, José Manuel. El periodismo herido. Foca. Madrid 2001.
– Fox, Jeremy. Chomsky and Globalization. Icon Book. Cambridge 2001.
– Hobsbawm, Eric. Historia del Siglo XX. Editorial Crítica. Barcelona, 1998.
– Hobsbawm, Eric. The new century. Abacus, London 2000. p. 65.
– Hutton, Will, and Giddens, Anthony, Global Capitalism. The New Press, New York, 2000.
– Klein, Naomi. No Logo. Paidós. Barcelona, 2000.
– Lucas Martín, Antonio. Introducción a la sociología. Ediciones Universidad de Navarra. Navarra. 2003
– Martínez Albertos, José Luis. Curso General de Redacción periodística. Thomson Editores España. Madrid, 2001.
– Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Vígésima primera edición. Tomos I y II. Madrid 1992.
– Thomas, Caroline, Poverty, development, and hunger en Baylis, John y Smith, Steve (editores), The globalization of world politics. Oxford University Press. Oxford 2001.
HEMEROGRAFÍA
Cumbre de la Organización Mundial del Comercio en Seattle
– La violencia callejera y un cúmulo de desacuerdos políticos comprometen la cumbre comercial de Seattle (ABC, 1 de diciembre de 1999, p. 58)
– Clinton intenta congraciarse a la vez con todos los intereses enfrentados en la batalla de Seattle (ABC, 2 de diciembre de 1999, p. 68)
– Habrá toque de queda durante toda la cumbre (ABC, 2 de diciembre de 1999, p. 69)
– La UE empieza a hacer alguna concesión en los capítulos de biotecnología y agricultura (ABC, 3 de diciembre de 1999, p. 72)
– Los manifestantes celebran por lo alto el fiasco de Seattle (ABC, 5 de diciembre de 1999, p. 54)
– ONG, ecologistas y sindicatos montan la Ronda del Milenio alternativa y La sociedad civil se moviliza contra el libre comercio (El Mundo, 29 de noviembre de 1999, pp. 1 y 34)
– Las protestas fuerzan a Clinton a prometer una OMC más social (El Mundo, 30 de noviembre de 1999, p.44)
– Dura carga policial contra los manifestantes que bloqueaban la Conferencia de Seattle y La Cumbre del Comercio arranca con cargas policiales a miles de manifestantes (El Mundo, 1 de diciembre de 1999, pp. 1 y 48)
– Los ciudadanos de Seattle se solidarizan con los manifestantes (El Mundo, 3 de diciembre de 1999, p. 50)
– China pide a EEUU que acelere su ingreso en la OMC (El Mundo, 8 de diciembre de 1999, p. 42)
– Miles de manifestantes desbordan a la policía y boicotean el inicio de la cumbre de la OMC (El País, 1 de diciembre de 1999, p. 69)
– Las quejas de las ONG (El País, 1 de diciembre de 1999, p. 70)
– EE UU y Europa compiten por atraerse las simpatías de los miles de opositores a la OMC (El País, 2 de diciembre de 1999, p. 70)
– Cientos de soldados en uniforme de camuflaje frenan el motín en Seattle (El País, 2 de diciembre de 1999, p. 71)
– Feroz reacción policial a la protesta en las calles (El País, 3 de diciembre de 1999, p. 77)
– La OMC estudiará otra agenda para analizar la mundialización (El País, 5 de diciembre de 1999, p. 59)
– Dimite el jefe de la policía de Seattle por los disturbios de la cumbre (El País, 8 de diciembre de 1999, p. 54)
Cumbre del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Praga
– Václav Havel sienta a hablar al hambre y al dinero en la reunión del FMI (ABC, 24 de septiembre de 2000, p. 59)
– Estalla en Praga la violencia de los militantes «antiglobalización» (ABC, 27 de septiembre de 2000, p. 1)
– El FMI y el Banco Mundial abren su Asamblea anual asediados por manifestaciones y graves altercados (ABC, 27 de septiembre de 2000, p. 54)
– El FMI y el Banco Mundial concluyen un día antes su asamblea entre el desconcierto y la inseguridad (ABC, 28 de septiembre de 2000, p. 53)
– «Grupos de radicales vascos» (ABC, 28 de septiembre de 2000, p. 53)
– El FMI y el BM intentan convencer a las ONG (El Mundo, 23 de septiembre de 2000, p. 42)
– Los opositores crean una contraasamblea (El Mundo, 23 de septiembre de 2000, p. 42)
– El azote del capitalismo (El Mundo, 24 de septiembre de 2000, p. 39)
– La metamorfosis del FMI y del Banco Mundial (El Mundo, 24 de septiembre de 2000, p. 39)
– Praga se prepara para la batalla contra la globalización (El Mundo, 26 de septiembre de 2000, p. 38)
– Manifestantes y policía protagonizan una batalla campal en las calles de Praga (El Mundo, 27 de septiembre de 2000, p. 36)
– La policía checa detiene a 50 españoles por los disturbios (El Mundo, 28 de septiembre de 2000, p. 42)
– «Hemos subestimado la capacidad de protesta de las ONG» (El País, 25 de septiembre de 2000 p. 76)
– La policía toma Praga para evitar el bloqueo de la asamblea del FMI que comienza hoy (El País, 26 de septiembre de 2000, p. 76)
– El FMI se compromete a que la globalización «beneficie a la mayoría y no sólo a unos pocos» (El País, 27 de septiembre de 2000, p. 74)
– El día después de la batalla de Praga (El País, 28 de septiembre de 2000, p. 70)
