Diagnóstico y prospectiva de las carreras de comunicación en México
Guillermina Baena Paz
En los últimos años, se han presentado cambios rápidos y muchos de ellos se han constituido en drásticos parteaguas de paradigmas que habían tenido vigencia durante mucho tiempo. Los mismos paradigmas científicos, los cambios radicales en las formas de enseñar y de aprender, los estudios sobre el cerebro, las profundas transformaciones provocadas por las nuevas tecnologías cuyos efectos no han sido estudiados y ya están presentes y la complejidad de los problemas entrelazados en estructuras sistémicas hacen más difícil su comprensión y, por ende, su explicación.
Más aún: la humanidad se encuentra atrapada por la inmediatez, el utilitarismo y el pensamiento pragmático donde las regiones más desprotegidas sólo pueden ver un destino manifiesto, generalmente catastrófico.
Se nos presenta como urgente el tener la posibilidad de diferentes modos de ver la realidad, de resistirnos a repetir una profecía que se autocumple.
Este nuevo panorama representa una multiplicidad de retos nunca antes abordados en las ciencias sociales, con más razón cuando a partir de la mitad del siglo pasado empezó a cambiar la visión de la ciencia hacia estrategias que implicaran acciones que impactaran en la transformación de la sociedad.
Más allá de los resultados publicables de un trabajo de investigación, se encuentra el impacto que el mismo tenga sobre el acontecer actual.
La globalización, las nuevas tecnologías, las desigualdades sociales creadas por el modelo económico y los desafíos que presenta la acción política: todos son temas que competen, pero principalmente comprometen, a nuestra carrera.
A nivel local, el panorama se ha complicado todavía más ante una política que se ha traducido en escándalos –reportada por los medios de comunicación–, nuevos actores políticos y una sociedad desamparada que ha visto golpeada su credibilidad y sus esperanzas, inmersa en un pensamiento global.
Si todo ello compete a la carrera de comunicación, necesitamos preparar profesionales que le den un nuevo sentido y significado a su comunidad, caracterizados por una ética profesional a toda prueba, la honestidad como signo de la transparencia, la claridad en el rumbo y la capacidad como guía.
Todo ello plantea la necesidad de una renovada formación de profesionales, de científicos de la comunicación fogueados en el conocimiento de su entorno, en el debate colectivo, de alto nivel académico para que se dé el clima de tranquilidad necesario para penetrar en estos nuevos horizontes.
Diagnóstico
Desde la década de los ochenta en que aumentó drásticamente la matrícula y la Comunicación se volvió una carrera de moda, los escenarios de la misma han sido poco gratos: más bien diríamos que empiezan a ser catastróficos.
No hay empleos suficientes. Hay falta de personal preparado en áreas muy concretas que se requieren como guionistas didácticos infantiles, expertos en medio ambiente que contribuyan a generar una cultura ecológica, líderes de opinión capaces de ser símbolos: líderes espirituales de la identidad de un pueblo.
Se presenta un aumento alarmante de egresados que empiezan a trabajar de lo que pueden, menos en algún ámbito de su carrera. Persiste un panorama nacional de libertad inédita que los medios no están sabiendo resolver; un escenario mundial donde urge un profesional de la comunicación que maneje nuevas tecnologías pero que sepa de sus riesgos y alerte de ellos: un profesional que todavía no se ha formado para las necesidades de estos tiempos.
El estado de las carreras de Comunicación en México tiene muchas constantes, entre las cuales están las siguientes:
1) Planes de estudio desfasados que no pueden ir al ritmo del desarrollo de las comunicaciones y las nuevas tecnologías.
2) Improvisación de profesores que tampoco se actualizan o no quieren o no pueden o no saben cómo.
3) Falta de especialización y preparación más sólida de profesores y alumnos.
4) Egresados sin trabajo en su carrera por estar saturado el mercado.
5) Se continúan dando las especializaciones tradicionales con la ausencia de nuevas ofertas: medios impresos, electrónicos, publicidad, comunicación organizacional, las incomprendidas relaciones Públicas, y sin solidez muchas veces áreas multidisciplinarias como la comunicación política o educativa.
6) Falta de una formación de científico social que le permita entrar en campos de trabajo donde se requiera el análisis o la conducción de programas noticiosos como comentaristas.
7) Multiplicación de escuelas de comunicación desde la década de los ochenta: se cuentan 240 hasta la fecha.
8) Muchos planes parecidos al de la UNAM, al que usan de modelo.
9) Carencia de modelos curriculares expresamente elaborados para cada carrera y para cada zona. Se da el caso de abrir carreras por estar de moda, o abrirla copiando el Plan de la UNAM.
10) Falta de oportunidades laborales por insuficiente preparación.
