100 puntos para un código de ética periodística

  • Principios generales para normar la vida  pública  de periodistas  y medios informativos.
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    Foto: «periodistas_fotografo» por fotocreadores @ Flickr

 Por Luis Velázquez

 Publicado originalmente en RMC 59

Periodista de El Sur de Veracruz y profesor de la Universidad Veracruzana.

Antecedentes

Los errores más comunes de los reporteros en el ejercicio profesional son los siguientes:

a) Informaciones descuidadas, inexactas, superficiales, versiones no confirmadas, fuentes extraoficiales dudosas, fuentes no identificadas, negligencia, incapacidad profesional, descuidos informativos, intromisiones en la vida privada de personajes públicos, notas por consigna, notas ideologizadas o editorializadas, omisiones, notas cortesanas al poderoso en turno, arrinconamiento y/o exaltación de hechos, rumores como realidades, chismes, descalificación personal, juicios contundentes, ganchos verbales, testimonios desacreditados, sarcasmo en vez de sustancia, juicios de valor basados en la anécdota.

b) En aras de ganar la exclusiva, se publica la nota ligera, indocumentada, inflada, amarillista y hasta inventada. Se pierde exactitud y credibilidad y el medio se expone a una demanda penal.

 c) Ignorancia del hecho, del tema y de las consecuencias jurídicas de una nota mal trabajada.

d) Manipuleo de las fuentes: la fuente ofrece un tip a cambio de la discreción, pero no aporta pruebas jurídicas. La fuente tiene interés en una nota, pero ello pasa inadvertido para el reportero, que peca de inocencia y falta de malicia, y no detecta la intención. Pudiera ocurrir que el informador jamás ha leído la Ley de Imprenta y la Constitución General de la República. O si las leyó, se le olvidaron a la hora de escribir. Y la nota se publica. La demanda penal por calumnias puede ser inminente.

e) Incapacidad profesional para investigar. Por falta de entrenamiento y capacitación, el reportero se halla frente a una muralla y no sabe qué hacer para rastrear pistas jurídicas de un hecho. Reúne información de varias fuentes, pero sólo son versiones sin confirmar. Cierto que muchas coincidencias hacen evidencias, pero en periodismo un hecho es la verdad moral y otra la verdad jurídica. Pocas veces se consulta a un abogado, a un Ministerio Público o a un juez para aclarar dudas y precisar hechos.

f) El reportero intima con una fuente informativa. Ambos se conocen a raíz del trabajo, y no de antes. Es una amistad nacida al vapor de la relación reportero-entrevistado. Se pueden dar excepciones de una relación íntegra, pero la práctica muestra que un político, un líder, un partido político o un policía por regla general tienden a usar al periodista. Éste confía y cae en la trampa. La fuente aprovecha la amistad para involucrar al reportero. Luego, ante la demanda penal, la fuente se escabulle y niega todo. El periodista queda indefenso: no tuvo cuidado en su trabajo.

g) Lagunas informativas: en la confusión, en el tráfago, en la fatiga, en las prisas de la actividad reporteril, a veces se malinterpreta lo que se dijo y no se captó el hecho en toda su dimensión y las citas se transcriben mal.

h) En el género noticioso se informa del hecho tal cual y en el género interpretativo se opina. A veces, el reportero confunde un género con el otro, y ante la inexactitud, escasez y/o pobreza informativa, opina, juzga, dictamina, sentencia, adivina el futuro y hasta condena.

i) En la urgencia informativa, el reportero descuida el perfil jurídico de su trabajo. Una inexactitud, un error, una afirmación falsa, la invasión de la vida privada, un nombre y/o un dato equivocado, un dato imparcial o malicioso, una negligencia, deben corregirse de inmediato, adelantándose a las consecuencias. Pero de igual modo, la prudencia suele confundirse con la soberbia y la arrogancia.

j) Se mezclan vida pública y vida privada, figura pública y figura privada.

k) Complacencia en vez de autocrítica; halagos mutuos en lugar de reflexión. Los periodistas se legitiman entre sí: yo te leo, tú me lees; yo te alabo y tú también. Igual que los políticos, forman capillas, grupos, mafias, sectas, bandas.

