Semana plomiza
Lapidiarium
Omar Raúl Martínez
Lunes 25 de junio
Leo en La Jornada de hoy que, de acuerdo con fuentes oficiales, es muy poco probable que las indagaciones de la Suprema Corte lleven al señalamiento pleno de responsabilidades en el caso Lydia Cacho.
Durante el sexenio zedillista, el máximo tribunal realizó una investigación similar –prevista en el Artículo 97 constitucional– que originó la destitución del entonces gobernador guerrense Rubén Figueroa Alcocer por la matanza de Aguas Blancas. De manera que en casos precedentes como el citado, los ministros han ido hasta el fondo. Las suspicacias no se harán esperar si ahora actúan en sentido opuesto.
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Por la tarde asisto a una de las mesas de trabajo sobre promoción de la diversidad cultural, organizadas por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, cuyo fin es delinear propuestas para la definición de políticas públicas en la materia. Este lunes el tema central es educación y comunicación. Uno de los participantes habla sobre la creación de un código de ética en Canal 22 y de las complejidades y dilemas que ello implica. Pienso que la iniciativa de impulsar un código deontológico es muy loable por el interés subyacente de escuchar y tomar en cuenta las opiniones, críticas y sugerencias de los televidentes. En México sería una afortunada novedad habida cuenta el lamentable descuido o soslayo de los medios electrónicos por la voz del público en torno a sus contenidos. Significaría una ventana de oportunidad para la retroalimentación. Pero si realmente se busca eficacia, sería deseable establecer mecanismos claros de autorregulación a fin de dar seguimiento y fiabilidad a lo planteado por la gente. En otras palabras: un código de ética sólo puede rendir frutos si se procura su respeto mediante una instancia designada para ello, que recoja y haga valer fielmente los intereses de los públicos, que permita la interlocución con los mismos, y que actúe de cara a la sociedad.
Martes 26 de junio
Escucho en la radio lo que tristemente se preveía: la Suprema Corte aplaza indefinidamente su decisión en el caso Lydia Cacho. Después de un acalorado debate, los jueces acuerdan que antes de tomar una decisión deben precisarse reglas especificas para proceder en este tipo de investigaciones. Si bien el ministro Silva Meza ofreció pruebas de la confabulación entre los gobiernos de Puebla y Quintana Roo para violar las garantías individuales de Cacho, con lo que se transgredieron los principios de federalismo y división de poderes, el máximo tribunal del país optó por congelar su última palabra. Se envía una señal preocupante para quienes se atreven a indagar, cuestionar y denunciar los actuares más execrables de los poderes formales e informales.
Miércoles 27 de junio
En El Universal on line se lee: “Alarma a OEA vulnerabilidad de periodistas ante el narco”. Ninguna novedad. Indefensión e impunidad es la marca hoy en nuestro país; y autocensura, la ruta, ante la llamada ética del miedo. El crimen organizado ahora ya no únicamente amenaza por la difusión de sus propios actos, sino que también empieza a amaga cuando omiten los del cártel contrario.
Frente a ello, en efecto, priva el silenciamiento, la inacción o la incapacidad de las autoridades judiciales.
¿Qué hacer…?
Jueves 28 de junio
Desde muy temprano vuelo rumbo a San Luis Potosí para impartir un curso titulado Periodismo y sociedad, que organiza la Coordinación de Comunicación del Congreso Potosino. Más de 30 reporteros y editores aceptan la invitación a reflexionar sin ambages sobre su oficio. En un principio se notan cautos y hasta cierto punto recelosos. Pero a medida que ciertas preguntas “provocadoras” ganan terreno, las cortinas de la confianza se empiezan a descorrer. Se profundiza en aguas movedizas: el sentido de hacer periodismo, las responsabilidades del reportero frente a la gente, las entretelas con el poder, las condiciones laborales, la postura de los empresarios mediáticos…
Por momentos salen a flote sentimientos de hastío y desaliento hacía su quehacer, pero ante todo resalta su disposición para intercambiar y conocer impresiones diversas. Es una sesión participativa e intensa porque muy pocos quieren dejar ir la oportunidad de hablar sobre lo que sienten y piensan de su actividad periodística. Para ilustrar los mejores caminos del periodismo, retomo palabras e ideas de Javier Darío Restrepo, Manuel Buendía y Ryszard Kapuscinski. Asimismo les entrego ejemplares de la Revista Mexicana de Comunicación. A lo largo de este encuentro, se refrenda la necesidad de repensar y escudriñar de frente las dinámicas, los resultados y las prospectivas de nuestro quehacer informativo. Sólo así podremos ir abriendo nuevas ventanas con vientos menos terregosos y mas venturosos.
