Campañas negativas

La política en tacones

Pilar Ramírez

El triunfo contundente del demócrata Barack Obama como culminación de una campaña signada por la participación ciudadana, cuyo voto y aportaciones económicas llevaron al candidato afroamericano a la presidencia de Estados Unidos parece colocar en un segundo plano el papel que jugó la campaña negativa del Partido Republicano.

Estudiosos de la ciencia política han establecido cómo las campañas negativas muestran cierta efectividad pero en contraparte producen un clima de crispación social que resulta difícil superar incluso para quienes se benefician de ellas.

En la contienda por la presidencia de Estados Unidos, la campaña negativa utilizada por John McCain hubiese dado mejores resultados de no ser por la irrupción de la crisis económica que fue convenientemente capitalizada por el candidato demócrata.

El equipo de campaña republicano comenzó a utilizar este tipo de ataques en el mes de julio con un spot denominado Celeb en el que comparaba a Obama con una celebridad mundial tipo Paris Hilton o Britney Spears para poner en duda su capacidad de liderazgo; también aprovechó el viaje que Barack Obama realizó a Europa, Afganistán e Irak donde prometió retirar las tropas estadounidenses de ese país en 16 meses para acusarlo de aceptar perder una guerra con tal de impulsar su carrera presidencial. La misma promesa demócrata sirvió para señalarlo como un peligroso musulmán encubierto. Después de esos ataques, a principios de agosto, los candidatos estaban empatados en las encuestas electorales.

En las concentraciones de apoyo a McCain se presentaban los dressed monkeys (monos vestidos), forma en que los blancos racistas se refieren a los negros; estas manifestaciones ilegales eran toleradas por el equipo de campaña del republicano porque le ganaba simpatías con el electorado más conservador.

Otro spot presentaba a Obama como un político mesiánico que se consideraba elegido para ocupar la presidencia. Algo así como un mesías, no tropical sino de primer mundo. John McCain defendió esta forma de hacer política electoral, afirmó estar orgulloso de esos anuncios, pues la campaña era dura.

La cadena CNN dio a conocer el día de los comicios que con el uso de un servicio telefónico automatizado, los republicanos llamaban a los hogares cubano-americanos para decir –en español- que Fidel Castro apoyaba a Barack Obama. A pesar de estos esfuerzos, la campaña negativa no tuvo el efecto deseado y ganó el demócrata con una votación que hace incuestionable su triunfo, aunque el republicano mostró que el voto duro de su partido no es desdeñable.

Otro ejemplo cercano es el de España. Mariano Rajoy, líder y candidato del Partido Popular, acusó a Rodríguez Zapatero de haber traicionado a las víctimas de ETA y de negociar con terroristas. En Bolivia, el conservador Poder Democrático Social quiso detener la llegada de Evo Morales a la presidencia con una campaña de miedo que presentaba a la población un panorama sin ayuda del gobierno y sin empleo. En Paraguay, el Partido Colorado intentó descalificar a Fernando Lugo vinculándolo a los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales. ¿Le suena conocido el recurso?

Como en México cantamos muy bien las rancheras, fueron aprovechadas las bondades de la globalización y la asesoría de estrategas en comunicación política importada de España que trajo a la pasada elección presidencial un tipo de campaña que verdaderamente resultó un peligro para México. Hoy todavía se viven los efectos de la crispación que produjo una campaña negativa que comenzó con el intento de eliminar a Andrés Manuel López Obrador de la contienda presidencial y que tuvo sus manifestaciones más ásperas durante la campaña electoral. El clima de confrontación que se gestó entonces persigue hasta este momento al Presidente Felipe Calderón en sus actos públicos.

También está a la vista que los sectores conservadores, en la búsqueda del poder o la pretensión de mantenerlo, son más proclives a utilizar este tipo de propaganda electoral, pero los efectos sociales desastrosos. Se avecinan tiempos electorales en México. ¿Los partidos habrán tomado nota de la lección que dejan las campañas electorales que optan por la propaganda negativa, especialmente la de Estados Unidos? Hay cosas que no curan ni los promocionales de Televisa contra la crisis y contra el miedo.

Periodista y colaboradora de la RMC

El artículo anterior se debe de citar de la siguiente forma:

Ramírez, Pilar, «Campañas negativas», en Revista Mexicana de Comunicación en línea,
Num. 113, México, noviembre. Disponible en: Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/politica.htm
Fecha de consulta: 13 de noviembre de 2008.

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