Un negocio de 20 mil millones de dólares
Los libros, ahora, la meta para Google
Carmen García Bermejo
Reportera de la sección Cultural del periódico El Financiero
La ambición de montar una biblioteca universal con más de diez millones de ejemplares digitales a través de Google Book Search aún es incierta. Falta por resolver la demanda colectiva que editores y autores interpusieron a Google por violar el Derecho de Autor y que un juez de Nueva York termine de evaluar si la propuesta de Google es justa, equilibrada y responsable. En tanto, el gremio editorial de Europa acusa a esa empresa por crear un monopolio de acceso a la información. Sobre todo porque, una vez que digitalice los libros y los coloque en la Internet, tendría una capacidad sin trabas para fijar los precios hasta en las mismas librerías.
A finales de 2004, la empresa Google lanzó el portal Google Book Search. Se trata de un servicio en la Web que permite la búsqueda de texto completo de, hasta ahora, más de un millón de libros en línea. Pero, el 20 de septiembre de 2005, el Sindicato de Autores y la Asociación Americana de Editores (AAP) interpusieron una demanda colectiva contra la empresa Google por violar el Derecho de Autor y el de los otros titulares de derechos de libros y encartes. La demanda The Authors Guild Inc. et al. vs Google Inc. está en un tribunal federal de Nueva York y cuestiona el proyecto de Google de digitalizar, buscar y mostrar en Google Book Search fragmentos de libros protegidos por el Derecho de Autor y de compartir copias digitales con bibliotecas sin el permiso explícito de la propietario del copyright.
Google rechazó las acusaciones y, en octubre de 2008, llegó a un acuerdo extrajudicial con el Sindicato de Autores y la Asociación Americana de Editores para resolver la demanda colectiva. En dicho acuerdo, Google se compromete a aportar 125 millones de dólares para crear el Registro de Derechos de Libros (órgano que evaluará los ingresos por ventas y publicidad para los autores y editores que acepten la digitalización de sus obras) y resolver demandas existentes de autores y editores por subir a la Red sus libros sin su consentimiento.
El acuerdo promete aumentar la capacidad de autores y editores para distribuir sus contenidos en formato digital, ampliando significativamente el acceso en línea a las obras a través de Google Book Search. Establece que los titulares de los derechos de autor pueden inscribir sus obras en el Registro de Derechos de Libros y recibir compensaciones, pues los ingresos obtenidos de las suscripciones de instituciones, compras en línea de los consumidores, la publicidad en las páginas Web de los libros específicos (incluyendo fragmentos o vista previa de páginas dedicadas a un solo libro) y de impresión por página con terminales de acceso público, se dividirán entre el titular de los derechos de autor (63%) y la empresa Google (37%).
Como este convenio fue signado por las partes en conflicto, el tribunal federal lo aprobó de forma preliminar. Sin embargo, las voces de inconformidad se han incrementado en todo el mundo. Por ello, la Corte abrió un periodo de audiencia para conocer la posición de representantes de la cadena productiva de la industria editorial de diversos países. Una vez agotadas las audiencias, el tribunal federal de Nueva York revisó tal acuerdo el pasado 7 de octubre.
Durante esa vista judicial, en Nueva York, el juez federal Denny Chin emplazó a ambas partes a presentar, el 9 de noviembre, un acuerdo revisado de lo pactado en octubre de 2008 entre Google y dos agrupaciones de autores y editores estadounidenses. En esa vista, el juez rechazó los términos actuales del documento y pidió que se renegocie de tal forma que se eliminen las preocupaciones expresadas por las autoridades estadounidenses. El mismo Departamento de Justicia estadounidense, afirma que dicho acuerdo «genera significativas preocupaciones legales», incluido el hecho de que Google lucre con la digitalización de libros descatalogados y de los que sus autores no hayan reclamado derechos en un período de cinco años. Al cierre de esta edición, aún se desconoce el nuevo acuerdo presentado ante el juez por Google y los autores y editores estadounidenses.
Pero desde septiembre, cinco organizaciones que representan a editores, bibliotecas y autores europeos presentaron una queja similar ante la Comisión Europea. Si bien para los autores y editores estadounidenses tal convenio representa un buen negocio, buena parte de quienes conforman la cadena de la industria editorial en Europa y América Latina consideran que es perjudicial para el mundo del libro, ya que el proyecto de Google de digitalizar para el mercado estadounidense todos los libros agotados, sujetos o no al Derecho de Autor, supone 70% del total de las obras publicadas en el mundo.
En ese sentido, la misma directora de la Oficina de Derechos de Autor en Estados Unidos, Marybeth Peters, afirmó –ante el Comité Judicial Cámara de Representantes– que permitir a Google digitalizar bibliotecas enteras y millones de libros, creará una equivocada compilación virtual de licencias de libros alterando el paisaje de la Ley de Derecho de Autor porque, con su acuerdo, Google cubre el comportamiento de acciones futuras, en lugar de indemnizar por acciones pasadas:
El acuerdo –reiteró– ataría a los autores, editores, herederos y sucesores a estas normas, incluso aunque Google no haya digitalizado aún y puede que nunca digitalice sus trabajos. Pero lo más grave es que autores no estadounidenses han sido incluidos en dicho acuerdo, simplemente porque un libro estaba en una biblioteca de búsquedas.
En tanto, abogados de algunos autores, representantes de bibliotecas y pequeños editores han acusado a Google de violar las leyes antimonopolio para dominar el mercado de los libros digitales. A principios de septiembre, organizaciones de editores, bibliotecas y titulares de derechos de autor europeos rechazaron el proyecto de Google para la oferta de libros por Internet. Reunidos en Bruselas, se opusieron a dejar que a través de Google Book Search se dicte un modelo internacional de registrar los derechos de autor porque, de esa forma, se está conformando un monopolio de facto de acceso a la información.
Cobrador de peaje
Debido al impacto que representará a nivel internacional la aprobación o rechazo del acuerdo entre Google y autores-editores estadounidenses, el tema no quedó fuera de la discusión en el Congreso Internacional del Mundo del Libro, organizado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) con motivo de su 75 aniversario. Incluso desde finales de agosto, esta casa editorial ya había divulgado su posición con respecto al acuerdo del proyecto Google Book Search y señala que si bien uno de los objetivos de Google es contribuir a que esas obras estén al alcance de millones de lectores en todo el mundo, el mero proceso de escanear libros que no pertenecen al dominio público podría constituir una violación a los derechos de autor de escritores y editores, aunque hasta ahora Google no haya explotado comercialmente esas obras.
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El anterior artículo debe citarse de la siguiente forma:
García Bermejo, Carmen, «Un negocio de 2o mil millones de dólares», en
Revista Mexicana de Comunicación, Num. 119, México, noviembre 2009/enero 2010