El periodismo en la era YouTube

¿Hacia dónde se encamina el quehacer informativo?

Fotografía: "Youtube and Joost" por Thms.nl @ Flickr

Es un lugar común asegurar que la convergencia, la Internet y los nuevos medios representan una ola de cambios tecnológicos sin precedente en la industria de los periódicos. La industria del periodismo desde el siglo XIX, ha sido puesta a prueba por las innovaciones tecnológicas.

Por María Elena Meneses*

La radio, la televisión, los satélites, por mencionar algunas, exigieron a esta industria renovarse y fortalecerse y, a sus empleados, adecuarse a cada ola de cambio, pero en la Sociedad de la información, las innovaciones tecnológicas abren la posibilidad, ciertamente inédita, de la participación de la audiencia en el proceso informativo, lo que le otorga el carácter de inédito a esta etapa de transformaciones.

En la actualidad, los grandes medios de comunicación y los periodistas no son los únicos emisores de mensajes, agenten no profesionales tienen la posibilidad de recoger,  editar  e informar  a partir  de los nuevos medios, que más que como soportes tecnológicos, los observo desde las implicaciones que conllevan en las prácticas culturales y en las posibilidades que representan tanto para ensanchar el espacio público –y con ello la vida democrática–, como para transformar la verticalidad de la industria.

Sus aplicaciones fortalecen la posibilidad de participación de la audiencia a través de diversas aplicaciones que promueven la autoexpresión que la industria periodística adapta paulatinamente a su cultura tradicionalmente vertical y que le representan un factor de competencia difícil de aprehender.

En la era de los aficionados, el contrato social e histórico autolegitimado por los propios medios y periodistas, en el que se les atribuye la competencia de recoger acontecimientos de acuerdo con sus intereses, está siendo irrumpido por aficionados.

Como señala Yochai Benkler, la base material de la producción se ha desmaterializado en tiempos de Internet gracias a innovaciones entre las que destacan el software libre y los dispositivos más accesibles que las mismas computadoras como los teléfonos y otros dispositivos móviles como las tabletas.

La ejecución del ex presidente de Irak Sadam Hussein, el 30 de diciembre de 2006, fue objeto de comentarios en la prensa mundial y en las grandes cadenas de televisión; sin embargo, ningún periodista había estado presente. Un testigo  grabó el hecho en su teléfono móvil y lo hizo público a través de numerosos sitios de Internet; a los medios tradicionales, no les quedó más remedio que reproducir el video, potenciando un hecho con innegables características de noticia y por  lo tanto fácilmente noticiable.

En las noticias más impactantes de la primera década del siglo, los aficionados han estado presentes mediante mensajes de texto, en blogspodcasts o tuits.

En los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, los mensajes de texto que enviaron los testigos a sus familiares, así como la información diseminada a través de los periódicos convergentes, fueron parte de la información que el mundo obtuvo, así como parte de los expedientes criminales que obran en poder de las autoridades investigadoras.

En cuanto a la rapidez u oportunidad, pareciera que nada podrá competir con los nuevos medios. Así como en 1991, la invasión a Irak fue un evento eminentemente televisivo en el que la CNN y sus corresponsales tuvieron un papel preeminente, en los atentados terroristas de Nueva York, Londres y Madrid.

Según los más entusiastas, la participación de la audiencia, podría ser el inicio de un proceso de desverticalización en la industria, que implica la necesaria rearticulación del periodismo que incluiría al pacto social que le da legitimidad para ser el profesional que informa, así como  una transformación en la percepción del periodista de sí mismo.

Sin embargo, al discurso de la participación ciudadana habría que tomarlo con cautela, si se cuentan los usuarios registrados y se excluyen los programas robot que acceden a la enciclopedia virtual Wikipedia, sólo 10% de los usuarios hacen 80% de todas las ediciones de los artículos. La participación depende de otras variables como la conectividad y las competencias digitales, así como una cultura participativa.

