Internet: El medio que cambió a la comunicación
- La participación de las universidades en el desarrollo de Internet en México son iniciadoras de los modernos medios de difusión.
- Internet contribuye a reconfigurar las funciones informativas de los gobiernos, de las empresas, de la industria de la información y de todo tipo de instituciones.
Por Octavio Islas/Fernando Gutiérrez
Publicado originalmente en RMC 83
Hoy son pocas las profesiones u oficios que pueden sustraerse del empleo de alguna de las herramientas de comunicación de Internet.1 La formidable expansión que ha alcanzado el medio de comunicación inteligente en el mundo contemporáneo, particularmente en los años recientes, sin duda alguna define un parteaguas en la historia de la comunicación humana.2.
En el transcurso de los últimos quince años, el mundo cambió tanto que ya nadie lo reconoce.
Alan Riding
Si bien en repetidas ocasiones la fatalidad geopolítica nos ha hecho pasar malos ratos en nuestra dolorosa historia como nación independiente, la vecindad con la llamada república imperial –calificativo que acertadamente confiere Daniel Bell a Estados Unidos–, nos permitió ser el país número uno de Iberoamérica que logró establecer el primer enlace a la red de la National Science Foundation (NSF).
De acuerdo con información publicada en el sitio WWW de NIC México,3 el primero de febrero de 1989 el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, se convirtió en la primera institución en México que consiguió articular una conexión directa con Internet.
El equipo que se conectó a la red de la NSF bajo el dominio .mx (dns.mty.itesm.mx) fue una computadora Microvax-II digital, con la dirección 131.178.1.1. El enlace se realizó por medio de una línea analógica privada de cinco hilos a 9,600 bits por segundo. Por esa razón, el Tecnológico de Monterrey dispone del primer name server para el dominio .mx.4
En febrero de 1989, el Stanford Research Institute Network Information Center (SRI-NIC), con la aprobación de Jon Postel –quien entonces estaba encargado de asignar la administración de dominios nacionales–, delegó en ese centro de estudios la responsabilidad de administrar el country code Top Level Domain .mx (ccTLC),5 así como la asignación de direcciones de IP y el mantenimiento de las bases de datos de cada recurso.
A través del Instituto de Astronomía, ubicado en la Ciudad de México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consiguió establecer su primer enlace a Internet, conformando el segundo nodo nacional. La conexión satelital que articuló a la red de la NSF tenía una velocidad de 56 Kbps, y fue establecida a través del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR), ubicado en Boulder, Colorado.
La tercera institución que logró articular un enlace a la red de la NSF fue el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. La conexión también se realizó a través del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos. Entonces, la UNAM y el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, mantenían un enlace común, por medio de la red Bitnet, a través de líneas analógicas privadas.
En el Cuadro 1 apreciamos en qué año establecieron sus primeras conexiones a la red algunos países de Iberoamérica.
Es importante destacar el hecho de que México, inclusive, consiguió anticiparse a naciones tecnológicamente más desarrolladas.
El 20 de enero de 1992 fue creada Mexnet, asociación civil que promovió la discusión de políticas, estatutos y procedimientos que podrían regular el desarrollo de la red en México. Por su medio era posible tener acceso a Internet de forma gratuita, con un ancho de banda de 56 kilobits por segundo. Del total de 45 dominios .mx que había entonces en México, 40 correspondían a instituciones académicas y cinco a empresas comerciales.
El 18 de enero de 1993, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se convirtió en la primera institución pública del país que logró establecer un enlace dedicado a Internet (satelital), a través del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, en Boulder, Colorado. Conacyt inmediatamente empezó a extender su red en el territorio nacional.
En 1993, la Universidad de las Américas comenzó a experimentar en el ambiente Web, derivándose el desarrollo de la primera página WWW de información en México. Hasta octubre de 1993, el dominio .mx no registró clasificación alguna (.gob.mx, .com.mx, etc.). Sin embargo, a partir de una reunión que se realizó en la Universidad de Monterrey, se acordó crear los subdominios .com.mx y .gob.mx, y no el subdominio .edu.mx.
Entre 1989 y 1993, las universidades operaron como únicas proveedoras de acceso a Internet en México. Hasta ese último año, su uso prácticamente estuvo restringido a aplicaciones de carácter científico y de investigación. La mayoría de usuarios de la gran red eran académicos e investigadores adscritos a las principales instituciones de educación superior del país y, por lo general, expertos en ciencias de la informática. Las principales universidades del país realizaron considerables inversiones para establecer sus enlaces dedicados a la red de la NSF, infiriendo con mayor claridad que los mismos empresarios y el gobierno, la importancia comercial, política, cultural y educativa que alcanzaría Internet en los años inmediatos.
Es posible afirmar que la participación de las universidades en el desarrollo de Internet en México admite ser considerada como un capítulo inédito en la historia de los modernos medios de difusión en nuestro país, particularmente si tenemos presente cuán incipiente ha sido la participación del sector académico en el desarrollo de las industrias de radio y televisión en México. Además, las universidades fueron las principales promotoras del desarrollo de Internet en Iberoamérica (Cuadro 2).