l) Frente al ejercicio del poder autoritario, de igual modo los periodistas se inundan de soberbia, prepotencia e impunidad. (“¡Yo soy… la verdad!”). El poder político frente al poder periodístico.

ll) Así como en periodismo cada quien tiene su verdad, también cada quien tiene su ética según convenga a sus intereses.

m) El periodista escribe para ser leído, reconocido y gratificado por los hombres del poder político, sindical y empresarial, y no por los lectores. Así, aunque carezca de audiencia, permanece tranquilo porque es leído por el poder, del que termina subordinado.

n) Periodistas soberbios, centros del mundo, que trabajan en periódicos con tiraje pequeño y alta devolución.

ñ) Periódicos ensoberbecidos que únicamente existen para vender planas de publicidad.

o) Un periodismo sensacionalista que se va extendiendo en la prensa escrita y hablada: hechos alterados y exagerados, fuera de contexto, pobres en creatividad, que tienden más a involucrarse en la vida privada de los personajes públicos.

p) Columnistas que especulan y pontifican al servicio de la mejor paga y que el lector confunde como un periodismo de información y análisis.

q) Periodistas que buscan el embute y el soborno y no el hecho; que promueven el escándalo y no la noticia, la guerra de papel y no el análisis de ideas; que rastrean y publican medias verdades y medias mentiras y no la verdad.

r) Periodistas que se erigen en fiscales y jueces.

Ante tales circunstancias, la mejor manera de lograr un periodismo íntegro es el apego a la exactitud, a la verdad y a la Constitución General de la República. Pero de igual forma, manteniendo un código de ética que regule y norme la vida pública de los periodistas.

 

Principios generales

1. Nadie puede ser obligado a ser honesto consigo mismo y/o con los demás. La ética y la integridad, como la corrupción, es un acto privado, voluntario, espontáneo, individual. Es honesto, leal, corrupto o traidor, quien desea. No hay una ética única, exclusiva, para los políticos, los militares, los sacerdotes, como tampoco para los periodistas. Se trata de una responsabilidad personal, y su único aval son los hechos. Finalmente, los lectores, los ciudadanos, la sociedad en su conjunto, son el máximo juez de un periodista y de un medio de comunicación.

2. El rigor ético en el periodismo, como en la vida, se deriva de la formación personal: entre más consciente esté el periodista de su trabajo social, menos estafará, engañará y/o embaucará a los lectores.

3. El desarrollo cívico en un país depende de la información que proporcionen los medios: entre más informada está una persona, cumplirá mejor con sus obligaciones, pero también exigirá cabalmente sus derechos.

4. Toda sociedad es plural. Periódico y periodistas están obligados a ser plurales: no pueden tomar partido por un grupo y/o una secta. Si lo toman, se volverán sectarios, partidistas, imparciales, tendenciosos.

5. Los ciudadanos compran un periódico y escuchan un noticiario porque confían en los reporteros. Así, la lealtad de un periodista y de un medio está con su público. Alcanzar tal meta es una satisfacción profesional.

6. El periódico y el periodista deben cumplir con su deber de informar, basados en la verdad y en la buena fe.

7. El periodista es un puente de enlace y comunicación entre la sociedad y el gobierno. Un reportero, entonces, está obligado a:

a) respetar, ante todo, la vida privada de las personas;

b) informar de los hechos tal y como ocurrieron, sin ocultar, manipular, distorsionar y/o tergiversar los sucesos;

c) publicar las versiones de un hecho para que el lector forme su opinión;

d) documentar con pruebas jurídicas, irrefutables, las denuncias contra personas y/o grupos políticos y sociales;

e) velar por la privacidad de sus fuentes informativas;

f) respetar la Constitución como norma de vida pública; y

g) servir a los lectores que son, fundamentalmente, los consumidores de su producto de trabajo.

8. Si un reportero trabaja para un partido político, un grupo social y/o el gobierno, su integridad profesional queda evidenciada o en entredicho, y su lealtad a los lectores (y a su periódico) estará limitada.

9. Un reportero que acepta sueldos, concesiones, subsidios, preferencias, sobornos, embutes, dinero, regalos, comidas, viajes u hoteles de funcionarios de sus fuentes noticiosas, lesiona su integridad, mancha su profesionalismo y es desleal a los lectores, a su empresa y a sí mismo.