La democratización del yo: Los Blogs

La periodista estadunidense Ariana Huffington comenzó a publicar su blog The Huffington Post en 2005, y al año siguiente la revista Time la consideró una de las 100 personas más influyentes en su país y, en 2008, su blog se encuentra entre los 30 sitios digitales de mayor tráfico en Estados Unidos  de acuerdo con el sitio Technorati.com

Son pocos los periodistas profesionales que en un par de años logran el renombre internacional, tal como lo hizo la bloguera cubana Yoani Sánchez, con su bitácora Generación Y quien desde Cuba, entre trivialidades de juventud, suele denunciar la dictadura de Fidel Castro. Sánchez ganó el premio Ortega y Gasset de periodismo en 2008.

Las disertaciones en torno al impacto de los blogs en el periodismo son cuasi nuevas y agrupan en sí a otras prácticas interactivas posibilitadas por los nuevos medios. Los blogs pueden mirarse no sólo como foros periodísticos, sino también como un desafío al periodismo de los grandes conglomerados y, en opinión de Raúl Trejo Delarbre, como un espacio o zona propicia para ensanchar el espacio público, que no es lo más común.

Estos espacios que requieren el compromiso del creador quien los mantiene actualizados o bien los abandona en el ciberespacio, son propicios para servir como foros de expresión personal o colectiva, como el caso de movimientos sociales que abanderan causas como el medio ambiente, el altermundismo o el terrorismo.

En la blogósfera, como se ha dado en denominar al espacio virtual en el que concurren los blogueros, hallamos poetas, académicos, artistas, estudiantes, amas de casa y todo aquel que tenga la disposición de actualizar los contenidos de manera continua. Y es en este punto, donde los no profesionales, tienen algo que perder por su falta de entrenamiento para la escritura diaria, propia del proceso productivo noticioso, que le otorga ventajas a los profesionales como el caso de Arianna Huffington.

El investigador Javier Diaz Noci sugiere que a los blogs, se les puede considerar como un género ciberperiodístico de opinión. Es difícil no estar de acuerdo con tal propuesta cuando se observa el contenido opinativo de éstos llevado en ocasiones al extremo y cuando vemos que la industria periodística ha adoptado a estas expresiones como extensión de los artículos de opinión y columnas al ciberespacio, con el objeto de allegarse lectores jóvenes, en tanto que otros albergan a blogueros diversos con la condición de que obtengan un número determinado de visitas y la mayoría de las veces, sin pago alguno.

No hay consenso sobre el poderío de estas ciberexpresiones, pero tampoco hay quienes se  rehúsen a considerarlos un nuevo actor en el escenario mediático contemporáneo. En la actualidad no hay candidato no digamos presidencial, sino a cargos políticos más modestos, que no recurra a campañas a través de blogs como tampoco, los militantes y  ciudadanos que los  construyan  para promover las bondades de su candidato y en denuesto del adversario.

Quienes se dedican a medir el tamaño de la blogósfera reconocen la escasa fiabilidad de los datos debido en parte a que muchos de los blogs fueron abiertos, pero abandonados por sus creadores en el ciberespacio. De acuerdo con la encuesta de la agencia internacional de relaciones públicas Universal McCann, en 2008 habría unos 184 millones de blogs, cifra que se duplica según la página especializada Technorati.com, cada seis meses, aunque en 2008 estudiosos de la blogósfera como Cristóbal Cobo Romaní comenzaron a observar una tendencia a la estabilización.

La ola amateur encabezada por los blogueros es vista también con posiciones contradictorias e irreconciliables. Hay quienes la ven como un poder oscuro que provoca la pérdida de credibilidad y calidad de la prensa; que pone en riesgo a  industrias y profesiones como la del periodismo y que además, corrompe el debate público al ser cada vez más tenue la línea entre la realidad y la ficción, la verdad y los inventos de los no profesionales que no rinden cuentas  a nadie.

