Reflexiones sobre la cobertura informativa del 1º de julio
- Los medios dieron una cobertura homogénea en la que se destacaron los triunfos.
- Las irregularidades y las situaciones de violencia fueron presentadas como hechos aislados.
- «Sin duda la jornada electoral y sus resultados se llevan las agendas de calle. Pero ¿qué hay del resto? ¿Hasta dónde se minimizan las irregularidades?», dice Benassini.
Claudia Benassini Félix[1]
El miércoles 27 de junio concluyeron las campañas presidenciales. De acuerdo con la legislación vigente, a partir de las cero horas del día siguiente se iniciaba el periodo de veda, destinado para la reflexión del electorado, sobre todo la parte que no ha tomado una decisión sobre a quién dará su voto. El jueves 28 la prensa dio cuenta de los respectivos cierres de campaña y, excepcionalmente, el viernes se destinaron espacios a la firma del llamado pacto de civilidad entre el IFE y los cuatro candidatos presidenciales, atestiguado por representantes del empresariado. A la postre, los promotores de la propuesta.
En los hechos, entre el 29 de junio y el 1º de julio el IFE fijó la agenda informativa. Quizá su finalidad era orientar al ciudadano en su camino a la elección; pero en los hechos buena parte de la información se destinó a reiterar asuntos que se habían abordado previamente. Se machacó la imposibilidad del fraude; se reiteraron los criterios para votar y para no invalidar el voto por algún error involuntario. Se repitió que los marcadores que estarían en las casillas no eran lápices, sino instrumentos de eficacia comprobada e imposibles de borrarse por una goma común y corriente. Los consejeros electorales se dieron la última vuelta por las páginas de los periódicos para reiterar la legitimidad del proceso, su importancia, trascendencia y demás lugares comunes que durante tres días se repitieron hasta el cansancio.
El día de la elección
El domingo 1º de julio las agendas dieron una pequeña vuelta. Inevitablemente volvieron los ojos hacia la biografía de los candidatos, la inseguridad que podría impedir la apertura de casillas en algunos puntos del país. Aparecieron el Tribunal Federal Electoral y la Fiscalía Especial Para Delitos Electorales (Fepade), listos para cualquier eventualidad. Es más, de acuerdo con la prensa la segunda ya empezaba a reunir denuncias que darían inicio a sus actividades formales. Se insistió en la imposibilidad de un fraude, las instalaciones del IFE –con énfasis en el centro del prensa para la cobertura informativa- y la posibilidad de lluvias que podrían inhibir al electorado: “Se recomienda llevar paraguas” rezaba por ahí un titular.
Asimismo, los periódicos presentaron los escenarios de los partidos políticos de cara a la elección; el énfasis se hizo en la evidente división interna en el PAN y en las derrotas sufridas por la izquierda -PRD, PT y Movimiento Ciudadano- durante el último año. En espacios con diferentes dimensiones, los periódicos dieron cuenta de la marcha que el movimiento #YoSoy132 había realizado la noche anterior. Se dio seguimiento a temas relacionados con el PRI, sobre todo el llamado Monexgate, la distribución de tarjetas de la cadena Soriana y las respuestas del partido a las nuevas denuncias formuladas por el periódico The Guardian, a propósito del contubernio Televisa-PRI para llevar a Peña Nieto a la Presidencia. También se asomaron en la agenda los preparativos de cada partido para celebrar el triunfo.
Un día después
El lunes 2 de julio, previsiblemente, la agenda estuvo marcada por las elecciones del domingo con énfasis en el triunfador: el priista Enrique Peña Nieto. Las páginas de periódicos como El Universal, La Jornada, Milenio Diario y Reforma, entre otros se destinaron palmo a palmo al tema. La cadena nacional del IFE para dar los avances del Programa Electoral de Resultados Preliminares (PREP); los festejos del PRI y las promesas de Peña Nieto vertidas en su primer discurso. El gusto de Gabriel Quadri por haber alcanzado el registro de Nueva Alianza y su llamado a López Obrador a aceptar su derrota. Un López Obrador reticente a aceptar los resultados y a esperar hasta finales de la semana, tras el recuento definitivo. Y, en la última parte de las primeras secciones, una Josefina Vázquez Mota que había aceptado su derrota, aunque el tema era la debacle del PAN. Tercer lugar en elecciones presidenciales, ganaron Guanajuato pero perdieron Jalisco y Morelos y no tuvieron mayor presencia en Chiapas, Yucatán y Tabasco. También tercera fuerza en el Distrito Federal.
En este contexto, a la debacle del PAN se contraponían los triunfos. Las secciones de “Estados” estuvieron llenas de Jalisco, Chiapas, Yucatán, Guanajuato -¿por qué no?- y la espera en Tabasco y Morelos. La sección metropolitana se destinó al carro completo de la izquierda, los compromisos de Mancera y el “carro completo”, con dudas en un par de delegaciones y de distritos. En otro tenor, hubo espacio para un IFE que se alzó con el triunfo de la jornada y por una vigilancia mantuvo el orden en todo el país. Y, por cierto, ningún partido tendrá la mayoría en el Congreso, aunque todavía no hay datos definitivos. Datos que serán importantes pues de ellos dependerán las prerrogativas y la asignación presupuestal.
