¿La muerte del periodismo impreso?

Excelsior, Dinero, 24 de marzo de 2009.

Proyecto Internet

Octavio Islas

De todos los medios “remediados” por internet, sin duda alguna los periódicos han resultado los más perjudicados. La pronunciada recesión de la economía mundial incluso podría acelerar la extinción del periodismo impreso, anticipada por Philip Meyer, autor del libro The Vanishing Newspaper: Saving journalism in the information age, quien afirmó que ésta podría ocurrir en 2043.

En la agonía de la década de 1990, afirmaciones relativas al inminente fin del periodismo impreso eran consideradas absurdas. Sin embargo, las señales de alarma se encendieron cuando directivos del Post Och Inrikes Tidningar, entonces el diario más antiguo del mundo en circulación —publicado desde 1645, en Suecia—, decidieron retirar su versión impresa. Poco después, el 24 de agosto de 2006, en la edición impresa de The Economist, fue publicado el artículo Who killed the newspaper?, el cual intensificó la incertidumbre y creciente preocupación en el porvenir de los medios impresos.

En respuesta, Álvaro Vargas Llosa afirmó: “No, al periódico nadie lo mató. El gran error de que han cometido los diarios de Estados Unidos, Europa y América Latina, en respuesta al nuevo contexto, es haber encarado esta tendencia como un desafío financiero y tecnológico en vez de un fenómeno cultural”.

En México, sin embargo, la prensa parecería disfrutar de una situación excepcional, si consideramos las cifras relativas a la inversión publicitaria. Según el Primer Estudio de la Comunicación Comercial en México —realizado por la Confederación de la Industria de la Comunicación Mercadotécnica (CICOM)—, en 2004 la prensa recibió 1,902.58 millones de pesos, 6.2 por ciento del total de la inversión publicitaria de 2003.

Para el Estudio 2008 del Valor del Mercado de la Comunicación Comercial en México, también de CICOM, en 2007 la prensa recibió 4,335 millones de pesos, que representan 8.7 por ciento del total destinado a inversión publicitaria.

En cambio, los efectos de la reciente depresión económica sobre el periodismo y los medios impresos fácilmente pueden advertirse en Estados Unidos. The New York Times, por ejemplo, enfrenta la peor situación financiera de su historia. Por ese motivo, a partir del 5 de enero de 2009 comenzó a publicar inusuales anuncios comerciales en su primera plana.

De los reportes financieros relativos a los ingresos obtenidos por el prestigiado diario, los cuales fueron dados a conocer en octubre de 2008 por The New York Times Company, la empresa editora del diario, se desprende la necesidad de realizar inmediatos ajustes o de lo contrario no tendrá la solvencia para cubrir algunas de sus deudas inmediatas, estimadas en 400 millones de dólares.

Las deudas del Times actualmente ascienden a más de mil millones de dólares. El prestigiado diario tan sólo cuenta con 46 millones de dólares en efectivo en sus arcas.

El lunes 19 de enero, The New York Times Company se vio en la necesidad de aceptar el préstamo que desde el año pasado le había ofrecido el acaudalado empresario mexicano Carlos Slim Helú, por 250 millones de dólares, a una tasa anual del 14 por ciento y vencimiento a seis años. Si el periódico incumple, Slim tendría la opción de adquirir 15 por ciento adicional de las acciones de la empresa.

En septiembre de 2008, Slim invirtió 128 millones de dólares en acciones del Times, que equivalen a 6.9% de la firma. Si su préstamo en seis años se transforma en cartas de inversión, Slim sería dueño de 17% de las acciones del Times. La familia Osch-Sulzberger, fundadora de la empresa, actualmente controla 19% de las acciones del diario.

Investigador del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura,
Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

El anterior artículo debe citarse así:

Islas, Octavio, «¿La muerte del periodismo impreso?»,
en Excélsior, Proyecto Internet, Dinero, 24— III — 2009.

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