Los entusiastas, por su lado, señalan que el  enorme poder cognitivo de los ciudadanos denominado por autores como Pierre Levy «inteligencia colectiva», es subestimada la mayoría de las veces y parte del supuesto de que nunca pensamos solos y que al hacerlo en colectividad o en multitud, los pensamientos individuales se potencian y producen innovaciones mayores. En este caso, en el periodismo, la multitud inteligente ayudaría a cubrir un acontecimiento de manera más integral que un solo reportero.

¿Democratización o negocio?

Los periódicos producidos por no profesionales se agregan al escenario de los medios de comunicación en la actualidad. El denominado periodismo ciudadano no es asunto nuevo. Según Nuria Almirón, el concepto fue desarrollado  en la primera mitad del siglo XX por el filósofo norteamericano John Dewey, para quien el poder social y en colectivo de los individuos suele ser preferible al individualismo, postura a su vez  contraria a la de otros estudiosos como el periodista Walter Lippman para quien el periodismo –actividad imprescindible de la sociedad moderna– no podría ser dejado en manos de personas no entrenadas para informar.

La forma más acabada hasta ahora de periodismo ciudadano, es la que observamos en los periódicos producidos por aficionados y periodistas y que son posibles gracias al software libre.

En la primera década del siglo hemos visto aparecer expresiones informativas como el francés Rue 89, creado por experiodistas del diario liberal Libération; el OhMyNews de Corea del Sur; el MinnPost de Estados Unidos, por mencionar sólo algunos cuyos contenidos son producidos de manera colaborativa entre periodistas y aficionados, si bien es pertinente mencionar que algunos de éstos, fueron creados por periodistas tradicionales y, en el caso del francés, concebido para un periódico tradicional. Rue 89.com fue fundado por dos periodistas del diario de izquierda francés; se trataba de un proyecto para el periódico; sin embargo, por divergencias entre los creadores y los directivos, los primeros decidieron abandonar las filas del diario para formar su propio negocio, que contaba, en 2007, con un millón de visitantes al mes y un promedio de 100 comentarios por nota, mismas que son de la autoría de  estudiantes, ciudadanos comunes y periodistas. El 30% del contenido de ese periódico es producido de manera colaborativa.

Rue 89 se publicita sin miramientos, como el espacio donde no sólo los periodistas pueden publicar; el surcoreano, por su parte, es producido por 47 mil personas no profesionales y presume a la industria tradicional un promedio de 700 mil visitantes diarios y se financia, además de la publicidad, de los contenidos sindicados por los cuales cobra, así como de donaciones del público.

OhMyNews, por su parte, se encuentra catalogado entre las cinco publicaciones más leídas de Corea del Sur, sin soslayar que se trata de uno de los países con mayor índice de conectividad a Internet de banda ancha del mundo. Los colaboradores reciben pagos con base en la popularidad y el número de votos que obtienen sus notas por parte de la audiencia.

Además de la irrupción de nuevos agentes al escenario mediático, resulta importante resaltar que es  rasgo común a publicaciones como las aquí descritas, la gestación de nuevos modelos de negocio.

El periodismo ciudadano es un modelo de negocio alternativo al de la prensa a lo largo del siglo XX, es decir: un producto de un empresario editorial que vende espacios a sus anunciantes y que procura ofrecer noticias atractivas. Los periódicos ciudadanos, pese a que su nombre nos inspira a pensar en otras cosas tales como un periodismo más cercano a la gente o a sus necesidades, son  en realidad  negocios que se financian de maneras diversas, algunos son auspiciados por organismos de la sociedad civil o universidades. Estas nuevas expresiones periodísticas han sido creados por periodistas, quienes a un bajo costo lanzaron sus producciones periodísticas que, sin duda, coadyuvan a desverticalizar a la poderosa industria informativa.

El periodismo ciudadano, o como guste denominársele a este tipo de proyectos participativos, es posible gracias a los nuevos medios que permiten la concurrencia de las audiencias en la generación de contenidos.

Algunos periódicos ciudadanos están auspiciados por medios tradicionales y fundaciones, en lo que en ocasiones pareciera ser más un experimento empresarial o universitario que un intento real o auténtico por incorporar la voz ciudadana a los periódicos. Aun así, su presencia en el escenario mediático constituye un factor que incrementa la complejidad aquí descrita.