– El FMI se replantea el tamaño de sus «cumbres» tras los sucesos de Praga (El País, 29 de septiembre de 2000, p. 102)
Cumbre del G-8 en Génova
– Los «revientacumbres» diseñan tácticas para invadir la «zona roja» del G-8 (ABC, 18 de julio de 2001, p. 32)
– La muerte de un joven y el saqueo anarquista cubren de luto la cumbre de Génova (ABC, 21 de julio de 2001, p. 25)
– El ‘Black Block’ anarquista perfecciona en Génova la destrucción globalizada (ABC, 22 de julio de 2001, p. 30)
– La «revolución» de la izquierda (ABC, 22 de julio de 2001, p. 15)
– Más de 60 heridos en el violento asalto policial a la sede de los antiglobalización (ABC, 23 de julio de 2001, p. 25)
– Psicosis y tensión en Génova (El Mundo, 18 de julio de 2001, p.18)
– Oleada de atentados con explosivos en Italia en vísperas de la cumbre de los países más ricos (El Mundo, 19 de julio de 2001, p. 16)
– El día de la guerra (El Mundo, 20 de julio de 2001, p.17)
– La policía italiana mata a un manifestante antiglobalización durante la Cumbre del G-8 (El Mundo, 21 de julio de 2001, p.1 y 18)
– «Quieren hacernos culpables, pero ellos tienen las pistolas» (El Mundo, 21-07-01, p 19)
– El G-8 promete abrirse a la sociedad tras la intensidad de las protestas (El Mundo, 22 de julio de 2001, p. 1)
– 4.000 violentos anarquistas siembran el pánico en las calles de Génova (El Mundo, 22 de julio de 2001, p.23)
– Terror en el colegio Armando Díaz (El Mundo, 23 de julio de 2001, p.47)
– Los ‘antiglobalización’ rompen con Berlusconi por el bloqueo de Génova ante la cumbre del G-8 (El País, 17 de julio de 2001, p. 2)
– «Consejos para un megapollo como la cumbre del G-8» (El País, 18-7-01, p. 1 y 4)
– Los mochileros de Génova se preparan para la batalla (El País, 19 de julio de 2001, p. 3)
– Diccionario de la Globalización (El País, 20 de julio de 2001, p. 5)
– Un manifestante muere de un disparo policial en la batalla campal de Génova y Un manifestante muerto y dos heridos graves en la primera jornada del G-8 (El País, 21 de julio de 2001, pp. 1 y 2)
– Sangre y humo en las calles de Génova (El País, 21 de julio de 2001, p. 3)
– Un solo objetivo: romper el sistema (El País, 22 de julio de 2001, p. 4)
– La policía detiene a 15 españoles durante los disturbios de Génova (El País, 23 de julio de 2001, p. 5.
La mirada de la prensa
Movimiento estudiantil 1966 en Durango:
Rosa María Valles Ruiz
Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Pertenece al SNI
Los movimientos estudiantiles de México encontraron terreno fértil en el siglo XX. Desde la huelga universitaria de 1929 considerada como “la primera aparición relevante del movimiento estudiantil mexicano”1 hasta la paradigmática de 1968 que aún continúa siendo objeto de diversos análisis. Desde la de 1929 se perfilaron dos vertientes: la estudiantil-liberal y la estudiantil-popular. La primera enfocó sus esfuerzos a cambios internos dentro de las instituciones educativas; la segunda extendió su campo de acción al ámbito social y enarboló banderas como la democratización de la educación, la ampliación de la matrícula universitaria, el otorgamiento de becas, el establecimiento de comedores para estudiantes de escasos recursos, el fortalecimiento de las universidades públicas, etc.
En 1934 se registran movilizaciones; en 1940, en Escuelas Regionales Campesinas, 1942 en el Instituto Politécnico Nacional (IPN); 1946, Escuela Nacional de Maestros, 1947, Normales Rurales y 1950, Politécnico Nacional y Tecnológicos, hasta llegar a 1956 cuando estudiantes del IPN, las Normales Rurales, la Escuela Nacional de Agricultura, llegan a movilizar a cien mil estudiantes ante un movimiento que tuvo relevancia nacional y una duración de 72 días, desde el 11 de abril hasta el 21 de junio.
En 1958 se realizó el “movimiento de los camiones” que se pronunció contra el alza en las tarifas de los camiones y se extendió a la mayoría de las escuelas y facultades de la UNAM. En 1966, estudiantes de la facultad de Derecho, denostaron al rector Ignacio Chávez y lo expulsaron de la rectoría. Una de sus demandas, lograda posteriormente con el rector Javier Barros Sierra, fue el pase automático de las prepas universitarios a las facultades.
Ese mismo año, en Durango, estudiantes duranguenses llevaron a cabo el movimiento estudiantil-popular pacífico más importante de la historia reciente de la entidad. El 2 de junio, “tomaron” el Cerro de Mercado, un gigante que proporcionaba material ferrífero a la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, sin dejar beneficio alguno a la entidad. Se registraba que sólo pagaba por impuestos la irrisoria cantidad de 16 mil pesos anuales. Los estudiantes precisaron su objetivo: industrializar al Estado, empeño en el cual coincidieron sectores sociales amplísimos que le dieron al movimiento la connotación de estudiantil-popular.
