Mediocridad
El Financiero, 25 de junio de 2007
Botica
Jorge Meléndez Preciado
País de esperanza, era el nuestro. La clase media se consolidaba y participaba más. La democracia formal llegaba con la aportación de millones. La economía crecía bien hasta que llegó Miguel de la Madrid.
La cultura, algo que hacemos todos, no paraba, a pesar de los magros presupuestos y la burocracia que consentía a pequeños grupos. La alternancia parecía una oportunidad única, incluso Fox signó varios compromisos importantes –que soslayó a las primeras de cambio–. Y de repente, nos dimos cuenta que vamos para atrás en todos los órdenes.
Educación, creación artística, aumento de salarios, prestaciones sociales, apoyos a los más necesitados, a jóvenes y a niños. La lista es infinita y la muestran a diario los organismos internacionales. Y es que unos cuantos siguen manejando el país y no rinden cuentas serias, a pesar del IFAI. Una minoría (180 mil personas se embolsa 40% de la riqueza nacional, refiere El Financiero del 14 de junio).
Tenemos sin duda una horrible realidad, unos pocos oprimen de todas las formas a millones. Y es que las clases políticas y económicas son mediocres en serio. Quieren ahogar a todos y salvarse ellos, algo inconcebible. Aunque insisten que “ahora sí” vendrá la solución a los graves problemas nacionales. Pero siempre fallan. Ya lo vimos con la pareja de Marta Sahagún. Hoy lo reiteramos con Felipe Calderón, quien está más pendiente de artistas y deportistas que de la educación. Y la recientes leyes fiscales, nuevamente, harán que los cautivos paguemos más y los empresarios, no obstante lo que se diga, eludan impuestos. Otro canto de cisne. Bueno hasta en el futbol todo es patético. Y no se diga los gritones de la televisión que hablan las “maravillas” de la era Hugo Sánchez, siendo que el desastre es el signo.
Debemos combatir a los mediocres que nos gobiernan y explotan. Es indispensable para crecer y poder salir de hoyo donde nos encontramos.
No lo merecemos
La inteligente y bella Eva Makívar (La creme de la creme, 22 de junio) lo presentó como una joya sin igual. Pero vale la pena reiterar lo dicho por Fernando Ojesto Porcayo, ya que es filosofía de altura, propia de un señor universal que nos regala sus apantallantes luces. Dice el ex presidente del TEPJF que los mexicanos no sabemos leer ni contar, pero menos tenemos idea de lo que es la democracia. Y ya encarrerado dice: “No sabemos tolerar, no sabemos respetar a las minorías”. ¡Gracias, excelso maestro! Mañana trataremos de redimir a quienes usted señala como deficientes. En tanto Fox se carcajea porque se vengó de López Obrador, las encuestas presidenciales de Vicente para favorecer a Felipe Calderón continúan saliendo y los dineros de quienes apoyaron al hoy habitante de Los Pinos están por doquier. No obstante todo ello, la institución que usted dirigió finge demencia.
Entre amigos
Este año vencen 193 concesiones de radio y televisión. Como la legislación aprobada hace tiempo la echó para atrás la SCJN , la actual Cofetel con su cosmético presidente, Héctor Osuna, seguramente refrendará todas a favor de empresas importantes como Radio Fórmula, Grupo Imagen y Radio Red. El plazo límite es en diciembre de 2007, fecha en que seguramente no estará aprobada la nueva reglamentación de telecomunicaciones. Para Francisco García, de la comisión mencionada, es “razonable” darles 20 años más de posesión a los consorcios aludidos. Generalmente en otros países, no pasa de 10 años la renovación. Pero ya sabemos que en nuestro país somos muy generosos, más si los radiodifusores son cuates del preciso.
Negocio puro
El asunto de las famosas “nuevas siete maravillas del orbe” es, como quedó muy claro, un asunto que maneja Bernard Weber, desde Suiza, y no una promoción de la UNESCO. La institución se deslindó porque le parece algo muy poco claro. Aunque lo nítido es que en la campaña participan lo mismo empresas de refrescos que televisoras exaltando el falso patriotismo y seguramente esperando su tajada en el negocio. Quienes están ganando como locos con la manipulación, son algunas compañías de internet. Lo más grave es que el ejecutivo de Calderón se haya sumado a dicha maniobra, en la cual Chichen Itza es el emblema nacional. De ganar, señalan antropólogos mexicanos, el sitio arqueológico estará en peligro por la afluencia de viajeros que la depredarán, como ha sucedido con El Tajín y Teotihuacan.
Nuevamente
El banco HSBC –antes Atlántico– dio de baja la cuenta que mantenía en ese organismo la llamada Honestidad Valiente, que apoya a López Obrador. Sin explicación dijo que ya no aceptaría más depósitos a favor de AMLO. ¿Qué dirá al respecto la Condusef, a cargo de Luis Pazos? ¿Se puede eliminar el contrato de un cliente sin explicación? No se olvide que la institución de crédito hace años dio información falsa acerca de dineros a nombre de Cuauhtémoc Cárdenas.
Por otro lado, el próximo domingo Andrés Manuel llamó a una concentración de sus partidarios en el Zócalo capitalino. ¿Planteará algo en el plano cultural o no? Veremos y comentaremos.
Puede citar este artículo de esta forma:
Meléndez Preciado, Jorge, 2007: «Mediocridad»,,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, junio. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/melendez.htm
Fecha de consulta: 18 de junio de 2007.
Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx
Muy interesante, sin embargo debo diferir en qué el problema se a del gobierno. Nosotros como sociedad tenemos una mentalidad verdaderamente atroz. Si nosotros, la sociedad, decidieramos hacer algo en union para un buen común, lo lograríamos si tener que depender del gobierno. Desafortunadamente, en todos los países latinoamericanos la mediocridad es fomentada. El gobierno sólo puede hacer varias cosas, pero no son los indicados. Lo que al gobierno le falta es muchísima autoridad, así como la de las naciones desarrolladas. Lamentablemente, la Comision Nacional de Derechos Humanos se mete a defendera capa y espada a los malditos deliencuentes y sólo buscan ser la piedra en el zapato del gobierno.