Hasta ahora, los periódicos ciudadanos son  arma de libertad para algunos y un potencial nicho de negocio para la propia industria en toda su dimensión.

Como puede observarse, sus creadores son periodistas que una vez establecidos como periodistas ciudadanos, funcionan con una lógica en la que si bien cambia la naturaleza de los emisores (redactores, reporteros y editores) a quienes se les paga por clic tarde que temprano, acaban por entrar en una lógica organizativa y de mercado, caracterizada por la venta de publicidad y la conquista de lectores para su supervivencia.

Paralelamente este modelo de negocio periodístico se encuentra en una fase de experimentación que implica reajustes en el modelo de financiamiento. ¿Cuánto tiempo aguantaría un ciudadano común, un ama de casa o estudiante, trabajando sin cobrar o esperando reunir clics para recibir un pago?   Como señalamos antes, un elemento que contribuye a la economía de la gratuidad, es el denominado poder de las multitudes (crowdsourcing), descrito por James Surowiecki como el que supone que las decisiones grupales aciertan siempre y que es paradigma al cual aluden empresas como Google, Wikipedia y también los periódicos ciudadanos. Trátese de amas de casa, taxistas, inmigrantes, estudiantes, sin duda brindan a los nuevos negocios su mano de obra gratuita, que no exige salarios fijos ni prestaciones.

De Oxfam a Indymedia

A la erosión del papel tradicional de mediadores asignado a los periodistas, se suman otros actores como los portales de información provenientes de la academia y de organizaciones civiles, cuyo deslinde de los blogs es prudente en tanto que éstos últimos, obedecen en mayor medida a motivaciones personales.

Otro es el caso de los portales provenientes de organismos civiles, instituciones y gobiernos que hacen pública toda clase de información y que se unen a lo que Benkler denomina la economía de la información en red, caracterizada por la descentralización de la base material de la producción cultural, gracias a aplicaciones basadas en software libre.

Dentro de tal tipo de expresiones, podemos situar a portales o blogs como Indymedia.org , cuya creación se concibió a partir del movimiento antiglobalización de Seattle en 1999. En ella concurren organizaciones y medios independientes que a través de estas expresiones, forjan lo que Castells denomina “identidad de la resistencia”, una de las características de la construcción de identidades en la red y evidencia de que estas manifestaciones pueden contribuir a ampliar la Esfera y el Espacio Público, lo cual no significa lo que los optimistas exacerbados proclaman, es decir:  que la red es por naturaleza libertaria.

En medio de esta ola de resistencia en red, la competencia informativa se complejiza. Anteriormente un periódico se planteaba competir con otro; en la actualidad, la competencia informativa y de entretenimiento en el universo convergente, se caracteriza por la diversidad de soportes y orígenes mediáticos. Las televisión en Internet compite con estaciones de radio, periódicos convergentes e incluso con expresiones propias de los nuevos medios, que además tienen como rasgo distintivo su alcance global y la posibilidad de crear un nuevo orden informativo, pues permiten modificar la agenda de los grandes medios y de reconstituir la esfera pública. Para Benkler estas expresiones estarían enmarcadas en la crisis del Estado nación en la que éste cede espacios y responsabilidades al mercado y, por lo tanto, también a los medios de comunicación privados, tradicionales y digitales que, a su vez, al volverse globales, escapan a los controles tradicionales de los Estados nacionales.  

Y ¿qué estás haciendo ahora?

Los miembros de Twitter que responden a la pregunta “¿qué estás haciendo ahora?”, se hacen llamar seguidores (followers), quienes deciden a quién seguir y a quiénes no desean que los sigan. De esa forma establecen comunicación en cuasi tiempo real de manera cronológica y con un límite de 140 caracteres.