La historia registra dos “tomas”: la primera, el 9 de mayo de 1966 cuando 14 estudiantes se posesionaron del Cerro, plantaron una bandera blanca en la cima del gigante y enviaron a una comisión a propalar su hazaña a los ciudadanos de la capital del Estado.
El Cerro de Mercado, mole de hierro espectacular, representaba para los duranguenses orgullo y dolor. Orgullo por su majestuosidad; dolor por la impotencia de no poder beneficiarse de su riqueza, riqueza que en 1552 atrajo a Ginés Vázquez de Mercado, quien la imaginó de plata y no de hierro. Cuando llegó al Valle del Guadiana y confirmó que la plata sólo había estado en la imaginación de sus informantes, Ginés “dobló una esquina de la historia, dejando al cerro únicamente el apellido en prenda”.2
El cerro tuvo un destino trastornado y trastornante. Durante el siglo XIX perteneció a extranjeros y ya en pleno siglo XX se vendió completo a empresarios de origen español que vivían en Monterrey 3. La siguiente es una relación de años y nacionalidades de quienes explotaron el Cerro:
Año | Nombre o Compañía | Empresarios |
1875 | Daniel Murphy * | Estadunidenses |
1882 | The Iron Mountain Company | Estadunidenses |
1890 | Steel and Iron Company | Estadunidenses |
1899 | Compañía Mexicana de Fierro y Acero | Mexicanos |
1905 | Durango Iron and Steel Company** | Estadunidenses |
1920 | Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey*** | Mexicanos |
1934 | Compañía Cerro de Mercado | Mexicanos |
Entre ilusiones y desconcierto
Para 1966, era del conocimiento público la importancia del Cerro de Mercado y de la posibilidad de que la riqueza que generaba podía quedarse en Durango. Los mítines de oratoria, las discusiones políticas, las reuniones de concientización encontraron en los jóvenes la semilla que derivó en un movimiento social.
Unos se aventuraban a expresarlo en voz alta, otros con timidez. ¿Qué hacer? ¿Secuestrar el Cerro? ¿Impedir la salida del mineral? ¿Cómo hacerlo? La mirada limpia; pocos los años, profusa la esperanza. ¿Por qué tomar un Cerro? ¿Dónde y de quién nació la idea? No hay coincidencia. Los 14 jóvenes tenían entre 16 y 20 años de edad. Unos, procedentes del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), como José Luis Machado4, quien confió: tuvo que ver en la decisión un romance con una joven que trabajaba en un burdel de Guadalajara. Despechada por el abandono de un industrial de Monterrey, instó a sus amantes ocasionales a “chingar” el hierro a Monterrey y reivindicar los anhelos de Durango a través de la “toma” del Cerro. Otros, los universitarios, de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) califican de descabellada esa versión. La idea, sostienen, se fraguó en los encuentros en la Farmacia Benavides, en los pasillos del “Central”, en las largas pláticas sobre el futuro propio y de la entidad, en los mil y un cafés bebidos en “La Única”, en la taquería de doña Leonor Salazar, en Patoni esquina con Paloma.
Entre la imaginación y lo inverosímil campea la idea de la toma, aunque existe un hecho incontrovertible: un 9 de mayo por la noche, 14 estudiantes se encontraron en la cima del cerro, plantaron una bandera blanca con el letrero “Operación Cerro de Mercado” e iniciaron el movimiento estudiantil-popular pacífico más importante de la historia reciente de Durango.
Asentados en el Cerro, hicieron su aparición tres vehículos militares pertenecientes a la Décima zona castrense.
Detuvieron a los estudiantes que ahí se encontraban. En esos momentos regresaba yo de la ciudad por el extremo opuesto […] tuve tiempo de percatarme de lo que estaba sucediendo; por lo cual emprendí veloz carrera montaña abajo, zigzagueando entre los grandes peñascos, y desoyendo las órdenes militares que me indicaban detenerme… en tanto los jóvenes aprehendidos eran trasladados sin violencia en las unidades militares a las instalaciones de la X Zona, lugar donde fueron encarcelados.5
Los soldados llevaron a los estudiantes con el comandante en jefe, Salvador Rangel Medina. Sobre la forma cómo se comportó éste, hay versiones contradictorias de los entonces estudiantes. Para unos, era un hijo de la chingada; para otros, un “padre que los regaña […] y muestra su simpatía hacia la acción emprendida por ellos”.6 Se dice incluso que el general dijo: “no den problemas a sus madrecitas; éste es el día para festejarlas y no para preocuparlas”. Les ordenó que regresaran por la tarde.
Los autores de la trama: Chiveto, De la Peña, Dupré… y Rangel
Cuando los estudiantes regresaron a la Décima Zona Militar, el panorama era confuso, desconcertante. Según José Luis Machado, los metieron a una cancha y “nosotros, lógicamente sacando conclusiones, pensamos: este cabrón nos va a mandar al campo militar, nos va a chingar, qué vamos a hacer”.7 En ese ínter, comenta Vicente Roldán, los pusieron primero a marchar en un patio amplio y después, a lavar los baños.8
Según Machado, el militar los llamó después de dos o tres horas de haberlos dejado en el patio9. Y se registró el siguiente diálogo que para los jóvenes significó un cambio insólito:
Rangel Medina espetó:
-Ya está todo listo, el gobernador del Estado (Enrique Dupré Ceniceros) está de acuerdo.
