RCTV en el tejado
Reacciona la prensa única
José Manuel de Pablos Coello
Catedrático de Periodismo de la Universidad de La Laguna (Canarias) en España,
y miembro del Consejo Editorial de RMC.
Lo que ha hecho Hugo Chávez es imponer entre los intelectuales (españoles y latinoamericanos),
entre los que alguna vez se han sentido de izquierda, un debate que deja a
más de uno en evidencia, a aquéllos que en España se creen o se sienten
de izquierda, pero con capacidad para criticar a las izquierdas latinoamericanas
que actúan como tal, que, claro, no son de izquierda sino populistas.
Va apareciendo una doble moral que se exprime desde la guerra
mediática desatada por el empresariado de los medios contra un gobierno salido de las urnas.
Los chicos juegan en el patio de la escuela. Es difícil que la pelota suba hasta el tejado. No es lo normal. Son niños pequeños, tienen pocas fuerzas y no es muy usual ver la pelota llegar al tejado de dos aguas de la escuelita aquella. Ha de venir un muchacho mayor, más fuerte y decidido que los demás para ver cómo aquel balón de goma asciende hasta el techo de la casa, que es una cubierta de teja y a dos aguas, derecha e izquierda.
A esa pelota del cuento le pasa lo mismo que a la lluvia: caen las gotas sobre el tejado de dos vertientes de la escuela y el agua discurre por la cara de la derecha o por la cara de la izquierda. Mientras no cae esa lluvia, la gente casi ni se da cuenta de que el tejado tiene dos vertientes: la derecha y la izquierda. Y, en el centro, en el parteaguas, una fila delgada de tejas, el agua no se estanca, se va a la izquierda o el agua se va a la derecha.
Es bastante complicado que la pelota que sube, se detenga en una cara y pase a la otra pendiente de forma natural, lo mismo que sería curioso ver que el agua de lluvia caiga sobre unas tejas y después vuelva a subir motu proprio tejado arriba, supere el parteaguas y se sitúe en la otra cara.
La doble moral
En la vida política y social sucede algo parecido. Para algunos no es placentero fijarse en la parte derecha o izquierda del acontecer de cada jornada, de ahí que haya agoreros que hablan del fin de las ideologías, que ya no hay izquierdas ni derechas, que ahora hay otra cosa que no aciertan a explicar. Lo cómodo es ser algo indefinido, pero no acertar a definir, a decir qué se es.
Lo cómodo –derechas aparte– es ser de izquierda a tiempo parcial, según de donde venga el viento, es decir, el acontecimiento. Y en esto llega un muchacho más fuerte que los demás, pone la pelota en el tejado y ésta se decanta de forma natural por una de las dos vertientes. Es muy difícil que la bola se quede parada en el parteaguas.
Lo que ha hecho Hugo Chávez, entre otras muchas cosas, es imponer entre los intelectuales (españoles y latinoamericanos), entre los que alguna vez se han sentido de izquierda, un debate que deja a más de uno en evidencia, a aquéllos que en España se creen o se sienten de izquierda, pero con capacidad para criticar a las izquierdas latinoamericanas que actúan como tal, que, claro, no son de izquierda sino populistas, tal y como les hace rezar el diario español de Dios:1 El País,2 sí, el mismo que aplaudió el golpe de Estado de Pedro Carmona,3 pero antes había defendido la democracia española cuando aquel 23 F de un golpe que nunca existió4 y que pareció preparado por alumnos ibéricos del autogolpista Fujimori.5
Si se fijan, va apareciendo una doble moral que se exprime desde la guerra mediática desatada por el empresariado de los medios contra un gobierno salido de las urnas con más apoyo que cualquier otro gobierno actual sobre la Tierra, que ha hecho posible que la mayoría de los venezolanos empiece a ver el Sol, en un país donde muchos han vivido a la sombra social y política.
Sin embargo hay una minoría que ya no recibe ese Sol tanto como antes, y por eso “Venezuela es una dictadura y, además, lo es fascista”, aseguran en su reacción. Es una minoría rica, muy instruida, viajera y viajada, que vive con aire acondicionado y agua corriente en sus casas desde que nacieron, que nunca ha entrado en un barrio popular, que desprecia a los pobres, que se sienten con la exclusividad de ser venezolanos. Es la clásica desconsideración de los ricos en minoría hacia los pobres que son mayoría.
