¿Para qué memorizar? Déjeselo a Google
- Una investigación de la Universidad de Columbia reporta que las personas memorizan menos a partir de que saben que pueden consultar información en los buscadores.
- Recordamos dónde encontrar la información, pero no la información en sí misma, indica la investigación.
- “Un profesor universitario estará cada vez más centrado en impartir una mayor comprensión de las ideas y formas de pensar, y menos centrados en la memorización», sostiene Betsy Sparrow.
Por Raúl López Parra
Veamos el siguiente escenario hipotético. Un estudiante acude a su clase de redacción. El profesor explica las reglas de acentuación. Su compañero le pregunta —¿no piensas tomar apuntes para memorizar?— Él, le contesta. —Para qué, si lo puedo consultar en Google.
Cuando tenemos la certeza de que encontraremos la información que requerimos en el buscador, o de que está guardada en algún archivo de la computadora, se reduce en 40 por ciento la capacidad para memorizar dicha información, sugieren los resultados de la investigación de los psicólogos Elizabeth Sparrow, Jenny Liu, Daniel M. Wegner de la Universidad de Columbia, publicado en la revista Science.
El estudio, realizado a 46 estudiantes universitarios, consistió en dividir dos grupos a los que se les presentaron oraciones y trivias que tenían que responder. A uno grupo se le indicó que la información no se podía guardar en la computadora, mientras que al otro se le dijo que sí.
«Los participantes no hicieron el esfuerzo para recordar cuando ellos pensaban que más tarde podrían buscar la sentencia de la trivia que habían leído», escribieron los autores en su reporte.
En una segunda etapa del experimento, se trató de identificar cómo la accesibilidad a la información en línea afectaba lo que recordaban los estudiantes. Cuando se hacía alguna pregunta, los alumnos recurrían a la computadora para saber y corroborar la respuesta.
En otra fase de la investigación se les dijo a los universitarios que la información de las trivias se guardaría en cinco carpetas con distintos nombres. Se descubrió que los alumnos tenía una mejor habilidad para recordar en qué carpeta estaba guardada la información, más que recordar la información en sí misma.
El estudio titulado «Los efectos de Google sobre la memoria: consecuencias cognitivas de contar con información a nuestro alcance.» concluye que más que reducir nuestra capacidad de memorización, los buscadores están provocando que las personas replanteen lo que deben memorizar.
Desarrollamos habilidades para recordar dónde encontrar la información, en lugar de aprender la información en sí misma.
La investigadora Betsy Sparrow señala que las personas olvidan las cosas cuando están seguras que las encontrarán en la red.
Internet, sostiene, se ha convertido en una forma primaria de lo que los psicólogos llaman memoria transactiva, que es una memoria externa a las personas, pero que saben cuándo y cómo tener acceso. Ésta se presenta en las relaciones interpersonales y de grupo.
La memoria transactiva
El sistema de memoria transactiva fue teorizada en 1985 por el psicólogo Daniel Wegner, la cual refiere que las personas con un cierto grado de intimidad tienen la capacidad de asumir un rol de memoria colectiva, donde lo que uno olvida el otro lo recuerda.
Esto se presenta sobre todo en las parejas. Una persona suele no esforzarse en memorizar ciertos datos que su compañera(o) conoce. Cuando necesita recordarlo, simplemente le pregunta a su pareja.
Las personas pueden llegar a un grado tal de memoria externa que cuando se separan de sus parejas, pueden experimentar trastornos cognitivos. Además de la pérdida humana, pierden datos que su pareja memorizó.
En los grupos con un grado de interacción constante ocurre lo mismo. Algún miembro del grupo recuerda cierta información que los demás olvidan; y no se esfuerzan en recordar justamente porque saben que dicho miembro ya la tiene memorizada.
Los motores de búsqueda: Nuestras memorias externas
Las conclusiones del estudio señalan que las personas están delegando su memoria transactiva a los buscadores y los dispositivos de almacenamiento de información. Estamos confiando más en la memoria de la red que en la de otras personas.
Así lo exponen los científicos:
Estos resultados sugieren que los procesos de la memoria humana se están adaptando a la nueva llegada de la computación y las comunicaciones. Al igual que aprendemos a través de la memoria transactiva quién sabe en nuestra familia y en la oficina cierta información, estamos aprendiendo lo que la computadora «sabe» y estamos aprendiendo a identificar dónde tenemos la información almacenada en nuestro equipo, basados en los recuerdos.
Estamos en una simbiosis con las herramientas de nuestra computadora. Como hemos crecido en los sistemas interconectados recordamos menos información, porque recordamos dónde encontrar esa información.
En la era Google no perdemos capacidades cognitivas para memorizar. Ahora desarrollamos habilidades para encontrar información de forma eficiente. El cerebro humano siempre busca atajos cognitivos para procesar todos los datos que recibimos.
Las investigaciones sobre cómo afecta a nuestro cerebro el desarrollo de las tecnologías de comunicación e información aún están en pañales. Estos hallazgos son reveladores.
¿Será quizás el fin del modelo escolar basado en la memorización?
Al respecto la psicóloga Sparrow refiere:
Tal vez los que enseñan en cualquier contexto, sea un profesor universitario, los médicos o los líderes de negocios, estarán cada vez más centrados en impartir una mayor comprensión de las ideas y formas de pensar, y menos centrados en la memorización.
Y tal vez los que aprenden, estarán menos ocupados con los hechos y participarán más activamente en las grandes preguntas para la comprensión.
Esperemos que así sea.
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