Radiodifusores de AM
El Universal, Finanzas, 29 de mayo de 2007
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
Así como ocurrió con la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones e Informática (Canieti), con el Grupo Fórmula y con otras empresas del sector, los 83 radiodifusores integrantes de la organización Radio Independiente y de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) repentinamente cambiaron de opinión.
De calificar a la ley Televisa como una «infamia», como un marco jurídico que favorecía al «poder fáctico», como «una medida que deja en estado de indefensión a la industria de radiodifusión de AM», como una reforma que «no podía evitar la indebida concentración de medios» (véase El Universal del 14 de diciembre de 2005, 8 de febrero y 29 de marzo de 2006), estos empresarios descubrieron más de un año después que la nueva legislación «resulta un avance importante» que «reconoce la convergencia tecnológica y de servicios», y que promueve la «competitividad» y la «diversidad» (El Universal, 23 de mayo de 2007).
Y así, con un escueto pero contundente comunicado a la opinión pública, escrito con el mismo tono de las cartas de apoyo elaboradas por los «cabilderos» de Televisa, esta organización que opera 216 radiodifusoras, el 70% de las emisoras de AM, terminó con 15 meses de resistencia materializada en decenas de entrevistas, notas de prensa, participación en foros y mesas redondas, conferencias de prensa, muchos otros desplegados publicados en diversos diarios del país, campañas radiofónicas, estudios jurídicos y técnicos, en fin. Por si fuera poco, también dieron carpetazo a más de 180 amparos en contra de la reforma.
«Sólo con las combo (frecuencias de FM para operadores de AM) nos podrán corromper», decían en corto algunos de estos radiodifusores.
Y, en efecto, su lucha más allá de la licitación de frecuencias, de la inversión extranjera en la radiodifusión, de la concentración en el sector, estaba encaminada única y exclusivamente a la obtención de canales de FM, al costo que fuera posible. Los senadores de la legislatura pasada que apoyaron la ley Televisa se los prometieron en un extraño transitorio que finalmente quedó congelado junto las llamadas «reformas paralelas» en la Cámara de Diputados, por lo que continuaron en la batalla.
Todavía hace unos días, cuando la Corte iniciaba el análisis del tema, el presidente de Radio Independiente, Roque Chávez, mantenía su al parecer indeclinable posición en contra de la ley. Pero algo sucedió la semana pasada. Una promesa o una amenaza. ¿De la Comisión Federal de Telecomunicaciones? ¿De la CIRT? ¿De Televisa? No lo sabemos. «Es un voto de confianza al presidente de la CIRT, quien se ha comprometido apoyarnos para obtener las combo», dicen empresarios radiofónicos para justificar su aval a una reforma que antes detestaban.
«Hemos decidido cerrar filas y mantener la unidad en torno de nuestro líder», dicen otros radiodifusores, pareciéndose mucho a las frases que se pronunciaban en la época del partido único. Se refieren a Enrique Pereda, presidente de la CIRT, uno de los dueños de Radiorama, el grupo con más emisoras entre propias y afiliadas del país (más de 220, es decir, casi la misma cantidad de las integrantes de Radio Independiente), y aliado de Televisa Radio en estrategias de comercialización y programación.
Sin hasta ahora nada tangible en sus manos, los socios de Radio Independiente, los hijos rebeldes que pidieron la salida de Televisa de la CIRT, los que amenazaron con salirse de ese cámara industrial porque ya no representaba los intereses de los pequeños radiodifusores, los que denunciaron el monopolio de la televisión y de las 14 familias que controlan a la radio, se reencuentran en casa en un momento histórico de definiciones para ellos, para la radiodifusión en general y para la democracia mexicana.
Como comentamos en esta columna (El Universal, 5 de julio de 2005), en los años 40 y 50, algunos de los padres o abuelos de quienes hoy forman parte de Radio Independiente llevaron a cabo una insurrección similar al interior de su sector. Exigían al gobierno que Radio Programas de México de Clemente Serna y la XEW de Emilio Azcárraga dejaran de instalar repetidoras, porque vulneraba la radio local y fortalecía a los grupos de la capital del país.
Hábilmente, la entonces Cámara de la Industria de la Radiodifusión (antecedente de la CIRT) los convenció de la necesidad de luchar por una ley específica para el sector porque con ello se solucionaría su demanda, pero debían hacerlo unidos. La Ley Federal de Radio y Televisión, escrita por los mismos empresarios dominantes de la industria, se expidió en 1960. Sin embargo, la instalación de las repetidoras y la tendencia concentradora impulsada desde el Distrito Federal continuó.
Promesas de antes, promesas de ahora. Ojalá los llamados pequeños radiodifusores tengan mejor suerte en los días que vienen.
Campañas en contra
La cuestionable campaña impulsada por Televisión Azteca y ahora por Televisa en contra del ex senador Javier Corral es una muestra de la impostergable necesidad de fomentar la pluralidad y la competencia en la televisión. Como comentó ayer Miguel Ángel Granados Chapa en su columna «Plaza Pública», al duopolio le irrita de sobremanera el activismo que despliega Javier Corral en contra de la ley Televisa, lo cual le ha merecido «una nueva demostración de dolo contenido o desembozado, pero dolo al fin, con las televisoras atacan a quien a su juicio pretende lastimar sus intereses». El derecho de réplica, solicitado por Corral con base en el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión, modificado en el 2002 por las mismas televisoras para supuestamente garantizarlo, no le ha sido otorgado. ¿Qué más viene?
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Radiodifusiores de AM» en El Universal,
México, Num. 32, 840, 29 – V -2007, Telecom y otros medios, Finanzas.