A cuadro la arquitectura alemana
- La caída del muro de Berlín propició cambios arquitectónicos, sociales y artísticos que se plasmaron en el cine.
- La evolución de la cinematografía durante la posguerra fría es analizada en este texto de la revista CineAdictos.
Por K. Sofía Murillo Camacho
Colaboradora de la publicación CineAdictos que edita la FES- Acatlán
En Alemania, la ascensión de Hitler al poder supone, para las artes en general y para la arquitectura en particular, un retroceso importante. La escuela de la Bauhaus se cierra en 1933, y la obra de los expresionistas, dadaístas y otras tendencias de principio de siglo es calificada como arte degenerado. Desde 1961 hasta 1989 Alemania estuvo dividida por un muro de concreto. Cuando éste fue derribado todo había cambiado. El país tuvo que ser prácticamente reconstruido. Pero, no fue sólo la política lo que se transformó en aquel entonces, también el ámbito cultural y arquitectónico registraron cambios significativos.
El grado de destrucción de la ciudad de Berlín alcanzó el 50%. El Muro de Berlín, que dividía la ciudad y la separaba del resto de la República Democrática Alemana (RDA), dejó una franja no urbanizada donde se colocan a la vanguardia la intervención urbanística y arquitectónica más ambiciosas. Fueron arquitectos de gran renombre, como Renzo Piano, Rafael Moneo y Arata Isozaki, quienes, después de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron que encontrar formas nuevas para reconstruir Alemania.
Cambios en el paisaje de Berlín
Hubo una gran discusión en torno a la arquitectura en Alemania después de la caída del Muro, porque se planteaba la pregunta de cómo se podía reconstruir Berlín integrando también la parte oriental de la ciudad. La nueva arquitectura alemana no se puede forzar a seguir un esquema formal o programa, o atribuirse a escuelas, a tendencias o a líneas claras de tradición. La extrema individualización es el término que describe de la mejor manera la nueva situación.
La obra más emblemática fue la remodelación completa del interior del histórico edificio del Reichstag, así como la restauración de su fachada y la construcción de una cúpula con nuevo diseño moderno, marcadamente diferente al original. El edificio cuenta con un salón principal de 30 metros de alto, transparente y funcional. Desde la Plaza de la República se observa la puerta oeste del edificio; ésta es la entrada para los visitantes. Tras las paredes de vidrio se encuentra el salón oeste desde donde se puede ver el Hemiciclo.
Cerca de allí, en el costado norte se levantaron tres edificios complementarios, que en conjunto se conoce como ¨complejo parlamentario¨. Entre ellos, el edificio Paul Löbe acoge las salas de deliberaciones y los despachos de los diputados y un restaurante con vista al río Spree. En el edificio Jakob Kaiser están el palacio histórico del presidente del Reichstag, los servicios parlamentarios y el despacho del Bundestag. Por último, el edificio Marie-Elisabeth Lüders, que se levanta en la ribera este del Spree, alineado con el edificio Paul Löbe, al que está unido por un puente peatonal; su rotonda alberga la sala de la comisión de asuntos relativos a la Unión Europea y acoge la nueva Biblioteca del Parlamento, una de las mayores del mundo.
Cambios en el cine Alemán
En este contexto de remodelación y reconstrucción, la escena cultural no queda de lado y el cine alemán cosecha nuevos éxitos a nivel nacional e internacional. En vísperas del nuevo milenio irrumpe con fuerza en el trasnochado panorama cinematográfico alemán la cinta «Corre Lola, corre» (Tom Tykwer, 1998). El planteamiento en torno a la pelirroja Lola, constituye un ejemplo de la vida imperante a finales de la década de los años 90. La temeraria carrera de Lola contra el tiempo, a través de medio Berlín, se entiende en todo el mundo como metáfora de la ansiedad y el desasosiego de una época. Con «Corre Lola, corre» se obtiene un éxito de tal magnitud que el cine alemán vive un nuevo auge, vuelve a interesar en el extranjero y cosecha éxitos internacionales.
La tragicomedia «Adiós a Lenin» (Wolfgang Becker, 2003), es otro claro ejemplo en el que la trama aborda el fracaso del socialismo real. La mayoría de las escenas fueron tomadas en la Karl-Marx-Allee en Berlín y alrededor de las Plattenbauten cerca de la Alexanderplatz. Se estrenó con éxito en casi 70 países. Parte del éxito de estos filmes se basa principalmente en dos aspectos importantes: los argumentos de temas sociales y los ambientes de ciudades alemanas tan imponentes como Berlin y Frankfurt, la ciudad de los negocios.0000
Recapitulando, puede afirmarse que la caída del Muro de Berlín, además de enfrentarnos a una estremecedora historia, dio lugar a la reconstrucción de una nación, no sólo en ámbito social, sino también en cuanto a infraestructura. Fue ésta la intervención urbanística y arquitectónica más ambiciosa de la época y significó un punto de partida inimaginable para seguir cautivando al espectador con paisajes hermosos y convirtiendo a Alemania en una muy buena opción para los directores de cine, muestra de lo cual son las películas mencionadas.
El artículo anterior se publicó originalmente en CineAdictos
y debe de citarse de la siguiente forma:
Murillo Camacho, K. Sofía , «A cuadro la arquitectura alemana «,
en CineAdictos, Num.94 ,junio, 2010
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