Fundación Manuel Buendía
A veinte años de su creación
A lo largo de dos décadas de actividades, la Fundación nunca ha estado exenta de vaivenes y reajustes en sus quehaceres debido a razones de índole financiero. No obstante sigue cumpliendo con su misión primigenia gracias al desarrollo de seis programas que han ganado cierta madurez con el transcurso de los años: Fondo Editorial, Revista Mexicana de Comunicación, Unidad de Capacitación, Unidad de Información, Unidad de Internet y Unidad de Libertad de Expresión.
El 30 de mayo de 1984, el columnista Manuel Buendía fue víctima de un artero asesinato por la espalda con el fin de evitar que publicará información sobre las implicaciones de funcionarios de gobierno en el narcotráfico.1 A contrapelo de las intenciones de acallar a uno de los periodistas más respetados, leídos e influyentes de la segunda mitad del siglo XX, su muerte habría de ser parteaguas en la lucha por la libertad de expresión en México y símbolo de ella.
Un grupo de amigos, colegas y colaboradores de Manuel Buendía tuvieron la certeza de que la mejor forma de rendir homenaje a tan brillante columnista era emprender una tarea de largo aliento y compromiso con el periodismo mexicano y con el país.
Fue así como don Francisco Martínez de la Vega, doña Dolores Abalos viuda de Buendía, Miguel Ángel Sánchez de Armas, Andrés León Quintanar, don Alejandro Gómez Arias, Alfonso Zárate, José Luis Becerra, Javier González Rubio, Miguel Ángel Granados Chapa y Ángel Buendía Tellezgirón impulsaron la iniciativa de crear la Fundación Manuel Buendía (FMB) como Asociación Civil el 12 de septiembre de 1984.
Sin duda, dueños de convicciones y propósitos muy claros, los fundadores representaban a grupos más amplios de la sociedad mexicana comprometidos con el libre ejercicio de las libertades de expresión e información.
Un acto de amor
Así, entre los principales objetivos que asumió el naciente organismo estuvieron:
1) Promover y difundir el pensamiento y la obra de Manuel Buendía entre el gremio periodístico y las nuevas generaciones de comunicadores.
2) Estimular el análisis, el estudio y el debate en torno a los temas de la comunicación que inciden en la vida social, política y económica de nuestra sociedad.
3) Auspiciar la realización de estudios e investigaciones que contribuyan al conocimiento de la realidad nacional en materia de comunicación.
4) Apoyar la capacitación de recursos humanos en comunicación con el fin de elevar el nivel profesional de los medios informativos.
5) Pugnar por el desarrollo de una comunicación social vinculada a las mejores causas nacionales y la democracia.
6) Constituir un Fondo Editorial especializado en comunicación social y disciplinas afines, dirigido a los estudiantes en la materia.2
Al recordar emotivamente el nacimiento de la FMB, quien fuera primer vicepresidente y luego presidente y ahora es presidente honorario de la misma, Miguel Ángel Sánchez de Armas, anota:
La tarde de septiembre de 1984 en que varios amigos nos dimos cita en las oficinas del notario Soto Borja para firmar el acta constitutiva de lo que sería una Fundación en memoria de Manuel Buendía, mi ánimo era un nudo de emociones.
Recuerdo que algo había de irreal en el ambiente de esa pequeña sala mientras un abogado leía en voz alta el texto que nos comprometía a trabajar por las mejores causas de la democracia y por mantener viva la memoria de un amigo. Los ahí presentes habíamos dedicado muchas noches a la redacción de los estatutos. Cada uno quiso dejar constancia de que su aportación era producto de profunda admiración y respeto a Don Manuel, y de compromiso con el país.
