Inteligencia competitiva en campañas electorales

  • Sus principales funciones en un sistema democrático.
  • Las campañas electorales, como procesos rutinarios de las democracias modernas, son cada día más competidas entre diferentes partidos y candidatos que buscan obtener la titularidad de la representación pública.
  • En muchos casos, la diferencia entre el éxito y el fracaso en las contiendas es menor a un punto porcentual, explicándose dicha diferencia, en gran medida, por el tino y la calidad de la estrategia política implementada por los ganadores.

Imagen: «Voting» por League of Women Voters of California @ Flickr

Por Andrés Valdez Zepeda

Publicado originalmente en RMC 132

Para construir ventajas competitivas sustentables, a lo largo de una elección, se requiere echar mano de algunas herramientas propias de las ciencias administrativas, como lo es la inteligencia competitiva. Ésta es definida como el proceso de recolección, análisis y utilización de información relevante y oportuna sobre los competidores, el mercado y el contexto o entorno donde se presenta la contienda, así como, sobre aspectos de desarrollo tecnológico y científico relacionado con el área de las campañas electorales y el proceso de intercambio político voluntario, útiles para la toma de decisiones estratégicas.

De acuerdo con Gilad, la inteligencia competitiva ha sido conceptualizada también como el acceso a tiempo al conocimiento de información relevante en las distintas fases de la toma de una decisión. Es –según Shrivastava y Grant– el sistema de aprendizaje sobre las capacidades y comportamientos de los competidores actuales y potenciales con objeto de ayudar a los responsables en la toma de decisión estratégica.

En el presente artículo, se realiza un análisis del uso de la  inteligencia competitiva en las campañas electorales y se describen las principales funciones que cumple la inteligencia competitiva en los procesos electorales bajo un sistema de cuño democrático.

 

Vigilancia de los competidores

Las campañas electorales exitosas se sustentan en el uso de la inteligencia competitiva, misma que posibilita no sólo avanzar sustancialmente las metas político-electorales sino, sobre todo, permite generar ventajas que ayudan a derrotar con contundencia a los opositores. Esto es posible ya que su misión central es el posicionamiento estratégico de la organización en su entorno.

La inteligencia competitiva incluye la vigilancia de los competidores, el seguimiento sobre la evolución de los mercados electorales, la vigilancia tecnológica y la vigilancia del entorno. La primera incluye el conocer a los competidores actuales y futuros, saber de sus fortalezas y debilidades. La segunda implica el conocimiento profundo de los electores, de sus emociones, deseos, expectativas, problemas y necesidades, así como del conocimiento del mercado electoral. La tercera contempla las nuevas tecnologías disponibles y emergentes que existen en el mercado o que han sido generadas y se pueden utilizar en las campañas. Finalmente, la vigilancia del entorno implica el conocimiento de los aspectos sociales, económicos y normativos más importantes relacionados con los procesos electorales.

La inteligencia competitiva cumple diferentes funciones en todo proceso electoral, por lo que toda campaña moderna debe incorporar esta herramienta como parte de su formulación estratégica, creando las condiciones estructurales para que se obtenga el mejor de sus beneficios. Las funciones más importantes de la inteligencia competitiva son las siguientes:

  • Permite anticiparse a la competencia;
  • detectar los cambios, por más mínimos que sean, del electorado;
  • conocer mejor el medio o terreno en el que se desarrolla la contienda;
  • saber acerca de las nuevas tendencias y nuevos desarrollos tecnológicos en el mercado;
  • conocer mejor a los adversarios, detectar sus movimientos y acciones tácticas;
  • mejorar la capacidad de respuesta;
  • identificar, anticipar y prever riesgos presentes en el contexto electoral;
  • diseñar e implementar estrategias más competitivas y construir un sistema de información para la toma de decisiones estratégicas y tácticas.

 

a) Anticiparte a la competencia

La inteligencia competitiva permite saber con anticipación a su implementación, los planes y estrategias que los principales opositores impulsarán durante la contienda. Esto posibilita el poder desarticular su efecto pernicioso y anticiparse a las acciones de los competidores, de tal forma, que las posibilidades de éxito de los opositores se vean reducidas significativamente.

Si se sabe con anticipación cuál es el trazo estratégico de los competidores, cuál es el plan de acción y los diferentes movimientos tácticos de los principales opositores, entonces se pueden implementar acciones anticipatorias, de tal forma que resulten irrelevantes o incluso hasta poco creativas  para los electores.

