El “gimnasta mendigo” más mediático de China
- Un ex gimnasta chino, que fue campeón mundial universitario en 2001, se dedica a mendigar en el metro de Beijing.
- En 2011 su caso causó una cobertura mediática internacional e incluso recibió apoyos económicos para mejorar su situación.
- Pese a ello, él regresó a mendigar, ahora convertido en un personaje famoso. Su perfil en el microblog, weibo, suma más de 380 mil seguidores.
Por Raúl López Parra
El título de este artículo pudo haber sido “De campeón mundial a mendigo”, pero cuando me sumergí en la red para indagar más, descubrí que esa historia ya ha sido contada cientos de veces y ha dado la vuelta al mundo.
Por ello, la historia que aquí se narra, en cambio, trata de cómo un ex campeón de gimnasia chino se convirtió en un personaje mediático bajo la identidad del “gimnasta mendigo”.
Todo comienza en la estación Dawanlu de la línea uno del metro de Beijing, cuando al caminar por uno de los corredores me encuentro con un joven que está de cabeza, sosteniendo su cuerpo con sus manos en el suelo, haciendo una línea vertical.
Frente a él están dos fotografías. En una de ellas se ve a tres gimnastas en una ceremonia de premiación y en la otra aparece un gimnasta en su rutina con los aros. A lado de las fotos está un cartel con tres caracteres chinos en rojo, 张尚武, y un tazón en cuyo interior hay unos yuanes (la moneda china).
El joven no habla. Basta que los transeúntes vean sus fotos en el suelo y lean los caracteres para que dejen algunos billetes en el tazón. Incluso le toman fotografías con sus celulares. No hacen falta explicaciones. Este acróbata urbano es famoso.
Los caracteres chinos dicen Zhang Shang Wu, y corresponden al nombre de este joven de 29 años, quien pide dinero vestido con una camiseta deportiva roja, con la bandera de la República Popular China.
En 2001, cuando tenía 18 años, ganó dos medallas de oro en los Juegos Mundiales Universitarios celebrados en Beijing. Las dos fotos que él muestra en el metro, son de ese momento.
Zhang era el favorito para ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Los sueños se convirtieron en pesadilla cuando, en 2003, una lesión en el talón de Aquiles lo dejó fuera de la competencia y de la vida deportiva.
Las cosas empeoraron. En 2007 se tuvo noticias de él, ahora en su faceta de delincuente. Había sido capturado con 2 laptops, 6 teléfonos celulares y 31 reproductores de mp3 que robó de la Escuela de Deportes Xianjongtan de Beijing, por lo que recibió una condena de 3 años 10 meses en prisión.
Tras cumplir su condena, en 2011, salió a las calles a pedir limosna en el metro de Beijing.
En julio del mismo año, un microbloguero bajo el nombre de Langfeng, lo reconoció y le tomó fotografías que publicó en su weibo, la versión china de twitter, y escribió en su cuenta: “todos los días el está ahí (en el metro) antes de que llegue a la oficina y cuando me voy a casa, a las 8 pm, él sigue ahí… el Estado lo ha abandonado”.
En sólo dos días, Zhang ya había ganado la simpatía de los internautas y atrajo la atención de los medios. Fue objeto de una intensa cobertura noticiosa en los principales espacios mediáticos chinos donde contó su historia, que fue repetida innumerables veces.
Desde que sufrió la lesión, narró el propio Zhang, tuvo problemas para encontrar trabajo porque no tenía una preparación escolar y por las molestias que sentía en su pie, que no le permitían hacer trabajos extenuantes. Para subsistir, vendió sus medallas de oro por 100 yuanes hasta que finalmente la situación lo llevó a delinquir.
Tras salir de la cárcel, dijo Zhang, comenzó a pedir limosna en el metro para ayudar a su abuelo enfermo.
También indicó que aceptaba recibir la atención mediática para dar luz sobre el tema de los atletas que caen en desgracia una vez que se retiran, por lo cual él buscaba que también a ellos se les ayudara.
En China, con un sistema altamente competitivo, obsesionado con los triunfos, existen diversos casos de atletas que entregaron su vida al deporte desde niños, pero que una vez en el retiro, sin las glorias deportivas, tiene problemas para salir adelante, encontrar empleos y recibir apoyo del gobierno.
En apariencia, el caso de Zhang es uno de ellos. Hijo de una familia humilde, comenzó a entrenar a los cinco años en la provincia de Hebei. Era una promesa olímpica, de hecho, fue compañero de Yang Wei, campeón olímpico en Sidney 2000 y Beijing 2008.
