Una radio comunitaria: Rélax por amor al arte

  • Rélax es una estación mexicana que transmite desde Nezahualcóyotl.
  • A pesar de estar tan cerca de la Ciudad de México, sufre los problemas económicos y laborales que aquejan a estas emisoras.
  • Valeria, una de sus ex locutoras, se enfrentó al dilema de trabajar en un medio comunitario sin remuneración.
Imagen: Rélax www.relax1045fm.com

Imagen: Rélax www.relax1045fm.com

Por Daniela Caballero

Valeria sale de una casa con una fachada bastante común, color gris y enrejado blanco. Podría ser una casa normal, pero no lo es. Valeria era locutora de radio, pero ya no lo es. Valeria trabajó un tiempo en esa casa que no es otra cosa que una radio comunitaria.

La estación se llama radio X.H.A.R.O Rélax, con acento, y su frecuencia es 104.5 FM. Con seguridad la mayoría de nosotros no ha escuchado tal estación, pero si viviéramos en  Nezahualcóyotl, que se encuentra a unas dos horas aproximadamente de la Ciudad de México, podríamos reconocerla fácilmente.

El director de la estación José Francisco Barrón dice que Radio Rélax es un caso único en cuanto a radios comunitarias se refiere: “tenemos la fortuna de estar en zona metropolitana, es la primer radio que esta con este formato de permisionada en la zona metropolitana del D.F.” El director menciona que Radio Rélax también es la primer radio permisionada que se encuentra tan cerca de una ciudad, pues según él, ninguna otra radio comunitaria en el mundo tiene está peculiaridad.

El proyecto de una estación de radio en el municipio de Nezahualcóyotl nació hace unos cuatro años, cuando un grupo de personas encabezadas por José Barrón, decidieron llevar a cabo el proyecto. La idea era tener una estación de radio que comunicara lo que ocurría en la población de la zona oriente de Nezahualcóyotl.

Fue un trabajo arduo, el director de la estación reconoce que hubo un tiempo donde transmitían en la clandestinidad, porque es complicado conseguir el permiso. Pero hay que aclarar una cosa antes de continuar y sin ánimo de sonar en una cátedra de comunicación aburrida, explicaré brevemente.

Para los que no están muy familiarizados con los términos: las radios comunitarias transmiten bajo permisos otorgados por el gobierno, específicamente por la Cofetel. Los permisos tardan mínimo un año en ser aprobados, pero hay casos donde la espera se prolonga por más de uno o dos años. Se les concede el permiso con la condición de no lucrar con sus contenidos así, el director de la estación destacó que las radios comunitarias:

  1. Están destinadas a servir a su comunidad,
  2. Tienen la obligación de transmitir contenidos culturales y;
  3. No deben recibir ningún tipo de remuneración por ventas de espacios.

De acuerdo al artículo 13 de la Ley de Radio y Televisión, las radios permisionadas se encuentran en el rubro que el gobierno clasifica como radiodifusión oficial, cultural y de experimentación con fines de servicio. Así que la explicación del director cobra sentido.

De este modo Radio Rélax comienza su lucha por obtener un permiso para transmitir. El primer paso, fue afiliarse a la AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias). Después vendrían otras cosas como: “conseguir un permiso legal, ir preparando con talleres a los colaboradores, la cuestión de la metodología del proyecto, y también la cuestión de realizar el expediente cual debe ser y cual pide la Cofetel”. Una vez con el permiso y bajo el estatus de radio comunitaria, comenzaron transmisiones el día 19 o 20 de marzo de 2011, no recuerda con exactitud el director de la estación. Quizá  tantas trabas lo confundieron.

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Valeria Gutiérrez era una estudiante de la carrera de comunicación social de la Universidad Autónoma Metropolitana. Iba por su segundo año en la carrera. Un día después de un larga jornada en la escuela regresó a casa y escuchó en “la micro” donde viajaba la convocatoria de Radio Rélax para locutores. Enseguida le llamó la atención y anotó el número. Llamó alentada por su mamá, le hicieron un pequeño casting y se quedó en la estación. Ese fue el comienzo de una carrera de altibajos en Radio Rélax.

Parece fácil la manera en la que entró Valeria, pero no se trataba de entrar así como así, pues antes tuvo que tomar un curso de capacitación por dos semanas. Después de eso tuvo que escalar de puesto en puesto hasta encontrar uno que le otorgara una satisfacción personal y profesional.