—¿De acuerdo en qué?
—De hacer el movimiento.
-¿De veras?
—Chiveto, Chiveto Rosas entra, y Lalo de la Peña también entra, ya los convencí a todos. Aquí tienen un aliado, hijos de la chingada, nada más no se me rajen.
—No general, no nos rajamos, ¿De veras nos va a apoyar?
—Sí.10
Machado confió en entrevista a Lucero González que si las cosas eran así, Rangel Medina se convertía “en el eje de la acción total, de todo el movimiento […] empezaron a fluir recursos, entonces ya planeamos la toma del día 2 de junio, pero ya todo instrumentado”.11
El dos de junio de 1966 fue el día señalado para “tomar” por segunda vez el Cerro. Las contradicciones entre técnicos y universitarios afloran a más de cuatro décadas de ocurrido el evento. El hecho es que tomaron la decisión como una medida de presión para alertar a los gobiernos estatal y federal sobre la pobreza del Estado.
Antes de dirigirse hacia el Cerro, los dirigentes estudiantiles del Tecnológico y de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) realizaron un mitin en la Plaza de Armas en el cual exhortaron a la gente a unirse a la causa. Posteriormente se dirigieron al Cerro. Villarreal Rodríguez recuerda:
El contingente primero encaminó por la calle Negrete, rumbo al poniente, pasó al interior de la Secundaria No. 6, donde por la presión de la masa en movimiento ya no hubo problema ni contratiempo alguno para que todos los alumnos de la secundaria mencionada, dejaran sus pupitres, cogieran sus mochilas y se sumaran a la marcha.
Posteriormente bajamos por Cuauhtémoc hasta las instalaciones de la Secundaria Benito Juárez, lugar en que otros 400 estudiantes se sumaron. Regresamos por la misma calle hasta caminar de nuevo por Negrete, donde calles más allá se anexaron los estudiantes de la Secundaria Morelos.12
El numeroso grupo llegó hasta las oficinas de la Compañía y se encontró con que el gerente de la misma, Isaac Rubio no se encontraba. Sólo otros funcionarios y empleados, quienes fueron conminados a desalojar las instalaciones del Cerro de Mercado. Según Máximo Gámiz13, posteriormente llegaron al Cerro el gobernador, Enrique Dupré Ceniceros y el Comandante de la Décima Zona Militar, general Salvador Rangel Medina. El objetivo: exhortar a los estudiantes a abandonar las instalaciones y a desistir de sus propósitos.
Los estudiantes no aceptaron y sólo hicieron el ofrecimiento de que no causarían destrozos a las instalaciones, reafirmando que no devolverían el Cerro de Mercado hasta que se les asegurara la construcción de una Planta Siderúrgica en la Ciudad de Durango para que la riqueza minera fuera explotada, procesada e industrializada en beneficio de Durango.14
Tres de junio: el día después
Las condiciones estaban dadas para el despegue del Movimiento Pro-Industrialización de Durango. En ese entonces, la ciudad de Durango contaba con 75 mil habitantes aproximadamente, lo cual explica la rapidez con la cual se propagaban los acontecimientos importantes. Los amigos y familiares de los jóvenes que “tomaron” el Cerro se encargaron de propalar la acción estudiantil.
En la Universidad se formó el Comité de Huelga para promover la participación de los universitarios en el Cerro y de otro grupo que se encargaría de la preparación de los mítines en la Plaza de Armas, con el objetivo de mantener informada a la población.
Una de las primeras acciones del Comité fue dar a conocer un manifiesto de cuatro puntos en el que “decretaron” el paro total de actividades en la Universidad, y lllamaron al pueblo a sumarse a la lucha del estudiantado.
Se crea el Comité de Abastos
El mismo día se realizó una reunión en la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CNIT), en la cual los dirigentes estudiantiles dieron a conocer la situación del movimiento y pidieron el apoyo de los organismos reunidos allí. La adhesión fue unánime. El resultado de esta reunión fue la constitución de uno de los pilares del movimiento: el Comité de Abastos, el cual organizó el acopio, recolección y distribución de alimentos a los estudiantes que se quedaron en el Cerro durante casi 60 días.
Los actores se legitimaron como tales al paso de los días. A la audacia juvenil y la determinación de tomar el Cerro como símbolo de lucha, siguieron el establecimiento de comités cuyas funciones fueron precisas. El Comité de Huelga ya mencionado, el Comité de Abastos y el Consejo de Gobierno Estudiantil. Éste último fue el que adquirió mayor relevancia en el transcurso del Movimiento: fue el encargado de llevar sus demandas ante las autoridades federales con quienes se entablaron negociaciones.
Los universitarios organizados en el CHU consideraban que atrás de la toma del Cerro se encontraban los intereses de “Chiveto Rosas” debido a que el presidente Díaz Ordaz había cancelado la concesión para la explotación de los bosques otorgada en los últimos días a la empresa de Rosas, Bosques Mexicanos, S.A.