 

b) Detectar los cambios entre el electorado

La inteligencia competitiva posibilita, también, el detectar los cambios, por mínimos que sean, entre los electores, sea sobre aspectos de carácter demográfico, político, económico o social. Ayuda también, a conocer, por ejemplo, cuáles son los gustos, deseos, expectativas, experiencias, simpatías y antipatías políticas de los votantes ante el nuevo contexto y circunstancia electoral.

En este sentido, como termómetro, la inteligencia competitiva sirve para detectar cambios sutiles o profundos en  el contexto en el que se realizará la elección, así como transformaciones coyunturales o más permanentes de la opinión pública y las preferencias electorales.

 

c) Conocer mejor el medio o terreno

La inteligencia competitiva ayuda, también, a conocer el terreno en el que se desarrolla la contienda para determinar mapas de ruta que posibiliten el éxito en las elecciones. El conocimiento del terreno electoral posibilita, además, construir ventajas competitivas que coadyuven a vencer a los adversarios, dotando de información relevante y oportuna para una mejor toma de decisiones estratégicas.

El conocimiento del terreno implica, además, de contar con mapas de navegación, conocer la cultura, la historia y la idiosincrasia de los electores, así como estar al tanto de los grupos de poder y los liderazgos que inciden en la política electoral. Al respecto, Sun Tzu concedía mucha importancia al conocimiento previo del campo de batalla, de las fuerzas del enemigo y su disposición en el terreno, así como un trabajo de inteligencia efectivo. En lo particular, este estratega señalaba:

La razón principal por la cual el general sabio conquista al enemigo, es el conocimiento previo.

 

d) Saber de las nuevas tendencias tecnológicas

La inteligencia competitiva consiste en un sistema de minería de datos y de recolección de información oportuna, relevante y estratégica que permita tomar decisiones inteligentes para alcanzar los objetivos organizacionales.

A través de esta herramienta, es posible detectar las nuevas tendencias, hallazgos, investigaciones científicas y nuevos desarrollos tecnológicos y dispositivos aplicables a las campañas electorales. De igual forma, se puede conocer los nuevos planteamientos estratégicos, experiencias de campañas exitosas y movimientos tácticos que generaron resultados en otras latitudes.

Es decir, se debe investigar sobre lo nuevo, lo novedoso y lo moderno en el arte de ganar elecciones tanto a nivel local, nacional e internacional, tratando de incorporar dichos conocimientos y desarrollos tecnológicos  para hacer más competitiva la campaña electoral.

 

e) Conocer mejor a los adversarios

La inteligencia competitiva permite, además, conocer mejor a los principales adversarios, saber sobre sus debilidades y fortalezas, sobre el origen de sus fortunas y sus relaciones; posibilita conocer sobre  su pasado, su record en  la función pública y sobre su nivel de vulnerabilidad, entre otras cosas.

Al conocer a los adversarios es posible afinar el tino estratégico lo cual permite impulsar acciones y movimientos tácticos para evitar que los opositores obtengan un mayor número de votos, ya sea maximizando sus errores o evidenciando sus debilidades. Al respecto, Sun Tzu decía: “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y en cien batallas no correrás peligro alguno”. Más adelante en su libro seminal, El Arte de la Guerra, agrega:

La mejor estrategia consiste en confrontar tus principales fortalezas en contra de las principales debilidades del adversario.

 

f) Mejorar la capacidad de respuesta

La inteligencia competitiva posibilita mejorar sustancialmente la capacidad de respuesta, ante los embates y embestidas que realizan los adversarios. Dicho en otras palabras: a través del uso de esta herramienta estratégica es posible desarticular los ataques y actuar oportunamente para evitar un aumento de daños.

Toda campaña electoral competitiva implica un frente de ataque y uno de defensa. La inteligencia competitiva ayuda también a articular una respuesta creativa e inteligente que sea parte de las estrategias no sólo de defensa, sino también de la ofensiva política. Al respecto, Sun Tzu decía:

“La mejor estrategia consiste en atacar la estrategia del adversario”. Es decir, este principio de estrategia se orienta primero a conocer las estrategias de los adversarios, para luego demolérselas y así dejarlos desarmados e inofensivos.

 

g) Identificar y prever riesgos presentes y futuros

La inteligencia competitiva ayuda también a identificar y prever riesgos propios de la contienda electoral. Sí sabemos con anticipación cuáles son las cartas fuertes de los adversarios, sí sabemos cómo las jugarán y sí sabemos también sobre los tiempos y sus movimientos, entonces tendremos más posibilidades de prever los riesgos y evitar daños por los ataques de los adversarios.