En 1994 fue creada RedUNAM con el fin de comercializar el servicio de conexión a Internet. RedUNAM y las redes de Conacyt y MexNet integraron la Red Nacional de Tecnología (RNT), con un enlace E1 (dos megabits por segundo). El 6 de febrero de 1995 fueron publicadas las páginas WWW del periódico La Jornada, el primer diario mexicano que fincó su presencia en Internet.
También, en ese mismo año, gracias a la plena consolidación mundial de la World Wide Web (WWW), algunas empresas mexicanas realizaron los trámites necesarios para obtener los primeros dominios .mx. PIXELnet fue la primera empresa comercial que dispuso de un servidor conectado a Internet.
Fin de la inocencia
El 10 de octubre de 1995, de acuerdo con la información publicada en el sitio WWW de NIC-México, el número de dominios destinados a fines comerciales ascendió a 100, superando por primera vez el de dominios de instituciones educativas (85). El total de dominios .mx entonces ascendía a 211.
Ese hecho definió el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de Internet en nuestro país, en el cual los proveedores de acceso y las empresas nacionales y multinacionales que incursionaron en los mercados emergentes asumieron mayor control al desplazar a las universidades.
En octubre de 1995, Jon Postel ratificó al Tecnológico de Monterrey como la instancia responsable de asignar los dominios .mx. En diciembre de ese año se anunció la creación del Centro de Información de Redes de México (Network Information Center de México o NIC-México). De acuerdo con Óscar Robles:
NIC-México se encuentra regulado por los criterios internacionales adoptados por ICANN, OMPI y OMC, así mismo tiene una estrecha relación con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para el desarrollo de sus políticas y cuenta con el apoyo de un Comité Consultivo externo, formado por expertos y pioneros de Internet en México. A partir del primero de diciembre del 2000, NIC-México formalizó un convenio con la OMPI por medio del cual el Centro de Mediación y Arbitraje de esta organización se encarga de la resolución de disputas por nombres de dominio .mx. Actualmente se cuenta con cinco panelistas mexicanos acreditados para la resolución de estas disputas. En fecha 15 de septiembre del 2000, con el fin de formalizar la relación entre Tec de Monterrey, NIC-México y el IMPI, se firmó un convenio general de colaboración por medio del cual se sentaron las bases para instrumentar la colaboración en materia de propiedad industrial a través de la formación de recursos humanos, la preparación y divulgación de materiales especializados, el apoyo para la vinculación con terceros, transferencia de tecnología y el intercambio de información y de asistencia técnica especializada en áreas de interés para ambas partes.
Guerra de tinta e Internet
En 1995 prevalecía absoluta indiferencia por el desarrollo de Internet en México en el sector público. Entonces, un amplio número de funcionarios públicos creía que el tema de Internet correspondía a la literatura de ciencia ficción. Como ejemplo del pobre interés de la administración del presidente Ernesto Zedillo por este tema, basta referir que en el llamado Programa de Desarrollo Informático, documento elaborado por la Academia Nacional de la Informática, no se reparó en la necesidad de definir acciones específicas para procurar el ordenado desarrollo de Internet en México; peor aún, ¡ni siquiera fue consignada la palabra Internet en el citado documento!
Acostumbrados a ejercer en México efectivas formas de presión sobre el desempeño informativo de los medios de difusión convencionales, los responsables de la política internacional y de la comunicación social del gobierno fueron francamente sorprendidos en un frente inédito para ellos: el de Internet.
Desde la primavera de 1994, el profesor Justin Paulson, miembro del Consejo de Estudios en Historia de la Conciencia de la Universidad de California, en Santa Cruz, California, Estados Unidos, emprendió el desarrollo de las primeras páginas electrónicas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En los meses inmediatos los simpatizantes de tal movimiento ya habían conformado una auténtica red mundial de información en línea sobre la revuelta en Chiapas.
Es posible afirmar que ¡Ya Basta! definitivamente contribuyó a fincar las bases de una generosa simpatía internacional hacia el Subcomandante Marcos y el EZLN, favoreciendo que un amplio número de comunidades virtuales adoptaran como suyas las causas y esperanzas de todo aquello que, sin duda alguna, ha sido motivo de inspiración de la reacción antiglobalifóbica mundial.
Ante la ausencia de estrategias informativas del Gobierno de la República a través de Internet, en 1995 Laura Sáinz, quien se desempeñaba como funcionaria del Consulado de México en Nueva York, decidió asumir la responsabilidad de intentar establecer una mínima presencia del Gobierno de México en el ciberespacio.
En el sitio WWW del Consulado de México en Nueva York, se difundieron algunos de los principales comunicados que emitió el Gobierno de la República durante 1995, e inclusive se publicó el Primer Informe de Gobierno del Presidente Ernesto Zedillo en Internet. La Secretaría de Relaciones Exteriores y la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República entonces no disponían de páginas electrónicas.
