Museos virtuales

Vanguardia informativa

En promedio cada día se crean tres nuevos museos en Internet.
Este hecho es digno de consideración porque el museo,
más allá de la creación de una página Web y de estar en línea,
encierra un verdadero tesoro

Los museos y los artistas van de la mano. Ellos poseen una visión de futuro. Leonardo da Vinci lo mostró con claridad al adelantarse 500 años al siglo XX. ¿Qué papel desempeñan los artistas en el siglo XXI cuando se dice que el arte digital y/o virtual es obra de lo efímero y que no podría compararse a las obras creadas en óleo, cerámica o telar de épocas anteriores?

En 2009, los artistas no pueden concebirse aislados en sus talleres. El artista digital ha dado pasos enormes impulsando nuevas concepciones en la gestión de la información referida al arte. Gran parte de su tarea comienza a hacerse palpable ante una nueva concepción de los museos digitales y virtuales. Esta es su importancia en plena revolución informativa.

La digitalización de los museos se inició con la introducción de la computadora a sus espacios. Posteriormente llegó la multimedia y en una última etapa, que es la contemporánea, la Internet. Vale la pena preguntarse si estas tres instancias serían las que conformarían la visión de futuro de un museo en la Red. Más allá de la tarjeta postal digitalizada, ¿qué es lo que realmente sucede con sus páginas Web? ¿Quién las visita, cuánto tiempo navega en ellas y para qué le sirve esa información?

Cada vez es más evidente la idea de que los museos son sitios de vanguardia, pero también espacios para la construcción del conocimiento. En primer lugar hace falta señalar que los museos se han insertado en la revolución informativa mediante dos vertientes: a) los procesos de informatización que han sufrido museos clásicos como el de Antropología en México, el Louvre en París o el Prado en Madrid, subiendo sus obras a la Internet y abriendo espacios interactivos al instalar computadoras en sus propias salas; b) museos que no existen en la realidad pero que han logrado crearse en la virtualidad donde el cursor lleva a descubrir a artistas digitales exhibiendo sus obras y proyectando sus cuadros a través de una pantalla plana. Erróneamente se piensa que tales museos se encuentran en los países más industrializados; hay dos casos dignos de destacarse: el museo virtual de El país en Uruguay y el museo virtual de Gabon (http://muva. elpais.com.uy; http://gabonart. com/)

Los museos son importantes no sólo por haberse transformado en lugares propicios para introducir y sensibilizar a la sociedad ante el uso de las TIC, sino también porque se han constituido como terrenos privilegiados para poner a prueba una nueva concepción de la información. Están más de medio siglo adelante que cualquier página educativa, y por ello su importancia.

En los museos se cruzan tres variables: información, tecnología y usuarios donde lo realmente innovador son las prácticas que se van creando. Un museo es ante todo un lugar de placer adonde una persona va para experimentar un nuevo aprendizaje. En un museo siempre hay personas en movimiento, obras que circulan, espacios abiertos, zonas de experimentación y lúdicas. La escuela todavía no lo logra hacer ni en sus espacios físicos ni virtuales.

Hoy día se pueden visitar todos los museos del mundo gracias a la Internet. Hay quien dice que es mejor visitarlo en la realidad, pero difícilmente se encontrarán los recursos económicos y el tiempo para hacerlo. A tal grado ha resultado fascinante esta iniciativa que hay un directorio que nos permite tener acceso a todos: icom.museum/vlmp/ –

El tema de los museos resulta fascinante por la multiplicidad de vertientes referidas a sistemas de información y comunicación que conjunta. Por ejemplo, poseen enormes archivos en diferentes formatos, y por lo tanto cuentan con sofisticados sistemas para la gestión de su información. Hay elementos de propiedad intelectual y de derechos de autor que están en un primer plano. Abren espacios para la multimedia y la interactividad ya sea en modalidad presencial y/o en línea, incrementando así la posibilidad de convertirse en espacios de aprendizaje, pero al mismo tiempo, al existir en la virtualidad, facilitan la llegada del museo al aula o al hogar. Sus páginas Web poseen una concepción avanzada en gestión de la información, pero sobre todo en procesos de comunicación encaminados a incrementar el aprendizaje en el visitante.

Como puede verse, el museo en línea va más allá de la construcción de una página Web atractiva. Lo realmente innovador radica en la capacidad de entender y conceptualizar la información de una manera diferente.

Los museos se convierten en vectores donde convergen diferentes tipos de actores: fundaciones, empresas, gobiernos y sociedad civil. Así es como investigadores de grandes empresas de computación como IBM, Xerox y otros han logrado conjuntar visiones para investigar el potencial de la imaginación en el Museo del Vaticano. La computadora se constituye como una nueva mediatización capaz de modificar la relación entre el museo y sus visitantes, ya sea en la modalidad presencial o en línea, pero sobre todo conjunta a dos actores que en el siglo XX nos hubieran parecido irreconciliables: el arte y la empresa.

Quienes tienen la costumbre de navegar por los sitios de museos, son usuarios que requieren de servicios de información y comunicación más complejos que lo que ofrecen las plataformas o sitios Web clásicos (diarios, medios, empresas, escuelas, etcétera). A fin de explicar con mayor claridad esa idea, en la Internet se encuentran páginas de estructura muy simple y otras con estructuras de información más complejas. Al primer caso corresponde un manejo de la información periodística:

Una gran primera plana de un diario pero en formato electrónico donde hay columnas, secciones, noticias, fotos y videos, además de uno que otro servicio interactivo.

Los sitios destinados al aprendizaje están en un punto intermedio, donde hay ciertas prácticas un poco más complejas como la creación de documentos conjuntos interactivos (.docs, o wikis), la producción de podcast o videos, foros, chats y blogs. Sin embargo, las páginas de museos son realmente sorprendentes porque en gran parte abren brecha al explorar nuevas vertientes para rastrear la información de manera más interrelacionada, crear nuevas variantes y privilegiar mediante la interactividad nuevos espacios de aprendizaje.

Los museos constituyen uno de los principales anclajes de la revolución informativa. Simplemente basta con apreciar todos aquellos elementos de información, comunicación, historia y contextualización social que giran en torno a una obra de arte.

El gran giro ha derivado en la misma concepción funcional de un museo: de repositorios de obras a repositorios de conocimiento.

¿Usted ya visitó un museo en línea? Si realmente quiere ingresar a la revolución informativa, no deje de hacerlo por lo menos una vez a la semana. Su concepción de la información cambiará radicalmente.

Investigadora. Correo electrónico: cegomo_8@hotmail.com

El anterior artículo debe citarse de la siguiente manera:

Gómez Mont, Carmen, «Museos virtuales «, en Revista Mexicana de Comunicación,
Num. 116, México, mayo – junio 2009, pág 9.

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