10. El periodista recibe un sueldo del periódico en que trabaja. Ninguna fuente informativa está obligada ni abriga razones para ser obsequiosa con los reporteros. Si así ocurriera, los regalos deberán devolverse.

11. Un reportero que acepta un sueldo, un regalo, una canonjía o el pago de una comida de su fuente informativa, queda comprometido. Si es necesaria la convivencia, el periodista profesional pagará sus gastos. Hasta un café deberá cubrir. Más, mucho más, tratándose de bebidas alcohólicas. En todo caso, si la convivencia sirve para obtener información, entonces el periódico pagará los gastos del reportero.

12. El periódico está obligado a sufragar los gastos de los reporteros en la búsqueda de información, así se trate de un viaje por asuntos especiales o de un viaje gubernamental. Si el medio y el reportero aceptan que la fuente cubra los gastos, su libertad queda subordinada.

13. Ninguna razón existe para que un periódico o un reportero acepten boletos para eventos especiales, salvo cuando se trate de acreditaciones de prensa para tener acceso a zonas restringidas.

14. Un medio de comunicación no quiere santos, héroes ni víctimas. Únicamente desea que su personal tenga autoridad moral entre los lectores y ascendientes y sea respetado y respetable. Allí radica el liderazgo ético de la prensa.

15. El periodista debe aprender a vivir del sueldo que paga la empresa. Puede laborar en otras tareas, siempre y cuando no signifiquen un choque de intereses con el periódico.

16. El reportero debe empeñarse en mantener su independencia profesional, porque los lectores confían en su trabajo. Si vende gacetillas, boletínes, ruedas de prensa o anuncios comerciales, pone en riesgo su libertad de prensa. Tarde o temprano se verá comprometido a cuidar los intereses de sus patrocinadores publicitarios en demérito de la verdad y de los lectores.

17. El reportero está obligado a un trabajo plural. Una nota debe incluir los distintos puntos de vista de los protagonistas del hecho noticioso, sin tomar partido

por nadie ni por nada. El equilibrio informativo es premisa inobjetable.

18. Nunca se publicará información sin una base jurídica. Versiones no confirmadas, díceres, tips, especulaciones, quedan fuera de edición.

19. La fuente informativa es sagrada: se respeta y cuida. Ni siquiera el jefe inmediato del reportero puede exigir su identidad.

20. De la única ascendencia que un reportero puede alardear es de su autoridad moral ante la fuente y los lectores.

21. El trabajo de un periodista es informar a los lectores de los hechos y punto. No es juez para condenar, ni sacerdote para absolver, ni político para gobernar.

22. En todas partes existen intereses: grupos políticos, económicos y sociales que buscan usar el medio informativo para sus fines. El reportero debe ser una persona cauta y prudente.

23. Un reportero, un jefe y/o un directivo que utiliza el periódico para lograr metas personales, deja de hacer periodismo y hace negocio.

24. En su oficio, el reportero no puede confundir la amistad con el profesionalismo. Y a la hora de escribir debe ser muy cerebral y frío.

25. Debemos construir un periodismo que aliente las esperanzas del hombre y amplíe su horizonte de vida.

26. El dueño de un medio de información puede expresar sus opiniones, si así lo quiere, en la página editorial, pero nunca puede, ni debe, alterar o manipular la noticia ni presionar al cuerpo de redacción para seguir una consigna. Si lo hace, tarde o temprano, el periódico perderá credibilidad.

27. Asi como cada ser humano tiene debilidades y emociones, en los medios informativos también existe no sólo la censura y la autocensura, sino además las verdades y las mentiras a medias. Solamente cuando el periódico tenga definido su servicio a los lectores, el medio ganará liderazgo moral en el mercado.

28. En el periodismo es saludable la lejanía del poder: el político busca el poder y el periodista la verdad; el político gobierna y el reportero informa. El trabajo de cada quien tiene sus fronteras.

29. Un periodista que se respete jamás adopta una actitud de sometimiento ni de arrogancia ante el poderoso y/o el funcionario público.