Durante ese mismo año y hasta el tercer trimestre de 1996, un asesor de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República, de apellido Dávila, se abrogó la facultad de publicar en Internet su muy particular versión de páginas WWW del Gobierno de México.
Por absurdo que pudiese parecer, tales páginas electrónicas se encontraban hospedadas en algún servidor que incluía en el dominio el apellido del señor Dávila. Este asesor, además, registró esas páginas en los principales motores de búsqueda del mundo, destacándolas como “sitio oficial del gobierno de los Estados Unidos Mexicanos en Internet”.
Así, durante la mayor parte de 1995 y ya avanzado 1996, el sitio espurio del Gobierno de México en Internet residió en la siguiente dirección electrónica: http://www.davila.com.mx/presid/mexico.htm. El generoso señor Dávila le concedía al Gobierno de México el privilegio de establecer su presencia institucional en Internet a través de sus páginas electrónicas personales. En ese entonces, Carlos Salomón Cámara era el responsable de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia.
El primero de septiembre de 1996 empezó a operar el Sistema Internet de la Presidencia de la República, el cual fue desarrollado por el Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, que publicó el Segundo Informe de Gobierno del Presidente Ernesto Zedillo. Al fincar su presencia institucional en el ciberespacio, la Presidencia de la República despertó el interés de otras dependencias del sector público, las cuales finalmente comprendieron la necesidad de desarrollar sus respectivos sitios WWW. De acuerdo con información de NIC-México, en octubre de 1996 el número de dominios .gob.mx ascendió a 63, cifra que representó un incremento de 525% en el periodo comprendido entre diciembre de 1995 y octubre de 1996. Sin embargo, por una desafortunada decisión política, el Sistema Internet de la Presidencia de la República fue confinado a la Dirección de Publicaciones, la cual definitivamente no admitía ser considerada como una área estratégica o siquiera relevante en el desarrollo de las tareas informativas de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República. De ese modo se negó la posibilidad de haber conformado, durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, un auténtico sistema de información en línea del gobierno de México. Para los asesores de Carlos Almada –el entonces titular de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República–, Internet no demandaba ningún tipo de atención especial por parte del gobierno de México. Así, el Sistema Internet de la Presidencia se limitó a rendir pleitesía a la figura del Presidente.
Durante 1997, los administradores de los sitios WWW de la Presidencia de la República y de la Secretaría de Gobernación decidieron ocultar toda información relativa al levantamiento armado en Chiapas. La torpe estrategia de ningunear en el ciberespacio la existencia del levantamiento armado en Chiapas tocó fondo durante los últimos días del mes de diciembre de 1997. Los lamentables acontecimientos del 22 de diciembre de ese año, en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas, donde el comando paramilitar Máscara Roja perpetró el asesinato de 45 indígenas tzotziles, expusieron la gravedad de las insuficiencias informativas del espacio electrónico de la Presidencia de México. Durante los cinco días inmediatos a la matanza de Acteal, el Sistema Internet de la Presidencia se abstuvo de publicar en Internet cualquier información relativa a tan lamentable suceso.
En cambio, apenas unos minutos después de haber ocurrido la matanza de Acteal, las páginas WWW del EZLN ya consignaban las primeras declaraciones del Subcomandante Marcos. Los simpatizantes de la causa neozapatista se dedicaron a traducir cada comunicado o boletín a otros idiomas, remitiéndolos a las salas de prensa de los principales medios informativos del mundo. El Gobierno de la República, por supuesto, jamás concibió la idea de diseñar una estrategia de información a través de Internet, y su tímida respuesta respecto a la matanza de Acteal se limitó al uso de los medios convencionales.
Durante los primeros días de 1998, la Secretaría de Gobernación emprendió el rediseño de sus páginas electrónicas, las cuales finalmente incorporaron un apartado temático dedicado a exponer en Internet la posición que asumía el gobierno del presidente Ernesto Zedillo frente al conflicto armado en Chiapas.
A partir de 1998, los sitios WWW de algunas instituciones gubernamentales fueron blanco de los ataques de grupos organizados de hackers. El 4 de febrero de 1998, X Ploit Team, un grupo de hackers orgullosamente mexicanos, reemplazó el logotipo oficial de la Secretaría de Hacienda por la imagen del carismático revolucionario Emiliano Zapata, agregando el siguiente texto:
Nuestra afiliación no es ninguna, no pertenecemos al EZLN, pero este es nuestro derecho de libre expresión como mexicanos.
Esa fue la bienvenida que recibió José Ángel Gurría, quien por esos días fue designado secretario de Hacienda, y que como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores había declarado que el levantamiento armado en Chiapas “era una guerra de tinta e Internet”.
Secuela de guerra
Los ataques del citado grupo de hackers se extendieron a los sitios WWW del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la Comisión Nacional del Agua, el Senado de la República y la Secretaría de Salud.