Cuando hablamos de doble moral hay que señalar un punto y recordar otro: a) no es nuevo que los medios democráticos jueguen a la doble moral en sus páginas, porque el cinismo mediático está muy arraigado en el mundo editorial, y b) hay que recordar el paradigma de ética cero manifestado por el diario The New York Times –otro periódico de Dios, cabecilla de la prensa única, maestro de El País en su cruzada contra la democracia venezolana–,6 cuando el asesinato de 100 curas y monjas católicas en Centroamérica. Algunas de estas personas, asesinadas por un gobierno amigo, eran de nacionalidad estadunidense y española. A ese largo drama, el periódico neoyorquino le dedicó cien veces menos espacio que al asesinato del cura Jerzy Popieluszko en la Polonia entonces comunista y mala, que también han fotografiado Noam Chomsky y Edward S. Herman.7
Por eso es tan poco riguroso, endeble y ridículo, que todavía haya intelectuales afiliados ahora a la nueva derecha, que escriban que Venezuela es un Estado, según ellos, fascista, ¿Lo dirán sin pudor? Porque curiosamente siguen viviendo en Caracas, sin que ese fascismo les haga la vida imposible tan fascista como es. ¿Será que se refieren a un fascismo educado y respetuoso? ¿Será que desconocen lo que es vivir en un fascismo, tipo franquista? ¿No será que el insulto sin argumentos de tales personajes es una clara demostración del grado de libertad de expresión que se respira en Caracas? ¿Cuándo un ciudadano español hubiera publicado lo que sigue y la dictadura franquista no le hubiera caído encima? Lo anterior viene a cuento del siguiente párrafo, que podemos leer en un artículo supuestamente académico de Marcelino Bisbal, en RMC:
El gobierno en funciones tiene bien claro el significado estratégico de los medios de comunicación como lugar para la política y la confrontación ideológica. Esto se pone en evidencia no sólo en el sentido de sus acciones y medidas frente al aparato comunicacional privado, sino en la creación de toda una estructura o plataforma comunicacional que sea capaz de enfrentar al enemigo (tanto interno como externo), y a la vez irradiar a través de la cultura de masas el proyecto y proceso político-ideológico que se desea instaurar o que está en la imaginación del Presidente y sus más allegados. Así, la estrategia se corresponde fielmente con los moldes del Estado fascista y con la tesis de que los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión sino como armas políticas sometidas al control de la razón del Estado.8
Por su parte, Concha Mateos Marín señala lo siguiente, tras su permanencia en Caracas, en labores de cooperación nacional:
La oposición en Venezuela, limitada por su falta de espacio público, una vez apartada de los centros de gestión del Estado –en los casos en que ha podido ser apartada–9, recurrió a los medios como suplantadores de los actores políticos. Ese ha sido uno de los problemas de los medios: su uso indebido por la oposición como actores políticos dando muerte a los partidos. Un espacio mediático suplantando al espacio político del debate donde los ciudadanos aún pueden ser iguales (en el espacio mediático no son iguales, pues hay mucho desequilibrio entre quienes ven y quienes emiten).
Es llamativo en el párrafo anterior, además, dos pequeños detalles: 1) el vocabulario frentista (confrontación, enemigo) de una oposición que ha dado muestras de esa condición con tanta frecuencia (el asedio a la embajada cubana, el cierre violento de la emisora pública el día del golpe, las mentiras mediáticas grabadas por las cámaras irlandesas en el caraqueño puente Llaguno, que son emblemáticas y prototipo de la falsedad mediática aplaudida por algunos comunicólogos10), y 2) la crítica solapada, grave, de un profesor de Comunicación Social, que se lamenta y critica “la tesis de que los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión”; o sea, los medios como adormidera de la ciudadanía, para lograr lo que ha venido sucediendo en Venezuela desde casi todos los tiempos: un pueblo inculto, cuya mayoría no votaba por no estar en los censos, que no existía al estar expulsada social y políticamente de su propio país; unos medios privados olvidados de la razón social, primitiva y primigenia de todos los medios, públicos o privados, dedicados sólo al enriquecimiento económico; medios con páginas enteras de contactos sexuales –como se ve con tanta frecuencia en la prensa española de calidad y referencia–; emisoras de televisión que emiten sesiones pornográficas: ¡Viva la diversión y muera el pensamiento! (Puro Millán Astray).
Tal vez la queja del profesor Bisbal sea una mala digestión de aquel recomendable “Divertirse hasta morir”,11 al entender su mensaje y su crítica al revés.