Visto a la distancia, ese texto tiene mucho de idealista y quizás de ingenuidad. Pero también mucho de amor. La vida ha llevado a ese grupo de camaradas que se reunieron una lluviosa tarde de miércoles septembrino –12 del año 84– por caminos a veces paralelos, a veces opuestos. No sé qué piensen algunos de ellos ahora, pero estoy seguro de que no necesito encuestarlos para suponer que, como yo, siguen creyendo que la Fundación fue un hecho de amor. 3
Tareas y desarrollo
En su etapa inicial, la FMB operó con donativos realizados por los propios fundadores, en dinero y en especie. Destacan los casos de la señora Dolores Abalos viuda de Buendía que donó el 15% de las regalías de los libros de Manuel Buendía; la entrega del periodista don Alejandro Gómez Arias del monto obtenido por el Premio Manuel Buendía 1986; y el apoyo largo y generoso de don José Luis Becerra López, propietario de la Agencia Mexicana de Información (AMI), pues durante casi cinco años albergó a la Fundación en sus instalaciones y sufragó las suscripciones de periódicos para alimentar el Banco de Datos de la FMB.
A lo largo de dos décadas de actividades, la Fundación nunca ha estado exenta de vaivenes y reajustes en sus quehaceres debido a razones de índole financiero. No obstante sigue cumpliendo con su misión primigenia gracias al desarrollo de seis programas que han ganado cierta madurez con el transcurso de los años: Fondo Editorial, Revista Mexicana de Comunicación, Unidad de Capacitación, Unidad de Información, Unidad de Internet y Unidad de Libertad de Expresión.
Textos especializados
El Fondo Editorial nace con la FMB al editarse por temas una parte de la obra periodística de Manuel Buendía. Primero se publicó La ultraderecha en México con un tiraje de 12 mil ejemplares –cifra inusitada para los estándares nacionales– que se agotó rápidamente. También en 1984 aparecieron Los petroleros y La Santa Madre. Meses más tarde saldría una recopilación de conferencias expuestas por el columnista michoacano, que pronto se convertiría en una obra de lectura obligada en la academia: Ejercicio periodístico. En los años posteriores siguieron Los Empresarios, El Humor, Pensamiento y acción de la derecha poblana, El oficio de informar, El fútbol y la TV, así como Instantáneas del poder. De esa suerte, en sus primeros cuatro años de vida, la FMB ya había editado diez libros con las columnas de Buendía.
En adelante, el empeño divulgador se extiende a la difusión de aportaciones relevantes de periodistas y estudiosos de los medios. Para ello se planea emprender el vuelo al igual que con los primeros diez volúmenes: buscando gestionar acuerdos de coedición con universidades, organismos del Estado, organizaciones civiles y editoriales.
Un principio ha orientado la tarea editorial de la FMB: poner al alcance de estudiantes y público en general la obra de periodistas e investigadores mexicanos que por diversas razones no encuentran espacio en las editoras comerciales. 4
Entre los coeditores pueden citarse la Universidad Iberoamericana, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Colima, la Universidad Regiomontana, la Generalitat de Catalunya, la Universidad de Guadalajara y otras dependencias del gobierno federal y de los estados.
A la fecha, la Fundación Manuel Buendía ha editado más de 80 libros sobre distintos temas de comunicación social y ejercicio periodístico, entre ellos: La industria de la radio y la TV, Escenario de la prensa en el Porfiriato, Recuento de medios fronterizos, La comunicación y la cultura nacionales en los tiempos del TLC, Apuntes para una historia de la televisión mexicana, Periodismo y derechos humanos, Comunicación y globalidad, Deontología y autorregulación informativa, El derecho a la propia imagen, Esencia del Periodismo, Dimensiones de la radio pública, La radio indigenista en México, Texturas urbana: comunicación y cultura, El enjambre y las abejas, La prensa maniatada: El periodismo en Chiapas de 1827 a 1958, y Apuntes para una historia de las innovaciones tecnológicas de la radio en México.5
Dentro de este mismo Fondo se han publicado dos revistas: el Mexican Journal of Communication, anuario académico en inglés centrado en difundir los estudios e investigaciones más relevantes sobre medios de comunicación, dirigido a la comunidad internacional, y del cual sólo han aparecido tres ediciones desde 1993 por razones presupuestarias6; y la Revista Iberoamericana de Derecho de la Información, que circuló durante 1998 coeditada con la Universidad Iberoamericana y recogía ensayos de reconocidos analistas en tal materia.
