Ahora, censura en Notimex

Bótica

Jorge Meléndez Preciado

Pareciera que los funcionarios actuales van marchando, respecto a la libertad de expresión, como los cangrejos, para atrás. Hace poco señalamos las restricciones cometidas por RTC a la libertad de información. Esto fue en los casos de los programas del PRD, uno de los cuales a fin de cuentas no recibió la proyección a que se comprometieron las autoridades, cuando menos en el canal 11 de televisión, donde el miércoles 14 se dijo que aparecería la emisión “Presidente legítimo”.

Ahora, por desgracia, la agencia Notimex, al decir de muchos suscriptores, no difundió las controvertidas frases que pronunció Vicente Fox en Washington: En el caso del desafuero de Andrés Manuel López Obrador en 2005, “tuve que retirarme y perdí. Pero 18 meses después, me desquité cuando ganó mi candidato” (Felipe Calderón).

Las opiniones del ex presidente fueron presentadas en una buena cantidad de medios nacionales. Lo que trajo como resultado una serie de comentarios diversos. Especialmente porque el 2 de julio del 2006, la controvertida elección presidencial, ya no estaba en el ambiente político. Pero esas imprudentes declaraciones revivieron el asunto, algo que alentó la imparable campaña de Andrés Manuel y puso nuevamente contra las cuerdas a Felipe Calderón.

Que las omisiones de Notimex fueron notorias, lo demuestra que hasta el Partido Verde Ecologista exigió por medio de sus senadores que la llamada agencia estatal explicara porque sólo divulgaron parcialmente la noticia y no le dieron seguimiento a la misma. Consideraron que la información se presentó de manera sesgada, parcial e inoportuna.

Esta es la primera ocasión que Notimex, luego que en noviembre del año pasado se supone pasó de gubernamental a estatal, es acusada de censurar un acontecimiento.

Pero hay otras cuestiones que deberían preocupar acerca de esa importante empresa mexicana, la cual se fundó en 1968 para difundir las versiones oficiales, aunque en diferentes momentos ha tenido colaboradores y funcionarios con una visión plural y abierta en sus contenidos.

El pasado sexenio, Vicente Fox tuvo que enviar el 2 de septiembre de 2006 su propuesta de primer director para que fuera ratificado por el Senado. Pero no lo hizo. Más bien interpuso a través de la Procuraduría General de la República una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que fuera directamente el mandatario quien nombrara al funcionario principal de Notimex.

Ello, obviamente, evitaría la autonomía de la agencia y permitiría, como en los tiempos priistas, que por medio de la secretaría de Gobernación se manejen nuevamente las informaciones, es decir, se evitara la amplitud informativa que se le pretendía dar.

El nuevo gobierno de Felipe Calderón no ha dicho nada al respecto- como en muchos otros terrenos, va dejando de tomar decisiones y hacer nombramientos-, y la situación es complicada. Máxime que en los primeros meses de este año han sido despedidos una buena cantidad de periodistas y no funcionan varias corresponsalías nacionales y extranjeras, sin que el sindicato diga nada al respecto.

La posibilidad que tuviéramos una agencia de noticias estatal fue aprobada el 5 de abril del 2006 por la Cámara de Diputados, con el objetivo de que contáramos con instituciones “necesarias para la consolidación de un país donde las voces de todos se incluyan y donde la información correcta sea un derecho garantizado al ciudadano, por encima de la temporalidad de un gobierno”, según un editorial de Notimex.

El avance, hasta ahora, es algo que se frustró por el temor de un gobernante (Vicente Fox) y las dudas de otro (Felipe Calderón).

Lo que demuestra tres cuestiones al menos:

1. Que los avances legislativos muchas veces se quedan a medias no obstante las buenas intenciones de los congresistas.

2. Que las declaraciones frecuentes de los gobernantes respecto a que respetan y luchan por la libertad de expresión son únicamente palabras.

3. Y que es necesario estar atentos no sólo a las censuras en todos los órdenes sino incluso insistir para reclamar los avances sociales que van siendo coartados por el temor de los funcionarios a la auténtica, real pluralidad.

Antes de este reciente y lamentable episodio, Antonio Aspiros, con treinta años de trabajar en Notimex, fue censurado en julio del 2006 en dos textos que planteaban una lucha política cerrada entre los dos candidatos punteros a la presidencia de la República. También se le retiró la invitación a dicho compañero para intervenir en la elaboración de un libro conmemorativo de la agencia. Hoy Aspiros hace artículos por Internet que correctamente titula “Textos en libertad”.El asunto que nos ocupa muestra, una vez más en esta administración, la cara oscura de la censura.

Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

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