Hace pocos años, antes de que aquel muchacho pusiera la pelota en el tejado, antes de establecer el debate intelectual, fue el presidente español conservador de derecha, José María Aznar, quien le recomendó a Chávez que fuera buen chico y la prensa internacional le tendría de su lado para hacer pequeños retoques al país, que no se le ocurriera hacer la revolución pacífica que está haciendo en contra de esa prensa mundial, cuyo portavoz se lo dijo bien claro.
Debo aclarar lo siguiente: hablo de presidente español conservador, para diferenciar del presidente español socialista, que sería el actual presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que es el líder de un partido supuestamente de izquierda, por aquello de que –como el inglés Tony Blair– han inventado o instaurado o apoyado el socialismo monárquico, fruto de una constitución salida del estómago franquista, sin arrestos para pronunciar eso que tanto se oye, ejemplar, en América Latina: un proceso constituyente, abierto y plural, no confeccionado en restaurantes de lujo en opíparas cenas, como fue en parte el ejemplo español, por medio de una transacción política que se ha vendido como transición. Un proceso constituyente para meter a los países en la modernidad, sacarlos de esquemas medievales, como es una monarquía, para salir de esa paradoja de un socialismo monárquico. Hago esta acotación porque sólo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es el partido con capacidad de llegar al gobierno y abanderar un proceso constituyente en España, con el apoyo de la izquierda real. Otra cosa es que estén cómodos con el socialismo monárquico y no opten por el cambio hacia la república, que no existe en España desde el 18 de julio de 1936, cuando el golpe de verdad.
En conclusión: tenemos a un personaje provocador, a quien se le ha ocurrido poner la pelota en el tejado, dejar de seguir jugando como era costumbre, colocando la pelota donde todos la ven: a la luz del Sol. Los que han quedado al descubierto, por ser izquierdistas a tiempo parcial, son los partidos europeos de izquierda que quedan en evidencia, más preocupados por la defensa de multinacionales que esquilman América Latina que de instaurar políticas socialistas –como todavía rezan algunas etiquetas de partido–, y que no le perdonan su osadía: hacer política nacional sin contar con ellos, por encima de ellos, más allá de ellos, sin la sumisión tipo Azores, sin la sumisión tipo dejar pasar las cárceles volantes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por el cielo europeo. Éstos no se lo perdonarán y alientan sus escuadras mediáticas, sea El País o la agencia Efe, contra el osado del otro lado del mar. Les resulta imperdonable que en este tercer milenio haya una revolución política, social y cultural y que sea pacífica.
Los resultados de ese debate intelectual originado en Caracas, que pone en evidencia a algunos que han alardeado de izquierda cuando ser tal era glamoroso, suma afiliados a las huestes de la reacción venezolana. Es el caso del citado comunicólogo venezolano, que en los tiempos copeyanos y adecos llegó a ser abanderado de las nuevas y aplaudidas teorías progresistas de comunicación latinoamericanas, cercano al Centro Gumilla y a los jesuitas de la teología de la liberación, y cuando suena la hora de la verdad resulta que vive en un Estado fascista, que era de izquierda a tiempo parcial, según de donde lleguen los aires de cambio y transformación de la sociedad.
Estos potentes medios de comunicación están haciendo historia, no obstante el rosario de medias verdades; de informaciones interesadas; de formas de titular engañando a sus lectores;12 el ocultamiento de datos de relevancia;13 de cambiar la noticia sin más –como el caso de los estudiantes opositores que salían de la Asamblea Nacional protegidos, voluntariamente, en un furgón policial y la foto de la agencia Efe se publica como la imagen de estudiantes detenidos por mantener una postura14 contraria al gobierno–; de mentiras: “El gobierno de Venezuela clausura una emisora de TV”. ¿Cuántas veces hemos leído y escuchado tal sentencia en los medios y repicada por gente de buena voluntad, sin capacidad para discernir la mentira de la realidad?
Una perla en la oposición
Y digamos que RCTV es la perla de 2007 para la feroz oposición que quiere llevar a Venezuela a un nuevo corralito de la minoría. Aquí no defendemos la libertad de expresión en Venezuela, que goza de la salud derivada de un sistema donde prevalece la empresa privada y los medios públicos –o sea, de todos, mal que le pese al citado profesor de Caracas de antes–; no es necesaria su defensa, es suficiente desvelar algunas de las mentiras irracionales ideadas por la oposición y reproducida por sus medios afines.