Al respecto, Sun Tzu decía:

Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil. […] Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás.

 

h) Diseñar e implementar estrategias más competitivas

La inteligencia competitiva  ayuda, en suma, a diseñar e implementar estrategias electorales más competitivas que posibiliten el triunfo en la contienda, así como a mejorar el tino estratégico y la propia gestión de la estrategia.

De hecho, las campañas electorales se ganan o se pierden a nivel estratégico y táctico. Es decir, la estrategia define, en gran medida, el resultado de la elección. Una campaña con estrategias inteligentes, bien implementadas y operadas seguramente será una campaña ganadora. Por el contrario, una campaña con malas estrategias, sin tino ni articulación precisa, indudablemente será una campaña perdedora.

Al respecto, Sun Tzu decía:

Las maniobras militares son el resultado de los planes y las estrategias en la manera más ventajosa para ganar. Determinan la movilidad y la efectividad de las tropas.

 

i) Construir un sistema de información para la toma de decisiones

La inteligencia competitiva ayuda, sobre todo, a construir un sistema de información para una toma de decisiones mucho más inteligente y oportuna. Es decir, basándose en el adagio popular que señala que “la información es poder”, la inteligencia competitiva posibilita una sistematización y disposición de información estratégica para alcanzar la titularidad del poder público, al ganar una contienda electoral.

Las diferentes acciones de vigilancia ya sea de la competencia, del mercado, del desarrollo tecnológico, de la gestión del conocimiento y la vigilancia del entorno genera una gran información, misma que puede ayudar para detectar oportunidades y amenazas presentes en la coyuntura electoral. Para construir este sistema de información es necesario dedicar suficientes recursos humanos, materiales, económicos y tecnológicos, así como apoyarse en diferentes estrategias que  posibiliten  la  obtención de dicha información. Al respecto, Sun Tzu decía:

No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje.

 

j) Construir ventajas competitivas sustentables

La inteligencia competitiva permite construir ventajas competitivas sustentables que incrementan sustancialmente las posibilidades de ganar la elección. Las ventajas competitivas son aquellas ventajas que posee una organización, partido o candidato sobre otra que compite en la misma elección. Así, la ventaja competitiva es la habilidad para obtener mayor apoyo electoral que los rivales, ya que el objetivo primordial de la organización es la rentabilidad electoral. La ventaja competitiva sostenible es aquella que ha perdurado por un espacio de tiempo suficientemente largo, incluyendo varios procesos electorales.

Durante una campaña, las ventajas competitivas pueden determinar el éxito o fracaso de las mismas. Una campaña con grandes ventajas competitivas es generalmente ganadora, mientras que una campaña con débiles o escasas ventajas competitivas es una campaña generalmente perdedora. Al respecto, Sun Tzu decía:

Las victorias que ganan en batalla no son debido a la suerte. Sus victorias no son casualidades, sino que son debidas a haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.

 

A manera de conclusión

Las campañas electorales son procesos intensos de persuasión y movilización política orientados, por un lado, a ganar el voto mayoritario de los electores y, por el otro, a evitar que los opositores obtengan el triunfo en las elecciones. Es decir, implica dos grandes frentes. Uno para atraer sufragios hacia la causa propia y otros para retirárselos a la competencia.

Las campañas electorales exitosas se sustentan en la inteligencia competitiva, en la que la información, el conocimiento y la tecnología se convierten en armas estratégicas indispensables para la toma de decisiones. De esta forma, la inteligencia competitiva posibilita construir ventajas, impulsar campañas de precisión y, sobre todo, conocer a profundidad a los electores, información que resulta importante para poder articular estrategia y ganar elecciones.

La inteligencia competitiva posibilita el acceso a tiempo al conocimiento y la información relevante en las distintas fases de la toma de una decisión antes, durante y después de la campaña. Es un sistema de aprendizaje sobre las capacidades y comportamientos de los competidores actuales y potenciales con objeto de ayudar a los responsables en la toma de decisión estratégica  y derrotar de forma contundente a los adversarios.

En el área empresarial, la inteligencia competitiva se ha definido también como el proceso de obtención, análisis, interpretación y difusión de información de valor estratégico sobre la industria y los competidores, que se transmite a los responsables de la toma de decisiones en el momento oportuno (Gibbonsy Prescott). Incluye captura de informaciones, tratamiento y análisis de las mismas y el traslado de los resultados en la dirección.

