El rigor periodístico
- No verificar la información puede traer consecuencias negativas para los medios y los involucrados.
- Un presentador de noticias, un reportero y un ex futbolista protagonizan este ejemplo de falta de rigor.
- «Lo peor de todo es que el presentador de la TV recibió la oportuna llamada telefónica del ex futbolista para aclarar la situación, pero como era desde un teléfono celular, no salió al aire y el locutor no desmintió su propia noticia, sino que se conformó con «cagar» feamente al reportero», dice Esquivel.
Por José Luis Esquivel Hernández
Sucedió a fines del mes de enero en una ciudad muy importante de la república mexicana. Los protagonistas son de lo más popular en el medio informativo, especialmente si se toma en cuenta que se trata de una estación televisora local y que el programa es de deportes, y más en concreto de futbol soccer.
Él, conocido presentador de noticias y comentarista en dicho programa televisivo, es avalado por su larga trayectoria pero también carga con una tremenda fama de polémico, capaz de hacer hablar, inclusive en su contra, a las grandes audiencias que sintonizan la señal cada mediodía y siempre que él aparece en pantalla. La controversia es su arma letal para atraer público en manadas.
El ex futbolista, retirado de las canchas profesionales pero con incursiones como entrenador de varios equipos y hoy ligado a una institución muy seria en el área de formación de talentos, goza igualmente de singular aprecio entre los seguidores de un equipo de dicha ciudad importante de la república mexicana.
El reportero, con sed de trascendencia en el medio y con afán de ganarse algunos bonos con sus jefes, es el tercer implicado en el caso que hizo hablar a la gente de dicha ciudad importante de la república mexicana sobre la importancia del rigor periodístico que un buen profesional de la noticia jamás debe perder de vista.
El dato duro –la realidad como tal– conocido en primera instancia por el reportero era que el ex futbolista muy apreciado en casi toda esa ciudad importante de la república mexicana iba a ser sometido a un cateterismo sin mayores consecuencias, e inclusive no eran ni necesarios estudios especiales anatómicos porque se trataba de algo muy simple o de malestares pasajeros.
Sin embargo, la difusión del hecho tuvo un acento hiperbólico en el popular programa televisivo y la gente creyó intuir una gravedad en la atención médica del apreciado ex futbolista y ahora colaborador en el club de futbol soccer de la ciudad a donde llegó en 1977 y de la que no ha salido después de cosechar triunfos y aplausos que son extensivos a su hermosa familia.
Alarmados los familiares y amigos del ex futbolista, de inmediato se sorprendieron de saber que su ser querido, a quien acababan de saludar, iba a ser sometido a una operación de corazón y que fue llevado por sus compañeros de trabajo al quirófano debido a la emergencia del caso, con pronóstico reservado de parte de los especialistas.
Afortunadamente una de las hijas, que vive en el extranjero, hablaba en esos momentos con su madre, quien la alertó de que no le pasaba nada grave a su padre, por si se enteraba de la noticia que el popular presentador de la TV estaba dando en el medio local, en tanto que su otra hija, a mil kilómetros de distancia en otra ciudad importante de México, de inmediato también pudo comunicarse a casa porque alguien le había llamado para apoyarla emocionalmente en tan «delicado» trance de su papá.
Pero el esposo de ella, anclado a esas horas del noticiario en el aeropuerto de la ciudad importante de México a mil kilómetros de distancia de donde vive su suegro, no quiso llamar a la hija de éste porque temía que no resistiría el impacto de la información y conociendo como conoce a su mujer, pensó mejor en llamar a su suegra.
Marcó el número telefónico domiciliario, y nada. Volvía a intentar, y nada. Bloqueados también los teléfonos celulares, se desesperaba sin saber qué hacer, cuando estaba a punto de abordar el avión para su viaje de trabajo, porque él no sabía que su esposa –la hija del ex futbolista– ya estaba al tanto de que se trataba de una falsa noticia.
Los teléfonos no cesaban de timbrar en casa de la familia del afectado, ya que inclusive no tardaron en llamar desde el país sudamericano de donde es originario, aunque naturalizado mexicano. -¿Qué pasa? ¿Qué le ocurrió? ¿Por qué no habían dicho que padecía del corazón?…
-Imagínese usted –dice con su consabido buen humor el ex futbolista profesional–, hasta los vecinos de mi colonia llegaron a preguntar por mi salud y algunos pensaban traer inclusive coronas de flores y otros creían que iban a tomar café gratis frente a mi féretro.
Lo peor de todo es que el presentador de la TV recibió, dentro del mismo programa de una hora de duración, la oportuna llamada telefónica del ex futbolista para aclarar la situación, pero como era desde un teléfono celular no salió al aire y el locutor no desmintió su propia noticia, sino que se conformó con «cagar» feamente al reportero, quien a su vez después llamó al ex futbolista para platicarle el tamaño e intensidad del regaño al mismo tiempo que le ofrecía disculpas por haber desbarrado de esa forma en su oficio.
-Creo que todo buen periodista debe confirmar los datos que recibe –afirma el ex futbolista–. Y ahí estuvo el error, porque es fácil conseguir la manera de hablar directamente con el implicado, en este caso yo, de manera que se cumpla el deber de contrastar un hecho y estar plenamente seguro de lo que se va a difundir.
Todavía es fecha que las personas que encuentra en la calle se sorprenden de lo «rápido» que salió de su «operación de corazón», y otras más hasta le piden el nombre del médico que «lo operó» y en qué hospital consulta por «el milagro» logrado en tan «difícil intervención quirúrgica».
Todo porque un profesional de los medios no se apegó estrictamente al rigor periodístico. -«Como quiera él midió su rating que tiene muy bien consolidado, y yo medí el afecto de que todavía gozo en esta gran ciudad…» -concluye el ex futbolista.
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: No verificar la información puede traer consecuencias negativas para los medios y los involucrados. Un presentador de noticias, un reportero y un ex futbolista protagonizan este ejemplo de falta de rigor. “Lo peor de todo ……