¿Qué pasó con Monitor?
Alexandra Nayeli Jiménez Martínez
Con 41 mil 100 emisiones a lo largo de 33 años, el 29 de junio, José Gutiérrez Vivó anunció “la muerte” de Radio Monitor, transmitido en las frecuencias 1560 y en 1320 de amplitud modulada, y todos empezamos a preguntarnos qué había pasado. Todos escuchamos las voces del tío, la amiga, el vecino, que más allá de su consternación, expresaban su frustración como radioescuchas.
Gutiérrez Vivó argumentó no contar con la solidez necesaria para continuar la labor que desde hacía años venía realizando Infored, además de una serie de litigios laborales, deudas asumidas con acreedores diversos, y un boicot publicitario impuesto por la administración de Vicente Fox, anunciado a raíz de que dio cabida a López Obrador en sus emisiones.
La otra parte acusa a Gutiérrez Vivó de ser un mal empresario, de haber errado al apostarle a López Obrador en las elecciones federales pasadas, y hasta de aumentar su riqueza personal. También existen personas convencidas de que la causa del cierre de Monitor fue el pleito con Grupo Radio Centro y el desgaste ocasionado desde 2002.
Tal vez muchas de estas razones contribuyeron al cierre de Radio Monitor, pero lo cierto es que debemos seguirnos preguntando por qué se permite el cierre de un medio que ha contribuido sobremanera al cambio social en México y que ha estimulado transformaciones en otros medios, que ha fomentado la participación de su auditorio, que ha innovado y trabajado con creatividad y veracidad, y que ha contribuido a formar ciudadanos. No en vano han salido tantos radioescuchas en defensa de lo que consideran un miembro más de su familia.
También destaca el compromiso de sus trabajadores, quienes, solidarios a pesar de las fricciones, decidieron aplazar la huelga prevista para el 30 de junio, hasta el 17 de agosto, y mientras tanto, salen a las calles, a las oficinas, a pedir el apoyo de sus radioescuchas y de las autoridades mediante cartas, correos electrónicos, movilizaciones públicas, conferencias y todos los medios que se les ocurran para que se tomen cartas en el asunto con respecto al litigio que mantienen Grupo Radio Centro e Infored, así como para solicitar a la opinión pública donaciones y suscripciones a Diario Monitor.
Y sus radioescuchas, entre tanto, ofrecen a Gutiérrez Vivó crear una cooperativa que salve a la estación, y buscar anunciantes en la iniciativa privada para sufragar ese espacio.
Hasta quienes no simpatizaban con Gutiérrez Vivó lamentaron el cierre de Monitor, y reconocieron públicamente que éste siempre fue un espacio abierto, plural, crítico y con equilibrio informativo. Sobre todo que siempre se mantuvo abierto a posiciones divergentes. Y eso no es algo que muchos medios que se precien de respetables hagan hoy en día. Por eso es tan importante el regreso de Monitor, porque no se puede terminar de ese modo un espacio radiofónico que se presta a la convergencia de ideas, a un debate enriquecedor desde las diferencias, y que ha dado cabida a expresiones culturales y científicas diversas.
Libertad de expresión y el caso de Monitor
Ahora situémonos específicamente en lo que respecta a la situación de la libertad de expresión en México, ese vulnerable derecho constitucional que hoy en día se coarta con nuevos y sutiles métodos, además de las formas tradicionalmente conocidas.
Incluso instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reconocen que hay nuevas formas de restringir la libertad de expresión en el continente, una de ellas es mediante la asignación de publicidad oficial, pues ésta se utiliza en ocasiones en forma arbitraria y discriminatoria, lo cual afecta la libre propagación de información que resulta de interés público, y esto, a su vez, necesariamente afecta la democracia mexicana, ya que para lograr su consolidación, es requisito que la sociedad tenga información plural.
En días recientes, un grupo de organizaciones civiles defensoras de la libertad de expresión, entre las que se encuentran la Fundación Manuel Buendía, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, el Centro Nacional de Comunicación Social, Artículo 19, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, LIMAC, y Reporteros Sin Fronteras, presentaron ante la CIDH un Informe sobre la Situación de la Libertad de Expresión en México, en el cual se señala que precisamente uno de los obstáculos para ejercer ese derecho, es la falta de criterios objetivos y transparentes en la asignación de publicidad oficial.
La respuesta del Estado mexicano en ese sentido fue ni que si ni que no. Es decir, no se pronunciaron al respecto, como sí lo hicieron en otros temas fundamentales como son asesinatos y desapariciones de periodistas, la ley de medios, y el reconocimiento de medios comunitarios en el nuevo marco normativo.
En ese sentido, la cuestión de la asignación de publicidad oficial es un tema sobre el cual se debe reflexionar y trabajar para que no sea una forma de censura o inducción a la autocensura, de premio o de castigo dependiendo de los criterios editoriales, sino una forma de garantizar la existencia de medios críticos, independientes y plurales como ha sido Monitor a lo largo de 33 años.
También debe legislarse para que tengan cabida proyectos culturales diversos y un sinfín de voces que conviven en una sociedad que aspira a vivir democráticamente. Para ello deben considerarse los estándares internacionales así como la necesidad de que en nuestro país no claudiquen, se obstruyan o cierren espacios fundamentales por falta de recursos publicitarios.
En todo caso, este debería ser un punto de partida para aquellos legisladores comprometidos con la libertad de expresión y el derecho a la información, para que trabajen —como se menciona en el informe citado— en una Ley de Transparencia y Equidad Publicitaria, así como en la creación de la figura Apoyos del Estado a publicaciones y medios de carácter cultural, académico y de divulgación, a fin de establecer mecanismos claros para la sobrevivencia de medios ajenos a los grandes consorcios y a grupos de poder.
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citarse el anterior artículo:
Jiménez Martínez, Alexandra Nayeli, 2007, «¿Qué pasó con Monitor?», en
Revista Mexicana de Comunicación en línea, Num, 105, México, julio.
Fecha de consulta: 27 de julio de 2007.