Según Rubén Vargas, integrante del CHU, tras la cancelación, Rosas empezó a buscar entrevistas con los dirigentes estudiantiles “especialmente con los del Instituto Tecnológico”, para presionar al gobierno federal y lograr la concesión de la explotación de los bosques. 15
La prensa: del desdén al interés
Faltaba un actor importante: la prensa. El Sol de Durango, Diario de Durango y La Voz de Durango eran los principales exponentes de la prensa escrita en la década de los sesenta en la entidad. Los dos primeros pertenecían a la Cadena García Valseca y habían sido fundados en 1945 y 1947, respectivamente 16. A dos décadas de su creación, ostentaban la hegemonía en cuanto a prensa escrita. El director era Ricardo Isaac Ahumada. La Voz de Durango, creada en 1958, tenía una periodicidad semanal y pugnaba por posicionarse como un órgano informativo y de opinión con orientación crítica. Su director y fundador era Salvador Nava Rodríguez. Fue hasta 1968 que la Vozse transformó en diario.
Otros periódicos como El Imparcial, semanario, no tenía la presencia de los mencionados en tanto que LaOpinión, circulaba sobre todo en la comarca lagunera.
La toma del Cerro del 9 de mayo fue prácticamente ignorada por la prensa de la entidad. Todo apuntaba a que la segunda “toma”, la del 2 de junio, correría un camino similar.
La edición del 3 de junio de El Sol no registró el acontecimiento. El Comité de Huelga reaccionó destruyendo vidrios de las ventanas del edificio que albergaba tanto a El Sol como a Diario de Durango. El edificio, ubicado en Zaragoza y Negrete, fue agredido por la entrada (entonces por Zaragoza) por cerca de dos centenares de estudiantes que protestaron contra la no cobertura del movimiento estudiantil.
Pedro Rocha y Sida, reportero de deportes en esa época relata:
Eran como 150 o más estudiantes […] Llegaron armados con palos y con piedras. Rompieron ventanas que tenían vitrales de gran valor.[…] Llegaron dispuestos a todo. Los vidrios volaban. A gritos acusaron al periódico de no publicar la información del movimiento. Otros más agresivos tiraron máquinas de escribir. El director Ricardo Isaac Ahumada logró que la situación no llegara a mayores… la cordura se impuso y la cuestión no pasó a mayores.17
Se dijo posteriormente que el diario había sido incendiado por los estudiantes. Rocha comenta: “Ésa era la idea pero no se llegó a ese punto”.18
Ahumada no registró el incidente en las páginas del diario como nota informativa aunque manifestó su inconformidad a través de un largo editorial (No es el camino) publicado el 4 de junio.19
El Imparcial, semanario regional, registró, en nota informativa la toma del Cerro. Siguiendo el pensamiento del periodista Francisco Zarco, cabeceó: “Un Estado puede ser agitado por lo que la prensa dice pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calla”. Calificó la actitud de los jóvenes de “viril”.20 El Imparcial hacía ver la magnitud de la acción estudiantil al afirmar que la toma del Cerro de Mercado paralizaba la industria pesada de Monterrey “al no recibir la Fundidora la materia prima para los Altos Hornos”.21
El Sol se define
El movimiento adquirió un carácter insólito. La ciudad de Durango se conmocionó. El tema de conversación era la acción de los estudiantes. Unos los defendían, otros los criticaban, aunque todos coincidían en que la bandera de buscar la industrialización del estado era noble. El atraso de la entidad era evidente. La veda de los recursos forestales impedía su explotación, en el campo, la sequía alcanzaba niveles alarmantes, la eterna lucha por la dotación de tierras continuaba, la emigración hacia otros Estados o el Distrito Federal era un hecho además de los millares que decidían probar suerte al otro lado. Quienes lo lograban y se desempeñaban como jardineros, lavaplatos, meseros, regresaban de cuando en cuando ostentando grandes trokas y una amplia sonrisa en los labios. Allá, la vida era otra. Acá, no había esperanza. Por eso había que apoyar a los estudiantes, porque estaban demostrando que sí podía haber futuro sin dejar la tierra.
Las reuniones con la Fundidora
Tras el apoyo de lo que entonces se denominó “Las Fuerzas Vivas y Activas” de la entidad, los estudiantes se dieron a la tarea, a través del Comité de Huelga, de lograr más adhesiones en el Estado y a nivel nacional. Paralelamente se integró un grupo que entablaría pláticas con los directivos de la Compañía del Cerro de Mercado, integrado por el gobernador del estado, Enrique Dupré Ceniceros, quien fungiría como moderador en las reuniones, el rector de la UJED, licenciado Carlos Galindo, el director del Tecnológico, ingeniero Mariano Cuéllar, tres estudiantes del Tecnológico, tres de la Universidad Juárez; uno de la Escuela Normal del Estado; uno de la Secundaria Morelos; uno del Colegio Mac-Donell y uno de la Escuela Minerva.
Este grupo acordó buscar pláticas con los directivos de la empresa Cerro de Mercado, realizar las conversaciones en la ciudad de Durango y pedir al gobernador Dupré Ceniceros que gestionara la presencia del presidente de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Carlos Prieto.
Entretanto, los activistas estudiantiles se diseminaron por la entidad. En pocos días obtuvieron el apoyo de las secundarias de los municipios duranguenses. Las Sociedades de Alumnos de las Secundarias del estado se pusieron en huelga en apoyo al movimiento. El impacto llegó hasta las escuelas primarias: el día 5 de junio fueron paralizadas por las sociedades de Padres de Familia.
“No quiero rosas en el pastel”
El desarrollo del movimiento, la rápida expansión del mismo y las adhesiones en masa obligaron a la constitución de organismos cuyo dinamismo respondiera a las necesidades que surgían conforme evolucionaban los acontecimientos.