La elocuencia, la mesura y el contexto no constituyen el valor principal de esta red social,  pero sí en cambio su potencial informativo y movilizador como ha sido el caso de tuiteros de ciudades mexicanas como Reynosa con su movimiento bajo el hashtag #Reynosafollow , en el que los ciudadanos han dado cuenta del clima de inseguridad, así como de la ciudad de Monterrey ante los bloqueos viales por parte de bandas del crimen organizado. Estos acontecimientos cimbraron a la sociedad del norte de México en 2010 y  paradójicamente fueron enviados a páginas interiores en la prensa nacional. En la radio y la televisión mexicana de alcance nacional se les  otorgó espacios breves, sin brindar mayor contexto y sin llamar a las autoridades responsables a rendir cuentas sobre la situación.

El 9 de junio de 2010, el Ejército mexicano detuvo al líder del peligroso cártel los Zetas Raúl Luna alias El Tory en la ciudad de Monterrey, lo cual desató de inmediato la reacción del grupo criminal que puso en marcha unos 40 bloqueos en el área metropolitana de la capital de Nuevo León.

La fuerza pública no fue la única que reaccionó tarde, también las autoridades y los medios tradicionales a excepción de la radio local y las redes sociales virtuales. Estas últimas en medio del clima de violencia, insuficientemente contextualizado en los grandes medios, se convirtieron en un microespacio público articulado alrededor de los medios tradicionales.

Los  pros y contras de esta red social tienen que ver con su tamaño, con sus usos sociales y con la identidad y compromiso de los emisores que sin embargo, son objeciones que se extienden a la mayoría de las plataformas de la red como aquí mencionados.

En México como quizá en la mayoría de los países fuera de Estados Unidos,  Twitter representa un pequeñísimo espacio del espacio público, lo que no le impidió en octubre de 2009 ser pieza clave para frenar en el Senado mexicano la pretensión de gravar los servicios de telecomunicaciones. “Los tuiteros me convencieron”, declaró a la prensa el presidente del Senado.

La identidad de los emisores y su anarquía es quizá la mayor vulnerabilidad de esta red social, que alcanza dimensiones prácticas y éticas. Prácticas porque aun sigue siendo necesaria la prensa y los medios tradicionales con todo y sus imperfecciones, para corroborar esos 140 caracteres, así como la interacción de boca en boca, base de la comunicación humana. En Monterrey, la consulta de diversas fuentes de información se hizo necesaria ante la carencia de instituciones que brindaran certezas a la ciudadanía ante el clima de violencia generado por la guerra contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón.

Esta complejidad alcanza dimensiones éticas a partir de la identidad. Cuando la autoría no estaba puesta a debate como un derecho mínimo a ser respetado y reclamado por el creador, las marcas periodísticas y los nombres de los locutores, reporteros y articulistas estrella, eran el único referente de la información. La agenda pública era controlada por unos cuantos que, en la actualidad, comparten esa función muy a su pesar, con otros que no son obligados a decir su nombre. Los nicknames que abren la posibilidad para esconder la verdadera identidad o para robarse una, es parte de la levedad de esta red que le ocasiona descalificaciones constantes sobre todo por parte de periodistas, quienes solían ser los únicos agentes validados para informar a la ciudadanía y arrogarse el derecho de establecer la agenda nacional con base en sus intereses.

La modernidad otorgó  mediante pactos sociales a los medios y periodistas la responsabilidad de ser los agentes validados para informar, los cuales  –al menos en sentido prescriptivo– deben rendir cuentas por ostentar tal poder. Los tuiteros no cargan con esta responsabilidad.

¿Qué hace a un periodista diferente de un aficionado?

La Casa Blanca, una de las fuentes de información más prestigiadas y representativas del periodismo internacional, acreditó al primer bloguero en 2005. Por dos años, Jeff Gannon cubrió las ruedas de prensa como reportero de Talon News, un sitio conservador afín al gobierno republicano del presidente George W. Bush hasta que se descubrió que usaba un nombre falso y que pertenecía a una asociación ultraconservadora. Más allá de lo anecdótico, esta situación ayuda a responder, aunque parcialmente, los cuestionamientos  sobre cuán sustituibles son los periodistas en la era de YouTube.