11) Carencia en la formación de nuevas tecnologías, de especializaciones y de posgrados.
12) Falta de intercambios nacionales e internacionales.
13) No son suficientes los esfuerzos del Coneicc, la Amic y la FELAFACS.
14) Comunicadores incomunicados.
15) Falta de visión de los Planes de Estudio.
16) Deficiencias de los alumnos por causa del sistema educativo: ortografía, redacción, cultura general, vicios de expresión.
La misión y la visión: los ocho puntos cardinales
1. La carrera que queremos. El nuevo siglo nos sorprende con una libertad inédita de expresión y múltiples problemas derivados de la acción de los medios que han cambiado su postura a la de actores políticos. En ese escenario toda institución educativa debe ejercer su liderazgo social y su autoridad moral.
2. Dimensiones de la carrera. Resulta necesario el fortalecimiento de la licenciatura escolarizada y abierta con la investigación y la academia hasta la apertura de nuevas opciones y oportunidades en el posgrado, e incluso la educación continua, así como cimentar la educación a distancia on line y off line.
3. Vinculación y compromiso sociales: son la esencia de la Carrera, y su materia de estudio es la interacción social. Por ello, la vinculación social es parte fundamental de su labor y compromiso.
4. Alumnos: el centro del proceso. Considerar la atención al perfil real de ingreso, el apoyo hacia una sólida e integral formación, así como la aplicación de Planes de estudio competitivos.
5. Docentes: el dínamo del proceso. Fortalecer la planta docente con programas de superación, con un sistema de actualización permanente y con estímulos diversos que le den sentido de pertenencia a esta comunidad. Una profunda revisión a los Planes de estudio y a la estructura académica son complemento a este aspecto.
6. Administración: canales de apoyo. Desde la dirección hasta el puesto menor en la escala administrativa, todos los cargos son importantes y deben trabajar como un engranaje perfecto que apoye las tareas sustantivas de la institución.
7. Comunicación: los nervios del gobierno. Sin un sistema de comunicación eficaz que permita los fluidos de ida y vuelta, se reducen los espacios para escucharnos y expresarnos, así como para tener la confianza en los distintos niveles de autoridad. Los comunicadores han de estar comunicados: predicar con el ejemplo.
8. La construcción del futuro deseado: planeación prospectiva y evaluación continua. En este sistema-mundo complejo, el escenario tendencial es el que menos se cumple. La institución tiene que hacer un ejercicio prospectivo permanente que le permita construir los futuros posibles y construir, entre ellos, el mejor para la carrera. De igual manera, se precisa estar atentos a la prevención de conflictos para garantizar la paz y la estabilidad que permitan un trabajo académico de alto nivel.
Diseño y evaluación curricular
Todo plan de estudios ha de corresponder a una metodología para su diseño que contemple en términos generales lo siguiente:
DIAGNOSTICAR——PLANEAR——ACTUAR (sistema de actualización docente y convenios )——-EVALUAR (verificar)——–REDISEÑAR.
En todo diseño curricular es fundamental tomar en cuenta los siguientes aspectos:
a) Un sistema permanente que garantice la actualización continua de profesores.
b) Un porcentaje equivalente al 20% mínimo de flexibilidad para actualizar los Planes.
c) Evaluación curricular por cada generación.
Contenidos
Son cuatro las áreas importantes:
a) área de teoría (para el dominio de la disciplina),
b) área técnica (para el desarrollo de habilidades y destrezas propias de la profesión),
c) área de análisis (para tener una sólida formación de científico social que facilite la capacidad de analizar y comprender los problemas complejos en las estructuras sistémicas),
d) área metodológica (que sistematice y dote de métodos y técnicas generales y especializados al profesional para organizar sus conocimientos y su disciplina).
Se propone un sistema modular, donde cada semestre pueda verse un avance en los conocimientos técnicos y en la formación. Es indispensable el apoyo de un equipo de profesores que asesoren puntualmente los proyectos. Así, por ejemplo, los creadores de una revista verán de manera simultánea cómo se recaba la información, cómo se redacta en diferentes géneros periodísticos, cómo se diseña, cómo se administra, cómo se edita, cómo se distribuye y cómo se presenta al público y a los profesionales del ramo. Para ello, los profesores se vuelven asesores del proceso.
En un mundo conocido como la era de la información, una carrera como la nuestra se ve desfasada muy rápidamente: los conocimientos se vuelven obsoletos a gran velocidad. Por tanto, el profesional debe actualizarse todo el tiempo.