30. En el periodismo, como en la vida misma, lo importante es mantener los principios por los que se ha luchado.

31. Una es la libertad de prensa y otra la libertad de la empresa; una es la libertad de conciencia del periodista y otra la libertad de conciencia de los dueños del medio de información. En medio de este deslinde está el derecho de los lectores a un periodismo íntegro y honesto. ¡Cuidado con las alianzas!

32. Un periodista no puede convertirse en instrumento de las fuentes de información y/o de los empresarios.

33. El periodismo debe luchar por la democracia y la justicia, y ser un promotor del cambio social.

34. El trabajo diario en el periodismo debe tener un motivo social y moral.

35. Un periodista y un medio de información deben preguntarse con frecuencia qué servicios han promovido en beneficio de la comunidad: una vida tranquila, seguridad, empleos, oportunidades educativas, etcétera.

36. El buen gobierno es asunto de todos, pero en particular de los medios de comunicación.

37. Debemos hacer un periódico donde lo importante, lo fundamental, sea lo que ocurre a y en nuestro pueblo. Se necesita un diario que sea líder en su comunidad.

38. Todos los problemas locales deben tratarse a fondo en el periódico: un bache en la calle principal es más importante que una revolución en un país distante, perdido en la geografía del mundo.

39. Más que preocuparse por la censura y la autocensura, que en todos los tiempos han existido, el periodista debe cuestionarse si los lectores están satisfechos con su trabajo.

40. La existencia de una prensa distorsionada, comprada, vendida, es inevitable, pero el reportero profesional es aquel con voluntad para informar con honestidad a los lectores.

41. Nadie puede rechazar que existen empresarios periodísticos que utilizan el medio como un negocio, pero cada reportero escogerá el medio que más se ajuste a sus principios. Dime en qué periódico trabajas y te diré quién eres.

42. El periodista no puede agarrarse a palos todos los días con el gobierno, porque entonces haría campañas partidistas, pero tampoco puede ser desleal a los lectores.

43. En periodismo se gana más teniendo la confianza de los lectores, de los ciudadanos, de los grupos sociales más importantes de la comunidad, que el apoyo del gobierno. Publicar la verdad también es negocio.

44. De nada sirve que el gobernante intimide y/o bloquee a un periódico, si el diario tiene circulación garantizada.

45. Un periodista debe estar y sentirse orgulloso del medio en que labora: orgulloso por la libertad que se ejerza y por el trato digno y justo que ambas partes –empresa y trabajadores– se otorguen. Únicamente así la creatividad será diaria.

46. Si en un medio existe un gran equipo, con un inquebrantable amor al periodismo, todos ganarán: la sociedad, los lectores, los anunciantes, los empleados y los propietarios.

47. Todos en un periódico –reporteros, fotógrafos, editores, publicistas, administrativos– tienen derecho a crecer y proyectarse. Si el personal crece, también la empresa.

48. Debemos esforzarnos por ser mejores cada día, los primeros en todo. Pensar en grande y caminar despacio, pero de manera firme y sólida.

49. Que cada día ofrezcamos al lector algo distinto, para que los lectores hablen, y bien, del periódico, ya por una nota exclusiva, una crónica, un reportaje, una fotografía, una caricatura, un diseño o un anuncio creativo. El periodista vive los tiempos al día: hoy.

50. Cada trabajador es un agente de relaciones públicas: con la buena voluntad de todos, el periódico será respetado y respetable. La imagen que cada quien crea ante los demás es la imagen del periódico en que trabaja.

51. El proyecto periodístico de la empresa debe quedar muy claro en cada trabajador. Un medio tiene fuerza cuando todos saben a dónde se va. Pero además de ese modo se evita que la gente se burocratice.

52. En el medio deberán integrarse permanentes grupos y/o núcleos de reflexión y discusión periodística, social, política y económica para enriquecer la vida profesional de los trabajadores.

 

De la publicidad

53. Debemos crear un medio de información que tenga la confianza de los lectores y de los anunciantes. La credibilidad genera circulación y, por tanto, publicidad.

54. La publicidad comercial y política son, con la circulación, el sustento económico de la prensa escrita. La publicidad política suele imponer condiciones en la política informativa. Bajo ninguna presión se modificará el contenido. Y en todo caso, la publicidad comercial es más sana. El anunciante prefiere un medio de calidad, con circulación garantizada: su anuncio se lee y ve.