En declaraciones al semanario Proceso, el comunicador Miguel de Icaza restó importancia a las actividades de los hackers contra servidores WWW de instituciones gubernamentales. Icaza afirmó que no se trataba de una ciberguerrilla organizada, sino de acciones de niños que están jugando a los tecnopiratas, cuyo propósito primordial simplemente era “adquirir cierta notoriedad ante la opinión pública”.
Las intensa actividad de los hackers de ninguna manera se limitó a los sitios WWW del sector público. También fueron blanco de empresas e instituciones educativas como Bancomer, el Instituto Politécnico Nacional, varios campus del Tecnológico de Monterrey así como un amplio número de organizaciones no gubernamentales.
Internet en tiempo de elecciones
En enero de 1997, mientras empezaba a funcionar la base de datos WHOIS para el dominio .mx, los tres principales candidatos al gobierno del Distrito Federal: Alfredo del Mazo (PRI), Carlos Castillo Peraza (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) empleaban Internet como medio propagandístico en el desarrollo de sus campañas. Ese hecho, sin duda alguna, contribuyó a afirmar la importancia mundial que había alcanzado Internet en el desarrollo de campañas políticas de candidatos a puestos de elección popular.
En México, sin embargo, ignorantes de la posibilidad de desplegar una efectiva comunicación persuasiva a través del ciberespacio, los administradores de los sitios WWW de algunos de los candidatos en campaña se limitaron a descalificar al adversario. Por ejemplo, a mediados del mes de mayo de 1997, la página principal del sitio WWW del candidato Carlos Castillo Peraza desplegaba la siguiente leyenda: “Adquiere tu copia de la escritura en la que Cuauhtémoc Cárdenas, candidato competidor (SIC) del PRD, le vende un terreno del Estado de Michoacán a su familia”.
El 31 de enero de 2000, en el último año de gobierno del presidente Zedilllo, de acuerdo con información de NIC-México, el total de dominios .mx ascendía ya a 30 mil 748 y el número estimado de usuarios de Internet fluctuaba entre dos y tres millones, dependiendo de la fuente.
El carácter axial de los comicios del 2 de julio de 2000 favoreció el intenso empleo de Internet como medio propagandístico. Con una amplia autonomía respecto de los sistemas de información en línea de los candidatos Cuauhtémoc Cárdenas, Francisco Labastida y Vicente Fox, miles de simpatizantes de los candidatos realizaron un notable e ingenioso esfuerzo propagandístico en Internet, erigiéndose en efectivos emisores autónomos que llevaron al escenario del ciberespacio la contienda electoral.
En ella destacó un imaginativo sitio WWW dedicado al humor político: El C@dillo http://www.elcadillo.com.mx. Ese sitio WWW mantiene un apartado en el cual están concentrados algunos chistes sobre los entonces candidatos a la Presidencia de la República:
—Van en el mismo avión Labastida, Fox y Cárdenas.
—El avión pierde altura hasta caer en picada en miles de pedazos.
—¿Quién se salva?…
—¡México!
Ni lingotes de oroni cacahuates
Julio César Margáin y Compéan, funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del llamado gobierno del cambio y coordinador del Sistema Nacional e-México, definía así al Sistema Nacional e-México en mayo de 2001:
e-México es un proyecto integrador que busca articular los intereses de los distintos niveles de gobierno, de diversas entidades y dependencias públicas, de los operadores de las redes de telecomunicaciones, así como de muchas instituciones públicas y privadas, a fin de ampliar la cobertura de servicios de salud, educación, comercio y gobierno, así como de otros servicios a la comunidad.
El presidente Vicente Fox delegó en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes la responsabilidad de coordinar el desarrollo del Sistema e-México, el cual, de acuerdo con los primeros documentos comprendía cuatro subsistemas:
- Tecnologías e interconexión.
- Contenidos y programas.
- Marco legal y tarifario.
- Administración y gestión.
Los principales objetivos del Sistema e-México, de acuerdo con Julio César Margáin, eran los siguientes:
Reducir la brecha digital entre México y el mundo; entre el gobierno, las empresas, las familias; incrementar la penetración y cobertura de servicios como telefonía e Internet, así como servicios afines; eliminar barreras de acceso a la información, el conocimiento, los servicios y los mercados; facilitar el acceso a diversos servicios como salud, educación, comercio, y los servicios y trámites del gobierno; incorporar a las pequeñas y medianas empresas, así como a los microproductores artesanales y de diversas actividades regionales en la denominada nueva economía; eliminar cadenas de intermediarios que no agreguen valor a las actividades productivas y comerciales de las empresas; difundir nuestra riqueza pluricultural, así como los atractivos naturales y turísticos que México ofrece al mundo.
El 22 de febrero de 2001 formalmente dio inicio el Sistema e-México, con la puesta en marcha del Telecentro de la población de El Salto, Durango. En la primera etapa del Sistema e-México, el propósito era integrar los esfuerzos de diversas dependencias e instituciones públicas y privadas para “desarrollar servicios y contenidos en línea de e-Gobierno, e-Educación, e-Salud, y e-Comercio”.