No se trata aquí del carácter golpista de esta emisora –que nadie pone en duda–,15 hasta el punto de que podemos discutir si no fue un error del gobierno de Venezuela16 no haberla cerrado tras el golpe de Estado, al menos para que algunos de los actuales críticos no tuvieran el ánimo recuperado tras el susto del golpe que tan mal les salió. El hecho de que no lo hiciera en aquel momento es un maduro ejemplo de respeto a los convenios: aquella emisora tenía una licencia y el gobierno respetó la escritura firmada por un gobierno anterior. De hecho, el 24 de enero de 2007 la empresa solicitó la renovación de la concesión, “en contraposición a las versiones interesadas de una supuesta renovación automática, inexistente en las leyes venezolanas”.17
Y en casi todos los países del mundo
–Venezuela, entre ellos– hay una autoridad audiovisual y de telecomunicaciones que controla y vigila la función de las emisoras de radio y de televisión.
¿Poseer un medio de comunicación, del tipo que sea, supondría permitir un poder omnímodo a su empresario para hacer lo que le venga en gana? La verdad es que no, pero así actúan los que ejercen antidemocráticamente el cuarto poder. Vean, si no, la desfachatez de Unitel, la emisora boliviana de tintes golpistas, de la misma escuela que RCTV, medio éste que podrá seguir emitiendo por cable o satélite, pero que igual no lo hace para seguir en el martirio. O la serie de infracciones cometidas por la emisora golpista en pocos meses:
De junio a diciembre de 2006: 652 infracciones a la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión: 279 emisión de escenas violentas; 131 por no identificación de elementos considerados clasificados (especiales) en los contenidos y 34 relativas a la difusión de contenidos sexuales sin respetar las consideraciones que marca la ley.18
¿Por qué sucede tal cosa con las emisoras y no con los periódicos y revistas? Los medios impresos tienen vida propia basada en el derecho a la libertad de información y expresión, sin necesidad alguna de licencia o permiso de la autoridad legítima. No obstante, a veces hay cierres de periódicos por decisiones judiciales independientes, como ha sucedido en España, pero aquí eso vale porque son diarios de los malos, y los buenos han de defender a la sociedad de la influencia de los chicos malos. La prensa sólo precisa dotarse de los recursos humanos y tecnológicos para hacer su producto. Las emisoras de radio y de televisión no tienen vida propia: para ser tales necesitan, además de recursos humanos y técnicos de puertas adentro, un recurso limitado y público, o sea, que no es privado ni privatizable, como una rotativa o un equipo de informática de redacción. Por eso, es la autoridad quien otorga las concesiones o licencias para que las emisoras puedan funcionar y ocupar una franja del espectro público de emisiones, razón por la cual las emisoras son en todo momento y en todos los países, en todos (aunque no sé si en el México de Televisa) un servicio público, a pesar de que algunas abusan de la situación y pasan escenas pornográficas o se hacen golpistas con la generalidad de los medios privados de un país, como es el caso de la Venezuela actual.
En caso de un uso inadecuado y anticontractual, una administración no renueva la licencia como un mero gesto de cumplimiento de su deber, que es lo acontecido en Caracas. Un caso paralelo es el que acaba de señalar en RMC Gabriel Sosa Plata respecto a la posibilidad técnica o administrativa de que Telecom, el organismo regulador mexicano, proceda a la revocación de la licencia concedida a Canal 46.19 Hay una cosa clara: si Telecom inició ese expediente cancelador, que tal cosa suceda con el gobierno de Felipe Calderón es tan poco probable como que se realizara con un gabinete de Andrés Manuel López Obrador, de allí que no es de extrañar que todo se haya detenido en el Distrito Federal.
Algo común, también silenciado
Basta conocer el informe “Clausura, no renovación y anulación de licencias de concesión de radio y televisión / Informe sobre 236 clausuras, revocaciones y no renovaciones de radio y TV en 21 países del mundo, incluyendo Estados Unidos y Unión Europea”, de David Carracedo.20 La no concesión, revocación o clausura de 236 emisoras de radio o televisión en 21 países, entre ellos Estados Unidos y España, entre otros europeos, es un hecho más frecuente de lo que parece, aunque los grandes medios de comunicación no parecen darle importancia y no albergan esa noticia en sus planas, lo mismo que ahora no han hablado de los cierres gubernamentales que Radio Caracas TV tuvo durante gobiernos anteriores, de los que no había que temer que fueran revolucionarios, tal era su corrupción conocida y aplaudida. Los medios, sus empresarios, como se ve, han hecho esta vez una excepción.