Por un lado, demuestra el arribo de nuevos actores a una esfera resguardada para los periodistas y, por el otro, que la legitimidad racional otorgada a los periodistas por las propias instituciones y acogida por la sociedad en un pacto o convención para resguardar el orden social es lo que pudiera hacer  la diferencia.

En un escenario tecnologizado y de libre mercado hay un importante predominio de contenidos sin verificar, ni interpretar, con lo que el papel del periodista está  lejos de ser obsoleto en la sociedad actual, sin embargo debe transformarse.

He sido cautelosa y por ello advierto que por ahora ofrezco al lector una respuesta insuficiente y es que en el poder de los grandes conglomerados mediáticos, que adoptan toda innovación y que  negocian con las audienciasabriéndoles espacios, en ocasiones simulados para su inclusión, es donde radica una enorme fuerza de resistencia a la desverticalización.

La industria no puede caminar sin las audiencias empoderadas por los nuevos medios. Los periodistas ya no son los únicos agentes que pueden reportar hechos ni los editores quienes eligen qué noticias merecen ser publicadas. Esto nos lleva a reconocer que los profesionales deben modificar prácticas y rutinas, al tiempo de reconfigurar su papel  en la sociedad, acercándose más a los ciudadanos y guardando distancia de las élites económicas y políticas.

En una sociedad plena e inundada de información, el periodista podría constituirse en un investigador-gestor de información, que coadyuve a los ciudadanos a elaborar una agenda ciudadana y democrática y a construir un consecuente sentido de comunidad.

La labor de gestión periodística cobró  notoriedad en 2010 a raíz de las filtraciones del sitio Wikilieaks sobre la guerra de Afganistán. De 400 mil archivos secretos filtrados al sitio de Internet, periodistas de los diarios The New York TimesThe Guardian y  Der Spiegel han tenido que  administrar los contenidos para su publicación cuidando los derechos de terceros.

La transformación del periodista, sin embargo, está sujeta a diversas variables, por lo que no se mira como un asunto fácil, pues el mayor obstáculo para lograrlo es la corporativización creciente del periodismo que diluye los valores de la profesión. Y por otro lado se añade el desplazamiento de la misión de la profesión otorgada por la democracia hacia el  entretenimiento como el fin  de los nuevos medios. Evitarlo sería una labor de  los gobiernos responsables de encaminar acciones que fomenten la diversidad mediática y la conectividad; de la sociedad y de la academia  formadora de periodistas, así como de un gremio informativo  educado y responsable, interesado en coadyuvar a que el periodismo retome el lugar que se le asignó en la sociedad moderna.

*Profesora e investigadora del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.

Correo electrónico: marmenes@itesm.mx

El presente texto es un fragmento del libro Periodismo convergente. Tecnología, medios y periodistas en el siglo XXI, que aparecerá próximamente editado por la Fundación Manuel Buendía.

Fuentes

Almiron Roig, N.Los valores del periodismo en la convergencia digital. civil journalism y quinto poder. Revista Latina de Comunicación Social,  61. Recuperado el 9 de octubre de 2007 en: http://www.utl.es/publicaciones/latina/200 609Almiron.htm

Anderson, C.The long tail: why the future of business is selling less of more. Hyperion.NY,2006

Benkler, Y.The wealth of networks. How social production transformsmarkets and freedom.Ya leUniversityPress. USA, 2006.

Castells, M.La era de la informacion (vol. 1) Economia, sociedad y cultura. La sociedad red. Siglo XXI. México,200.

La era de la informacion (vol. 2) Economia, sociedad y cultura. El poder de la identidad. Siglo XXI, México. 2004

Cobo Romaní, C. Se desinfla la burbuja 2.0. blog e-rgonomic. Recuperado el 18 de mayo de 2008 en: http://e-rgonomic.blogspot.com/

Coriat, B. El taller y el cronómetro.Siglo XXI.México,1992

Deuze, M. The web and its journalisms: considering the consequences of different  types of news media online, en New media and society. Sage Vol 5. Pp. 203-230, 2003.

