El caos michoacano
Por: Jorge Meléndez Preciado
Después de la reunión de seguridad nacional en Morelia, Michoacán, donde estuvieron el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong; el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos; el de Marina, Vidal Soberón; el procurador general, Jesús Murillo Karam, y el encargado del Cisen, Eugenio Imaz, entre otros, lejos de tranquilizarse la situación en dicha entidad, vino el caos.
Y es que luego de tolerar y hasta auspiciar a las llamadas Autodefensas, ahora se les pretende desarmar asegurando, sin precisar, que la autoridad se hará cargo de la seguridad ciudadana, incluso en Apatzingán, donde se dice está la fortaleza de los Caballeros Templarios.
Pero en el tiempo que lleva gobernando Peña Nieto, las cifras alarmantes van en aumento. Los secuestros crecieron 32%, los robos de vehículos con violencia 16% y los homicidios dolosos 14%. Los plagios subieron de 135 en 2012 a 179 un año después.
Por lo tanto, nadie puede esperar que las autoridades federales, quienes han desplegado a fuerzas diversas y han hecho dos anuncios anteriores (13 de enero y 21 de mayo de 2013) asegurando que la federación intervendría decida, categórica y eficazmente, ahora cumpla con una misión que por ley es de su competencia y no ha podido realizar, no obstante que la actual administración dijo que no cometería los mismos errores de Felipe Calderón: únicamente utilizar las armas contra los malosos.
Es cierto, ahora como ha señalado el especialista Jorge Medellín (La silla rota, 14 de enero), estarán presentes en esta nueva acción una serie de tanques y vehículos blindados, apoyados por aviones y 11 helicópteros, amén de que se utilizará el auxilio de zonas militares de Puebla y Guanajuato. Pero ya sabemos que teniendo el mayor número de elementos y más equipo no es suficiente para triunfa en una guerra. Pregúntele si no a Estados Unidos en Vietnam y otros países y a la ex URSS en Afganistán.
Además, la orden es desarmar a las Autodefensas, algo que no han aceptado los miembros importantes de las mismas, quienes señalan que primero deben capturar a los siete líderes de Los Caballeros para que ellos, sin demora, regresen a sus labores habituales.
En las primeras horas del lunes 13, empero, ya hubo enfrentamientos y en un vídeo muy poco claro que está en las redes sociales, se habla de un ciudadano que recibió balazos y aseguran murió. Y mientras el parte oficial señala que hay dos muertos en total, los michoacanos alzados dicen que son cuatro, cuando menos, los que fallecieron.
Hay, por cierto, confusión en todo.
Tanto que en un vídeo difundido por Televisa, en el noticiero de Joaquín López Dóriga, el hombre más representativo de los también llamados “Vigilantes”, José Manuel Mireles, dice que acepta esa medida y se ajustará a la misma. Mientras que en otro, que difunde “Grillonautas”, este personaje que estaba en el hospital y cuidado por soldados, afirma que no apoya el que se entreguen los fusiles y que para llegar a un acuerdo en dicho sentido se necesita que se reúnan los 32 coordinadores del Concejo rector.
Que las Autodefensas han avanzado, lo muestra el que en 11 meses lograron tomar el control de 17 municipios, y actualmente avanzan hacia Apatzingán. Y antes de entrar a dicho lugar, es cuando empezó el operativo sorpresa, ya que hace unos días parecía muy cordial y buena la relación entre Mireles y Osorio Chong.
¿Qué ocurrió? Uno más de los misterios en esta batalla donde los narcotraficantes han hecho de las suyas y parece que será un mal bastante complejo y difícil de extirpar.
El asunto que nos ocupa le está dando muchos dolores de cabeza a Peña Nieto, ya que la prensa internacional ha señalado que hay un estado de violencia e incluso de guerra (El País, 12 de enero) o que “Tierra caliente es tierra de nadie” (New York Times, 14 de enero). Incluso el profesor de la Universidad de Miami, Bruce M Bagley, señala que las promesas de no militarizar a nuestro país han quedado en el camino por parte del gobierno actual.
Tiene razón Manuel Camacho, quien fue el negociador principal luego del alzamiento del EZLN hace 20 años (entrevista de Roberto Rock para La silla rota, televisión), es necesario para resolver el caso de Michoacán que el gobierno no le apueste a la soberbia, abrirle paso a la política, que tenga en cuenta algo fundamental: el Estado no es el presidente mexicano y que la economía sea inclusiva más que para beneficio de unos cuantos.
Medidas difíciles de llevar a cabo luego de la borrachera que permitió sacar adelante las reformas supuestamente de gran calado que ahora se presumen sin resultados evidentes para los mexicanos.