En todos los casos, la pauta siempre es la misma. Por un lado, la autoridad oficial interviene cuando la emisora vulnera la legislación que regula o viola el convenio por el que utiliza el espectro público, y por otro, la oposición critica la medida oficial por entender que la decisión gubernamental le da pie para hacer su función, sin importarle mucho si su actuación desorienta a la población, con tal de desgastar al partido que ocupa el gobierno. Son momentos en los cuales la oportunidad deja de lado la ética: como ha sucedido en Venezuela hace tan poco.
Cuando sucede un episodio como la desaparición del aire de TeleAsturias, en España, en marzo de 200721 –aunque ni remotamente semejante al caso de RCTV–, la prensa española lo silencia, no se vaya a pensar que en España suceden hechos semejantes y la lucha mediática se debilite. El caso asturiano ha servido para que la oposición22 critique al gobierno regional y presente mociones de protesta, a pesar de conocer la causa esgrimida por la autoridad: “El espectro radioeléctrico por el que operaba la cadena afecta a un canal legalmente atribuido a otros servicios”. Más duro han sido desde la propia cadena, al estilo Granier: “Contra el gobierno fascista de Areces. No al cierre de TeleAsturias”,23 o bien: “El Gobierno del Principado aplica una presión a los medios de comunicación críticos digna de una exrepública soviética”. Sucedió en marzo de 2007. Las palabras vacías y gratuitas son las mismas.
El gobierno de Caracas ha preferido conceder la franja ocupada por la emisora golpista e infractora a ciudadanos que no entienden la comunicación como un negocio, sino como un servicio a la sociedad –vuelta a los orígenes–, lo cual es un gran delito en tiempos de cinismo y capitalismo inhumano y desenfrenado. El dominio público en Venezuela, al fin, ha retornado al público.
NOTAS
1) Nos vamos a referir al diario madrileño El País, por ser el rotativo con el que mucha progresía se ha sentido identificado y traicionado; según el periódico se hace más popular a diario y manifiesta tics de la derecha de siempre, aunque camuflada todavía para muchos lectores con pequeña capacidad crítica ante los medios. No nos referimos a los otros diarios españoles (Abc, El Mundo) descaradamente de derechas y que a nadie llevan al engaño. Hablamos aquí, sí, de El País, por ser un modelo traicionado no desde su nacimiento, como los otros citados aquí de paso (uno, Abc, más monárquico que los propios reyes y el otro, El Mundo, falangista de espíritu).
2) Algunos trabajos publicados sobre el periódico de referencia español: a) Jesús Cacho El negocio de la libertad, Foca Investigación, Madrid, 2000. b) Jesús Ibáñez, “El País, un dispositivo de producción de realidad”, en Métodos de análisis de la prensa. Encuentros sobre metodología de la prensa (en torno a El País), Casa de Velásquez, Madrid, 1987. c) José Antonio Martínez Soler, Jaque a Polanco. La guerra digital: un enfrentamiento en las trincheras de la política, el dinero y la prensa, Temas de Hoy, Madrid, 1994. d) Stephane Pini, “La imagen de Juan Carlos I en El País, entre octubre de 1970 y diciembre de 1977”. Zek 6, pp. 41 a 66. Universidad del País Vasco, Bilbao, 1999. e) José Manuel de Pablos, El periodismo herido. Estudios que delatan divorcio entre prensa y sociedad / El País, como referente, Foca Investigación, Madrid, 2001.
3) Luis Britto García coordina el libro Venezuela golpeada. Mediocracia contra democracia / Investigación de unos medios ‘por encima de toda sospecha’, publicado por Sediciones, en su número 25. En esta obra colectiva se hace esa investigación del título a medios españoles por encima de toda sospecha, que no dudaron en apoyar la intentona golpista de la oposición venezolana.
4) Véase Amadeo Martínez Inglés, El golpe que nunca existió, Editorial Foca Investigación, Madrid, 2001.
5) Les recuerdo unas palabras de Alfonso Armada, exgeneral del Ejército español y exsecretario general de la casa del rey, monárquico a ciegas, recogidas en el libro de Amadeo Martínez Inglés y que no he visto desmentidas en ningún sitio: “Fue precisamente el rey el que, tras conocer puntualmente los peligros que se cernían sobre España, la democracia y la corona, me propuso ser presidente de un gobierno de concentración o unidad nacional, a formar con representantes de los principales partidos políticos. Y me encargó que yo personalmente hablara con sus principales dirigentes y buscara el consenso para llevar a buen término el proyecto” (Ibidem, p. 5). Armada entró en prisión por golpista.