De jilgueros de ilusiones a oradores de plazuela
La complejidad del movimiento llevó a diferentes concepciones de los participantes. Unos consideraron de mayor valía a quienes “estuvieron” en el Cerro, otros a quienes realizaban los mítines en la Plaza de Armas y mantenían el interés en millares de personas que asistieron a los casi 60 mítines realizados en la Plaza de Armas de la capital del Estado. Otros más consideraban que el puntal del movimiento era el Comité de Abastos, conformado por empresarios de diversos niveles, entre ellos Rosas quien, “como líder de la Unión de Madereros, en el Comité de Fuerzas Activas y Productivas, se involucró mucho”22. El comité abastecía de víveres a los estudiantes apostados en el Cerro.
Empero, aun cuando se otorgaba importancia a cada uno de estos organismos, hubo consenso en otorgar la supremacía al Consejo de Gobierno Estudiantil porque fue en este grupo en el cual recayó la toma de decisiones del rumbo del movimiento. Lo cierto es que, cual rompecabezas sui-géneris, los participantes lograron conjuntar objetivos y acciones por una causa común: el avance de Durango.
En los actos de la Plaza de Armas, calificadas como “Asambleas Populares”, un grupo de universitarios decidía la participación de los oradores lo cual se expresó en cierta forma de poder del grupo universitario.
Fueron escasas las mujeres que subieron a la tribuna. En la revisión realizada en la Hemeroteca Nacional, en los archivos de El Sol de Durango y en la bibliografía sobre el tema se registra solamente a Imelda Cuéllar, Lucina Rodríguez, Columba Enríquez, Beatriz Urquidi, Magdalena Medina, Enriqueta Cuéllar, Ludivina Rodríguez, Guadalupe Lugo, Lucía Medina y Elia María Morelos.
Uno de los oradores más destacados y considerado como el más connotado de los dirigentes universitarios fue Antonio Villarreal Rodríguez, a quien se le calificó como “el corazón” del movimiento. Los universitarios estaban más fogueados en las lides de la oratoria. Enrique Arrieta Silva, estudiante de Derecho, recién había obtenido el subcampeonato nacional de oratoria convocado en aquel entonces por el periódico El Universal. El discurso académico, el de los concursos de oratoria, se transformó en el discurso de plazuela: de las aulas y pasillos universitarios la palabra legitimó su validez y su poder de persuasión ante grandes masas. Se estima que hubo mítines en los cuales se congregaron hasta 20 mil personas, cifra récord si se toma en cuenta que la ciudad contaba, como ya se mencionó, con 75 mil habitantes.
Y así se sucedieron los días. La prensa tomó posiciones. En el caso de El Sol de Durango y Diario de Durango, era evidente que la presión ejercida por los estudiantes el 3 de junio con la agresión al edificio de los diarios pertenecientes a la Cadena García Valseca, provocó una respuesta: De movimiento desdeñado, ocupó la atención informativa y editorial. Con matices y enfoques diferentes, tanto El Sol y Diario de Durango como La Voz de Durango, dieron seguimiento al movimiento. Era tal la efervescencia en la entidad que en sólo dos días no había otro tema de interés. Ignorar este hecho hubiera rayado en lo absurdo. Una manifestación expresa del interés de los ciudadanos de todas las clases sociales lo constituyeron la asistencia masiva a los mítines efectuados en la Plaza de Armas a los cuales convocaba el Comité de Huelga y un grupo de apoyo a éste.
Dupré: Una caída anunciada
A más de cuatro décadas de distancia, los protagonistas de la toma del Cerro y de quienes conformaron el Consejo de Gobierno Estudiantil, declaran: el movimiento no tenía como objetivo la renuncia del gobernador Dupré Ceniceros. Empero, en el rastreo hemerográfico se registra desde el inicio de los mítines en la Plaza de Armas de la ciudad la petición al mandatario de “retirarse” de Palacio de Gobierno.
A la mitad de la primera plana del 4 de junio de El Sol de Durango, a tres columnas, una cabeza advierte: “Harán caer el gobernador si no los secunda”. Se registra la intervención en uno de los mítines del presidente de la escuela de Comercio y Administración de la UJED, Rubén Vargas Quiñones quien, dirigiéndose al mandatario estatal, espetó: “Señor Gobernador, las fuerzas vivas estarán con usted si usted está con el pueblo, pero si sucede lo contrario, no descansaremos hasta verlo caer del gobierno”.23 Otro orador, Gustavo Gómez Mendoza consideró: “El gobernador caerá si no sale bien este movimiento”.
.Con la cabeza “No afronta el problema el gobernador de la entidad”, El Sol registra que el gobernante sólo había hecho “vagas promesas”, a decir de los estudiantes.24
Posteriormente, tras la negativa del gobernador Dupré de asistir a un mitin, varios dirigentes firmaron una carta en la que le pedían al gobernante su renuncia. Luis Raúl Rodríguez25, dirigente entonces de la Escuela Normal del Estado, comenta que él firmó ese documento que llevaron a Palacio de Gobierno a Dupré Ceniceros. Empero, el gobernador siguió en funciones.