De acuerdo con Julio César Margáin, e-Gobierno:
Es un medio para que todos los mexicanos, en el ámbito federal, regional, estatal y municipal puedan ejercer su derecho a estar informados y acceder a los servicios que ofrece el Estado, a través de la Mega Red del Sistema e-México. Asimismo, el Estado, a través de las diferentes instancias de gobierno, asume la obligación de garantizar el acceso de toda la población a la información, uso y aprovechamiento de los diversos servicios públicos que ofrece. Dentro de esos servicios, la población podrá realizar consultas y trámites a través de la Mega Red, como el acceso a información con respecto al ejercicio del Presupuesto de Egresos de la Federación; la declaración de impuestos, la solicitud de permisos, licencias y pasaportes, de tal manera que la terminal, el kiosco o una computadora, se convierta en una ventanilla de atención a ciudadanos, transparentando y agilizando los servicios.
El primero de agosto de 2001, F. Bartolomé, en su columna “Templo Mayor” del periódico Reforma, expresó enérgicos cuestionamientos al desarrollo del Sistema Nacional e-México:
A casi cinco meses de que se realizaron los foros de consulta sobre el programa e-México, ni quien se acuerde de los que se suponía iba a ser una gran red para celebrar transacciones con el nuevo gobierno. Las ponencias ahí están, en Internet como debe de ser, pero la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Pedro Cerisola, nomás no da luces sobre el tema. Lo preocupante del asunto es que, aun y cuando se supone que e-México sería algo así como la puerta de entrada del gobierno a la modernidad, la realidad indica que los foxistas no han encontrado al cerrajero que la abra. Porque una cosa es pretender ofrecer trámites, acceso a la información, educación y hasta servicios de salud a través de Internet y otra muy diferente que la Red de Redes sólo sirva para ser otra vía de difusión de las labores gubernamentales que actualmente ya se hace hasta el cansancio. Todavía están a tiempo los muchachos de Pedro Cerisola de no cometer el mismo error que la Contraloría con ese ciber elefante blanco llamado Compranet. O sea, basta de ciber rollos.
El miércoles 17 de abril de 2002, en Seattle, Estados Unidos, el gobierno de México y Microsoft firmaron un convenio de colaboración “para instalar dos mil 473 centros comunitarios digitales, los cuales forman parte del Sistema Nacional e-México”. Pedro Cerisola y Weber, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y Rick Belluzzo, presidente de Microsoft, firmaron el referido convenio en el marco de la Quinta Conferencia de Líderes Gubernamentales, encuentro organizado por Microsoft, al cual el presidente Vicente Fox finalmente no pudo asistir pues el Senado de la República no le permitió viajar a Estados Unidos. Fox, sin embargo, pronunció un discurso a través de una videoconferencia. Julio César Margáin afirmó que el referido convenio:
Se inscribe dentro del ambicioso y amplio proyecto de e-México con el que se busca colocar a la nación mexicana dentro de las sociedades informáticas del mundo.
En las páginas WWW del Sistema Nacional e-México no es posible consultar el convenio que Pedro Cerisola firmó con Microsoft. La información que el referido sitio WWW ofrecía en anteriores versiones era la siguiente:
México y Microsoft concretaron hoy un convenio de colaboración para desarrollar dos mil 473 centros comunitarios digitales, que integrarán el proyecto e-México, con el que se busca dar acceso a la Internet a todo el país en el 2006. El convenio fue firmado este miércoles en una reunión entre el secretario mexicano de Comunicaciones, Pedro Cerisola, y el presidente de Microsoft, Rick Belluzzo, en el marco del último día de la V Conferencia de Líderes Gubernamentales, que organiza la empresa. En el acuerdo, la compañía tecnológica –con sede en Seattle– se compromete a proporcionar gratuitamente 10 % de programas de computación (software) que utilicen las computadoras que sean instaladas en los Centros Comunitarios Digitales (CCD). Microsoft se compromete, además, a vender a precios bajo el resto de los programas y aplicaciones que el gobierno mexicano le solicite para dichos centros. La compañía tecnológica también se compromete a capacitar en el uso de sus productos a unos cuatro mil 500 operadores de los CCD de manera gratuita. La capacitación se efectuaría en el transcurso de este año en 10 puntos del país. El gobierno mexicano pretende, como parte del proyecto e-México, establecer durante el 2002, al menos un CCD en cada una de las cabeceras municipales del país, por más pequeñas y remotas que sean. La meta es, eventualmente, expandir el número de CCD o de kioskos de enlace a Internet a unos 10 mil para el 2006. Los CDD brindarán a los ciudadanos acceso a la Internet y servirán también como puntos de entrenamiento y capacitación en el uso de las nuevas tecnologías. El convenio fue firmado por Julio César Margain (SIC), coordinador del proyecto e-México, y Felipe Sánchez, director de Microsoft México, y atestiguado por Cerisola y Belluzzo. Tras la firma, Margain dijo que este convenio se inscribe dentro del ambicioso y amplio proyecto de e-México con el que se busca colocar a la nación mexicana dentro de las sociedades informáticas del mundo.25
