Instrucciones para resistir los embates de la partidocracia
Carlos M. Hornelas Pineda
1. Infórmese sobre las propuestas
No forme parte de la borregada que acude a las urnas sin más. Después de todo votar lo redime de súbdito manso y necesitado a cliente voluble y desdeñoso. Consulte las propuestas (cuando sean públicas) para fundamentar su decisión. Recuerde que muchas de ellas sólo consisten en frases oportunas, dramas de televisión, ideas huecas y en general todo lo que Dante encuentra empedrado en su camino al averno: buenas intenciones. Sincerándonos: ¿quién no quiere un México mejor? Así que pase de largo la ausencia de plataforma y plan de acción y recuerde simplemente quién le ha divertido más o quien le ha llegado al corazón. Después de todo , la política es como la vida misma: una ficción (Salinas de Gortari Dixit).
2. Evalúe a los candidatos
En tiempos de aguas, los candidatos prefieren los baños de pueblo, enjugar las lágrimas, repartir aguas, sudar sus pasos y caminar para no hacer charco. Por eso evalúe el esfuerzo que hacen, quizás para muchos será la primera y la última vez. Para su evaluación tome en cuenta ¿quién regaló más tortas?; ¿quién salió en la foto con la fea del pueblo?; ¿quién abrazó al teporocho que nadie quiere?; ¿quién sostuvo entre sus brazos al bebé cuyo llanto inaudible puede desconcentrar hasta un maestro zen?; ¿quién se ha subido a la bicicleta sin saber andar para pasear con el pueblo?; ¿quién expuso a su familia a la foto de los medios, aún a regañadientes de sus miembros?; ¿quién mudó su residencia al distrito que lo postula, para conocerlo antes de la elección?; ¿quién puede tener una plática de adultos?; ¿quién regaló más camisetas?; ¿a quién le debe el boleto para ver a su equipo deportivo en esa contienda memorable?; ¿No son éstos claros indicios de que su candidato es un ser humano con virtudes y defectos? Quizás el más grande de ellos sea quererlo más que a sí mismo.
3. Haga un balance entre lo probable y lo posible.
Ante todo, sea justo y realista. Los candidatos no pueden terminar con la crisis económica porque viene de afuera. No pueden ponerse de acuerdo porque aún no saben quién quedará dentro. No pueden terminar con los problemas de seguridad porque es un atavismo de otros gobiernos que se arrastra como una tara. No pueden reformar el Estado porque no son politólogos, sólo congresistas. No pueden terminar con la corrupción porque es un fenómeno cultural. No pueden agilizar los trámites inútiles porque se quedarían sin trabajo. No pueden ganar menos salario porque no les alcanzaría para el psiquiatra que carga con todo su stress. No pueden usar papel reciclable porque su papelería se ve linda con su nombre impreso. Y finalmente no tienen una varita mágica y un hada madrina, así que no se ponga fino con sus deseos ni crea que son los reyes magos.
4. Razone su voto
Antes de emitir su sufragio, haga un acto de conciencia sobre por quién va a votar. Pregúntese si su candidato sabe brincar como chapulín, si acaso dejará su puesto de senador para buscar una diputación o viceversa. Pregúntese si su candidato sabe planear a fondo. Por ejemplo, planear su licencia para brincar a otro puesto o si tiene un compadre en una dependencia que haya planeado sus vacaciones durante el período electoral para echarle la mano con la campaña. La solidaridad es un valor altamente apreciado. Pregúntese si su candidato sabe administrar, porque la miseria es cada vez mayor y no queremos que nadie la derroche. Pregunte si su candidato sabe leer y escribir porque son tantas las iniciativas y tantas las cuartillas que leen durante sus horas de sueño que no les queda de otra que dormir en el congreso. Pregunte si su candidato tiene un equipo de profesionales asesorándolo. Esto evitará que en el futuro tenga que contratar a sus familiares, compadres, amantes o conocidos para ayudarlo.
