La leyenda de la Nahuala: Una experiencia original

Cineadictos 

Carmen Cano Gordon

La Leyenda de la Nahuala, largo metraje mexicano de dibujos animados producido por AniMex, compañía creada por Ricardo Arnaiz en el año 2000 en la Ciudad de Puebla, con el objetivo de hacer en México series para televisión y películas de animación diferentes que compitieran, por su originalidad, atractivos y calidad, con aquellas realizadas en otros países, conservando, a toda costa, los valores e identidad nacional de nuestro país.

La Leyenda de la Nahuala” es el primer largometraje de este joven realizador, su “opera prima”, como se dice en lenguaje cinematográfico, y los logros son dignos de mención.

Existen antecedentes notables de largometrajes de animación de nuestro país: me vienen a la memoria: Katty, la oruga y, más recientemente, “Una historia de huevos”, que constituyó un éxito sin precedentes en películas de este tipo.

Y ahora, se nos sorprende con “La Leyenda de la Nahuala”, una historia original de Ricardo Arnaíz, dirigida por él mismo y contada en breves 80 minutos. Se trata de un relato de miedo y suspenso para niños que se sitúa en los festejos del Día de Muertos en el México del Siglo XIX, concretamente en la Ciudad de Puebla. Cuenta la historia del pequeño Leo San Juan, un chiquillo de 9 años, tímido y miedoso al que su hermano Nando, 4 años mayor que él, siempre humilla y asusta, gozando con el efecto que producen en él las historias de terror que le cuenta y que siempre terminan en que el pequeño se orina en los pantalones, lo que lo hace sentirse peor.

Pero, como sucede en la vida real, ésta, quizá sin quererlo, toma una venganza cuyos resultados son impredecibles: la Nahuala secuestra a Nando y, Leo, sacando fuerzas de flaqueza, se lanza a su rescate, sorteando todo tipo de vicisitudes y escollos, con la ayuda de Xóchitl, que es el espíritu de una niña indígena que vivió en 1755, y logró escapar del mal y, desde entonces, vive deambulando por la Casona, por lo que conoce todos los recovecos y peligros de la misma.

Hay muchos otros personajes y más de la historia muy bien narrada pero, realmente, lo que quiero destacar aquí es el profesionalismo, conocimiento técnico y, sobre todo, la creatividad en el filme.

La cinta está llena de color, de esa gran variedad de colores que distingue a nuestra artesanía en todo el mundo, la música es espléndida: oportuna e ilustrativa, como para proporcionar un disfrute auditivo a espectadores de todas las edades.

Quizá, entre lo más destacable, que es mucho, debamos mencionar la “actuación” de las voces de los actores de primera línea que con ella dan vida a los personajes. Así, reconocemos la voz de Ofelia Medina (la Nahuala); Germán Robles (Fray Godofredo); Martha Higareda (la pequeña Xóchitl); Jesús Ochoa (Santos Machorro); Rafael Inclán (el Alebrije de la biblioteca); Andrés Bustamante (Don Andrés); Manuel “Loco” Valdés (Don Lorenzo Villavicencio); Ginny Hoffman (Sra Villavicencio) y Luna Arjona (como la inefable Nana Dionisia, que es todo un personaje, alegre y lleno de vida).

En aras de la brevedad que esta publicación exige, quisiera recomendar a los lectores que vean “La leyenda de la Nahuala”, es toda una experiencia visual, auditiva y plena de creatividad. Felicitamos a Ricardo Arnaiz por este logro.

Este artículo fue tomado de la publicación Cineadictos y debe citarse así:

Cano Gordon, Carmen, «La leyenda la Nahuala: Una experiencia original», en Cineadictos,
diciembre, num. 71, año 7, 2007.

Deja una respuesta