RMC
Como ya se ha señalado en estas páginas, la Revista Mexicana de Comunicación (RMC) se concibió en 1988 como un espacio para reflexionar y debatir sobre el quehacer de los medios y el periodismo en México y el mundo, así como para analizar y divulgar las diversas aristas de la comunicación social, producto de la investigación académica.
Desde un principio, la RMC decide asumir un perfil que engarce teoría y práctica, que acerque a los estudiosos con los informadores, que vincule a estudiantes con profesionales del periodismo y la academia, que posibilite el enlace entre la comunidad de la comunicación y organismos afines tanto del país como de otras naciones…
En otras palabras: RMC ha pretendido estrechar los vínculos y compartir los frutos del análisis y la investigación en el ámbito de los medios masivos. Como alguna vez escribió Francisco de Jesús Aceves: la Revista Mexicana de Comunicación ha logrado derribar “las ancestrales barreras entre comunicadores y comunicólogos”.7
La RMC tiene 16 años de vida y se han publicado más de 86 números. En sus páginas se han dado cita prestigiados investigadores y profesionales de la información nacionales y extranjeros. El abanico de los temas abordados ha sido sumamente nutrido, han escrito más de 600 autores y se han publicado cerca de 1700 artículos. La Revista Mexicana de Comunicación circula bimestralmente en toda la República Mexicana y llega a más de treinta países de América, Europa y Asia. Daniel E. Jones, en un ensayo sobre revistas teóricas sobre comunicación en países latinos, ubica a la RMC entre “las revistas hispanoamericanas más significativas dedicadas al estudio de la comunicación y la cultura de masas en los últimos años”.
Con el apoyo de la Universidad de Colima, pionera en procesamiento de datos y desarrollo informático, en 1996 se empezaron a ofrecer los contenidos de las primeras 42 ediciones en un disco compacto.
Cursos y talleres
En 1991 nace la Unidad de Capacitación (UCAP) con un enfoque práctico que, lejos de competir, complementa la enseñanza universitaria, pues ofrece –de acuerdo con las necesidades detectadas o los requerimientos expresos– cursos destinados a adquirir habilidades que exige el trabajo cotidiano de los comunicadores en distintas áreas.
Así, pues, los programas de la UCAP están dirigidos a estudiantes que deseen perfeccionar sus conocimientos o adquirir habilidades en temas específicos; a profesionales en ejercicio interesados en profundizar sus conocimientos en diferentes áreas y a maestros e investigadores que deseen participar en encuentros e intercambios académicos para analizar diversas facetas de la comunicación y el periodismo.8
Esta área se desarrolla frecuentemente en concurso con otras agrupaciones profesionales o gremiales, así como con instituciones de educación superior. Cada uno de los cursos, talleres, diplomados o seminarios es impartido por profesionales de gran reconocimiento y prestigio.
Los cursos se actualizan de acuerdo con las necesidades de grupos de personas o instituciones y en diversas ocasiones se imparten en el lugar solicitante.
La UCAP tiene en cartera actualmente 18 cursos o talleres que se promueven en forma directa con las instituciones o dependencias potencialmente interesadas. Entre los cursos y talleres que se imparten están: Corrección de estilo, Estrategias de comunicación institucional, Investigación periodística en línea, Periodismo radiofónico y Locución.9
Unidad de Información
A partir de 1989, la Fundación Manuel Buendía desarrolló un programa denominado Banco de Datos en Comunicación que en un sistema computacional organizaba las informaciones sobre medios de comunicación publicadas en la prensa. Dicho banco daba servicio a usuarios –estudiantes, investigadores y periodistas, principalmente– que desearan consultas sobre temas concretos.10 Por razones financieras tal programa sufrió modificaciones en 2001 y pasó a convertirse en la Unidad de Información, que recoge las notas periodísticas sobre medios de comunicación publicadas en la prensa nacional y las procesa temáticamente para dar cuerpo al suplemento Bitácora de la Revista Mexicana de Comunicación.11 Con base en esa información se elabora también el Boletín electrónico RMC.