5. Conozca a sus candidatos
Vivimos en una aldea global interconectada. Si quiere conocer a sus candidatos, responda sus mensajes de SMS que llegan al celular invitándolo a desayunos, comidas, cenas. No pierda oportunidad de descargar sus fotos y de seguirlo en Twitter. Apúntese como uno de sus amigos en Facebook con una foto con la camiseta de su equipo. Apártese por un momento de la tele-basura y consuma Youtube, descubrirá un sin fin de productos multimedia de su candidato: videos musicales, declaraciones, seguimiento de la campaña, mentadas de madre a sus adversarios, convivencias con todo tipo de electores, etcétera. Así que por favor no sea inconsciente mandándole correos electrónicos que no tiene tiempo de responder. No sea impertinente y lo detenga en mítines para platicar. Él se debe a la gente y usted no es el único ciudadano.
6. Observe la cortesía de los contendientes.
El Congreso de la Unión, epítome de la diplomacia política que trabajará en la siguiente legislatura para llegar a acuerdos a favor del pueblo, requiere de ciudadanos probos, atemperados y corteses que antepongan el diálogo, la empatía y el bien común a intereses partiduchos y mezquinos. Por lo tanto observe con detenimiento el trato entre caballeros, la templanza ante el adversario y la crítica constructiva que detentan en sus campañas. Aprenda algo del buen trato entre ellos y convénzase de su capacidad para trabajar en equipo una vez electos. Increpe a sus amigos con los vituperios que han puesto de moda: refiérase a ellos como chamacos penden…cieros, por ejemplo. O exclame ¡Ah que su pu…..estamente no estamos saliendo del hoyo!
7. Compare efectividad.
Si uno es buen hijo, puede ser buen padre. Aplique esta lógica en la política y tendrá un índice de efectividad envidiable. Piense que quien postula a sus hijos ya tiene experiencia y no quiere un mal para ellos. Por ello hay que buscar las dinastías, heredar los puestos o de plano, luchar por el patrimonio familiar. Quien postula a su esposa es para alentarla a salir de casa y deposita en ella una cuota necesaria de género. Quien postula a su hermano es porque ha entendido la parábola de Caín y Abel. Quien tiene un familiar como funcionario y se postula, no va en contra del ideario del partido en cuestión , sino establece ese vínculo necesario de cabildeo y negociación para planchar las iniciativas y su operación. Aquí el parentesco es sólo un accidente y estas cosas ocurren hasta en las mejores familias. Si la política fuera algo pernicioso, ¿cree usted que alguien la querría para su familia?
8. No anule su voto
En la política ficción, los expertos analistas de banqueta que consultan a los oráculos de las tabernas, que se guían por el consejo de los chamanes videntes del humo verde, aconsejan anular el voto. Salvadas las distancias es como casarse por internet sin noche de bodas o ir al cine, comprar boleto y sólo contemplar el cartel de la película o como dejar de bañarse porque al fin y al cabo al rato va a sudar, o qué se yo. Recuerde que este razonamiento pedestre se ha vestido de fórmulas tipo producto milagro que aparecen cada que hay elecciones, pero con nombres atractivos y de fácil mnemotecnia: el voto útil; voto de castigo; voto por voto; voto blanco; y ahora con ustedes…. el voto nulo. Si gusta mandar un mensaje a la clase política repártalo a los candidatos de hoy que serán los congresistas del mañana, de cualquier manera en la democracia se gana hasta por un simple voto. Lamentablemente en esta democracia imperfecta sólo se toman en cuenta los votos del “si” y no los votos por el “no”. Hasta que esto no suceda, su tache en la boleta significa “si” y no significa “no”.
9. No caiga en provocaciones
No importa cuántas cartas reciba en su domicilio con remitentes de candidatos que ni siquiera conoce; no importa cuántas veces saturen su email o cuántas veces tenga que ver los spots de los partidos; no importa cuántas pancartas estén colgadas en los postes de la ciudad, amén de camisetas, bolígrafos, gorras, medallones de taxis, banderolas, etcétera. No debe sentirse intimidado ni pensar en los discursos de Ferriz De Con o los de TV Azteca cuando pregonan a diestra y siniestra, apocalípticamente que el país es propiedad del Congreso. Usted y yo sabemos que eso es una infamia. El país le pertenece al Sr Slim.
10. Si está indeciso…
De acuerdo con las últimas encuestas publicadas antes de la elección el número de indecisos es incluso mayor al de los posibles votantes, por tanto, si usted es parte de este grupo, no se preocupe, porque hayga sido como hayga sido usted ya ganó.