De manera general, la prensa estatal se expresó así: la parte informativa fue registrada con amplitud por El Diario y El Sol de Durango, ambosde la Cadena García Valseca. La Voz de Durango, adoptó un papel de apoyo incondicional al movimiento, a través de los géneros de opinión. Respecto de la prensa nacional, el movimiento fue prácticamente desdeñado, salvo dos excepciones: El Nacional y El Día. Periódicos de la época como Excélsior, El Heraldo de México, El Universal, sólo dieron espacio a desplegados que se suponen fueron inserciones pagadas. Las revistas Siempre! y Alarma! publicaron algunas informaciones. Un caso especial lo constituyó la revista Polìtica , dirigida por Manuel Marcué Pardiñas, que analizó el movimiento desde diversas perspectivas y avizoró los resultados del mismo: la desaparición de poderes en el Estado.
Al paso de los días las posiciones se fijaron: la Fundidora ofreció un apoyo raquítico. El gobierno afirmó que estudiaría la petición de establecer una siderúrgica. Los mítines continuaban y no se avizoraba fin al conflicto. El CGE acudió ante las instancias federales que, vía la Secretaría de Patrimonio Nacional, lo atendió. Después de varias reuniones los jóvenes aceptaron la propuesta federal. El 28 de julio se realizó la última asamblea popular, los jóvenes bajaron del Cerro y se entregaron las instalaciones.
Faltaba el acto final. Los medios de la ciudad de México registraron la desaparición de poderes en el Estado de Durango ante la sorpresa de los duranguenses. A petición del presidente de la República, la Comisión Permanente del Senado dictaminó la desaparición de poderes. El gobernador Enrique Dupré Ceniceros fue sustituido por Ángel Rodríguez Solórzano Prácticamente todos los medios de prensa se hicieron eco de la posición oficial: En virtud de que existió “un vacío de poder”, la medida era pertinente. Sólo el Partido Acción Nacional (PAN) y la revista Política presentaron objeciones. El PAN publicó en el periódico El Día, su punto de vista. Argumentó:
La Comisión Permanente no tiene facultades para declarar desaparecidos los poderes de un Estado. Esta facultad le corresponde al Senado conforme a la fracción V del artículo 76, y a la Permanente sólo toca la designación del gobernador provisional en los periodos de receso.
Acordar una petición del Ejecutivo Federal de desaparición de poderes por parte de la permanente es ejercitar funciones que constitucionalmente no corresponden a la misma.
Tomar frente a la petición del Ejecutivo una decisión precipitada, que no representa sino el acatamiento de una orden es poner en grave riesgo el sistema federal y dejar a los gobiernos de los Estados sin las garantías orgánicas que la Constitución establece a su favor.
La revista Política, por su parte, afirmó:
Nadie en México puede suponer que una iniciativa presidencial presentada ante el Congreso de la Unión puede ser rechazada.
En otras ocasiones se ocultó la intervención presidencial y la eliminación de gobernadores caídos de la gracia pareció partir del propio Poder Legislativo. Todo el mundo sabía la verdad, pero se cubrían las apariencias acaso para que no se hiciera tan evidente –por lo menos para el extranjero- el enorme poder anticonstitucional que concentra en sus manos el jefe del Ejecutivo. Probablemente ahora esta consideración pasa a un lugar secundario ante el objetivo presidencial de imponerse y hacer sentir su fuerza con perfiles claramente dictatoriales.26
¿Cuáles fueron los resultados del movimiento? Magros sin duda. La cancelación “ni se estudió ni se decretó”, el estudio para la planta siderúrgica “resultó negativo y consecuentemente no se instaló”27, se crearon algunas industrias medianas. Otro logro, el simbólico, el que no se puede contabilizar, fue de mayor envergadura. Los duranguenses tomaron o retomaron conciencia de su endeble situación frente al resto del país. Supieron también de la importancia de la sociedad civil o como diría Rubén Vargas, uno de los principales protagonistas, “a lo mejor económicamente no se consiguió nada pero cuando menos varias generaciones y sobre todo en generaciones mayores, empezamos a crear conciencia”.28
El siguiente es un ejemplo de cómo debe de citar este artículo:
Valles Ruiz, Rosa María, «La mirada de la prensa», en
Revista Mexicana de Comunicación on line. México, marzo 2010.
Disponible en: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc_movimientoestudiantil.html
Fecha de consulta: 19 de marzo de 2010
Notas
1) Guevara Niebla, Gilberto. La democracia en la calle. Crónica del movimiento estudiantil mexicano, p. 13
2) Mijares Verdín, Enrique. Primer lugar Concurso Estatal de Ensayo A 30 años del cerro…p. 16
3) Saravia, Atanasio citado por Mijares Verdín. p. 16
* Zubiría y Campa afirma que el interés del magnate norteamericano Huntigton era tal que “siendo dueño de terrenos carboníferos en Monclova y principal accionista del Ferrocarril Internacional, logró que el tren llegara a Durango”. Mijares Verdín. Op. Cit. p. 17
** Esta empresa dirigida por James Callanan fue manejada por Leonard, sobrino de Callanan pero no quien la descuidó por estar “absorto en especulaciones bursátiles en Estados Unidos”.Mijares Verdín. Op. Cit. p. 17
*** El presidente de la Compañía era el español Adolfo Prieto.
4) Machado, José Luis entrevistado por Santiago Amadeo Lucero González, Santiago Amadeo, Más allá del espejo de la memoria. Los estudiantes universitarios de Durango: trayectorias institucionales y manifestaciones en la vida política y social, 1950-1966.p. 140
5) Ibídem
6) Lucero González, Santiago Amadeo, p. 146
7) José Luis Machado. Entrevista citada. p. 147
8) Vicente Roldán. Entrevista citada.