Una buena planeación curricular, por otra parte, debería abarcar la posibilidad de la formación integradora (licenciatura, especialización, maestría, doctorado, educación continua) en un proyecto que implique acumulación de créditos; por ejemplo, con créditos de la especialización se podría hacer la tesis de la licenciatura; la especialización podría representar la mitad de estudios de la maestría; y la maestría, a su vez, la mitad de créditos del doctorado.
La educación continua sería una manera de ofrecer actualizaciones y especializaciones mediante diplomados, cursos, programa de eventos quincenales para la formación e información cultural o seminarios permanentes de estudios. También se pueden ofrecer salidas rápidas a los estudiantes de licenciatura para elaborar su tesis a través de diplomados que se ofrecerían para la educación continua, así como cursos especiales.
Las formas de salida de la educación continua serían, por ejemplo, el sistema abierto, la educación a distancia, y los convenios e intercambios por teleconferencias, videoconferencias o a través de cámaras web por internet.
Tesis
Mientras no cambie el actual sistema educativo, la tesis sigue siendo la mejor manera como el alumno madure profesionalmente y aprenda diseñar y defender sus ideas.
Aumentar las opciones de titulación es resolver la eficiencia terminal de la institución y no el problema de la formación de los alumnos. No confundamos causas con efectos.
La escuela debe abandonar el castillo de la pureza que la mantiene alejada de la realidad y vincularse con la sociedad, con el campo profesional mediante un Plan de estudios que programe prácticas profesionales Así, la tesis irá adquiriendo el sentido de informe profesional de los problemas que el profesional ha resuelto con su vinculación a la realidad social.
Soluciones Integradoras
La búsqueda de soluciones integradoras donde se den varias respuestas a un número igual de demandas o problemas deberá ser la tendencia. Por ejemplo:
Para los alumnos:
–Elaborar convenios con instituciones del sector social para que los jóvenes puedan ir un semestre a practicar a un medio, una agencia o una institución pública o privada. El proyecto deberá contemplar el paso del estudiante por todos los procesos de la institución o empresa. Con ello:
a) Adquirirá conocimientos actualizados sobre la situación real de una empresa o institución.
b) Tendrá posibilidades de iniciar su currículum, requisito básico que piden las empresas.
c) Podrá hacer su servicio social.
d) Tendrá material para elaborar su tesis.
e) Asesorado por sus profesores, podrá mejorar su calidad en la formación y aprenderá a investigar sobre el campo mismo.
Para los maestros y la institución:
a) Elaborar convenios para investigar, apoyados económicamente por instituciones o empresas.
b) Oportunidad de trabajar con un grupo de estudiantes de manera más cercana.
c) Enseñarlos a investigar sobre problemas reales.
d) Obtener conocimientos nuevos y practicar la resolución de problemas.
e) Tener la posibilidad de ganar un poco más que el sueldo.
f) Una parte de esos honorarios serían para la institución educativa.
g) La institución gana en prestigio.
La urgencia de la especialización
El comunicólogo debe tener la dualidad de la cosmovisión de su carrera y la especialización en alguna área. Las áreas tradicionales corresponden a la formación obligatoria del comunicador, por lo cual no se pueden manejar las partes como si fueran el todo, y en particular en un momento de definición de nuevos géneros periodísticos y nuevas formas de hacer periodismo.
Replantear las áreas de la formación llevaría a entrar en esferas complejas donde están la política, la educación, la salud, el urbanismo, el campo, la ciencia, la tecnología, el arte, el medio ambiente, el ciberespacio, los niños, las mujeres, los marginados, los grupos de riesgo, los adictos, etcétera.
La atención a estas áreas tendrá inmediato sentido cuando todos asumamos nuestra responsabilidad y enfrentemos la problemática que nos obliga a entrar en la multidisciplinariedad y en la construcción de la transdisciplinareidad. No estamos solos en el mundo: tenemos que evitar la arteroescleriosis disciplinaria que no nos permite avanzar más allá de nuestra parcela de conocimiento a veces meramente tecnológica, y técnica en el peor de los casos.
Los retos que tenemos, además de ser muchos, son urgentes, pero si podemos ver más allá de donde ven nuestros ojos lo lograremos. ¿O acaso seguiremos manejando hacia delante con los ojos puestos en el espejo retrovisor, como decía Mc Luhan?
La situación que enfrentamos es difícil, pero más será la que enfrentaremos si no empezamos ahora a construir futuros. Estamos a tiempo para encontrar un mejor destino. Ante la visión unilateral del catastrofismo, están las múltiples posibilidades de ver otras opciones. Requerimos profesionales con nuevas ópticas y una profunda responsabilidad social. En esa tarea estamos todos involucrados.
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citarse el anterior artículo:
Baena, Guillermina , 2007: «¿Diagnóstico y propectiva de las carreras de comunicación?»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio:
Consulta realizada el 25 de julio de 2007.