En su propia versión, Zhang contó en los medios que fue obligado a entrenar aún estando lesionado. Finalmente fue expulsado del equipo nacional de gimnasia. Pidió a su entrenador que le diera una recomendación para entrar a una escuela de deportes, pero se la negaron.
Sin embargo, una versión contraria reportó la agencia estatal china de noticias, Xinhua, en la que se indicó que tras su lesión, Zhang violó las reglas disciplinarias del equipo y no cambió su actitud pese a que sus entrenadores se lo pidieron, por ello fue expulsado y no por su problema físico.
Por su parte, el diario oficial China Daily refirió que en 2003, Zhang recibió una pensión de 60 mil yuanes de la Administración Deportiva de Hebei. Sin embargo, Zhang dijo que recibió 30 mil.
Pese a estas versiones encontradas, la historia del “gimnasta mendigo” era mediáticamente irresistible. Tanto, que saltó de los medios chinos al plano internacional. Más exposición tuvo el caso conforme se aproximaban los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Las agencias de noticias como AFP reportaron la historia, la cual se publicó en diversos portales como el estadounidense ABC News y Terra. Varios medios de habla hispana, latinoamericanos y españoles, retomaron la misma versión, haciendo énfasis en las críticas hacia el sistema deportivo chino.
En su momento, Wang Da Zhao, comentarista deportivo del Diario del Pueblo, el órgano oficial del gobierno, dijo que la tragedia de Zhang era culpa del propio Zhang y no del sistema deportivo chino.
Los ex compañeros de equipo de Zhang dieron su versión y refirieron que habían tratado de ayudarle cuando salió de prisión, y que incluso le consiguieron un trabajo, pero él se negó a tomarlo.
Con la narrativa mediática del ex atleta en desgracia, muchas personas se aprestaron a ayudar. Entre ellos Chen Guangbiao (陈光标), un filántropo millonario, polémico porque acostumbra a hacer declaraciones provocativas y publicitar todas sus obras de caridad para autopromocionarse.
A su estilo, en un evento con una amplia publicidad, Chen anunció una donación para el ex atleta de 80 mil yuanes, que incluían sus gastos y ayuda para su abuelo. Además, le ofreció trabajo por un año, en Nanjing, como su entrenador personal, con un salario mensual de 11 mil yuanes.
El gesto filantrópico quedó simbolizado en una fotografía en la que el ex gimnasta sostiene un fajo de billetes de 100 yuanes, entregado por el mecenas Chen.
La historia parecía haber llegado a un final feliz, pero se tornó polémica cuando, tres meses después, Zhang renunció a su trabajo, aunque ya se había llevado a la bolsa 102 mil yuanes, contando la donación y los dos meses de salario que cobró, la mayor suma que jamás había ganado en su vida.
Zhang de nuevo fue noticia por este hecho, pero su historia ya no apareció en los medios extranjeros, sólo en China. Él explicó que dejó al trabajo porque en un programa de televisión de Shanghai dos sociólogos, Lu Zhen y Gu Jun, criticaron que él recibía un alto salario para lo que hacía. En China, un universitario en su primer empleo gana como base 3 mil yuanes.
El ex gimnasta declaró al diario South China Morning Post que “su dignidad había sido profundamente herida”, por lo que demandó a los académicos por sus comentarios.
Sobre el dinero, Zhang dijo que dio a su tío 50 mil yuanes para el tratamiento de su abuelo y el resto lo reservó para sus ahorros.
Después de su frustrada experiencia laboral, el ex gimnasta montó una empresa para fabricar almohadas, pero en marzo de 2012 había dejado esa aventura.
Desde enero de 2013, en weibo varios internautas reportaron haberlo visto en diversas estaciones del metro. Incluso comenaron a circular fotos de él, haciendo su conocido número de sostenerse con las manos, de cabeza.
Algunos de los internautas se muestran compasivos, pero otros lo rechazan. Le cuestionan que regrese a mendigar pese a que ha sido de los atletas retirados que más ayuda y exposición mediática ha recibido. Zhang suma más de 380 mil seguidores en su perfil de weibo.
El ex gimnasta, en su papel de mendigo, en esta ocasión ya no quiere hablar de su caso, ni dar entrevistas, sólo quiere ganarse unos yuanes, y es altamente probable que le vaya mejor que si trabajara como mesero e incluso como oficinista. En menos de 20 minutos que estuve frente a él, atestigüé cómo recibió 12 yuanes.
Sin estar claros de sus motivos, Zhang regresa a su papel de “gimnasta mendigo” y al espacio que le dio fama, el metro.
Paradójicamente, este ex gimnasta ha recibido más apoyos por su fracasos que por sus logros. Es una historia de éxito al revés.
Fuentes consultadas para esta historia:
China Daily, Global Times, Abc News, China Buzz, Diario Longhoo.