La aplicación de esta herramienta en las campañas electorales de forma sistemática y planeada es muy novedosa, iniciándose recientemente en algunos países de América latina. Sin embargo, la vigilancia competitiva tiene muchos más años  de uso en esta región.

Las ventajas competitivas en una campaña electoral son cinco: la primera tiene que ver con la visibilidad social de la organización partidista o del candidato. Es decir, que lo conozcan, porque si no lo conocen no es una alternativa a elegir. La segunda es la credibilidad. Es decir, que los votantes crean en la organización y en sus candidatos, ya que la credibilidad social se ha convertido en un nuevo factor de poder. La tercera ventaja competitiva es la construcción de un liderazgo político-social, en el que la organización y sus candidatos se involucren, relacionen y comprometan con la gente para que, a su vez, la gente mantenga la atención, el interés y, sobre todo, que logre el involucramiento y compromiso de los votantes sobre los planteamientos programáticos y las acciones emprendidas por el partido y sus candidatos. La cuarta ventaja competitiva es el apoyo que los electores puedan ofrecer al partido y sus candidatos y la quinta ventaja competitiva tiene que ver con el voto o sufragio que emita el elector a favor del partido o sus candidatos. En otras palabras, las cinco ventajas competitivas en una campaña electora son: que te conozcan, que te crean, que te sigan, que te apoyen y que te voten.

La aplicación de esta herramienta en las campañas electorales de forma sistemática y planeada es muy novedosa, iniciándose recientemente en algunos países de América latina. Sin embargo, la vigilancia competitiva tiene muchos más años  de uso en esta región.

Las ventajas competitivas en una campaña electoral son cinco: la primera tiene que ver con la visibilidad social de la organización partidista o del candidato. Es decir, que lo conozcan, porque si no lo conocen no es una alternativa a elegir. La segunda es la credibilidad. Es decir, que los votantes crean en la organización y en sus candidatos, ya que la credibilidad social se ha convertido en un nuevo factor de poder. La tercera ventaja competitiva es la construcción de un liderazgo político-social, en el que la organización y sus candidatos se involucren, relacionen y comprometan con la gente para que, a su vez, la gente mantenga la atención, el interés y, sobre todo, que logre el involucramiento y compromiso de los votantes sobre los planteamientos programáticos y las acciones emprendidas por el partido y sus candidatos. La cuarta ventaja competitiva es el apoyo que los electores puedan ofrecer al partido y sus candidatos y la quinta ventaja competitiva tiene que ver con el voto o sufragio que emita el elector a favor del partido o sus candidatos. En otras palabras, las cinco ventajas competitivas en una campaña electora son: que te conozcan, que te crean, que te sigan, que te apoyen y que te voten.

 

Bibliografía

Cohen, C. (2000).  Monitoreo del entorno empresarial, inteligencia de negocios y la inteligencia estratégica: conceptos diferentes pero complementarios. Cuadernos de Inteligencia Competitiva, Vigilancia Estratégica, Científica y Tecnológica.

Gibbons, P & Prescott, J. (1996). Parallel competitive intelligence processes in organisations. International Journal of Technology, Special Issue On Informal Information Flow Management, Vol. 11, nº 1-2.

Gilad, B. (1992). What you don´t know, can burt you: formalizing competitive intelligence activities. Journal of AGSI.

Shrivastava, P. & Grant, J. (1985) Empirically Derived Models of Strategic Decisión-Making Proceses. Strategic Management Journal, Vol. 6.

Tzu, S. (1980). El Arte de la Guerra, México: Editorial Porrua

 

Bibliografía

Cohen, C. (2000).  Monitoreo del entorno empresarial, inteligencia de negocios y la inteligencia estratégica: conceptos diferentes pero complementarios. Cuadernos de Inteligencia Competitiva, Vigilancia Estratégica, Científica y Tecnológica.

Gibbons, P & Prescott, J. (1996). Parallel competitive intelligence processes in organisations. International Journal of Technology, Special Issue On Informal Information Flow Management, Vol. 11, nº 1-2.

Gilad, B. (1992). What you don´t know, can burt you: formalizing competitive intelligence activities. Journal of AGSI.

Shrivastava, P. & Grant, J. (1985) Empirically Derived Models of Strategic Decisión-Making Proceses. Strategic Management Journal, Vol. 6.

Tzu, S. (1980). El Arte de la Guerra, México: Editorial Porrua

 

Doctor en estudios latinoamericanos con especialidad en ciencia política por la Universidad de Nuevo México (USA). Académico de la Universidad de Guadalajara y miembro del SNI.

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