9) José Luis Machado. Entrevista citada. p. 148
10) José Luis Machado. Entrevista citada. P. 147
11) Ibídem.
12) Ibídem.
13) Ibídem.
14) Ibídem.
15) Rubén Vargas entrevistado por Santiago Amadeo Lucero González. Op. Cit. p. 155
16) En 2009, se registraba que El Sol de Durango y Diario de Durango formaban parte de la Organización Editorial Mexicana, bajo cuya égida operaban 70 periódicos, 24 radiodifusoras, un canal de televisión y 43 sitios de internet. Se afirma también que a partir de 2005, se creó la agencia Informex, la cual provee de información a los diarios integrados en la OEM/www.oem.com.mx/elsoldedurango/estaticas/quienessomos.aspxt.
17) Pedro Rocha y Sida, Pedro. Entrevista para esta investigación. Ciudad de Durango. 31 de diciembre de 2008.
18) Ibídem.
19) “No es el camino”. Editorial de El Sol de Durango.4 junio 1966. Hemeroteca de El Sol de Durango. Durango, Dgo.
20) “Un Estado puede ser agitado por lo que la prensa dice pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calla”. Francisco Zarco. El Imparcial. 3 junio 1966. En Emiliano Hernández Camargo. Durango El Movimiento estudiantil de 1966, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996, p. 115
21) Ibídem.
22) Ibídem.
23) “Harán caer al gobernador si no los secunda”. Primera plana. El Sol de Durango.4 junio 1966. Hemeroteca de El Sol de Durango. Durango, Dgo.
24) «No afronta el problema el gobernador de la entidad”. Primera plana. El Sol de Durango.4 junio 1966. Hemeroteca de El Sol de Durango. Durango, Dgo.
25) Luis Raúl Rodríguez. Entrevista para este artículo. Ciudad de Durango, 5 abril 2009. Durango, Dgo.
26) Revista Política. 15 agosto 1966. Año VII. No. 152. P. 11-12.Colección privada de la Lic. Lourdes Galaz.
27) Máximo Gámiz. Op. Cit., p. 248-249
28) Rubén Vargas Quiñones. Entrevista con la autora de este artículo. Ciudad de Durango, 31 diciembre 2008-
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Entrevistas
Emiliano Hernández Camargo. Ciudad de Durango. 26 y 28 diciembre 2008; 2 y 20 abril 2009
Rubén Vargas Quiñones. Ciudad de Durango. 31 diciembre 2008.
Luis Ángel Tejada Espino. Ciudad de Durango. 30 diciembre 2008 y 4 enero, y 30 mayo 2009-
Jorge Contreras Casas. Entrevistado por Guillermo Rodríguez Gallegos. Ciudad de Durango. 4 enero 2009.
Gonzalo Salas Rodríguez. Ciudad de Durango. 3 enero 2009.
Vicente Roldán Galindo. Ciudad de Durango. 3 enero 2009.
Pedro Rocha y Sida. Ciudad de Durango. 31 diciembre 2008.
Luis Raúl Rodríguez. Entrevistas por correo electrónico. 18, 19 y 21 abril 2009.
Páginas de internet
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Javier Pérez Durán y Héctor Magaña Vargas en http://www.cuestiones.ws/revista/n2/feb01-jp-hm1.htm (Consulta realizada el 6 de diciembre 2008)
Jesús Vargas Valdés http://www.espanol.geocities.com/lagotachih/gota51.html (consulta realizada el 20 de diciembre de 2008)
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Periódico El Nacional
23, 24, 25, 26, 30 y 31 de agosto de 1958. Hemeroteca Nacional.
12 de mayo 1966, 6, 15, 18, 21, 25 de junio de 1966; 5, 10, 15, 18, 20 y 29 de julio de 1966. Hemeroteca Nacional.
5 agosto 1966. Hemeroteca Nacional.
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19, 16 y 17 de julio 1966. Hemeroteca Nacional.
8 agosto 1966. Hemeroteca Nacional.
Periódico Excélsior
16, 21, 22 y 24 mayo 1966. Hemeroteca Nacional.
Periódico El Sol de Durango
3 y 17 octubre 1965. Hemeroteca de El Sol de Durango. Durango, Dgo.
4, 5 y 9 de junio 1966.Hemeroteca de El Sol de Durango. Durango, Dgo.
Periódico El Siglo de Durango
Enrique Arrieta Silva. “Antecedentes del movimiento del cerro” 15 julio 2008. Página de internet El Siglo de Durango.
Periódico El Diario de Durango
“Díaz Ordaz Interviene en el conflicto” 13 mayo 1965. Citado por Santiago Amadeo Lucero González.
Revistas
Revista Acta Sociológica
Mayo-agosto 1990, Vol. III, número 2, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM.
Revista Historia de la Minería en Durango
Carlos Romo Ramírez. “Descubrimiento del Cerro de Mercado”, México, Gobierno del estado de Durango.
Revista Política
15 de agosto de 1966, Año VII. No. 152. Colección privada de la Lic. Lourdes Galaz.
Boletines
Boletín Informativo 2. Instituto Tecnológico de Durango, junio 1965. Archivo personal del Ing. Emiliano Hernández Camargo.
Otras fuentes
Carlos Monsiváis. De los movimientos sociales en los ochenta. Periódico La Jornada. Sección La Jornada semanal, páginas 1, 3, 5 y 6. Hemeroteca de la Jornada.