Esta Unidad se enriquece del valioso aporte del servicio social, pues una de sus prioridades es impulsar la participación y formación de estudiantes de comunicación o carreras afines interesados en el ejercicio periodístico.
Unidad de Internet
Desde 1996, y gracias al apoyo del Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México hasta 2001, la FMB ofrece gratuitamente en el ciberespacio gran parte de los frutos de su quehacer: desde ensayos y artículos de la RMC, pasando por libros completos en línea, hasta el suplemento Bitácora y dos foros sobre medios de comunicación, entre otros contenidos atractivos y útiles para investigadores, estudiantes, profesores y periodistas.
Adicionalmente, desde abril de 2003 la misma Unidad comenzó a ofrecer por correo electrónico e internet el Boletín electrónico RMC, recuento informativo sobre comunicación que se distribuye cada 15 días entre poco más de dos mil ciberlectores.
Desde enero de 2004, nuestro sitio (www.fun dacionbuendia.org.mx) tiene un promedio mensual de más de 30 mil visitantes.
Libertad de Expresión
Una tarea a la que la Fundación Buendía le ha destinado trabajo, tiempo y esfuerzo en forma especial lo constituyen los estudios sobre agresiones y actos inhibitorios contra periodistas y medios de comunicación en México. Desde 1990, la Revista Mexicana de Comunicación ha publicado cada año los resultados de tales análisis, que reflejan el ambiente en el que se realiza el quehacer informativo en nuestro país y se convierte en un indicador del desarrollo democrático de México en el escenario mundial. Desde 1997, cada año la FMB ha publicado, en coedición con organismos como el Centro Nacional de Comunicación Social y el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, el Recuento de daños: un acercamiento al estado de las libertades de expresión e información en México como parte de los trabajos de la Red Mexicana de Protección a Periodistas y Medios.12
Apoyo invaluable
Como la gran mayoría de las organizaciones no lucrativas dedicadas a tareas académicas, la FMB ha enfrentado situaciones críticas en materia financiera. Por ello a lo largo de sus 20 años de vida, se ha visto impelida a realizar ajustes que permitan atender los objetivos fundamentales, así como buscar fuentes de financiamiento a través de las actividades y servicios que realiza.
De esa manera, se han logrado recursos para contar con oficinas propias. Sus ingresos se aplican en la operación cotidiana y en el mantenimiento de un adecuado equipo informático. Los recursos humanos que laboran de manera permanente constituyen un equipo mínimo y se cuenta de manera externa con la colaboración de un grupo amplio de investigadores y periodistas que han hecho de la FMB un espacio cercano en el que se comparte trabajo y resultados específicos.
En tal sentido, justo es decir que si bien la operación de la Fundación Manuel Buendía se sustenta en los recursos publicitarios obtenidos por la Revista Mexicana de Comunicación, así como en los irregulares ingresos por la venta de libros, suscripciones y cursos de capacitación, lo cierto es que todos los programas desarrollados por la FMB a lo largo de las últimas dos décadas no habrían sido posible sin el esfuerzo, la dedicación y el compromiso de un numeroso grupo de colaboradores cuyo paso fue, ha sido y será sumamente valioso.
La mayor parte de ellos –que aparecen en las fotos– aunque han emprendido otros derroteros profesionales, en realidad nunca se han desligado de los propósitos y tareas Buendiísticas: siguen estando con nosotros porque a fin de cuentas la FMB ha logrado configurarse en una especie de familia o clan profesional cuyo principal motor es el aporte y el servicio a la comunidad interesada en la comunicación social.
También es menester resaltar los frutos de diversos académicos e informadores que han confiado en los programas de la Fundación para hacer públicos los resultados de sus investigaciones o textos producto de su experiencia periodística o para coadyuvar al debate, análisis y desarrollo profesional. Gracias a ellos, sin duda, el sello de la FMB se ha convertido en una garantía de calidad en el estudio de la comunicación.