En México, el tema de la normatividad relativa al software a emplear por el Estado representa una más de las asignaturas pendientes del llamado gobierno del cambio. A pesar de las recientes declaraciones del presidente Vicente Fox, quien ha afirmado que su gobierno dará prioridad al software desarrollado por mexicanos, tales afirmaciones hoy sólo expresan las buenas intenciones de un gobierno que frecuentemente incurre en contradicciones. Por tal motivo, el experto Miguel de Icaza afirmó:
[…] no acuñar el e-México con software libre convierte a dicho plan nacional en un rehén tecnológico de las grandes multinacionales, ya que se crea una dependencia plena en cuestiones como seguridad informática, mejoras tecnológicas y los más osados apelan a la soberanía.26
De acuerdo con Miguel de Icaza, promotor del uso de software libre en nuestro país, el gobierno de México por lo menos deberá pagar tres mil 500 millones de dólares a Microsoft por concepto de licencias y renovación de las computadoras que serán instaladas en las mil 200 bibliotecas públicas del país como parte de la iniciativa “Hacia un país de lectores”, la cual forma parte del Sistema Nacional e-México.27 De Icaza afirmó que con los millones de dólares que podrían ahorrarse por el pago de las licencias por concepto del uso del software propietario de Microsoft, el gobierno bien podría entrenar y dar empleo a toda una generación de programadores y crear una industria mexicana de software.
En el mes de junio del 2002, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) anunció la intención de abrir mil centros de alfabetización, basados en la gran red, con una inversión estimada en mil millones de pesos. En Milenio.com, Hiroshi Takahashi denunció que los mexicanos que podrían estar interesados en vender tecnología y equipo al INEA sencillamente no fueron considerados.28 De acuerdo con Takahashi, los productores mexicanos de software, hardware y equipo inmobiliario no tienen oportunidad alguna para participar en el proyecto de las Plazas Comunitarias e-México que desarrolla el INEA. El argumento que ofreció este instituto fue el siguiente:
Con fundamento en el Artículo 23, fracción I, inciso b) del Reglamento de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, y mediante el análisis de información elaborado por el instituto, se desprende que los productos nacionales no satisfacen adecuadamente las necesidades de los bienes requeridos por el INEA.29
De acuerdo con Takahashi, en el anexo I de las bases de esa licitación, la primera partida para cubrir 300 plazas comunitarias o centros de alfabetización contempla la compra de dos mil 700 computadoras para estudiantes, y 300 para los profesores. Las tres mil computadoras que solicitan son marca Apple, modelo G3. Las computadoras además deben contar con el sistema operativo Mac OS, de Apple; programas de aplicación de Microsoft Office en español; Explorer, para Internet; y software preinstalado que permita la conversión de documentos de cualquier aplicación a formato PDF. La segunda partida, para 600 centros, considera cinco mil 400 computadoras Pentium 4 para los estudiantes y 600 para los profesores. Cada una de esas computadoras debe tener el programa Windows XP Pro, en español, de Microsoft, con licencia y disco compacto. Takahashi señala que no fue estipulado la necesidad de ofrecer precios especiales para las computadoras de los estudiantes.
Por lo anterior es posible afirmar que en las computadoras que fueron solicitadas por el INEA para la creación y el equipamiento de los mil centros de alfabetización, no podrá ser utilizado software gratuito, a pesar de que ello representaría menores costos. El caso de los mil centros de alfabetización del INEA permite suponer que el gobierno del presidente Vicente Fox ha correspondido a las generosas donaciones que ha realizado Bill Gates y Microsoft tanto en favor de su gobierno como de Vamos México, proyecto personal de la señora Marta Sahagún.
Por principio de cuentas, el gobierno mexicano debería dar a conocer el convenio que celebró el miércoles 17 de abril de 2002, en Seattle, Estados Unidos, con Microsoft. Tal situación definitivamente permitiría disipar algunas de las dudas y cuestionamientos que resultan tan incómodas para algunos de los altos funcionarios.
Internet en México
De acuerdo con los resultados que arrojó la investigación “Panorama de los usuarios de Internet en México”, realizada por Fabiola Cruz y José Garcés, investigadores de Select México para la Asociación Mexicana de la Industria Publicitaria y Comercial en Internet (AMIPCI), en el 2003 más de 10 millones de personas utilizan Internet en México por lo menos tres días de la semana; 60% de los cibernautas mexicanos se conecta a Internet desde el hogar; 50% son mujeres; y en el Valle de México se presenta la más elevada concentración de usuarios de Internet (42%).