Diaz Noci, J. y Salaverria, R. Manual de Redacción Ciberperiodística. Ariel. Barcelona,2003.

Habermas, J. Historia y crìtica de la opinión pública, la transformación estructural de la vida pública. Gustavo Gili. Barcelona,1981

Jenkins, H. Convergence Culture, where old media and new media collide. United States of America: University Press. NY,2006

Keen, A.The cult of the amateu .How today-internet is killing our culture. Doubleday. USA,2007

Kovach, B. y Rosenstiel, T.Theelements  of journalism. What people shouldknow and the public should expect. Three rivers press.USA,2007

Levy, P. ¿Qué es lo virtual? Paidós. Barcelona,2006

Levy, S. All eyes on Google.Newsweek.abril de 2004

Lippman, W. Public Opinion. Free Press Paperbacks. USA,1977

Mc Luhan, M.  La Galaxia Gutenberg. Génesis del homo typographics.Círculo de Lectores. Barcelona,1962.

Meneses Rocha, M.E. Economía de la gratuidad: Google y los periódicos. Revista Mexicana de  Comunicación. Número 119 diciembre enero de 2010 .Pp 27-30

La red es el mensaje.Redes sociales virtuales en la esfera pública. Revista Mexicana de Comunicación. Número 123 septiembre-noviembre de 2010. Pp19-23

El periodismo en la era digital. Conversación con Juan Luis Cebrián. Revista electrónica Virtualis. Número 1.Tecnológico de Monterrey, 2010. Recuperado el 2 de marzo de 2010 en : http://www2.ccm.itesm.mx/ehcs/dec/virtualis

El periodismo en la Sociedad de la información. Implicaciones de la convergencia en los procesos de producción informativa, en la cultura profesional y en la calidad de la información: el caso de México. Tesis doctoral. UNAM, 2010

Miège, B.  Industries du contenu face a l´ordre informationnel [Las industriasdelcontenido se enfrentan al ordeninformacional]. Presses Universitaires de Grenoble. Grenoble,2000

Minn Post About Minn Post.Disponible en línea en: http://www.minnpost.com/about/

Nielsen Online audience measurement. Recuperado el 4 de agosto, 2008 en:

http://en-us.nielsen.com/content/nielsen/en_us/measurement/online.html

Pavlik, J. Elperiodismo y los nuevos medios de comunicación.Paidós. Barcelona,2005

Pisanty,A. Blog de A. Pisanty. Alcances de Internet necesario. Recuperado  de http://pisanty.blogspot.com el 20 de junio de 2010

Rodrigo Alsina, M. La construcción de la noticia.Paidós. Barcelona,1993

Smith, A. La geopolítica de la Información. Cómo la cultura occidental domina al mundo. México.FCE,1980

Surowiecki, J. The Wisdom of crowds.Anchor Books.NY,2005

Sutton, S. (2006) The my in Oh My News. Uses and gratifications investigation into motivations of civic journalism in South  Korea. Recuperado el 7 de agosto de 2008 en:http://image.ohmynews.com/down/etc/1/_316425_ 1%5B1%5D.pdf

Technorati.com. Blog´s central.Recuperado el 14 de noviembre de 2008 en: http://technorati. com/pop/

The Huffington Post Disponible en: http://www.huffingtonpost.com/

The Joan Shorenstein Center Creative Destruction: An exploratory look at news on the Internet. Harvard University. 2007

Trejo Delarbre. Raúl. Internet como expresión y extensión del espacio público. En proceso de publicación.

YouTubeLa caída de Edgar.Recuperadoel 4 de marzo de 2008 en: www.youtube.com

3 comentarios a este texto
  1. Información Bitacoras.com…

    Esta anotación ha sido propuesta por un usuario para ser votada en Bitacoras.com. Para que el proceso finalice, deberás registrar tu blog en el servicio….

Deja una respuesta