55. El cliente debe procurarse como si fuese el único que tengamos.

56. Si cuidamos al cliente, también debemos respetar a los lectores. Así, una gacetilla, una nota pagada, un texto publicitario, deben recibir un tratamiento tipográfico distinto a la información. Una gacetilla se publicará con una familia de letras especial que el lector identifique, y/o en todo caso con las siglas IP al final del texto, que significa Inserción Pagada.

57. Las tarifas publicitarias tienen su fuerza en la circulación real y efectiva del medio. Tarifas altas y baja circulación es engañar al cliente.

58. Un cliente debe conocer el mercado, la penetración, el contenido editorial, los lectores, el volumen de publicidad y los servicios en general que el medio presta para así fomentar una relación íntegra y profesional entre las partes.

59. El publicista entablará relaciones con el cliente, siempre y cuando ofrezca un proyecto, una estrategia de ventas o un boceto que manifiesten la consistencia y seriedad del medio periodístico.

60. El periódico hará una campaña permanente de publicidad y promoción. También tiene derecho a anunciarse.

61. En el negocio de la publicidad, los rechazos, los no, las evasivas, son hechos de todos los días. Ni desaliento ni desánimo son atributos de un publicista.

62. Entre más servicios preste el medio a la comunidad, entre más identificado esté el medio con los lectores, entre mayor sea su liderazgo moral y exista un efectivo departamento de circulación, la publicidad será generosa.

63. El personal del departamento de publicidad será creativo por excelencia. Cada cliente necesita un tratamiento distinto, porque tiene un mensaje diferente que dar a los lectores. Cada anuncio tiene un sello característico.

64. En vez de criticar a otros medios por sus tácticas, ante los clientes debemos exaltar la fuerza de nuestro medio.

65. El medio entregará al publicista un catálogo con argumentos (reales y efectivos) de ventas para ganar un mercado coherente y productivo.

66. El publicista está obligado a buscar nuevos clientes y procurar la cartera que ya existe. Siempre son más los negocios que no se anuncian.

67. Únicamente cuando el equipo de ventas esté sometido a una capacitación permanente, con salarios justos, la empresa podrá exigir resultados.

68. El medio de comunicación podrá integrar alianzas con la iniciativa privada para conjuntamente diseñar y operar estrategias que permitan incrementar las ventas.

69. El anunciante busca tarifas bajas y circulación amplia. Si esta última se garantiza, se podrán mantener las tarifas. De los contrario, el anunciante impondrá sus condiciones. O se irá a otro medio.

70. El periódico practicará una auditoría de circulación efectuada por un notario público autorizado para demostrar a los anunciantes su tiraje. Así, la relación será clara y transparente.

71. La publicidad y la circulación significan ingresos fundamentales para el periódico que bien administrados llevan a la autonomía económica y, por tanto, a la independencia política. Pero también existen otras fuentes de recursos lícitas, como la maquila, encartes, la edición de suplementos y la edición de libros, entre otros, para garantizar más la autosuficiencia.

72. La lealtad con los lectores, a partir de un periódico sólido y fuerte en su economía, es una idea que debemos tener muy bien trabajada en la mente. Un periódico se elabora para servir a los lectores. Si el periódico sirve parcialmente al gobierno en turno y/o a un grupo político, económico y social, tarde o temprano pagará el precio: la circulación descenderá y los anunciantes se irán a otro lado.

73. El periódico mantendrá el equilibrio informativo en sus páginas, publicando las distintas versiones de un hecho para que el lector documente su opinión. No se trata de servir de una manera indecorosa al gobierno o a grupos, ni tampoco de agarrarse a palos con ellos. El equilibrio, sin tomar partido, genera la confianza de los lectores. El negocio periodístico está fincado en un triángulo: un buen contenido lleva a la circulación, y ésta atrae mayor publicidad.

74. Los lectores deben tener plena información de nuestro proyecto social (qué somos, quiénes somos, qué deseamos, para qué tenemos el medio), aparte de ratificarse en cada edición. Trabajar con transparencia genera credibilidad.