Primero, entró como apoyo de telefonista en un programa tropical. Después era apoyo para otros locutores de la estación. Pero su gran oportunidad vendría en un programa llamado “Visión Interna”, el programa trataba de personas con discapacidad y la labor de Valeria resultó ser importante y crucial en el programa. Quizá suena dramático decir que era crucial su participación, pero lo fue en gran parte porque su compañero en el programa era invidente, aunque eso no le impedía participar en el programa gracias a Valeria. Ella hacía los guiones y le explicaba cómo estaban estructurados, pero juntos desarrollaban el tema.

Todo parecía marchar bien, pero no podemos olvidar que la vida estudiantil a veces suele ser muy exigente, sobre todo si tienes que hacer dos horas de recorrido para llegar de la casa a la escuela, como Valeria. Pronto se percató de que ir por las tardes era complicado, ya que por supuesto tenía una vida más allá de la radio comunitaria; así que decidieron cambiarla a los fines de semanas.

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Como Valeria entró mucha gente que quería colaborar en la estación. Varios de ellos se habían enterado de la misma forma que Valeria: un día en la combi, un día en el micro o simplemente un día cambiando de estación. Les interesó que hubiera una radio en el lugar donde vivían y donde les dieran la oportunidad de participar.

Por supuesto así como podían ir por curiosidad también llegaban por amor a la radio o en busca de un poco de fama, por qué no. El productor Héctor Olvera, cuenta que en su caso no fue en busca de remuneración económica, pues él ya había colaborado en otras estaciones de radio comunitarias y comerciales. Lo diferente en su experiencia entre la radio comercial y Rélax era que le podían dar la oportunidad de trabajar a su manera y sin distinciones de género, posición social o procedencia escolar.

Y aunque ellos no pretendieran ser “famosos”, lo cierto es que la estación comenzó a tener más y más radioescuchas. Probablemente sea el hecho de es más fácil familiarizarse si tu vecino te habla por la radio, que si sintonizas una estación donde no conoces al locutor.

Todo se materializó con la respuesta del público, recibían más de 70 llamadas al día entre toda su barra programática. A pesar de tener reconocimientos de algunas asociaciones, incluida la AMARC, para el director, el mayor reconocimiento es el de la gente que sigue sintonizando la estación. Aunque la respuesta suena trillada, lo cierto es que sin una audiencia ellos no habrían crecido tanto.

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Pocos son los espacios dedicados a los, sí lo diré, más chicos del hogar. Si Radio Rélax proponía algo diferente, por qué no hacer un programa para niños. Cuando Valeria entró a la estación en el 2010 no existía un programa dedicado a los niños, había sólo una propuesta que hasta esa fecha nadie se atrevía a hacer. Las causas eran las siguientes: era para niños y se transmitiría los fines de semana de 8 a 9 de la mañana. Nadie quiere levantarse tan temprano para divertir a los niños, excepto si eres Chabelo.

“Entonces yo me propuse, pues me encanta trabajar para este sector”, recordó emocionada Valeria. Ella se encargaba de la producción, la música y de buscar los temas de los que hablarían durante el programa. Sus compañeras se encargaban de la creación de contenidos. Así que podría decirse que era un trabajo en equipo.

El programa se llamaba “Peke Rélax”. Ponían música infantil y se hablaba de temas para niños. Valeria y compañía realizaban el programa todos los fines de semana. Hasta que una de las chicas salió de la emisión por falta de tiempo y entró en su lugar Daniel, el más joven de la estación.

Llegó el tiempo de bonanza para “Peke Rélax” con Valeria, Beatriz y Daniel en el programa. Daniel llegó a la estación gracias a su participación como radioescucha. Juntos lograron crear un mundo mágico para los niños. Valeria y Beatriz eran las hadas y Daniel era un duende. Beatriz además de ser un hada encarnaba otro personaje llamado Lilux, y cuando digo encarnar era que realmente hacían voces para sus personajes.

De esta forma el programa comenzó a tener éxito entre los radioescuchas más pequeños de Nezahualcóyotl. Los niños que se levantaban temprano para sintonizarlos, quizá en vez de Chabelo escuchaban “Peke Rélax” y también participaban con sus llamadas durante la transmisión en vivo.

Parecía un cuento de hadas, pocas veces en radio comercial se puede apreciar un programa para niños que tenga tanto éxito. Quizá a las grandes radiodifusoras no les interesa este público, pero el programa “Peke Rélax” logró llenar ese vacío. A los niños de Nezahualcóyotl, que no son iguales que los niños que viven en la zona norte de la Ciudad de México, les gustó.

Este éxito además le traía mayores satisfacciones a Valeria y compañía. Para ella lo mejor de estar en “Peke Rélax” era “el trato con los niños, el contacto directo con ellos era mágico, a veces sólo llamaban para saludarme y contarme como había estado su semana, y solo existía entre nosotros la conexión de un micrófono y un radio.”

