La jarocha idiosincracia

La política en tacones

Pilar Ramírez

Viva la Cuenca paisano
la jarocha idiosincrasia
que todo se da con gracia
en el suelo soberano
Guillermo Cházaro Lagos
(Fragmento)

Los cambios legislativos en torno al aborto todavía no concluyen en Veracruz. Después de la sesión del Congreso local en la que se aprobó la llamada “ley antiaborto”, los más importantes medios informativos estatales y nacionales impresos, electrónicos y en línea recogieron no sólo la información sino las diversas reacciones que produjo la modificación del marco legal veracruzano. El improbable honor de ser la entidad número 17 en promulgar una ley antiaborto que puede definir un cambio en la legislación federal y un retroceso en la despenalización del aborto aprobada en el Distrito Federal puso los reflectores en Veracruz.

Los líderes de opinión de los grupos conservadores que han promovido esta modificación legislativa repetían su satisfacción con el Congreso Veracruzano, en tanto que representantes de organizaciones de derechos humanos, académicos y una gran cantidad de autores de los géneros de opinión en los medios ponían una mirada crítica en la posición veracruzana.

En el estado, el periódico en línea alcalorpolitico.com, uno de los medios informativos veracruzanos en internet más visitado, abrió un espacio de debate en torno a la ley antiaborto debido a la cantidad de correos electrónicos que recibió sobre el tema. Al igual que en otros medios, los juicios de quienes apoyan esta nueva ley eran de carácter moral. A las mujeres que apoyan el aborto se les tilda de “calenturientas” y “promiscuas”, a las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres se les acusa de “invitar a abortar”.

El tono de quienes impugnan la ley, por el contrario, es mucho más argumentativo y llaman la atención sobre distintos aspectos de la problemática social que conlleva el aborto. El asunto de la discriminación hacia las mujeres más pobres porque son las candidatas naturales a los “tratamientos integrales” por haber abortado, o a la cárcel (si son reincidentes) –como marca la modificación que se aprobó la semana anterior para el Código Penal- fue uno de los más señalados; se insistió en que la criminalización no detendrá la práctica del aborto, sólo la hará más riesgosa por practicarse en la clandestinidad; se enfatizó en que esta decisión de los diputados profundiza la inequidad entre géneros pues castiga a las mujeres pero no así a los hombres que engendran y niegan después su apoyo; se externaron severos reclamos a los diputados que sólo fueron a oprimir el botón para dar un voto negociado previamente y con independencia de la ideología; les llamaron “dipu-machos”.

No faltaron los correos que destacaron el valor y la congruencia de los diputados que votaron en contra de la iniciativa, de manera señalada, las diputadas Margarita Guillaumin y Dalia Pérez Castañeda. Se encomió, con toda razón, que Dalia Pérez hubiese sido la única diputada que votó en sentido contrario al de su bancada porque conoce a profundidad el tema. En este renglón vale la pena mencionar también la postura pública a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que externaron durante el debate previo al cambio legislativo el rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, y la directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres, Martha Mendoza Parissi. El rector piensa como corresponde a quien encabeza una institución educativa que ocupa un lugar importante en el país, y la segunda manifestó una posición sólida en el conocimiento del tema que le fue encomendado institucionalmente, se mostró respetuosa con la diversidad de creencias al mismo tiempo que firme y congruente con la responsabilidad social de apoyo a las mujeres que entraña su cargo. El reconocimiento a funcionarios casi siempre es un terreno resbaladizo, pero visto el contexto de polémica en el que sostuvieron sus puntos de vista, no sería sino una mezquindad escamotearlo en estos casos.

Es posible que todo lo anterior haya sido calibrado por el gobernador de la entidad, quien en sus primeras declaraciones, rechazó, para cualquier caso, la pena carcelaria para las mujeres que deciden abortar. Por otra parte, ante el apasionado debate que provocó el tema en la entidad y la postura del ejecutivo estatal, el coordinador de la bancada panista se vio orillado a admitir que los cambios legislativos eran producto de un acuerdo previo entre PRI y PAN, y que a los panistas “les había ganado el impulso al votar” la reforma al Código Penal.

Si bien existe aún incertidumbre sobre el destino que tendrá la ley veracruzana, la sociedad reclamaba, como mínimo, la presencia de ese PRI que reacciona a las exigencias ciudadanas, a los argumentos de los líderes de opinión y a la delicadeza de un tema que causa revuelo mediático. Los gobiernos panistas que han llevado adelante las leyes antiaborto han mostrado que gobiernan de espaldas a la sociedad, no han sido capaces de ponderar el sentir de la ciudadanía y se han comprometido de manera exclusiva con su fe y su moral. Veracruz puede todavía poner la distancia que corresponde a las ideologías partidistas y, sobre todo, escuchar a sus mujeres que es escuchar a todas ellas.


Periodista y colaboradora de la RMC

El artículo anterior se debe de citar de la siguiente forma:

Ramírez, Pilar, «La jarocha idiosincracia» en Revista Mexicana de Comunicación en línea,
Num. 118, México, noviembre. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/politica.htm
Fecha de consulta 26 de noviembre de 2009.

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