 

De las fotografías

75. Una fotografía tiene su propio valor periodístico y no se considera un complemento de la noticia. Es un género informativo en sí mismo.

76. Se vive la cultura de la imagen, la cultura visual. Se publicarán fotos grandes, impactantes.

77. La fotografía se complementa con estadísticas, gráficas, dibujos, mapas, ilustraciones, sobre el hecho noticioso. La foto periodística ha de condensar la noticia.

78. Sólo se publicarán fotografías con un interés sobresaliente: informativas, porque dan a conocer el hecho noticioso; y estéticas, porque cumplen una función plástica y es agradable al lector.

79. Si la foto es periodística y plástica, se destacará; si es periodística y con dudosa calidad estética, y añade información a la noticia, se publicará a una columna.

80. Ninguna fotografía podrá alterarse, manipularse o modificarse a través de montajes especiales. La técnica en laboratorio servirá para lograr una edición de calidad, pero nada más.

81. Queda prohibido publicar fotos posadas con más de tres personas. Cuatro persona en una foto es mitin. Una fotografía debe indicar acción, movimiento y creatividad artística.

82. Las fotografías con imágenes desagradables (muertos, calcinados, suicidas, violadores) se publicarán cuando refuercen la información.

83. En fotos de archivo deberá informarse al lector la fecha en que fue tomada, el hecho en que ocurrió y el nombre del fotógrafo.

84. En cada página existe un centro óptico, que puede estar ocupado por una noticia, pero también por una fotografía de calidad, grande, destacada, que sea el elemento tipográfico fundamental.

85. En la fotografía periodística es más importante el hecho que la declaración, y la gente que el funcionario.

86. Una buena fotografía, una excelente crónica gráfica, en cada edición imprime vida y enjundia al periódico.

87. Debemos hacer un periódico gráfico, con mucha foto, y de calidad: la gente ya está harta de tantas declaraciones.

88. Toda foto debe pensarse en función del lector: si es útil para la información y para su vida.

89. El fotógrafo es un reportero como cualquier otro: el sentimiento y el estado de ánimo que capte con su cámara debe ser noticia.

90. La mejor manera de relatar, contar, describir, informar de un suceso es combinar no la palabra con la fotografía, sino la palabra y la fotografía.

91. Si la foto es mala pero inevitable, un pie de grabado ingenioso, redactado con talento, sin alterar la verdad ni la realidad, puede salvarla.

92. Todo reportaje gráfico debe ser ágil, dinámico, informativo, revelador de una noticia. El manipuleo sensacionalista es un riesgo. ¡Cuidado: la verdad puede modificarse!

93. Si una foto es pagada, el lector debe saberlo con las siglas IP (Inserción Pagada) y/o con un tipo de familia tipográfica que el lector distinga.

94. La posibilidad fotográfica es infinita y debe subordinarse al interés y sentido periodístico.

 

Del lenguaje periodístico

95. El instrumento de trabajo de un periodista es la palabra y el lenguaje es bello y rico. Hagamos un periodismo rico en expresiones.

96. Quedan prohibidas las expresiones prosaicas, soeces y vulgares. Un periódico es leído por una familia completa, integrada por niños, mujeres y caballeros. El lector merece el absoluto respeto del periódico.

97. Si la expresión grosera de un entrevistado de relieve, connotado, se trata de una cita textual y agrega datos valiosos para el lector, se podrá hacer la excepción.

98. Una grosería dicha por una persona en una entrevista, puede deberse a un descuido verbal de la persona y no precisamente definir un carácter y/o una personalidad.

99. Quedan fuera de contexto las palabras o frases ofensivas o de doble sentido para los lectores. El idioma español es bello y elegante y el periodista está obligado a pulir una y otra vez su estilo. Jamás debe perderse la compostura y la prudencia a la hora de la creación periodística.

100. Si se trata de una crónica para dar a conocer el perfil, el carácter, la idiosincrasia de un personaje que habla con expresiones altisonantes, debemos distinguir entre el lenguaje bravucón y pedante o altivo y gallardo y el lenguaje prosaico, grosero y vulgar. Insistimos: el respeto (informativo y moral) al lector está por encima de todo.

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