Una aportación difícil de cuantificar la representa el trabajo realizado por más de 200 estudiantes que a través del servicio social, desde 1987, han podido no sólo poner en práctica su instrucción académica, sino además encontrar un espacio de capacitación y estímulo hacia el entorno periodístico.
Finalmente, no puede dejar de mencionarse que una cantidad considerable de las actividades desarrolladas por la Fundación Buendía se realizan en coordinación con otras entidades públicas, organismos privados, universidades y grupos de la sociedad civil. Así, desde septiembre de 1984 hemos contabilizado vínculos con casi 20 centros de educación superior de todo el país; alrededor de 30 ONG´s u organismos gremiales; cerca de 15 instituciones privadas; más de 10 entidades gubernamentales; unas 20 asociaciones académicas, y siete gobiernos de diferentes estados de la República.13
A 20 años de nacida, la FMB mantiene en alto sus objetivos primigenios y celebra que sus frutos sigan contribuyendo –poco o mucho: eso toca decirlo a la comunidad académica y periodística– al entendimiento, el debate, la capacitación y el estudio en torno al mundo de la comunicación y el periodismo.
Con la copa en alto, únicamente podemos concluir con las puntuales palabras de nuestro querido amigo y presidente fundador honorario de la FMB, Miguel Ángel Sánchez de Armas, quien al mirar lo construido en el transcurso de los años, asienta:
Gracias a la entrega de tantos y tantos, sólo me puedo felicitar de que la memoria de Manuel Buendía no descanse en paz como quisieron quienes jalaron el gatillo.14
NOTAS
1) Véanse Omar Raúl Martínez, Manuel Buendía en la trinchera periodística, Universidad de Xalapa y Fundación Manuel Buendía, México DF, 2000; y edición especial sobre Manuel Buendía en Revista Mexicana de Comunicación (RMC) Núm. 86, mayo-junio de 2004.
2) Ver desglose completo y textual de los fines de dicha entidad en la edición especial sobre la Fundación Manuel Buendía en RMC Núm. 36, agosto-septiembre de 1994.
3) Sánchez de Armas Miguel Ángel, “Un acto de amor”, RMC Núm. 36, agosto-septiembre de 1994, pág. 5.
4) Véase “compromiso divulgador”, RMC Núm. 36, agosto-septiembre de 1994. Pág. 13.
5) Un listado de los libros de la FMB en existencia puede consultarse en la siguiente dirección electrónica: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/fondoeditorial/indice.html
6) Para mayor información sobre el Mexican Jornal of Comunication, consulte el apartado de esta publicación en la página de la Fundación Buendía: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/mjc/indice.html
7) Ver “Quince años de Comunicación”, RMC 83, septiembre-octubre de 2003. Pág. 7.
8) Ver “El afán de estimular el desarrollo profesional”, en RMC Núm. 36, agosto-septiembre de 1994. Pág. 23.
9) Véase el apartado de la UCAP en el sitio web de la FMB. Ahí dispondrá de mayor información, así como de la carpeta de cursos y seminarios: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/capacitacion/indice.html
10) El lector interesado puede ver mayor información sobre el Banco de Datos en Comunicación en el artículo “Para no perderse en el mar de la comunicación social”, en RMC Núm. 36, agosto-septiembre de 1994. Pág. 20.
11) El suplemento Bitácora de RMC está disponible en la siguiente dirección electrónica: http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/bitacora/indice.html
12) Para tener acceso al apartado donde podrá encontrar los estudios hemerográficos y documentales sobre libertad de expresión en México durante los ultimos siete años, así como cuestiones relativas a la Red Mexicana de Protección a»Periodistas, haga clic en: http://www.mexicana decomunicacion.com.mx/Tables/FMB/libertade xpresion/indice.html
13) Entre las actividades realizadas con tales entidades, sobresalen la coedición de libros, revistas y estudios de libertad de expresión; la organización de coloquios, cursos y seminarios; la convocatoria de los concursos universitarios de periodismo; el desarrollo de proyectos en nuevas tecnologías; y el respaldo al Nuevo Premio Nacional de Periodismo Ciudadanizado desde 2002.
14) Sánchez de Armas Miguel Ángel, texto citado.