¿Dónde está México?
Cumbre de la Sociedad de la Información
La segunda fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información se llevará a cabo del 16 al 18 de noviembre en Túnez. Este encuentro es primordial porque se evaluarán los avances del Plan de Acción establecido durante la primera fase de la Cumbre, realizada en diciembre de 2003 en Ginebra, Suiza. Ante ello ¿dónde está México? ¿Cuál ha sido su trabajo en la sociedad? ¿Cómo hemos participado en cinco años de debates? ¿A qué resultados llegamos? ¿Por qué hemos permanecido en la indiferencia?
Carmen Gómez Mont
Más allá de las declaraciones y de los principios de acción, que a final de cuentas parten de un consenso entre los gobiernos y los empresarios más poderosos del mundo, lo realmente importante son los procesos que han precedido las cumbres. Es decir, la serie de encuentros regionales, nacionales y locales que han alimentado diferentes países con una discusión permanente cada año, cada semestre, cada mes e incluso hasta cada semana. Esta periodicidad de pequeñas agrupaciones es lo realmente valioso, pues la constancia de un trabajo celebrado hasta por cinco años ha llevado, más que a concretar acuerdos en Ginebra y Túnez, a formar una conciencia clara sobre el modelo de sociedad de la información que cada uno quiere desarrollar. Se trata, en ese sentido, de reivindicar una serie de modelos operativos ante los usos de la información y no el seguimiento de dictámenes desde la cúpula empresarial y gubernamental en el terreno internacional.
México, a diferencia de gran parte de los países latinoamericanos que participan en estas cumbres, se ha distinguido por realizar pocas reuniones, limitar el debate en los medios de información y difundir escasamente una consulta social.
Se han realizado pocos foros de discusión permanentes cuya función ideal hubiera sido madurar la idea no tanto de una sociedad de la información (consumo), sino cómo construir una sociedad del conocimiento (plural y democrática).
Los pueblos indígenas de México han mostrado un interés particular por el tema al responder al llamado de las Naciones Unidas mediante el Foro Mundial de los Pueblos Indígenas. Su finalidad es debatir su postura ante la llamada sociedad de la información y presentar, en cambio, los modelos ideales para la conformación de una sociedad del conocimiento indígena.
A finales de agosto se llevó a cabo en Chupícuaro, Michoacán, una reunión con comunicadores indígenas de México destinada a discutir y analizar el papel que las TIC pueden tener dentro de la cultura y sociedades indígenas.
El principal reto dentro de tal apartado radica en que el gobierno los reconozca como actores de su propios sistemas de información y comunicación, que participen dentro de este movimiento por la información, la comunicación y el conocimiento en igualdad de condiciones con el resto de la sociedad mexicana, lo cual quiere decir: a) contar con una infraestructura digna en materia de telecomunicaciones y por tal queremos decir una conectividad tan eficiente como la que se encuentra en las ciudades, con buen ancho de banda y sin fallas en la intercomunicación entre pequeños poblados; b) programas de capacitación en el manejo de aparatos, software y bases de datos; c) servidores propios que les permitan administrar de manera autónoma sus propios contenidos; d) impulso y reconocimiento al derecho de manejar sus contenidos bajo el principio de propiedad intelectual indígena; e) fortalecimiento y rescate de sus lenguas, culturas y tradiciones en formatos digitales; f) creación de modelos propios de comunicación que van desde la tradición oral hasta la Internet.
Representantes de los pueblos indígenas reunidos en Ginebra 2003 expresaron la necesidad de reafirmar sus propias formas e instrumentos de comunicación tradicional como parte de la comunicación humana: una comunicación con base en una práctica social cotidiana y milenaria cuyo fundamento es una ética y una espiritualidad en las que los contenidos, los sentimientos y los valores son esenciales.
Hasta ahora sus demandas no se han visto reflejadas en la postura oficial de México. La Declaración de Principios y el Plan de Acción han apuntado a satisfacer más las demandas de mercado de grandes empresas nacionales e internacionales que a sus reales demandas y necesidades de conectividad comunitaria. Los pueblos indígenas demandan en ese sentido el derecho a desarrollar sus “propias formas y medios de comunicación comunitarios”.
De acuerdo con los señalamientos de la Declaración de Principios y del Plan de Acción (Ginebra 2003), preocupa la simplicidad con que sus directrices abordan la diversidad cultural de los pueblos del mundo, tendiendo a impulsar la estandarización del consumo de la información. Más que una visión humanista, se trata de una necesidad de mercado que lejos está de responder a la enorme riqueza social que aún priva en las culturas del mundo. Para empresas y gobiernos, para las Naciones Unidas incluso, el principal motor del desarrollo sigue siendo el equipamiento tecnológico, y quedan en un lugar muy rezagado los procesos de información y comunicación dirigidos a impulsar el conocimiento. Desde tal perspectiva, el resultado tiende a ampliar aún más la brecha cultural y tecnológica que ya existe entre los diversos pueblos del mundo.
El trabajo de los pueblos indígenas de México ante las dos cumbres, destaca por la claridad con que se han establecido las normas para su participación, más que en la sociedad de la información en la sociedad del conocimiento. El resto de la sociedad mexicana, salvo algunos representantes de la sociedad civil, parece quedar una vez más en el vacío ante la importancia de estos dos acontecimientos que marcan ya el ingreso a destiempo de la sociedad mexicana en el siglo XXI.
Investigadora. Correo electrónico: cegomo_8@hotmail.com