Del televidente al prosumer
Excelsior, Dinero, 20 de noviembre de 2007.
Octavio Islas
En término “sociedad de la información y el conocimiento”, suele ser considerado en Asia como característico de la visión eminentemente occidentalizada del futuro posible que podrían configurar las avanzadas tecnologías de información y comunicaciones.
En cambio el concepto “sociedad de la ubicuidad” goza de gran aceptación, pues procede de un profundo razonamiento filosófico que confiere dirección y sentido al papel que deberá observar el cambio tecnológico en la ecología cultural de las sociedades asiáticas, las cuales se han propuesto integrarse como sólido bloque económico –similar a la comunidad económica europea–, en el año 2020.
En Asia la tecnología admite un significado particularmente relevante en la visión de las naciones. Japón, por ejemplo, se ha propuesto instalarse en el imaginario de la “sociedad de la ubicuidad” en el año 2010.
La movilidad de las personas observa un papel central en el desarrollo de los sistemas de comunicaciones propios de la “sociedad de la ubicuidad”, en cuya perspectiva no hay emisores estáticos y receptores pasivos que se limiten a consumir los contenidos culturales que ofrecen los medios convencionales, en horarios determinados, por simples razones de rating.
El lema de la sociedad de la ubicuidad es “anyone, anytime, anywhere” –cualquiera, en cualquier momento, en cualquier lugar–.
La sociedad de la ubicuidad propone un nuevo actor comunicativo: el prosumer, quien en cualquier momento y desde cualquier lugar resulta capaz de producir y consumir la información que circula en Internet como a través de avanzados dispositivos digitales.
La figura de prosumer evidentemente nos obliga a actualizar los modelos de comunicación que hemos conseguido articular en el devenir histórico de la ciencias de la comunicación para explicar la comunicación masiva –la cual de acuerdo con Toffler entró en crisis desde el advenimiento de las sociedades de la Tercera Ola–.
En la sociedad de la ubicuidad el prosumer se desenvuelve simultáneamente en ambientes analógicos como en ambientes digitales, en el mundo real y en el mundo virtual.
La ubicuidad precisamente implica la capacidad de poder desenvolverse en ambos mundos. Además resulta indispensable poder desenvolverse en movimiento. El microblogging, por ejemplo, representa una perfecta expresión de la comunicación total en movimiento.
El concepto “on demand” resulta fundamental en la comprensión de la dinámica de la sociedad de la ubicuidad, como en el consumo cultural, información y entretenimiento de los “prosumers”.
Los nuevos medios digitales deberán producir contenidos relevantes para redes sociales de prosumers, reparando en la necesidad de que los contenidos resulten accesibles en todo momento y en todo lugar.
Los prosumers representan el fundamento último de las multitudes inteligentes (Rheingold).
En la sociedad de la ubicuidad, el concepto “prime time” solo admitirá sentido en el momento mismo en el cual ocurra el evento. Enseguida el evento deberá ser incorporado a la “memoria virtual” del sistema de información para poder ser consultado por cualquiera, en cualquier momento y lugar.
La radio y la televisión en Internet no podrán imponer los horarios establecidos para sus transmisiones ordinarias, y perderá todo sentido la dictadura de los ratings sobre los prosumers. Para poder sobrevivir la publicidad convencional tendrá que adaptarse a las nuevas condiciones de consumo cultural y entretenimiento de los prosumers.
Los prosumers naturalmente están dispuestos a pagar por aquellos servicios de información en línea que consideren valiosos y relevantes.
Resulta indispensable reconocer diferencias en los hábitos de consumo cultural y entretenimiento de los prosumers y los televidentes ordinarios.
En días recientes, por ejemplo, Televisa Deportes anunció la posibilidad de ver a través de su página en Internet, en cualquier momento y lugar, los partidos de futbol de las “Águilas de la América”.
Investigador del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura,
Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.
El anterior artículo debe citarse así:
Islas, Octavio, 2007: «Del televidente al prosumer«, en Excélsior,
Dinero, 20 -XI 2007.