Los niños llegaban a la casa donde se encuentra la estación a preguntar por los personajes con quienes se despertaban todos los fines de semana.

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Pero no todo era miel sobre hojuelas. Hablamos de una radio comunitaria que ha tenido éxito en la localidad donde transmite. Es un logro considerable, pero si miramos un poco más de cerca, surgen algunas preguntas. La más importante es el subsidio de la estación.

Héctor Olvera, uno de los productores de Rélax, explica que uno de los principales problemas de una radio comunitaria es el económico. Para nadie es un secreto que las radiodifusoras comerciales pueden recibir grandes cantidades de dinero por dejar que distintas marcas y productos se anuncien al aire.

“La concesión que a ellos les dan es porque tienen que generar dinero para poder pagar el tiempo aire de la zona donde se encuentran, no podemos compararnos con el contenido de ellos”. Radio Rélax no puede vender espacios publicitarios en sus programas.

En principio, AMARC puede dar apoyo económico en algunos casos, pero Rélax ha podido sostenerse sin ese apoyo, según los propios trabajadores de la estación. El director sostiene que “la radio comercial lucra y la radio permisionada se limita a la comercialización por medio de mensajes, menciones y donaciones que es como se mantiene la radio comunitaria”.

Si la panadería o la tienda de abarrotes se quiere “anunciar” en la estación lo puede hacer. La forma es sencilla y complicada a la vez. Se puede mencionar que la panadería “x” apoyó al programa e incluso pueden dar la dirección del local, pero jamás vender o publicitar la panadería. En esos casos las panaderías, tortillerías, tiendas, etcétera les dan una “donación”. Son pequeños trucos, pero eso les ha ayudado a sostenerse.

Lo que reciben de donaciones y menciones de ciertos “anunciantes” o patrocinios en eventos que realiza la estación, sólo alcanza para subsidiar gastos elementales como el teléfono, la luz y el mantenimiento del equipo. No pagan una renta porque la casa donde transmiten es del director de la estación. Quienes laboran ahí, o al menos la gran mayoría no reciben ningún sueldo. Salvo algunas excepciones en las que dan un pago únicamente simbólico por ciertas actividades, como a los programadores.

De ahí en fuera, quienes trabajan en Rélax lo hacen por puro amor al arte, por el sentido de ayudar a la gente y hacer lo que les gusta. Pero no todos pueden vivir del arte.

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El cuento de hadas de “Peke Rélax” comenzaba a sufrir algunas modificaciones. A Valeria le gustaba mucho hacer el programa, pero también era muy demandante. Entre la radio y la escuela no se daba abasto.

Había otro problema en la historia que habían creado Valeria y compañía. Si bien trabajaban para la estación y les habían leído la cartilla, es decir, no les pagarían, resultaba a veces contraproducente para los locutores.

Daniel contó una experiencia que tuvo en su capacitación como locutor. Le preguntaron qué pensaba de que un niño trabajara en una estación, y él contestó que si no lo explotaban, estaba bien. No vayas a decir eso al aire, le dijeron.

Daniel trató de no ser explotado, pero la situación de Valeria fue un poco diferente. Para ella ya no sólo se trataba del tiempo que le dedicaba al programa en el horario de transmisión sino también fuera de él. La escuela tampoco ayudaba, pues las obligaciones comenzaban a aumentar. Valeria pasó en Rélax dos años. Por supuesto, después de dos años era el momento de iniciar la tesis para terminar la carrera.

“No existía apoyo suficiente para la producción, no había recursos y los necesitábamos para hacer regalos de aniversario o del día del niño, nosotros como equipo de ‘Peke Relax’  dábamos de nuestro bolsillo y como estudiantes  carecíamos de dinero”, recordó Valeria. Digamos que la radio comunitaria  olvido que sus colaboradores lo hacían voluntariamente y se aprovechó un poco de esta situación.

Había dos problemas en este mundo de “Peke Rélax” donde se encontraba Valeria en forma de hada: El primero era que había que continuar con los estudios en la vida real, y el segundo la falta de apoyo de la misma estación, porque no había los recursos suficientes.

“Peke Rélax” sufrió cambios. Beatriz, la compañera de Valeria en el programa, se fue de la estación en no muy buenos términos. Valeria no se enteró de eso hasta el siguiente programa pues el día que se fue, ella no había ido al programa para trabajar en su tesis. Recibían llamadas para preguntar por ella y Valeria tuvo que decirles a los niños: “resulta ser que Lilux recibió una beca para la escuela de magia, este lugar queda muy lejos de aquí y es una oportunidad grande para él. El hada Cosmika y Lilux (ambos personajes hechos por Beatriz) les dejaron muchos besos y abrazos”.

