15 años de Comunicación
- La RMC decide asumir un perfil tanto de teoría y práctica, que acerque a los estudiosos con los informadores, estudiantes con profesionales del periodismo y la academia.
- La Revista Mexicana de comunicación busca compartir los frutos del análisis y la investigación en el ámbito de los medios masivos.
Por Omar Raúl Martínez
Publicado originalmente en RMC 83
Desde un principio, la RMC decide asumir un perfil que engarce teoría y práctica, que acerque a los estudiosos con los informadores, que vincule a estudiantes con profesionales del periodismo y la academia, que posibilite el enlace entre la comunidad de la comunicación y organismos afines tanto del país como de otras naciones…
En otras palabras: ha pretendido estrechar los vínculos y compartir los frutos del análisis y la investigación en el ámbito de los medios masivos.
En septiembre de 1988 salió a la luz por primera vez la Revista Mexicana de Comunicación (RMC), y para celebrar su XV aniversario hoy recordamos sus orígenes que continúan orientando afanes y rumbos.
Bajo el entusiasmo e incansable impulso directivo de Miguel Ángel Sánchez de Armas, el apoyo editorial de José Luis Gutiérrez Espíndola y Héctor Gama (qepd), y el respaldo de un importante grupo de investigadores y periodistas, RMC se funda con un propósito muy claro:
Abrir un espacio periódico en donde la reflexión, el análisis y la discusión contribuyan a esclarecer el papel que juegan los medios masivos en el conjunto de la sociedad mexicana.1
Las circunstancias políticas, académicas y periodísticas de entonces hacían exigible un foro de tal naturaleza en México: desde tres lustros atrás, se presentaba una acelerada expansión de la comunicación social en materia de infraestructura, cobertura y profesionalización; un desmesurado crecimiento de los estudios superiores de comunicación al grado de que por aquellos años había 74 escuelas a nivel nacional; la presencia e incidencia de los medios aumentaba de forma irreversible e incluso ya era de hecho determinante en el desarrollo sociopolítico. Y pese a todo ello no existía una revista que diera espacio a la reflexión, el registro, el análisis y el debate en torno a los nuevos fenómenos implícitos en quehacer de los medios masivos y las nuevas tecnologías informativas, sin soslayar el necesario escrutinio al oficio periodístico a fin de fomentar el ejercicio de la autocrítica.
Dar voz y presencia a esta reflexión nueva y necesariamente plural acerca de los fenómenos de la comunicación plantea, de inmediato, el problema de una publicación que articule este esfuerzo y le dé la más amplia difusión posible.
Esta es la razón de fondo por la cual un grupo de periodistas e investigadores de la comunicación, con una reconocida trayectoria en su quehacer profesional, ha decidido emprender un esfuerzo editorial de grandes proporciones y prácticamente sin precedentes en nuestro país.2
Tales señalamientos se anotaban en un documento preparatorio para encaminar el nuevo proyecto.
La nueva publicación, pues, se propuso abordar un espacio temático que hasta entonces sólo había sido cubierto de manera parcial e intermitente. Para ello se impuso, entre otros, tres objetivos primordiales:
- Difundir los reportajes, ensayos o artículos especializados de los profesionales de los medios sobre los grandes temas en el área o acerca de aspectos coyunturales.
- Rescatar y ofrecer materiales de los investigadores para su amplia difusión con el ánimo de fomentar la permanente actualización, el intercambio y la discusión.
- Brindar un servicio informativo a la comunidad del periodismo y la academia, que precisa contar con estudios serios y documentados para profundizar en sus respectivas áreas o ampliar sus horizontes profesionales.3
- Así, desde un principio, la RMC decide asumir un perfil que engarce teoría y práctica, que acerque a los estudiosos con los informadores, que vincule a estudiantes con profesionales del periodismo y la academia, que posibilite el enlace entre la comunidad de la comunicación y organismos afines tanto del país como de otras naciones…
En otras palabras: RMC ha pretendido estrechar los vínculos y compartir los frutos del análisis y la investigación en el ámbito de los medios masivos. Como alguna vez escribió Francisco de Jesús Aceves: la Revista Mexicana de Comunicación ha logrado derribar “las ancestrales barreras entre comunicadores y comunicólogos”.4
Tres constantes
A tres lustros del despegue, podemos afirmar que RMC sigue fiel a sus afanes primigenios. Si hemos de advertir algunas otras constantes en este trayecto, tres son las de mayor relieve: la indeclinable voluntad y esfuerzo de su equipo de producción, la constante lucha por los recursos publicitarios que nos permitan la sobrevivencia, y el renovado propósito de ir registrando y analizando los caminos de la comunicación. De hecho, y a propósito de esta última tarea, gran parte de la historia reciente de los medios de comunicación en México, ha sido consignada en nuestras páginas.
De esa suerte a manera de celebración por el XV aniversario de RMC, en el presente número ofrecemos una revisión historiográfica de los medios nacionales a lo largo de estos años –que concluirá en la siguiente edición–; y agradecemos y seguimos apelando al apoyo –ahora más vital que nunca– de lectores, anunciantes, colaboradores, socios y amigos para mantener en pie este foro de expresión e intercambio.
Son muchísimas las personas a las que deberíamos agradecer por su respaldo incondicional y continuado a lo largo de estos tres lustros, y sería interminable la lista, pero a fuera de ser justos es preciso reconocer la tarea de tres personas sin cuya entrega la RMC habría sido sólo un sueño fugaz: Miguel Ángel Sánchez de Armas, director fundador; Esperanza N. Perafán, gerente; y Clara Narváez, editora. A ellos y a quienes hoy son miembros o en distintos momentos han formado parte de la Familia RMC-FMB, gracias.
Nos enorgullecemos por ser la revista de comunicación más consistente y de mayor edad en nuestro país, por tener un noble y tenaz equipo de trabajo, y por celebrar 15 años de vida con la copa en alto: ¡Salud!
Notas
1) Véase Revista Mexicana de Comunicación (RMC) Núm. 1, septiembre-octubre de 1988.
2) “Anteproyecto de una nueva revista de comunicación”. documento preparatorio para la creación de RMC. Véase RMC Núm 36, septiembre de 1994. Pp. 14-19.
3) Ibidem.
4) Véase “Las palabras errantes”, RMC Núm. 31, septiembre-octubre de 1993. Pp. 7-15.