6) Véase “El récord del periódico de referencia. El New York Times contra el presidente Hugo Chávez”, el 5 julio 2007, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=53167
7) Noam Chomsky y Edward S. Herman, Los guardianes de la libertad: propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas, Crítica Editorial, Barcelona, 2000.
8) Marcelino Bisbal, “Las comunicaciones del gobierno chavista, Nuevo paisaje venezolano”, en Revista Mexicana de Comunicación, en http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/paisaje.htm
9) La creación de las misiones no es otra cosa que el deseo de hacer las gestiones que desde los ministerios son boicoteadas por la derecha funcionarial, porque el proceso de cambio venezolano todavía no ha tenido tiempo para hacer todo lo que ha de hacer y los ministerios, en ocasiones, todavía son nidos de opositores que hacen oposición desde sus puestos oficiales de trabajo, lo que sin duda es una forma de ponerse en precario laboral.
10) Véase el documental La revolución no será retransmitida, que se encuentra fácilmente en Internet.
11) Neil Postman, Divertirse hasta morir, Ediciones de la Tempestad, Barcelona, 1991.
12) Baja el índice de pobreza de Venezuela, por ejemplo, del 35 al 30% y un periódico democrático titula: “Venezuela tiene un índice de pobreza del 30%”, lo cual es cierto, pero no es la noticia, que es que el índice ha bajado x puntos, ha bajado del 35 al 30. Es una manipulación tipo media verdad, que conocen demasiado los observadores de la guerra mediática de cada día en contra el gobierno de la mayoría los venezolanos.
13) ¿Cuántos lectores normales de prensa han sabido por los medios la noticia de que Venezuela ha liquidado su deuda externa en 2007? (“Venezuela liquidó su deuda con el Banco Mundial y el FMI”, 14 de abril de 2007, en http://www.minci.gob.ve/noticias-nacionales/1/13253/venezuela_liquidsu_deuda.html
14) “Una fotografía de la agencia Efe para seguir mintiendo sobre Venezuela”, en http://www.aporrea.org/medios/n96539.html
15) El documento Comunicado. Informe sobre la no renovación de la concesión a RCTV, emitido en mayo de 2007 por la embajada de Venezuela en España, señala (página 4): “participó activamente en el golpe de estado de 2002, sesgando todas las informaciones, censurando a los funcionarios una vez derrocado el gobierno bolivariano y efectuado un apagón informativo de dimensiones gigantescas, que tuvo su cenit cuando en vez de retransmitir las manifestaciones de los ciudadanos exigiendo la vuelta de las autoridades legítimas, puso en pantalla dibujos animados.”
16) Véase José Manuel de Pablos, “El error de Chávez con la televisión de Caracas”, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=45798 (01-02-2007)
17) “Embajada de Venezuela en Madrid aclara caso de RCTV”, en http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/na5409.html
18) Página 4 del informe citado de la embajada en Madrid.
19) Gabriel Sosa Plata, “Telecom y medios. Canal 46: ¿procede la revocación?”, en Revista Mexicana de Comunicación, en http://www.me xicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/sosa.htm
20http://www.ceps.es/actividades/investigacion/venezuela/Informe_sobre_revocacion_RCTV.pdf
21) Un caso diferente al periódico vasco cerrado por un democrático juez estrella o a la anulación de unas elecciones ganadas en Argelia por los que no estaban previstos por la embajada; así, a secas, que siempre es la misma.
22) “El PP e IU presentan una moción no de ley en la Junta General del Principado para que Retevisión restituya la señal de TeleAsturias”, en http://www.teleasturias.com/digital/index.php ?gSec=noticia&gld=2105&gTit=El%20PP
23) “Contra el gobierno fascista de Areces, No al cierre de TeleAsturias”, “El Gobierno del Principado aplica una presión a los medios de comunicación críticos digna de una exrepública soviética”, en http://asturiasverde.com/2007/marzo/00571teleasturias-concentracion.htm
El anterior artículo debe citarse de la siguiente manera:
Pablos de Coello, José Manuel, «RCTV en el tejado»,
en Revista Mexicana de Comunicación, Núm. 106, agosto / septiembre, 2007, 22 -44 pp.