Meses después de la salida de Beatriz, Valeria tomó una decisión, quizá una de las más difíciles: dejar la estación. Eso significaría un duro golpe para “Peke Rélax” y un cambio en el formato del programa. Hasta antes de la salida de Beatriz hacían las voces de sus personajes, después de su salida dejaron de hacerlo.

Los problemas económicos y la presión en la escuela de entregar su tesis hicieron que Valeria dejara Rélax después de dos años de trabajar cada domingo para los niños de la parte oriente de Nezahualcóyotl. Les dijo a los niños lo mismo: se había ganado una beca para estudiar magia. La realidad es que estaba a punto de graduarse de la universidad y desafortunadamente después no seguiría ninguna beca para estudiar magia.

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Una radio comunitaria no se puede comparar con una radio comercial. En opinión de los locutores, creen poder estar a la altura, en cuanto a contenidos, de una estación comercial. La ventaja de Rélax es que la gente de Nezahualcóyotl tiene preferencia por la estación.

A los radioescuchas les gusta la estación porque habla sobre Nezahualcóyotl, lo que sucede donde viven y eso es lo que les interesa escuchar. Aunque ya quisieran las estaciones comerciales tener radioescuchas tan fieles como los de Rélax, económicamente no podrían compararse a una radio comercial.

Para los realizadores del contenido de Rélax, la cuestión económica no influye demasiado en sus programas, pero reconocen que si hubiera dinero podrían darle mayor calidad a lo que se transmite o al menos no tendrían que dar de su bolsillo para hacer ciertas cosas.

Incluso para los radioescuchas es importante que la estación cuente con personas que sepan del medio. Pero esto no podría ocurrir porque necesitarían pagarles a quienes trabajen de forma más profesional. Uno de los objetivos, como lo dijo Héctor Olvera, es darle oportunidad a la gente “yo si creo que la gente puede hacer las cosas cuando alguien los guía y no esperar formado por una oportunidad”.

No podemos dejar atrás el hecho de que tiene sus pros y contras el que  personas jóvenes comiencen su experiencia en radio de esta forma. Entre los pros está el de adquirir experiencia, aprender en la práctica lo que es la radio y por supuesto, el gusto por hacerlo. Los contra son el trabajo gratuito y el tiempo extra que le lleguen a dedicar a la estación.

El caso de Valeria se ha repetido muchas veces en Rélax a lo largo de sus cuatro años al aire. Personas han entrado y salido por cuestiones personales, de tiempo y sobre todo económicas. Aunque cada locutor se enorgullece de su experiencia dentro de la estación, es complicado mantener un trabajo sin una retribución económica.

El productor reflexionó sobre esto y comentó: “si hubiera economía en una estación comunitaria, veinte, cien o doscientos pesos que le des a la gente por su tiempo que nos de, te apuesto que la gente sería agradecida, me enseñas y me das cien pesos a la semana, perfecto, para algo me ha de servir”. Pero también reconoce que si fuera de ese modo la gente sólo participaría por dinero.

En realidad es un arma de dos filos, si se les diera retribución económica quizá perdería la esencia de radio comunitaria, donde quienes laboran dentro son voluntarios. Aunque por otro lado quizá eso haría que la gente que ya está dentro se quedara más tiempo haciendo su trabajo.

Sin duda alguna son grandes retos a los que se enfrentan las radios comunitarias. El gobierno tampoco se los ha hecho fácil. Ahora está en boga la nueva Ley de Telecomunicaciones y nos preguntamos si se tomaran en cuenta estas estaciones.

Se podría pensar que satisfacer las necesidades de una comunidad podrían bastar para al menos tener más apoyo económico. Si esto sucede con una radio que se encuentra a una o dos horas de la bien centralizada Ciudad de México, sólo hay que imaginar los problemas a los que se enfrentan las radios comunitarias más alejadas de la ciudad.

Entonces Valeria dijo con cierta melancolía que si hubiera más apoyo económico seguiría en la estación: “Lo que más extraño es la motivación de levantarme cada fin de semana para transmitir algo, en serio, sin el programa mis fines no fueron iguales”. No dudo que historias como la de ella se repitan.

Ahora Valeria tendrá que buscar un empleo, lejos de su colonia, donde escuchará noticias que en la vida colectiva de Nezahualcóyotl quizá no sean tan relevantes. Tal vez en una estación de radio comercial.

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1 comentario a este texto
  1. La radio comunitaria puede, por ley, vender espacios publicitarios, conocidos como spots de 30, 20 y 10 segundos, alli falto apoyo legal, la limitante es que mientras la radio comercial puede vender los spots que quiera, la radio comunitaria esta limitada a una cantidad muy pequeña que debe ser utilizada solo para el pago de nomina y energia electrica.

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