Mexico City Conversations (2011) – Reseña

Michel Lipkes y Rubén Imaz Castro en Mexico City Conversations Foto: Francisco Suárez/Imagen Latente

Por Jorge Tirzo

Contenido antes que forma. Esa parece ser la fórmula de Mexico City Conversations, documental de Pierre-Paul Pulgis presentado en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2011. La cinta, grabada con una cámara Super 8 presenta una serie de conversaciones que no requieren de encuadres magníficos, alta definición ni tomas en tercera dimensión.

Pulgis retrata a la ciudad de México a través de sus cineastas para evitar los lugares comunes. En vez de clichés como las trajineras de Xochimilco o los mariachis de Garibaldi, el director deja la cámara fija en personajes como Carlos Reygadas, Arturo Ripstein, Guillermo Fadanelli y Kyzza Terrazas. Se trata de una serie de documentales que retratan la movida cinematográfica y artística de las grandes ciudades del mundo producidas por la cadena Cine+. La primera de ellas fue New York  City Conversations, la edición mexicana es la segunda y ya se trabaja en Buenos Aires City Conversations.

Al más puro estilo de las fotografías retro tomadas con el programa Instagram de los dispositivos móviles, Mexico City Conversations es una exaltación de lo Low Fi. Es decir, los tonos deslavados, el audio grabado con micrófono ambiental y las tomas poco encuadradas son completamente intencionales. El objetivo es mostrar a los cineastas y artistas sin los artilugios que ellos mismos utilizan. Sin planos-secuencias, tomas alternas, ni close ups. En la mayoría de las conversaciones la cámara descansa en un tripié fijo y la escena transcurre sin cortes ni edición.

Debido a ello, no se trata de una cinta para todo público. La audiencia acostumbrada a la agilidad hollywoodense o a la información televisiva extrañará la velocidad. Incluso la audiencia habitual de documentales podría tener problemas para concentrarse en las conversaciones.

Destacan las conversaciones con Arturo Ripstein sobre el cine en blanco y negro -grabada, por supuesto, en blanco y negro-, la participación del grupo de rock-surf The Twin Tones en el Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria y el breve cameo de Guillermo Fadanelli sobre su pasado como «Rey del Underground».

Imprescindible para los cinéfilos que quieran escuchar a los directores contemporáneos más destacados hablando como si los tuvieran en el sofá de su sala, pero también para quienes tienen una relación amor-odio con la Ciudad de México. Al final, la gran retratada es ella, pues la gran interrogante es cómo retratarla siendo tan caótica. Contenido antes que forma. Por eso es de esas cintas que se siguen procesando días después de haberse visto.