Téllez, renuncia y despedida

El Universal, Finanzas, 3 de marzo de 2009.

Telecom y medios

Gabriel Sosa Plata

Salvador García Soto reveló lo anterior en su columna “Serpientes y Escaleras” (El Universal, 28 de febrero). Pero algo ocurrió y no lo hizo, escribió el periodista. Y por lo visto no lo hará, pese al desgaste del funcionario y las presiones que se viven en el sector de las telecomunicaciones.

Tal parece que el presidente Felipe Calderón no pretende aceptar o pedirle la renuncia a Téllez, porque ello sería una muestra de debilidad frente a los grupos que buscan desestabilizar su gobierno por diferentes motivos. Además, bajo esa visión, lo ocurrido con el titular de la SCT sería poco frente a las acusaciones, mucho más delicadas, que se han hecho a otros integrantes del gabinete calderonista, como el procurador Eduardo Medina o el finado ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño.

El daño en la imagen de Téllez busca ser reparado desviando la atención. La prioridad ahora es encontrar a quienes hicieron las grabaciones ilegales y llevar a la cárcel a los culpables. Lo demás; es decir, el contenido mismo de las conversaciones, es irrelevante. Por eso sólo hubo lugar para pedir disculpas por las palabras altisonantes y no por el conflicto de intereses, el probable tráfico de influencias, las mentiras y otras perlas que se evidencian en las grabaciones.

Parte de la estrategia consiste en hacer victima a Téllez, identificar al victimario y demostrar ante los demás lo que pasa con quienes piensan o proponen algo distinto o bien con quienes se indisciplinan en el gobierno democrático de Felipe Calderón. Y nada mejor para ello que la ex subsecretaria de Comunicaciones, Purificación Carpinteyro, quien ha sido acusada de filtrar las grabaciones y, ahora, por presunta malversación de recursos públicos a su paso por Correos de México. Todo el gobierno y algunos actores del mismo sector de las telecomunicaciones están dispuestos a participar en esa encomienda.

Y mientras se ataca en lo legal, se proyecta una imagen de trabajo y eficiencia. De la noche a la mañana, vaya casualidad, se dieron cuenta que sí era posible avanzar en ciertos asuntos que estaban atorados. El 23 de febrero, Gabriela Hernández, nueva subsecretaria de Comunicaciones, anunció que se destrabó la resolución mediante la cual se reducen 70 áreas de servicio local de telefonía en el país.

Ese mismo día, dio a conocer la autorización para que operadores como Nextel y Iusacell puedan ofrecer nuevos servicios adicionales y que se renovarán 100 concesiones a empresas de telecomunicaciones (se dice que también las de MVS, ¿será?) mediante un mecanismo de contraprestación. También se entregaron 43 títulos de concesión de red pública de telecomunicaciones y seis permisos para prestar servicios de telecomunicaciones (comercialización de telefonía fija y móvil, acceso a internet, etc.) en 17 estados del país.

Con esto —presume la SCT en un comunicado posterior— el gobierno del presidente Felipe Calderón refuerza su compromiso para que en su conjunto el país avance en objetivos como ofrecer a la población la posibilidad de contar con servicios de telecomunicaciones convergentes, se amplíe la cobertura y el acceso en servicios de telecomunicaciones y se incremente la competencia en este sector.

Estas acciones, junto con la próxima licitación de frecuencias para servicios de telefonía móvil de 3G y WiMax, colocarían a México en un nuevo paradigma de competencia en el sector. Pero no es tanto. Los anuncios son poca cosa, migajas, frente a los grandes desafíos regulatorios, de competencia y pluralidad en medios, en un país con una elevada concentración en tv y telecomunicaciones.

Además de la enorme cantidad de litigios que prevalecen y que continuarán en el sector, continúan a la espera decisiones más importantes, como las licitaciones para incrementar la competencia en radio y TV abiertas, el fortalecimiento de los medios públicos, los refrendos de concesiones mediante licitación, la incursión de Telmex en televisión, impulso a la TV digital, entre muchos otros. Si el secretario Téllez le entra en serio a estos asuntos, las filtraciones telefónicas serán sólo chuscas anécdotas.

Azteca: continúa desafío

Y ya que hablamos de desafíos regulatorios, el 27 de enero me referí en este espacio al multiplexeo, no permitido, de los canales digitales 7, 13 y 40, de TV Azteca, y a la comercialización, en las tiendas Elektra, de un equipo sintonizador con el que se pueden ver más de 10 canales producto de ese multiplexeo. Ese mismo día, fue retirada la página en la que se vendían esos aparatos, pero prevalece en internet otro sitio (www.hi-tv.com.mx) en el que se dan detalles de “HiTv, la evolución de la tele abierta”, los canales disponibles (Azteca Novelas, Pelimanía, V-me, Antena Neox, entre otros) y los lugares donde se puede adquirir el “receptor digital”.

Despedida

Y con esta entrega, termina “Telecom y Medios”. Agradezco al presidente de El Universal, el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, así como al director general, Juan Francisco Ealy Jr., la oportunidad de formar parte, desde el 21 de junio de 2005, de esta gran empresa. También agradezco a quienes apoyaron, en diferentes momentos, esta columna: Javier Corral, Roberto Rock, Rubén Álvarez, Raymundo Rivapalacio, Roberto Aguilar, Luis Acevedo y Martha Ramos. Mi gran aprecio y amistad a mis editores, Hugo Loya y Fernando Pedrero, así como a mi querida y admirada colega Angelina Mejía.

Profesor e investigador invitado de la UAM Cuajimalpa.
Columnista de El Universal y coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación.

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo:

Sosa Plata, Gabriel, «Téllez, renuncia y despedida», en El Universal,
México, Núm. 33, 368, 3 –III– 2009, Telecom y otros medios, Finanzas.

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