Ley de Telecomunicaciones: ¿un solo desacuerdo?

• Poco se conoce sobre el contenido de la propuesta de reforma a dicha ley.
• Se habla de la creación de un Instituto de Telecomunicaciones como nuevo órgano regulador.
• «Gran parte de las propuestas, como la relevancia del incremento de la competencia, el acceso a Internet por parte de un número creciente de mexicanos y el fortalecimiento de la televisión pública estarán también entre las funciones del Instituto», dice Benassini.

Fotografía: «iglesia cruz cielo telefonia antena telecomunicaciones ondas radio» por Inti @ Flickr

Por Claudia Benassini

A partir de los primeros días de febrero se ha incrementado la información sobre la inminente presentación de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones. El énfasis ha sido en el papel que hasta la fecha estarían jugando los integrantes de la comisión rectora del Pacto por México, sobre todo su presidente –el panista Gustavo Madero- y el secretario técnico Guadalupe Acosta Naranjo. En mucha menor medida han estado presentes las posiciones de quienes participan en la elaboración de la iniciativa, como la del diputado panista Juan Pablo Adame, integrante del grupo. En contraparte, la bancada panista en el Senado ha expresado su desacuerdo por no ser incluidos en el grupo de discusión. En otras palabras, durante poco más de tres semanas la prensa escrita ha coincidido en presentar una imagen de consenso entre los actores participantes en la redacción de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones. ¿Cómo? A través de las opiniones de los actores arriba mencionados.

En este contexto, poco se conoce sobre el contenido de la propuesta. Desde luego, como una especie de telón de fondo está la promesa de combatir a los monopolios y fomentar la competencia. También están presentes la democratización de los medios y el acceso de los mexicanos a la sociedad de la información. Asimismo, en días pasados Gustavo Madero mencionó la posibilidad de que hubiese tres nuevas cadenas de televisión: dos privadas y una pública aunque no ahondó mucho al respecto.  El Consejo Coordinador Empresarial hizo suya la iniciativa lanzando propuestas relacionadas con el derecho a Internet por parte de la ciudadanía así como por una mayor explotación de la banda ancha.

Pero sin duda –y quizá sin quererlo- las declaraciones más interesantes han emanado del perredista Guadalupe Acosta Naranjo, en su función dentro del consejo rector del Pacto por México. El sábado 16 de febrero Horacio Jiménez y Francisco Nieto, reporteros de El Universal, incluyeron en su nota sobre el tema la creación del Instituto de Telecomunicaciones. Se trataría, según Acosta, de un órgano que regularía la aplicación de reformas en la materia. Entre sus funciones estaría la de revisar, quitar y otorgar concesiones del espacio radioeléctrico. De esta manera, continúa, los especialistas y no el gobierno en turno serían los responsables de la toma de decisiones en el sector. Cinco días más tarde Claudia Salazar y Mayolo López, reporteros de Reforma, ampliaron la información. Los actores involucrados se han puesto de acuerdo en puntos clave como “el derecho de la población a la red troncal de telecomunicaciones, aprovechar la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad y para crear una cadena pública de televisión”. Sin embargo, continúan los reporteros, la discusión continúa atorada en las facultades que debe tener el nuevo órgano regulador: el único acuerdo es que se le debe dar más fuerza.

Al respecto, el sábado 23 de febrero periódicos como La Crónica, El Universal y Reforma incluyeron el tema en sus agendas. Todo indica que la propuesta de reforma a la Ley de Telecomunicaciones estaría lista “en un 90%”. El optimismo informativo desbordado habla casi exclusivamente del consenso que ha caracterizado al grupo que participa en la elaboración de la iniciativa, pero empiezan a asomar las diferencias. La más importante, no sólo por el peso conferido en las agendas informativas, sino por su relevancia en las actividades del sector se refiere a la creación del Instituto de Telecomunicaciones, aunque no necesariamente sea su nombre definitivo. Implicaría, como ya se hizo notar, un cambio definitivo en un asunto tan importante como el otorgamiento, retiro y renovación de las concesiones relacionadas con el espectro radioeléctrico.

La propuesta suena interesante, aunque eventualmente dejaría de lado a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, hasta ahora la instancia responsable de esta tarea y, como bien señala Acosta Naranjo, a los gobiernos en turno. El punto nodal está en cómo organizar la propuesta de tal manera que el Instituto de Telecomunicaciones tenga la autonomía para llevar a cabo sus funciones y para la toma de decisiones en la materia. Quiénes, qué perfil tendrán y cómo serán elegidos los integrantes de este organismo que tendrá a su cargo las funciones arriba designadas entre otras. Porque no podemos dejar a un lado asuntos relacionados con el combate a los monopolios y el apoyo a la competencia, sobre todo en televisión. El impulso y desarrollo de la banda ancha, así como el acceso a las telecomunicaciones por la mayoría de los ciudadanos. Acotar el poder de las televisoras en la toma de decisiones y, en suma, construir un escenario telecomunicacional más equitativo y acorde con nuestras necesidades serían al menos parte de las actividades de este nuevo organismo propuesto en el documento sobre la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones.

Aunque brevemente esbozado, éste parece ser el principal punto en el que quienes participan en la comisión no han logrado ponerse de acuerdo. Sobre todo, como apuntan los reporteros de Reforma, darle fuerza pero cómo y hasta dónde. Consideremos que gran parte de las propuestas, como la relevancia del incremento de la competencia, el acceso a Internet por parte de un número creciente de mexicanos y el fortalecimiento de la televisión pública estarán también entre las funciones del Instituto de Telecomunicaciones. De ahí su relevancia y de ahí las diferencias que puedan surgir entre los participantes en la comisión redactora del documento. Diferencias fundamentales pues de ellas dependerá el funcionamiento futuro de las telecomunicaciones en México.

Ley de Telecomunicaciones: ¿un solo desacuerdo?