TEXTOS DE MIGUEL ÁNGEL SáNCHEZ DE ARMAS
Juego de Ojos
Se cumplieron 75 años de la expropiación. Esta memoria tiene un nombre: Lázaro Cárdenas.
Juego de Ojos
El Gabo salió a la puerta de su casa el día de su 84vo cumpleaños y juguetonamente preguntó: “¿Por qué tanto alboroto?”
Juego de Ojos
“No hay gran hombre que no quepa en un ataúd”, dice el dicho.
Juego de Ojos
Si usted está leyendo esta entrega de Juego de ojos quiere decir que el mundo no terminó.
Juego de Ojos
Juego de ojos reanuda su presencia después de un prolongado intervalo. Aparece con un formato multitema que se antoja mejor para los tiempos.
Columnas
Escribo cuando la emoción del “súper martes” tiene humedecidos a los analistas políticos de la República (mexicana). Las televisoras que nunca han enviado ni enviarán una cámara a una elección por usos y costumbres en Oaxaca trasladaron a la crema y nata de sus comentaristas a Washington, a Chicago, a Nueva York, a Boston y a otros puntos clave de la Unión (americana) para que los tarahumaras, los tojolabales, los seris, los nahuas, los amuzgos, los huicholes, los mames y sí, también los yuppies urbanos, estuvieran al tanto de los pormenores de la contienda imperial. El miércoles las primeras planas de los diarios no hablan de otra cosa.
Columnas
Hace unos días tuve un gratísimo reencuentro con Adriana Malvido y supe que su hijo, siendo adolescente, había caído bajo el mismo hechizo y que fue de los lectores de un texto dedicado a John Ronald Reuel Tolkien que escribí alrededor del 2001. Quise entonces compartirlo de nuevo en esta etapa “memoria y nostalgia” de JdO.
Columnas
Martín Luis Guzmán pertenece a ese reducido círculo de seres que desde muy temprana edad ofrecen muestras irrefutables de inteligencia viva y extraordinaria. Originario de Chihuahua (1887), a los trece años editó en Veracruz un periódico escolar quincenal, Juventud, donde publicó un artículo sobre Víctor Hugo y otro sobre “El contrato social” de Juan Jacobo Rousseau. Esto se anota como dato curioso en su biografía, pero creo que en verdad se trata de la primera confirmación de su vocación y amor entrañable por las letras y por el periodismo.
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Su nombre completo era Arthur Ochs Sulzberger. Durante 34 años estuvo al frente del diario que su abuelo compró en 1896, y lo llevó del linotipo a la computadora y de la presencia regional a la influencia internacional.
Columnas
Erick Hobsbawm murió a una hora propicia para que los diarios del día siguiente reseñaran con amplitud su óbito; pero si las noticias llegan al más allá, dudo que el historiador se sintiera halagado con los obituarios simplones que casi sin excepción antepusieron el adjetivo “marxista” a su profesión.