Una de las más significativas constantes en el desarrollo de Internet radica en la formidable capacidad histórica que ha demostrado para ser transformado por los usuarios. Cada año se desarrollan nuevas herramientas de comunicaciones en Internet, las cuales introducen imaginativas prácticas comunicativas. La innovación es permanente, y los alcances de Internet definitivamente resultan insospechables.
Internet contribuye a reconfigurar las funciones informativas de los gobiernos, de las empresas, de la industria de la información en su conjunto y de todo tipo de instituciones, inclusive las dedicadas a la cultura y a la educación. Además, cada nueva aplicación de Internet definitivamente contribuye a extender la acentuada convergencia tecnológica que comprende a la industria de la informática, los medios de difusión colectiva, las telecomunicaciones, la industria de la electrónica de consumo doméstico, la multimedia, la realidad virtual, la robótica, la industria del entretenimiento, entre otras. Cada día se acentúa más la estrecha interdependencia que observan esas industrias, y a pesar del titubeante desarrollo de la llamada economía Web, la convergencia digital es irreversible.
Los dramáticos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 obstruyen el tránsito hacia la sociedad de la información. Estados Unidos ha apostado a los negocios de la guerra y el petróleo y el desarrollo de las tecnologías de información resiente pronunciada desaceleración.
Por último: es curioso advertir cómo algunos de los comunicólogos mexicanos que ayer le negaban el estatuto de medio de comunicación a Internet, hoy se presentan como expertos en el tema de la sociedad de la información. Internet también los ha transformado.
Notas
1) Internet es la colección de redes de computadoras más grande del mundo; opera bajo el protocolo de comunicación TCP/IP. La definición técnica de Vinton Cerf –uno de sus creadores–, es: un sistema de protocolos de comunicación para el intercambio de información entre redes de computadoras de distintas clases, a través de paquetes conmutados. La palabra Internet se desprende de la abreviatura de los términos Interconnected y Networks, ello significa: redes interconectadas o red de redes. Véase Leiner, Cerf, Clark, Kahn, Kleinrock, Lynch, Postel, Roberts y Wolff: A Brief History of the Internet, disponible en línea en: http://www.isoc.org/internet/history/brief.shtml. Fecha de consulta: 15 de agosto de 2003.
2) Véase: Ernesto Villanueva, “Límites jurídicos de la libertad informativa en la red de redes”, en El Nacional, Suplemento Medios, núm. 3, p. IV, 12 de abril de 1988.
3) La dirección WWW de NIC México es: http://www.nic.mx.
4) En 1986 el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, ya recibía, por medio de líneas conmutadas, la información electrónica que circulaba a través de la red BITNET. En el mes de octubre de 1986, la Universidad Nacional Autónoma de México estableció un enlace a esa misma red de información electrónica.
5) Código de dos letras que es asignado a cada país http conforme al ISO 3166. Véase el sitio WWW de NIC México http://www.nic.mx. Fecha de consulta: 16 de agosto de 2003.
6) Véase http://www.lactld.org. Fecha de consulta: 9 de agosto de 2003.
7) La primera dirección Web del periódico La Jornada fue la siguiente: http://serpiente.dgsca.
unam.mx/jornada. Expertos de la UNAM asesoraron al periódico El Universal, el cual fue el segundo diario nacional que publicó en Internet sus páginas WWW.
8) A principios de la década de 1990, el científico inglés Tim Berners-Lee desarrolló un nuevo sistema de hipertexto en el Laboratorio de Física de Partículas (CERN). Ese sistema hoy es conocido como la World Wide Web (WWW). La creación de la WWW se desprendió de necesidades muy modestas. Berners-Lee sencillamente pretendía integrar su agenda, índice telefónico y diversos documentos personales en una misma aplicación. Un programa desarrollado en 1980 por Berners-Lee se convirtió en la base técnica de la WWW, la herramienta de comunicaciones que definitivamente revolucionó Internet. Las evidentes cualidades de la WWW desplazaron al Gopher, aplicación que por esas mismas fechas habían desarrollado estudiantes y académicos de la Universidad de Minessotta, Estados Unidos. Tim Berners-Lee actualmente dirige el Web Consortium, organismo encargado de establecer nuevas especificaciones sobre esta importante herramienta de Internet. Véase Web Consortium, disponible en: http://www.w3.org.
9) Véase O. Robles, Recomendaciones a las conclusiones establecidas en los numerales 8, 10, 11 y 12 del Foro Avances en la Legislación en Materia de Comercio Electrónico, referente a los nombres de dominio y a las Propuestas Legislativas Relativas a Nombres de Dominio, presentadas por el Grupo GILCE”, 5 de noviembre de 2001.
10) La relación de organismos internacionales que propagan la información que publica ¡Ya basta! puede ser consultado en: http://www.ezln.org/links.htm.
11) José Luis Oliva Posada, en el número 4 de la revista Gobierno Digital, correspondiente al mes de agosto de 1996, fue uno de los pocos periodistas que advirtieron la ridícula situación de las espurias páginas WWW de la Presidencia de la República, las cuales estaban hospedadas en el sitio personal del señor Dávila.