Viernes 29 de junio
A mediodía veo en El Universal on line una noticia lamentable para la radio y el periodismo mexicano: José Gutiérrez Vivó anuncia el fin del noticiario Monitor. El conductor se despidió de su público aduciendo una presión económica impuesta por el gobierno federal. Los fondos “no llegan, y no llegan porque hay indicaciones de que no lleguen”, dijo.
Gutiérrez Vivó sin duda ha significado un referente central para los medios informativos de nuestro país. De hecho fue él quien empezó a perfilar un auténtico periodismo radiofónico. Antes del nacimiento de Monitor sólo se estilaba reproducir las notas de la prensa. En sus espacios se inauguraron los debates entre actores políticos. Justo es reconocer que fue el único proyecto de comunicación que se preocupó de manera sistemática por brindar un servicio a sus audiencias, desde luego, en relación con las autoridades responsables.
Por todo esto lamento mucho el cierre de Monitor. Sin embargo considero que sólo concluye un ciclo para Vivó. Casi estoy cierto de que abrirá una renovada trinchera informativa.
Sábado 30 de junio
La primera plana de La Jornada es implacable: «Revienta boicot a Monitor«. En su balazo complementa: “Falta de publicidad obliga al cierre”. Ese periódico expone que la empresa de Gutiérrez Vivó afronta una crisis financiera “alimentada” por Fox y Calderón, y que el darle espacio a AMLO fue el inicio de su demolición.
Pienso que una versión insoslayable es la que publica La Jornada. Pero ello quizás se conjugó con otras circunstancias. Para nadie es un secreto que el aparato gubernamental tienda a sofisticar sus instrumentos de coerción. Y la publicidad oficial es hoy un recurso habitual. Desde hace más de tres años Monitor abrió sus micrófonos a Andrés Manuel López Obrador y lo siguió haciendo de manera invariable durante la campaña electoral, al igual que a los otros candidatos presidenciales. Tal disposición y apertura informativa se mantuvo incluso a lo largo del conflicto postelectoral y el plantón y marchas convocadas por AMLO. En los primeros días del gobierno calderonista, el propio José Gutiérrez Vivó hizo público que gente cercana al Presidente le hizo saber que aguardarían su comportamiento periodístico para definir la postura del nuevo gobierno frente a Monitor. Esa relación tirante con el poder hizo lo suyo. Asimismo desde mediados del año pasado comenzó a advertirse una paulatina ausencia publicitaria de la iniciativa privada. Era extraño que, teniendo uno de los ratings más envidiables de México, los anunciantes prefirieran otras emisoras o cadenas. La hipótesis de que hubo “linea” o tal vez un “acuerdo” entre algunos empresarios por desinflar a dicho proyecto periodístico, queda allí. Pero tampoco pueden descartarse ineficiencias en la gestión empresarial, generadas por la personalidad de Gutiérrez Vivó en su tránsito de periodista a empresario. Lo más evidente de todo fue que, poco a poco, el noticiario Monitor se vio orillado a fenecer por la falta de inyección financiera.
Independientemente de los motivos, se baja la cortina a un espacio periodístico que procuró la pluralidad política, el servicio social y la crítica hacia los distintos actores sociopolíticos. La libertad de expresión sale perdiendo.
Domingo 1º de julio
Una triste semana: la Corte posterga su decisión en el caso Lydia Cacho; la OEA reconoce la situación de vulnerabilidad del periodismo frente al narco, y el principal noticiario radiofónico se ve obligado a cerrar por asfixia publicitaria.
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Comencé a leer el libro más reciente de don Julio Scherer García, La terca memoria. Desde las primeras páginas percibo a un reportero que recurre a sus reminiscencias personales para ofrecer cuadros de sumo interés para la vida pública. Ya habrá oportunidad de comentarlo.
Director de la Revista Mexicana de Comunicación, presidente de la Fundación
Manuel Buendía y profesor de periodismo de la FES Acatlán de la UNAM.
Correo electrónico: lapidiarium@yahoo.com.mx
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el artículo anterior:
Martínez Sánchez , Omar Raúl, 2007: «Semana plomiza»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio.
Fecha de consulta: 4 de julio de 2007.