Invito a quien tenga dudas sobre este escenario a que revise la prensa de los últimos días. Es probable que haya omitido alguna información. Pero el grueso de las agendas se resume en los párrafos previos que, dicho sea de paso, son muy similares a lo que circuló en los espacios noticiosos de radio y televisión durante este periodo. Y esta síntesis que no pretende ser exhaustiva aunque sí ilustrativa, da cuenta de las prioridades que contribuyeron a la construcción de las agendas durante los últimos días. Pero también da cuenta de la homogeneidad en los criterios informativos. Por ejemplo, aún cuando Reforma genera más información que el resto de los periódicos en esencia el contenido es similar. Predominan las constantes sobre las variantes.
Una cobertura homogénea
Y es en este contexto donde se integran las reflexiones a la cobertura informativa de las elecciones del 1º de julio. Porque si lo vemos detenidamente, esta cobertura da sentido a lo que los medios –impresos y electrónicos- manejaron entre el 1º y el 2 de julio. Una jornada tranquila. Pero como la agenda no puede estar incompleta, se destinaron pequeños espacios a las irregularidades. Reforma y La Jornada coinciden en las declaraciones de los observadores extranjeros: pese a que se denunciaron irregularidades el proceso transcurrió en calma. La Crónica de hoy, El Universal y La Jornada destinan pequeños espacios a denuncias e irregularidades: compra de votos, robo de urnas, connatos de violencia y boletas insuficientes. Por ahí se mencionan los disturbios en la región Chamula que terminaron con tres muertos; Reforma le destina una nota, pero otros periódicos incorporan el evento a la información sobre los comicios en Chiapas. Por cierto, para Milenio Diario los comicios transcurren sin novedad, aunque da cuenta de las denuncias de la Fepade.
En resumidas cuentas, salvo excepciones –algunas documentadas arriba- la cobertura informativa se caracteriza por su homogeneidad. Sin sobresaltos. El lector de cada periódico verá estos acontecimientos como se quiere que sean vistos: como hechos aislados. El escenario salta a partir de una mirada global de la prensa que, repito, se caracteriza por sus constantes. En este caso, las denuncias son un pequeño ingrediente de la información, y es probable que la Fepade desahogue las que lleguen hasta esa instancia. Pero cuando estos hechos aislados se contrastan con la información presentada por algunos medios locales –en el caso de los estados- pueden observarse las diferencias en el abordaje del acontecimiento. De cualquier manera la duda persiste. Sin duda la jornada electoral y sus resultados se llevan las agendas de calle. Pero ¿qué hay del resto? ¿Hasta dónde se minimizan las irregularidades?
Reflexiones finales
En este contexto caben tres reflexiones finales.
La primera: mucho se ha comentado la forma en que las redes sociales diseminan rumores; yo misma lo he comentado. Sin embargo, durante la jornada del domingo y la mañana del lunes en Twitter abundaron las denuncias de irregularidades en distintos puntos del país. La mayoría de estas denuncias se acompañaba de imágenes o videos para que no quedara duda. Ahí mismo surgían las opciones: enviar la información a Contamos –tema que ocupó este espacio la semana pasada- o a otras instancias. Curiosamente la Fepade fue la que tuvo menos presencia en las recomendaciones para canalizar las quejas.
Segundo, ignoramos si estas quejas se convirtieron en denuncias y en dónde se presentaron. Pero previsiblemente –como ha sucedido en otros procesos electorales- serán rápidamente desahogadas o declaradas como improcedentes y presentadas como tales ante la prensa.
Tercera, relacionada con el panorama descrito a lo largo de este espacio. No es la primera vez que el análisis informativo da cuenta de la homogeneidad con la que la prensa local construye sus agendas. Un escenario que comienza a ser preocupante tanto porque es creciente como porque como lectores empezamos a cuestionar la veracidad de los acontecimientos narrados y que únicamente se hace presente a la luz de la comparación.
[1] Académica de la Universidad La Salle.
Agenda Seting, los medios manejan la información, la manipulan, esta mañana no vi en los canales Cadena tres, Tv Azteca y Televisa relacionadas a lo que se dice en las redes sociales, a toda la serie de irregularidades en la elección y en el registro de actas en el PREP. Como pueden explicar eso de que AMLO iba perdiendo cada vez más décimas y a Peña se las iban sumando durante esta madrugada. Que hay con el asunto de que en la FEPADE no atienden las denuncias. Lo cierto es que las cadenas antes referidas dedicaron sólo unos cuantos minutos a comentar la eleccción que trancurrio tranquila y «con algunos hechos aislados» y a ratificar que Enrique Peña era ya el virtual ganador, dando a entender que sólo falta que lo avala el IFE.
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