12) Así se refirió el periodista Juan Luis Oliva Posada a las primeras páginas WWW de la Presidencia de la República: “Dicho sitio [www.presidencia.gob.mx] es sin duda alguna la mejor opción en el ciberespacio para encontrar información sobre México, incluso, sin exagerar se trata de la mejor página de gobierno alguno a nivel mundial. Con tecnología de vanguardia, diseño muy cuidado, taxonomía excelente y desempeño de alta calidad, la dirección citada cubre un enorme hueco, sin duda alguna urgente de la presencia de México en Internet. Sigue resultando curioso que el esfuerzo de esta página no se haya mencionado en el informe, pues en ella se encuentra la versión más amplia del propio documento. Con puntos y comas, la citada versión permite en forma muy limpia, a cualquier ciudadano, examinar con detalle el más importante testigo del avance de la nación bajo la óptica del gobierno. Difícilmente se podría encontrar una acción del gobierno que impulsara más la soberanía, la democracia y el desarrollo que esta disponibilidad de información; entonces ¿por qué no mencionarlo?” Véase: José Luis Oliva Posada: “Segundo informe de gobierno”, en Gobierno Digital, número 6, octubre de 1996.
13) Respecto al anárquico desarrollo de los sitios WWW del sector público, vale la pena referir los siguientes ejemplos: en 1996 las páginas WWW de la Secretaría de Marina residían en un servidor de Topilli SA de CV, empresa que entonces vendía servicios y productos de seguridad corporativa; la Secretaría de Energía alojaba su página electrónica en la siguiente dirección [http://www.access.digex.net/~ermine/se.htm]; CompraNet no disponía de un dominio propio y sus páginas residían en un servidor de RTN: [http://www.rtn.net.mx/compranet]; la Comisión Nacional de Derechos Humanos también hospedaba sus páginas en un servidor de RTN [http://www.rtn.net.mx/cndh]; las páginas electrónicas de Infonavit se encontraban en [http://www.basic.attis.com.mx/nfonavit.infona.mx]; las páginas WWW de la Comisión Nacional de Población (CONAPO) residían en un servidor de la UNAM [http://www.serpiente.dgsca.UNAM.
mx/conapo]; las páginas WWW de la Secretaría de Salud residían en [http://148.246.247.112/]; las páginas WWW de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se localizaban en [http://200.33.234.29/noie/default.htm]; la Secretaría de Gobernación publicó sus primeras páginas WWW en febrero de 1998 en la siguiente dirección: [http://www.quicklink.com/mexico/gober.htm].
14) Miguel de la Vega: “Lagunas legislativas restan seguridad a Internet; las páginas del gobierno son invadidas por hackers, Proceso, núm. 1133, 19 de julio de 1998.
15) Noam Chomsky y David Barsamian: Secretos, mentiras y democracia. Entrevista a Noam Chomsky por David Barsamian, Siglo XXI, México, 1997.
16) Véase: http://www.elcadillo.com.mx/ago14/esp/chistes.html. Fecha de consulta: 16 de agosto de 2003.
17) Julio César Margáin y Compeán: “Sistema e-México: Convergencia Tecnológica con Equidad”, en Mercado de Valores, mayo 2001, p. 3.
18) Ibidem, p.11.
19) Ibidem, p.12.
20) Ibidem.
21) F. Bartolomé, “Templo Mayor”, en Reforma, 1 de agosto, 2001, p. 22.
22) Microsoft recientemente adquirió 7% de las acciones de Televisa.
23) En las páginas WWW del Sistema Nacional e-México que estaban vigentes en abril de 2002 no se ofrecía explicación alguna del por qué el presidente Vicente Fox no pudo realizar ese viaje a Estados Unidos.
24) La cabeza que publicó El Universal en la sección de Finanzas el 18 de abril de 2002 resultó elocuente: “Microsoft, al rescate de e-México”.
25) En: http://www.emexico.gob.mx/index.php
?7&backPID=7&swords=Convenio%20con%
20Microsoft%20&tt_news=93. Fecha de consulta: 15 de octubre de 2002.
26) Citado por J. Ojeda, en: “e-México, rehén tecnológico”, InternetWorld, disponible en línea en: http://www.internetworld.com.mx/prensa/2001/septiembre/esmas.htm. Fecha de consulta: 10 de octubre de 2002.
27) Véase M. Mandujano, “Puede México adoptar el software libre: Miguel de Icaza”. Infochannel Online. Disponible en línea en: http://www.infochannel.com.mx/raton.asp?id_
nota=3460. Fecha de consulta: 12 de noviembre de 2002.
28) Hiroshi Takahashi: “El proyecto e-México, sin mexicanos”, en Milenio.com, disponible en línea en: http://www.milenio.com/mexico/nota.asp?id=12187. Fecha de consulta: 12 de noviembre de 2002.
29) Ibidem.